Este verano ha habido en estos entornos blogueros una pequeña fiebre de entradas en torno al poder de un título, ya sea en una novela, un poema o una entrada en el blog. Hasta en tres ocasiones creo haber escrito yo sobre el asunto, y en la primera, Títulos por escribir, proponía títulos pretendidamente ingeniosos para futuros escritos, basados en el uso de la paradoja (el método es revolucionario: primero se piensa en un título y luego se escribe el libro). Ahora, con el comienzo de curso, se me ocurre algún que otro título adicional:
- El inspector comprensivo: para una novela de ciencia ficción.
- Papeles, más papeles: comedia al estilo de los Hermanos Marx.
- La docencia, una vocación realizada: libro de autoayuda (falta nos hace...).
- El prestigio de ser profesor: novela ambientada en el siglo XIX.
- Padres y escuela, educando al alimón: folleto editado por la Junta de Andalucía, empleado para hacer avioncitos.
- El corporativismo en la profesión docente: de la serie "Quimeras del siglo XXI".
- Dialogando con los alumnos (perdón, Dialogando con el alumnado): libro y CD acompañado de guía de audición y coraza protectora.
- Si Séneca levantara la cabeza: instrucciones para el programa informático andaluz de gestión académica.
Si alguien se anima a escribir, le cedo el copyright.
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Hace 18 horas
12 comentarios:
Por si quieres otro: "Los libros, pedid y se os darán", y son 500 euritos por niño. No es que me moleste, creo que es el mejor sitio para gastar, pero que no me tomen el pelo con la famosa gratuidad.
Pues no estoy muy informado sobre el asunto, ya me contarás.
Los de la Junta pondrían "padres y madres", "al alimón y a la alimona".
"Qué contento estoy con mi horario" sería un buen ejemplo de irrealismo mágico.
"Tragedia con L de Educación" Tanta LOE, LOGSE, muchas "L" y poca calidad...
José Miguel, están muy bien los títulos, ahora hace falta crear el libro.
Los libros "gratis total" nada de nada, subvencionan 90 euros por hijo, pero no te apures tus hijos disfrutarán gracias a Zp de un portátil, los profesores y todo el alumnado de una pizarra digital.
Vas a tener más suerte que yo, creo que sabes que tres de mis hijos eran muy parecidos a los tuyos en la edad, pasaban de un curso a otro, todos los años teníamos que comprarles casi todos los libros, así desde la EGB, BUP y COU, aún los tengo, algunos son verdaderas obras de arte, incluso los han usado cuando estudiaban en la universidad.
Abrazos.
Sí, Julio. El título correcto sería "Padres y madres y escuela y escuelo, educando al educando y a la educanda al alimón y a la alimona".
Álex, ¿tan mal ha salido? Ya te contaré el mío.
Es cierto, Antonio, intentan camuflar con esas letras el vacío educativo, como si educar fuera tan difícil.
Pues no lo sabía, Pasión. La pizarra digital esa voy a ver si me la cambia ZP por una entrada a la ópera.
Un abrazo a todos.
Don "Pepemíguel" que le parece:
1) "Los profesores que odiaban a los alumnos"
2) "La alumna que soñaba con botelleos y con arrimarle un mixto al instituto"
3)"El instituto con corrientes de aire que vuelcan las pizarras digitales"
No puedo menos que sacarme el sombrero ante tu ingenio Ridao, y más aún con esa espontaneidad que te caracteriza al escribir. Al pan, pan y al vino, vino. Jajajaja
Comparto el comentario de Pasión, con mis cuatro niños seguidos (dos años entre cada uno) casi nunca pudieron aprovechar uno el libro del otro, siempre hubo que reponer nuevos autores, reformas educativas de por medio. No quiero ni acordarme...
Besotes.
Me gusta especialmente el primero, Dyhego. Te voy a dar un consejo para hacerte rico: escribe la novela (cuanto más mala mejor), firmas como Dyhegsson, un escritor inédito nacido en Estocolmo y recientemente fallecido, abres una cuenta corriente a nombre de Dyhegsson a la que sólo puedes acceder tú, y en un par de meses puedes retirarte de tu trabajo.
No me digas esas cosas, Liliana, que yo estoy en el otro bando; acuérdate de que obtengo ingresos por mis libros de texto. ¡Que los cambien todos los años! je je.
Abrazos peseteros.
Pepemíguel, lo mismo te hago caso y si triunfo te aseguro un 1% de mis ganancias.
Anda que te dejas caer, Dyhego. Pero bueno, lo acepto. Total, para lo que he trabajado...
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