sábado, 30 de noviembre de 2013

Camino


Cada mañana se levanta triste.
La luz de las tinieblas inunda su mirada
vacía.
Teníamos un sol en cada cuarto
y nos bañábamos en él desnudos
después de la merienda.
Aún siento sus caricias,
aún siento tus caricias.
Cada mañana me despierto lejos
de todas esas cosas que otros llaman
la vida.
Un largo trecho queda por delante,
un camino perdido
pero seguro y cierto como el día
en que llegué a este mundo. 

3 comentarios:

Jesús Cotta Lobato dijo...

Buen poema, sobre todo el final y los versos 4,5 y 6. Un abrazo.

Dyhego dijo...

Seguro que el camino no está perdido, lo mismo desbrozando el terreno se vuelve a dicho sendero gozoso.
Salu2.

José Miguel Ridao dijo...

Muchas gracias, Jesús, esos versos son los más optimistas, como tú lo eres.

Dyhego: a ver si me apaño una desbrozadora güena, por energía solar.

Abrazos asoleados.