jueves, 27 de marzo de 2014

¿Seré racista?


Me revienta cuando llamo por teléfono a una empresa, generalmente de comunicaciones, para resolver un problema y me responde al otro lado una operadora con acento sudamericano. ¿Seré racista? También me revienta si se trata de un operador; al menos no soy machista. La razón es bien simple: salvo rarísimas excepciones estas señoritas o señoras de ultramar se dedican a torearme impunemente sin resolver mis problemas, parecen entrenadas para desalentar al más pintado, y no reaccionan ni siquiera ante los insultos. Sin embargo, cuando tengo la suerte de dar con una española mi problema se resuelve al instante, pues hablamos "el mismo idioma". Pero claro, no es de recibo cagarse en los muertos de los sudamericanos, así sin más, habría que hacerlo en los/as teleoperadores/as sudamericanos/as que hacen mal su trabajo, que son mayoría. Por el mismo motivo no queda bonito hablar mal de los rumanos, ni de los negros, ni de los gitanos... debido a ciertos comportamientos, por otra parte nada aislados, de miembros de estas etnias, así que toca callarse, pero hoy no me he callado, y el hecho no deja de estar ahí. ¿Será que soy racista, y no me había dado cuenta hasta ahora?

7 comentarios:

Dyhego dijo...

¡Es como si a mí me pusieran a resolverles los problemas a gentes de otros países, aunque entienda el idioma...!
Salu2, Monsieur Ridao.

Anónimo dijo...

Abundando (creo) en lo que dice Dyhego,yo empezaría por acordarme del padre de los empresarios que, por ahorrarse unos euros (de sueldos, y seguramente de otras muchas cosas, tipo seguridad y asistencia al trabajador) ponen para ese tipo de información a gente de sabe Dios dónde a la que pagan una miseria y quién sabe si en negro. Y que a saber si al menos te atenderán desde España,o si (desconozco los intríngulis técnicos del asunto) lo harán desde un buen puñado de miles de kilómetros,donde tendrán la misma idea acerca de los detalles de la vida española que nosotros tenemos, en general, de la de sus países. O sea que bien por la maldición, pero creo que se equivoca de objetivo.

Er Tato dijo...

A mí lo que me parece es que te estás amariconando. ¿Los/as teleoperadores/as sudamericanos/as? ¡Venga ya...!

¿Tú también, Bruto, hijo mío? ¿Y te preocupa parecer racista? ;-P

Saludos tocapelotas (con todo mi cariño, ya lo sabes...)

José Miguel Ridao dijo...

Pues seguramente pondría mejor voluntad, D. Dyhego, o al menos haría valer su formación.

Anónimo: es que ellos son la cara visible, y tampoco puedo remontarme a los orígenes cuando veo algo que me toca las pelotas.

Sí home, Tato, ahora voy a tener que poner el modo ironía con las mariconadas esas que a ti tanto te gustan. ¡Te qui ya!

Abrazos anicónicos.

Anónimo dijo...

Hombre, preguntarse por qué ocurre eso no lo veo yo tan complicado. Ni la posible respuesta. Es que de otro modo, la impresión que yo tengo es que se le da una leche a la empresa en cuestión... en la cara del currito correspondiente, que suele ser el que menos culpa tiene.

Liliana G. dijo...

¡¡A mí me pasa lo mismo!! Soy sudamericana pero esos servicios on line están copados por teleoperadores de otros países que no es la Argentina, como si aquí no tuviéramos jóvenes para realizar el trabajo.
Desconozco si estos telecentros funcionan aquí mismo o en su país de origen, cosa que sería un insulto, ya que nuestros problemas viajarían para volver a casa...

Vaya uno a saber cuál es la trampa.

Besotes, José Miguel.

José Miguel Ridao dijo...

Bien pensado no es lo más justo, anónimo, pero qué demonio, tampoco cuando me atracan a punta de navaja compadezco al ladrón por el entorno marginal en que se ha criado.

¡Lilianaaaaaaaaaa! Cuánto bueno por aquí... En España se trata de inmigrantes, que supongo que cobran menos que los españoles que están en el paro, o es que no pueden permitirse estar en el paro y los españoles sí, pero el caso es que son nefastos como profesionales.

Abrazos a distancia.