jueves, 16 de junio de 2011

Canto


¿Por qué apuntan los ojos a la nada
sin ver el sol que todo lo ilumina?
¿Por qué velan las sombras la mirada
y el rostro del ayer se difumina?

¿No llueven los colores en cascada
por la tapia del patio? Imagina
toda la luz del mundo concentrada
en este día aciago que termina.

Siempre viene a cantar el ruiseñor
junto a los corazones afligidos
y se posa en la rama sin temor.

Los duendes de la dicha están dormidos,
el miedo se disfraza de dolor
y aguardan los deseos florecidos.

4 comentarios:

Dyhego dijo...

Monsieur RIDAO:
¿Por qué habrían de estar los duendes dormidos si el ruiseñor anuncia alegrías? ¿Acaso el dueño de esos ojos temen que la felicidad se derrumbe?
Ay, ay, todo es tan frágil.
Salu2.

Muñoz Escasso dijo...

Tu soneto es maravilloso.
No tengo palabras.

Ridao una pregunta, cuando a uno le pega un bajón,(esta puta vida es un bajonazo), que es mejor: escribir, leer a Pessoa o a Cubata; o emborracharse?.

Blimunda dijo...

Me parece que tendemos a la oscuridad de modo innato, quizas sea por eso...aunque a veces "los duendes de la dicha" despiertan y nos salvan. Creo.

Salud

José Miguel Ridao dijo...

Eso digo yo, Dyhego. Los ruiseñores son muy bonitos, y cantan muy bien y tal, pero lo único que hacen es dormir más a los duendes, y yo con estos pelos.

Muchas gracias, Escasso. Te cuento: al Cubata no lo leas, que te entran ganas de dderrumbar el Fujiyama. De emborracharse nada, que la resaca es peor. Escribir... a veces funciona y a veces no. Eso sí, te puede salir algo muy bonito, pero lo disfrutarás después. Recomendación: leer a Pessoa, siempre. El libro del desasosiego. Es tan acojonante que se te olvida todo lo demás, y puede que le veas un sentido a cosas que no lo tienen.

Sí, Blimunda, a veces. Yo quiero unos duendes insomnes, pero eso no puede ser, claro. Me vale con que estén en duermevela.

Abrazos feéricos.