Estoy cansado de fingir,
de fingirte lejana,
de fingir que te quiero y no te quiero,
de pretender que tengo controlados
mis sentimientos,
de dirigirme a ti a través de otros,
de hacer como que no me importa
tu silencio,
de alimentar sobreentendidos,
de romperme el corazón contra la piedra
de tu estatua callada,
de no querer pensar en ti
y no poder sacarte de mi alma,
de amanecer cansado
pensando en otro día sin hablarte,
pensando que no quieres hablarme,
o te da igual, en realidad,
porque no sientes el latido de la sangre.
Estoy cansado, llegará un día
en que estaré preparado
y podré,
silencioso,
olvidarte.
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