miércoles, 23 de octubre de 2013

¿Es útil la Economía?


Estoy convencido de que nadie sabe un pimiento de Economía: ni los catedráticos, ni los ministros, ni los premios Nobel, ni los empresarios. Aquí tenemos un magnífico ejemplo de la máxima de Sócrates de Sólo sé que no sé nada. Eso sí, hay muchos listos que se aprovechan de sus dotes para vivir como reyes, mientras que la gran mayoría sólo puede sufrir las consecuencias de esta ciencia no del todo mal llamada lúgubre, pero eso no significa que sean unos sabios, al fin y al cabo tampoco los grandes filósofos sacaron gran partido a su sapiencia. Simplemente hay un juego desigual de gente que tiene información frente a gente que no la tiene en una carrera donde el punto de salida es fundamental: dos terceras partes de la humanidad parten con un retraso de tres vueltas en el estadio olímpico para una carrera de cien metros. Los grandes "banqueros" no son unos genios; son más bien tipos sin escrúpulos que chupan la sangre de su prójimo sin contemplaciones, y encima van por ahí dando lecciones de moralidad, como ese cántabro impresentable al que todos parecen tener tanto miedo. Los empresarios afortunados, por su parte, tampoco es que entiendan mucho de Economía; sólo han tenido grandes dosis de trabajo, motivación y, sobre todo, suerte. Por último, los académicos que escriben artículos enjundiosos sobre la predicción de los precios en condiciones de competencia limitada con un riesgo que tiende a cero me recuerdan siempre a ese niño que citaba San Agustín intentando vaciar el agua del mar con un cubito, con la diferencia de que ni son niños, ni tienen cubo ni la humildad suficiente para restarse importancia. Para ser justos algo se consigue, pero es un avance mínimo frente al tsunami económico de la realidad que todo lo arrasa y no hay quien detenga. No digo con esto que no merezca la pena enseñar Economía, yo mismo me dedico a ello, pero es una asignatura que hay que enfocar con una visión amplia, en cierto modo filosófica, siendo consciente de sus limitaciones prácticas. Hay que huir del dogma de la ciencia, de la tiranía de las cifras y la pobreza de los modelos. No viene mal un cierto talante escéptico, pero a la vez inculcando en los alumnos la curiosidad y el buen juicio, que al fin y al cabo es lo que les va a valer en la vida.

17 comentarios:

Dyhego dijo...

¡Por fin un economista sensato!
¡Biennnn!
Salu2, monsieur Ridao.

José Miguel Ridao dijo...

Gracias, monsieur. Ahora vendrá alguien a decora que la Economía no es lo mío.

Abrazos pasmaos.

José Miguel Ridao dijo...

Decir, no decorar.

Er Tato dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Er Tato dijo...

Uhmmm, me parece que la economía no es lo tuyo, Ridao...

¿Un economista poeta? ¡Habráse visto...!

Un abrazo, artista

José Miguel Ridao dijo...

Sabía que un tío coherente como tú me iba a dar la razón, jeje. Es que ni con liberales gobernando se arregla esto, únicamente hace falta honradez e inteligencia, dos bienes sumamente escasos,

Un abrazo artistoide.

Er Tato dijo...

¿Liberales gobernando? ¡No te cabe na...!

José Miguel Ridao dijo...

No pierdas la esperanza. Además, gobierno sería al fin y al cabo, y con mucho que podar, más una buena tarea de mantenimiento posterior. Aun así, dudo de los resultados. Miedo me da...

Er Tato dijo...

¿Miedo? Para miedo quienes dicen ser lo que no son. Esos sí que dan miedo.

Donde se ponga un buen gobierno liberal de izquierdas, con ideas claras sobre cuál debe ser la función de un Estado -a saber, igualdad de oportunidades reales en el amplio sentido del término, garantía de servicios públicos elementales en calidad y cantidad, vigilancia y control firme del cumplimiento de las reglas del libre mercado, separación de poderes real, mínima injerencia del Estado en la economía y respecto de las libertades individuales y, a partir de ahí, que cada palo aguante su vela-, que se quite el neozapaterismo que padecemos.

¡Toma ya...! ¿Cómo se te ha quedao el cuerpo, poeta? ;-P

Abrazos ingenuos

P.S.: Verás como ahora viene un anónimo tocapelotas y me pone fino.

José Miguel Ridao dijo...

Lo malo no son las ideas, que cada una está bien a su manera, sino las personas que las ponen en práctica. El ser humano es como es, egoísta mayormente, y ese egoísmo ni siquiera casa con el libre mercado, porque se traduce en desigualdad, ventajismo, corrupción... Hay muy buenos propósitos, pero al final los palos se derrumban con todas sus velas. Sólo en sociedades más evolucionarás éticamente, como las nórdicas, parece que hay algo de esperanza.

Abrazos ultraescépticos.

José Miguel Ridao dijo...

Y no mientes a la bisha, masho, que nos pica.

Er Tato dijo...

Precisamente porque el egoísmo no casa con el libre mercado, es necesario el Estado, para imponerlo, justo lo contrario de lo que hace y ha hecho siempre, por mucho que insista todo el mundo en que vivimos bajo el yugo del neoliberalismo sin aportar la más mínima prueba de ello.

Ya sabes aquello que dijo Milton Friedman:

"Los dos principales enemigos de la sociedad libre o de la libre empresa son los intelectuales, por un lado, y los hombres de negocio por el otro, y por motivos opuestos. Todo intelectual cree en la libertad para sí mismo, pero se opone a la libertad de los demás. Cree que debería haber una oficina de planificación central que establezca las prioridades sociales. El empresario es justo lo contrario. Todo empresario está a favor de la libertad de todos los demás, pero cuando se trata de él la cuestión cambia. Él es siempre el caso especial. Él debería tener privilegios específicos del Gobierno: una aduana, esto, aquello… "

Más abrazos

José Miguel Ridao dijo...

Sí, pero ¿quién forma el Estado? Personas egoístas. Se cierra el círculo nefasto. Es buena la frase de Friedman, pero la dijo en plena guerra fría. Ha perdido vigencia, al menos en lo referente a los intelectuales. ¿O tú no eres un poco intelectual, pisha?

Er Tato dijo...

¿Yo intelectual? Quita, quita... Al menos no en el sentido en que lo decía Friedman.

Tú mismo apuntas, y con razón, que hay que contextualizar la frase. Con intelectuales, Friedman se refería a lo que ahora llamaríamos los de la ceja, aquellos que pretenden vivir de la subvención.

José Miguel Ridao dijo...

Sí, ya lo había pillado, por eso me metía contigo (ahora vendría ese dibujito enseñando los dedos corazones, pero cualquiera lo encuentra).

Anónimo dijo...

No sé si la Economía es útil. Lo que sí sé, desde luego, es que es carísima, algo que los pobres de ninguna manera pueden permitirse. Se tienen que conformar, muchísimo más modestamente, con las economías, sin mayúscula y en plural; y eso cuando pueden, que no siempre pueden.

José Miguel Ridao dijo...

Es verdad, las economías hoy en día son para privilegiados. Ya no vale eso de que no hay mejor lotería que el ahorro y la economía.