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La importancia del Internet (Epístola de Ridao a los bloguintios)
Si no tengo Internet yo no soy nada.
Ya pueden mis amigos consolarme
y decirme que hace años no tenía
móvil, ni portátil, ni una casa en la sierra.
Sin Internet todo me falta.
No puedo preguntar a Mr. Google
las cosas que no caben en la mente
pero él las almacena sin problemas
en la world wide web, como si eso fuera
la biblioteca de Alejandría.
Será que soy un hijo de mi tiempo
o que me he abierto un blog, los Andurriales,
o que todos tienen ADSL y yo
me peleo con mi pinganillo en Alájar
y paso las horas muertas
tratando de conectarme.
Será que tengo el virus o la droga
de la blogueína.
Si no tengo Internet yo no soy nada...
por un tiempo, hasta que vuelvo
a los días felices donde uno
no tenía móvil ni portátil
y los demás tampoco, y no pasaba nada.
25 comentarios:
Muy bueno. Y muy cierto.
Qué bueno, se lee como una canción. Y el caso es que, si tú no tienes internet, parece que somo un poquito menos.
Un abrazo.
La red es terríblemente adictiva.
Una desintoxicación en las vacaciones siempre viene bien, pero el mono es lo más difícil de llevar.
Besos.
¡Qué gustazo! LLevo cinco minutos conectado.
Gracias, Enrique, cierto como la vida misma, al menos para los que estamos aquí.
Muy amables tus palabras, Juanma. Ese poquito me pertenece, y eso es mucho.
Parsimonia, compañera de adicciones, yo he decidido no desintoxicarme en las vacaciones, y lucho con el pinganillo, que parece mi médico de cabecera...
Un abrazo quenomelocreoqueestéconectadotantotiempero
Por cierto, la entrada está un poco inspirada en, creo, la Epístola de San Pablo a los Corintios, ésa que leen en todas las bodas. Estuve tentado de titularla "Epístola de Internet a los bloguintios". Por supuesto, sin ánimo de ser irreverente.
Jose Miguel, te iba a decir que esto a mí me sonaba a epístola de San Pablo...Hubiera sido un buen título lo de los blogintios.
Yo en Estella tampoco tengo internet, lo pillo de la biblioteca pública que está cerquita, pero a veces me hace sufrir...me saca de mis casillas, es un sinvivir...es un síndrome de abstinencia de libro. En fin, la tecnología nos hace más libres...¿o no?
¡Qué bueno! Epístola de ridao a los amigos blogueros que le acompañan.:)Gracias por los buenos momentos que nos regalas.
Sí, Maite, libérrimos. Aquí estoy, enganchado a mi pinganillo redivivo, temiendo su vuelta al sueño eterno...
Un beso.
P.S. Cambio el título editando la entrada.
Marisa, me reafirmas en la decisión de cambiar el título, es lo bueno del formato blog. Como siempre, gracias por tus palabras.
Otro beso para ti.
Migueeeel!!!
Ya sabes que no soy ni bloguintio, ni adicto a Internet, ni nada que se le parezca (más bien todo lo contrario). No obstante, ya que he entrado por primera vez en tu blog, tengo que decirte que lo poco que he leído me está gustando un h... Trataré de seguirte a partir de ahora.
Un beso a la family, y si estáis por Alájar la semana próxima, quizás vayamos el finde.
Paco
Qué estupendo título, qué genial epístola para los adictos que no descansan en verano. Un saludo, Pablo Ridao.
Yo, como fiel exponente de los bloguintios, adhiero a vuestra epístola y póstrome ante la realidad que el dios informático nos provee.
Voto a Vuestra Merced para que el benemérito pinganillo no nos prive del portátil que usáis en pos de la gloria de esta santa casta.
Os envío el clamor de mi intenciones desde mi propia aldea virtual, oh gran Ridao.
¡¡¡Pacoooo!!!
Qué sorpresa, un anticibernético como tú por estos lares. Espero que esa "h" signifique huevo, si no voy jodido.
Estaremos en Alájar todo el mes. Eso sí, si vas a venir dímelo con tiempo para echar a los realquilados que tenemos metidos en tu casa (como vienes tan poco...).
Un abrazo, maricona.
Gracias, Antonio. Si San Pablo levantara la cabeza...
Eximia bloguintia Liliana: San Google escuche vuestras plegarias, y quiera Gates que el pinganillo no me deje a merced de los peligros que acechan fuera de la red.
Y la epístola (Ridao, 3, 4), quedará grabada a fuego en los Nuevos Tomos de los Testamentos de la Blogaduría.
Qué detalle, Javier, has puesto mi edad en los números de la epístola...
Miguel, te das cuen....? Como estoy "de Rodríguez" esta semana, me da tiempo "pa tó". Incluso me atrevo a aventurarme en el ciberespacio, pero creo que se me acaba mi status, porque el domingo vuelven Ingrid y sus secuaces.
Bueno, ya te dejaré otra nota cuando entre de nuevo.
Hasta luego, chaval, y vete ya a la piltra, que es muy tarde. Un abrazo.
Paco
Comparto contigo, en estos días vacacionales, la estrecha conexión de un pinganillo que lleva el paso de un caracol adormilado.
Paciencia habemus.
Tu epístola llena de parábolas cuasi-bíblicas ha sido leída por los bloguintios, fariseos y otros pueblos.
Un beso y buenas noches
Bueno, pues antes de irme otra vez hacia lugares sin red, como los buenos trapecistas, me he venido a leer tu epístola. Te vamos a hacer cura párroco de los bloguintios, hijo mío..;-)
Un beso.
Adiós, Rodríguez, tú sí que sabes. Eso de la piltra me gustó, es la primera vez que lo oigo. Lo voy a anotar en mi diccionario andurrialero.
No sé qué le habrá parecido a los fariseos, Mery, pero con la fama que tienen seguro que me critican.
Un beso.
¿Qué lugares son ésos sin red, Olga? ¿Acaso no conoces el maravilloso invento del pinganillo?
No me vendría mal una canonjía, no.
Besos.
Hola José Miguel,bueno aunque he conocido internet con retraso,sí,creo que engancha, de hecho he estado fuera una semana y lo que más echaba de menos era mi ordenador;mi próxima compra será un portatil.Abrazo.
No te arrepentirás, bambu, salvo que te enganches más y no lo desees. El portátil es fundamental para conectarte, por ejemplo, en tu sofá favorito, por no citar otros lugares...
Un abrazo.
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