sábado, 28 de noviembre de 2009

Así se dice una soleá


La soleá es, ante todo, un palo, un cante grande, donde el arte flamenco se hace trascendente y vuela alto, desgranando emociones y tocando en lo más hondo a los aficionados y a los que no lo son. Las soleares primitivas tenían tres versos, como la estrofa poética del mismo nombre, pero al ganar en hondura añadieron un verso más, y casi todas las que se cantan hoy son soleás grandes, de cuatro versos con rima asonante o consonante en los pares.

La soleá habla de amores y penas, marcadas en la cara del cantaor. Manuel Machado las consideraba como "La madre del flamenco", y su padre Antonio, Demófilo, rastreó incansable su origen y recopiló sus letras. Para ilustrar esta maravilla del cante he elegido unas soleares de Manuel Soto Sordera (1927-2001), miembro de una estirpe centenaria, que mamó el flamenco desde la infancia y vivió los tiempos duros de ventas, tablaos y señoritos. A la guitarra, un jerezano que ha acompañado a los más grandes: Paco Cepero.



Imagen: Soleares. Marvin Steel (2008)

13 comentarios:

Mono Burgos dijo...

Me encanta este cursillo intensivo de flamenco que que nos estas dando. Ya casi no hay que esperar que llegue la Bienal de Flamenco.

Y mira por donde, fomentas la Cultura Andaluza que para la LEA es tan importante....

Dejándome de ironias te felicito por estas entradas.

Besos

Tempero dijo...

Por este entreveramiento azaroso llega uno a las diferentes bitácoras. Desde 'Miradme al menos' he llegado aquí. La soleá es muy difícil cantarla bien. Más difícil es cantarla con singularidad. El ejemplo de ésta con la Tía Vala me fascina. Supongo que la conocerás:

Solea de la Tía Vala con Moraíto

Y ya puesto, te vendo una soleá tremenda, con la sola guitarra de Vicente Amigo. La publique en mi cuaderno, donde el flamenco en música ocupa un lugar especial:

Enlace con la soleá de Vicente Amigo

Saludos flamencos.

Las hojas del roble dijo...

Preciosa entrada. Al Fillo o a Franconetti se le habrían saltado las lágrimas.

José Miguel Ridao dijo...

Gracias, Mono. No me recuerdes la LEA, que me enrito.

Bienvenido, Tempero. Gracias por los enlaces, paso a oírlos. La de la Tía Vala no la conozco. Otro saludo flamenco para ti.

Te doy las gracias, 69, con voz afillá, más que nada por el resfriado.

Abrazos afillaos.

Alejandro Muñoz dijo...

Tenemos que aprendr a tocar la guitarra uno de los dos, que mesa y arte ya tenemos.

Ridaíto de Alájar y el Flequi de Nervión. ¡Casi ná!

José Miguel Ridao dijo...

Y por fandangos fantasmeros, Lanzaenristre de San Bernardo. Íbamos a arrasar,
Álex.

Capitán dijo...

Pues ya sólo me falta ver al de Alájar y al de Nervión cantando un haiku en versión original.

Alejandro Muñoz dijo...

Lo verás, Capitán... en cuanto que los niños nos permitan coincidir en la feria entonaremos el haiku... jodersu...

Semana Santa
y Feria de Sevilla
con cuatro niños.

José Miguel Ridao dijo...

Di que sí, Álex, con dos cojones.

Capitán: Uhhhhhhhhhh

Joaquín dijo...

La interpretación del Sordera, en una palabra: emocionante.

La seriedad del cantaor, qué diferente de la ligereza de los del flamenquito.

Dicen algunos aficionados, que el mejor cantaor jerezano vivo es el Agujetas. Aquí lo dejo caer.

Saludos.

José Miguel Ridao dijo...

Estuve a punto de poner un vídeo que encontré del Agujetas, Joaquín, pero tenía muy mala calidad. Desde luego, es un personaje de otro tiempo. ¡Qué barbaridad! Cuando abre la boca se olvida todo.

Un abrazo.

América dijo...

José Miguel a eso le llamo sacar del claustro el flamenco,llano sencillo con lo que se necesita y no con todo lo que se sabe,esas soleares de Manuel Soto Sordera me han estremecido sin más explicación que la pureza del arte y el sentimiento.

Un abrazo.

José Miguel Ridao dijo...

Es que no hace falta más, América. Una guitarra y una garganta. Pureza.

Un abrazo.