Las tertulias, mi tertulia, son una exaltación de la poesía, de la amistad y de los buenos propósitos. En esta vida no hay muchas cosas mejores que verse acompañado, sentirse arropado y comprendido por otras personas, alguna de las cuales no conocías de nada y cuya afinidad hace que te sientas a gusto, más incluso que con otros de trato más frecuente pero también más anodino (¡toma premio!).
Y es que me siento muy orgulloso de mi condicion de tertuliano (¡zumba!). Yo, que no era nadie ni me creía nada, sigo sin ser nadie pero me creo la pera patatera, y eso es algo que debo agradecer a mis compañeros mercuriales, que con tanta atencion me escuchan recitar poemas, prosas, haikus, ridaikus y chopaikus sin pestañear, y premiándome las más de las veces con estentóreas risotadas, que yo, inocente de mí, me tomo como un cumplido.
Buenas personas y buenos poetas, por este orden. Algunos, muchos, polifacéticos, con la fotografía como arte de batalla. Docentes con celo profesional, amantes celosos de sus doncellas, arqueros de la palabra sin pelos en la lengua, aunque todos, menos una, con muchos pelos en los huevos. Culturalistas (con perdón), apocriferos (con perdón), muchos cabrones (sin perdón), yo el primero. Y muchas ilusiones, muchos libros escritos y por escribir, hasta han salido de la tertulia algunas - qué digo algunas, ¡muchas! - publicaciones, gracias a nuestro amigo y mecenas de cabecera, que ha pegao la espantá, el tío, con lo que le apreciamos, sin coña y sin intereses.
En fin, que me he puesto hoy tierno recordando a mis compañeros, compadres en las musas, que a estas horas estarán los muy sinvergüenzas celebrando una de sus reuniones mensuales, y yo con estos pelos, o, por qué negarlo, ni eso. Es la segunda vez que falto en la gloriosa historia de los Mercuriales, y encima consecutiva, in a row, como diria Chespier -así entran en mi blog buscando al moustro inglés-. No tengo excusa, pero sí motivos, profesionales y no tan profesionales, por desgracia. Por eso no me excuso, sino que me muero de envidia y dedico a mis amigos y compañeros un brindis desde el teclado del miniportátil de Miguel, que está dormido pero como me coja me echa una bronca.
¡Por los mercuriales!
┌П┐(◉_◉)┌П┐
Becqueriana
-
Perdóname, Bécquer,
Gustavo, mi amigo,
si cambio tus versos,
por hacerlos míos.
Hay veces que alma
vaga en el vacío
y no halla consuelo
a tanto suplicio.
...
Hace 1 hora
18 comentarios:
┌П┐(◉_◉)┌П┐
Por los mercuriales, José Miguel.
Yo asistí a la penúltima, pero te debes andar con cuidao (con qué rima) que a la tercera te ponen de patitas en la calle... maricona.
¡Joder, que tropa, que diria el otro!
Un saludo, mercuriales, Javier.
A mi...desde los madriles...me asusta un poco el mundo "andaluz de hombres"....y la tertulia de los mercuriales me hace sentir cómoda...
Es algo muy moderno...muy bohemio..muy de capital....
No sé explicarlo mejor RIDAO¡¡¡...pero me gusta mucho...lo que cuenta y trasmite la tertulia de los mercuriales.
Besos a repartir....
¡¡¡Dale una colleguilla al Miguelito...que todavia puedes¡¡¡ jejje
Besines más para los crios
Te echamos en falta y nuestra tertuliana, toda una dama, tuvo el detalle aristocrático de traernos a todos un regalo poético y refrigerado. El tuyo está a la espera de que lo recojas. Y has descrito muy bien lo que siento yo también en la tertulia, una especie de camaradería simpática, una complicidad poética y un estar por una vez al mes en mi salsa, en mi sitio. Un abrazo.
Álex: no se atreverán a prescindir del alma mater y la alegría de la huerta, home...
Otro para ti, Javier. Oye, esa cita, ¿no era del Conde de Roma... cómo era, coño, que no me sale?
Que los andaluces no mordemos, mangeles, ni dentro ni fuera de las tertulias... bueno, dentro un poquito. Gracias por darnos tu sentir. Ah, Miguelín se me ha escapao vivo.
Yo sí que os eché de menos, Jesús. Oye, habréis metido mi regalo en el frigorífico, ¿no? Un abrazo, camarada (sin "peyorativismo").
┌П┐(◉_◉)┌П┐
Yo si que muerdo Ridao,en algunos momentos,felicidades por tu tertulia y tu blog,que guapos estais todos,yo voy a poner también una foto mia mordiendo.
¡Viva Los Mercuriales!
Ah! grito al viento , para que todo "er mundo me oiga", que son dos, dos veces que no he podido asistir a la tertulia, esta última por estar aquejado de fiebre, templores y pesadillas. Metidito en cama ando, coño.
Y para colmo llevo mes y medio aquejado de sordera en el oído izquierdo, y aún hoy los médicos no acaban de descubrir, de diagnosticar el virus o la bacteria que provoca tal estado de silencio.
Un abrazo "pa to los mercuriales".
Pero no os preocupéis, continuo en mis treces "bicho malo nunca muere".
Gracias, Paqui. El más guapo... ése soy yo.
¡Que vivan, Ramón! Mejor no damos excusas, que nos fostian. Voy a preguntar lo de tu oído a mi otorrina de cabecero (de cama).
Dos abrazos.
Alzo mi copa. Prosit! Pero ¿quién fue al final?
Pozí que estais guapos tos,Ridao,pero tu,vamo,eso ya es una cosa......
Yo también te felicito por tu peña,y por tu blog,y mando un beso desde Rovaniemi( Finlandia),la ciudad de santa claus,en donde me encuentro,pasando un frío que pela.
Un beso congelador.
¡Qué envidia, José Miguel! Me encantaría ser una mosca para poder estar en una tertulia de los mercuriales. Es como si los viera y los escuchara, palabra.
Seguramente que te han echado de menos, muy de menos, pero lo compensarás con creces, no me caben dudas...
¡Un brindis por los mercuriales!
Besotes.
Parece que fueron siete, Jose Maria (teclado ohne acenten). La columna vertebral se quedo fuera, jeje.
Gracias, Rocio. ¿Que haje tan lejo dejpaña? Traete un reno de recuerdo, que al gordopilo le sobran.
Venga ese brindis, Liliana. Alli, hasta las moscas beben vodka.
Abrazos.
Yo creo que sois todos esas almas a las que apetece asomarse para iluminarse con ellas, que decía Lorca.
Un abrazo para ti y para todos los demás
Ridao,chiquillo que te quiere enterá de tó,mi madre era finlandesa de helsinki,y ahora toy donde vivían mis abuelos,un sitio precioso,en donde tengo una pequeña casita de madera,preciosa,con su chimenea y to,lo que no tengo es amberca,a ver si me hago una,pa no se meno que tu.
Un beso amberquero.
Muchas gracias, Mery. Cuando quieras, estás invitada.
Así cualquiera es rubia, Rocío. Lo de la amberca mejor déjalo, que con las temperaturas de allí te vas a pegar un ambercazo cuando te tires de cabeza que no vuelvej pajpaña maj.
Dos besos.
Enhorabuena por tus amigos, hombre.
Ya te dije un día que cualquier excusa es válida para emborracharse en buena compañía, incluso una tertulia literaria.
Viva Ridao
Ahí es donde más se emborracha uno, Escasso.
Gracias, Julín.
Dos abrazos.
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