Estaba escuchando esta mañana mientras planchaba (buena excusa)
La Pasión según San Mateo, y como siempre me ocurre cuando pongo el disco, al llegar al aria para tenor,
Ich will bei meinem Jesu wachen, he sentido algo especial, como si me removieran la conciencia, o me llamaran a la puerta desde muy dentro para decirme algo muy importante, que sólo se puede decir con música, no con palabras, con el timbre del oboe d'amore y la voz maravillosa del tenor. Esas cosas sólo las consigue Bach, lo tengo comprobado, y por eso, por cómo es capaz de transmitirlo, admiro profundamente su religiosidad, más que cuarenta encíclicas y doscientas homilías, claro que yo lo tengo fácil...
2 comentarios:
Opino exactamente lo mismo. Es más, yo diría que a Bach habría que unirlo al catálago de los grandes exploradores del espíritu, más allá de la religión.
Yo creo que somos legión. El ambiente místico que se respira dentro de un coro que canta a Bach es notable, y la mayor parte de sus miembros suelen ser agnósticos. Es comunicación directa con Dios, creo yo.
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