Mostrando entradas con la etiqueta Personajes. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Personajes. Mostrar todas las entradas

sábado, 10 de octubre de 2015

Georg Trakl



Ya en la fotografía que se le hizo a los tres años muestra el poeta esa expresión intensa, de una tristeza conmovedora, como herido por una vida que aún no ha empezado para él. Nunca le abandonó ese rictus trágico, hasta el suicidio final destruido por el alcohol, la cocaína y el horror de la Gran Guerra. Con 18 años, toda una premonición, comenzó a trabajar en la farmacia Weißen Engel, de su Salzburgo natal. Pero no fue ese ángel blanco, entonces legal, quien arruinó su vida, sino el veneno inoculado por la vanguardia, la conciencia abrumadora de un arte que reclama la vida de sus servidores. Y el pequeño Georg ya estaba señalado por el destino como uno de sus príncipes oscuros. Él sentía la presencia de los muertos invisibles. Tras la batalla de Grodek le causaba pavor la multitud de nietos no nacidos de esos hombres jóvenes que en vano trató de curar sin medicinas. Para él la vida fue un perenne atardecer, y su mérito consistió en sacar belleza de tanta podredumbre.

martes, 17 de marzo de 2015

Daguerrotipo


¡Qué misterioso encanto el de las fotos que nos llegan del pasado! Es como si cobraran forma las sombras del siglo XIX, cuando aún no existían imágenes, ni máquinas, ni ferrocarriles, ni asfalto en los caminos. Ésta que muestro es del año 1840, uno de los primeros daguerrotipos que se conservan en el estado de Baviera. La ocasión conmemorada, el cumpleaños del compositor y organista bávaro Max Keller, que posa con su esposa en el centro de la imagen. Detrás aparecen miembros de su servicio doméstico y de su familia, como muertos antiguos transportados al siglo XXI por el milagro de una técnica entonces rudimentaria. Pero quien atrae poderosamente la atención es la mujer de la primera fila a la izquierda, con el cabello oscuro severamente partido y expresión ausente. Dicen, y quiero creer que así es, que se trata de una antigua amiga austriaca de la familia llamada Constanze, Weber de soltera, que solía visitar con frecuencia Altötting, donde fue tomada la imagen. Constanze estaba viuda de su primer marido, al que dio seis hijos, desde hacía ya medio siglo. Nada fuera de lo normal, salvo que ese primer marido al que sobrevivió tanto en el tiempo se llamaba Wofgang Amadeus Mozart. El rostro palpable de esa mujer contempló y besó al genio, y el velo del tiempo se descorre para enseñárnoslo.

domingo, 8 de junio de 2014

María la Burra




Y si el otro día hablábamos del tío Gregorio el Borrico hoy quiero traer a su hija María, que desde que nació ya tenía el apodo más que cantado. Flamenca y gitana por los cuatro costados, demuestra en esta grabación que no hace falta tener unas facultades portentosas para cantar flamenco y poner los pelos de punta. Arte, compás, tradición, pureza, ahí queda ese cante por soleares, que impresiona por lo hondo, cante primitivo, esencia de un pueblo errante. Y qué jechuras las de María, y las del niño Jero, que le acompaña a la guitarra, y otra leyenda gitana entonces joven, José el de la Tomasa, genealogía viva del flamenco, haciendo de palmero de lujo. También están en el cuadro dos payos de excepción: la guitarrra muda de Manolo Franco dejando hablar a la del niño Jero, más curtida en estos envites, no en vano se templó acompañando al tío Borrico por las ventas jerezanas, y el añorado Chano Lobato, que se crió entre flamencos de Cádiz, payos y gitanos. Lo suyo eran las alegrías y los tangos, pero al oír a María por soleares no puede aguantarse de emoción.

No sé dónde estás ahora, María, si has acompañado ya al Borrico a cantar por celestiales, pero si aún estás con nosotros quisiera asistir a una fiesta con los tuyos, invisible, para dejaros cantar a gusto y enterarme por fin del misterio del compás de una soleá.

domingo, 1 de junio de 2014

Tío Borrico




Hubo un tiempo en que los flamencos se ganaban la vida no en festivales ni en bienales, sino cantando en las fiestas de los señores, y así podían dar de comer a todo su clan, y aún estaban agradecidos de las migajas que se les echaban, pero ellos a su vez no daban más que unas migajas de su arte, porque la esencia la regalaban en sus fiestas y bautizos, sin cobrar, cantando con el corazón y no por obligación, como decía el tío Gregorio, el Borrico de Jerez, de apodo contundente —¡qué borrico!, le dijeron una vez de joven al oír su rajo y potencia de voz—, padre de María la Burra, estirpe flamenca, gitana y pura, ¿o acaso no es lo mismo? Tiempos pasados de miseria y penurias, este hombre llevaba escrita su biografía en el rostro.

P.S. Por cierto que encuentro un más que razonable parecido entre nuestro personaje y cierto Lord inglés coetáneo suyo:



Salvado el barniz de la British Education, clavaítos. Hermanados, además, por la tendencia a izar la articulación húmero-cubital.

sábado, 25 de enero de 2014

Sebastian el andarín



No exageramos al decir que el joven J.S. Bach recorrió en su adolescencia y juventud miles de kilómetros a pie en pos de su mayor e único sueño: la Música. Mientras que compañeros de precocidad como Händel, Mozart o Mendelssohn asombraron al mundo antes de cumplir los veinte años con obras de una madurez increíble, Bach se dedicaba a copiar obras de otros a la luz de una vela. Como dice su biógrafo Klaus Eidam, "A otros les desbordaban las ideas, a Bach sus ansias de saber".

Hubo un instrumento que llamó poderosamente la atención del joven Bach muy por encina del resto: el órgano, una maravilla de la técnica incluso para los cánones actuales. Ya en 1695, huérfano de padre y madre, se fue a vivir con su hermano mayor Johann Christoph, organista en Ohrdruf, y quedó fascinado por las posibilidades del instrumento, aunque tenía rigurosamente vedado el acceso a él. En años posteriores fue alternando sus múltiples cambios de residencia con viajes para visitar a los maestros del órgano, tanto constructores como intérpretes, y ello siempre a pie, dada su falta de medios. Es famosa la visita que hizo al maestro Dietrech Buxtehude desde Arnstadt hasta Lübeck, en una caminata de casi cuatrocientos kilómetros sólo de ida. Allí pasó unos meses con el gran organista y quiso ser su sucesor, pero el precio a pagar era la mano de su hija, y al igual que hizo Händel dos años antes declinó la oferta (por desgracia, no se ha conservado ningún retrato de la dama). Con nuestras nuevas tecnologías, no cuesta mucho soñar con lo que Bach escuchó en aquellos meses pasados con el anciano maestro, aunque no podamos sentir tan fácilmente los olores, las visiones y los sentimientos de aquella época tan distinta, de aquellos músicos singulares.



domingo, 19 de enero de 2014

Dos Obras, una Guerra




Qué diferente es la visión de una misma tragedia, la Gran Guerra, por dos combatientes del mismo bando que plasmaron sus vivencias en sendas obras maestras: Erich Maria Remarque en Sin novedad en el frente y Ernst Jünger en Tempestades de acero. Jünger es un Homero desprovisto de épica, y nos presenta cuerpos mutilados y salpicaduras de masa encefálica como atributos del héroe superviviente, ése que se sacrificó por la patria y nunca dio como perdida una guerra que los despachos de Versalles hicieron humillante para toda una generación de alemanes. Remarque, por el contrario, pertenece a una estirpe menos primitiva: la de los que fueron conscientes de todo el horror de las carnicerías de la trincheras, nunca antes, pero sí durante y, más raramente, después de la bacanal de sangre. Su testimonio es profundamente humano, frente a la frialdad imperial y filosófica de Jünger. Él escribió un libro hecho de carne, sangre y huesos, con episodios tan conmovedores como el espantoso alarido de los caballos moribundos en el campo de batalla, que toda la compañía trataba de evitar tapándose los oídos en espera de los soldados y camilleros ocupados en atender a los seres humanos y que no tenían tiempo de darles el tan ansiado tiro de gracia. “La mayor vileza de todo esto es que los animales tengan que hacer la guerra”, dice uno de los camaradas, hombre de campo. O el despiadado ataque con gas de los Tommies y el uso de esas máscaras ultraterrenas en medio de tumbas y ataúdes que servían de parapeto contra la metralla. Remarque es hermano de Wilfred Owen, poeta del bando contrario, pero sus voces quedaron amortiguadas durante mucho tiempo por el clamor de cientos de miles de Jüngers para los que la épica tapó el drama. Luego muchos se convirtieron en nazis, y los que no lo hicieron acabaron atrapados por una trampa diabólica, de la que escaparon muy pocos alemanes, uno de ellos Raimund Pretzel, que bajo el musical seudónimo de Sebastian Haffner escribió Geschichte eines Deutschen y escapó a París en 1933, justo a tiempo para luchar por el bando que le dictaba la lógica, y no la nación. Los Jüngers se hundieron con el Tercer Reich, pero su voz terrible aún resuena extrañamente hermosa.

martes, 14 de enero de 2014

El arte de improvisar


La música mal llamada "clásica" se somete hoy en día al corsé de la partitura que, si bien garantiza la fidelidad a la obra del compositor, resta importancia y, sobre todo, creatividad, al intérprete; por eso precisamente muchos prefieren el jazz. Pero eso no ha sido siempre sido así, y los grandes genios como Bach, Mozart y muchos otros han tenido también un talento excepcional para la improvisación, según cuentan los testimonios de la época. Hoy, en la música seria esto no se valora, lo que en mi opinión no sirve sino para enmascarar la mediocridad imperante, que empieza por los conservatorios y desanima a los más creativos. Alguna excepción sí que hay, y si no escuchen a la gran pianista venezolana Gabriela Montero, de formación irreprochablemente clásica, explotando su inigualable talento en estas improvisaciones sobre la melodía de "Cumpleaños feliz".

viernes, 3 de enero de 2014

El primer libro del año



Todo un descubrimiento en mis incursiones por esos mares electrónicos infestados de piratas: La felicidad de los pececillos, del escritor y sinólogo belga residente en Australia Simon Leys. Hacía tiempo que no me topaba con reflexiones tan penetrantes, tan ingeniosas, tan inteligentes, tan…. maravillosamente inútiles. Algunas perlas:
Ningún escritor dispone de un poder verbal capaz de rivalizar con la imaginación de sus lectores; así, todo su arte consiste en tocar esa tecla.
O esta frase de Unamuno, que supone un guiño al título del libro, que no obstante está traído de la literatura china:
El hombre, por ser hombre, por tener conciencia, es ya, respecto al burro o al cangrejo, un animal enfermo. La conciencia es una enfermedad.
Así, como quien no quiere la cosa, introduce en sus reflexiones sentencias demoledoras:
La irresponsabilidad –que es otro nombre de la felicidad- constituye un privilegio denegado a la gente trabajadora y concienzuda, pobres diablos sobre cuyos hombros descansa la marcha más o menos positiva de este bajo mundo.
También habla, y mucho, del enorme drama del verdadero escritor, como el poeta chino del siglo IX Jia Dao:
¡Tres años para escribir dos versos! Los canto para mí mismo y lloro…
O esta reflexión del gran Cyril Connolly:
La recompensa del arte no es ni la gloria, ni el éxito, sino la intoxicación.
Como no deja títere con cabeza, se enseña, a fe que merecidamente, con el mundo académico:
Un investigador universitario es un individuo que sabe cada vez más de un asunto siempre menor, de suerte que termina por saber todo de nada.
En un momento dado, se dedica a desnudar la obvia pero a la vez oculta estupidez de los afanes a que nos entregamos en la sociedad actual:
Hoy en día, por una irónica paradoja, el lumpenproletariat está condenado al ocio forzado de un desempleo crónico y degradante, mientras que los miembros de la élite educada, cuyas profesiones liberales han sido transformadas en máquinas dementes de hacer dinero, se condenan a sí mismas a la esclavitud de un trabajo abrumador que no cesa ni de día ni de noche, sin tregua, hasta que revientan en la tarea, como acémilas aplastadas por su propia carga.
La última reflexión, referida a la muerte y el paso del tiempo, es grandiosa:
¿Es posible imaginar a un pez que se asombre de que el agua moje? Es que nuestra verdadera patria es la eternidad; nosotros no somos más que visitantes de paso en el tiempo.

En resumen, que me fascinan los libros que me hacen pensar, aunque no conduzcan a nada. Este Leys, que en realidad se llama Pierre Ryckmans, me ha parecido un genio, sobre todo por ser sabio.

domingo, 15 de diciembre de 2013

El puto amo (3): ¡¡18 dos de pecho!!




Ya dije en otra entrada que Juan Diego Flórez es el puto amo de los tenores ligeros. Ignoro si ha habido otro mejor en la historia, pero en la actualidad, y desde que hay registros grabados, sencillamente no tiene rival. Aquí lo vemos en el papel de Tonio, de La fille du regiment, en el famoso pasaje "Pour mon âme...", conocido como el aria de los nueve dos, y ante la locura del público el tío da un bis y emite en un momento dieciocho dos de pecho, esa nota temida por la mayoría de los tenores, que en el mejor de los casos alcanzan con un esfuerzo evidente (y aquí incluyo a Kraus), y que sin embargo el peruano la canta como quien respira, fluida, precisamente como debe sonar la música para que sea bella. Pero claro, a ver quién es el guapo que tiene su registro, su timbre, su don celestial...

domingo, 27 de octubre de 2013

Aquiles Machado: Un Rodolfo de otros tiempos


Hay cantantes que pasan desapercibidos, talentos que prometen una carrera fulgurante pero después no gozan del total favor del público y se quedan en estrellas de segunda categoría, lejos de la fama de algunos colegas ilustres. Es el caso del tenor venezolano Aquiles Machado, alumno predilecto de Alfredo Kraus en su juventud, que recién ingresado en la cuarentena es dueño de una voz en sazón, con una belleza en el timbre que recuerda al mejor Björling, y no sólo comparte eso con el sueco legendario, sino también un físico que no le acompaña, y que quizá en estos tiempos de frivolidad le impide triunfar como debería. Escuchémosle en la famosa aria de la Bohème Che gelida manina, a ver qué voz se le puede igualar actualmente en este repertorio.

 

miércoles, 5 de junio de 2013

Un poeta feliz


Me ha impresionado la descripción que hace Cyril Connolly del poeta norteamericano E.E. Cummings:

Era una figura muy aislada, pero demasiado feliz para sentirse solo.

Yo, de mayor, quiero ser así.

jueves, 23 de mayo de 2013

Niño Miguel




El dios de la guitarra que tocaba en su juventud esta bulería imposible ha muerto hoy. Llevaba años vagando por las calles de su Huelva natal con una guitarra de tres cuerdas, destruido por la heroína y, más cruel aún, por la esquizofrenia. Un genio roto, golpeado por la marginación secular de ese pueblo gitano que, quizá por eso, siente el flamenco como nadie. Apenas pudo dar unas gotas de lo mucho que atesoraba. Hubiera sido sin duda el más grande. Sólo queda agradecer tanto talento.

miércoles, 22 de mayo de 2013

Chaves Nogales: No tan profeta como dicen


Esto escribía Chaves Nogales en 1928, en su obra La vuelta a Europa en avión:
Los norteamericanos influyen en París. Lo estropearán todo. El dólar es demasiado fuerte, y esta gente se halla tan bien dispuesta para dejarse corromper... Francia, que sabe sacar esa fuerza de flaqueza que es su patriotismo cuando llega el momento de peligro, debía alarmarse ahora tanto como cuando los alemanes iban hacia París. Pero los franceses, que resistieron al hierro, no resisten al oro. Es lástima. Esos tíos de Chicago lo van a estropear todo.
Pues menos mal que llegaron los tíos de Chicago en el 44 a Normandía, que si no...

P.S. Todo hay que decirlo: su obra La agonía de Francia le redime de este pequeño y comprensible patinazo.

lunes, 11 de marzo de 2013

Titta Ruffo, genio y figura...


Impresionan las líneas que dedica Arturo Barea al barítono Titta Ruffo en la primera parte de su apasionante autobiografía La forja de un rebelde, de la que hablaré con detenimiento otro día:
Es un efecto tremendo oír cantar al lado de uno. Conforme estoy sentado detrás del bastidor, los cantantes vienen a veces y desde allí cantan lo que en el teatro llaman canciones internas. Los veo de abajo arriba, con sus trajes de seda, cantando y mirando al director de orquesta a través de una rendija en la decoración. La voz vibra de tal manera que se ven todas las carnes del cantante bailotear y quedarse temblando en las notas agudas. Hay dos excepciones: Titta Ruffo y Massini Pieralli. Cuando cantan no vibran ellos, vibra todo lo que hay al lado de ellos. Vibro yo y si pongo una mano en la madera de la armadura de la decoración, también la madera está vibrando. Les sale y les entra el aire en el pecho como en un fuelle de fragua, y es sólo la garganta lo que suena. Al lado de ellos, se les mira la boca y no se oye salir de ella ningún sonido, pero después suena todo, así que se les ve articular las palabras con los labios, con la lengua y con los dientes y quien las pronuncia es el escenario, la decoración, los telares, la orquesta, el público, la sala, el teatro todo, hasta la luz de la batería parece que suena. Esto lo llaman en el teatro emisión de voz.
Y claro, después de una descripción así entran ganas de escuchar al dueño de la voz, algo que hoy en día es posible gracias al maravilloso invento de internet. Con ustedes, el gran Titta Ruffo canta el aria de Germont de La Traviata (Plácido Domingo anda ahora haciendo este papel de barítono en el Met, a sus 72 años), Di provenza il mar, il suol. La grabación es de 1907, aproximadamente la época en que Barea, un golfillo de Lavapiés, lo escuchaba entre bastidores. El director Tulio Serafin dijo que a lo largo de su carrera conoció grandes voces, pero sólo tres milagros: Caruso, Ruffo y Ponselle.



Y para rematar la entrada, una anécdota que cuenta Barea recordando a Ruffo y que habla de su sentido del humor, poco convencional para la época:
Cuando hay función regia a veces viene el rey a verlos y entonces la rotonda se llena de policías que miran de mala manera a todo el mundo y de militares en traje de gala que vienen detrás del rey. A Anselmi, como es muy elegante, le alegran mucho estas visitas, pero a Titta Ruffo, que dicen fue carretero, le enfadan. Una noche llegaron los policías y empezaron todos a decir: «¡Que viene el rey!». Echaron a todo el mundo, menos a las coristas y a las visitas que eran duques o cosa así y tenían sombrero de copa. Y todos se quedaron muy callados esperando la llegada del rey. Conque, va Titta Ruffo y con el vozarrón que tiene y la puerta del cuarto abierta empieza a cantar:
- ¡Mierda! ¡Miieerda! ¡Miieerda! ¡Mierdaaaa!
Nadie se atrevía a decirle nada y él venga a cantar todo lo fuerte que podía. Al rey no le debió de gustar, porque después el comisario regio que tiene el teatro le preguntó si no podía cantar otra cosa.
- Sabe usted -le dijo Titta Ruffo-, es una palabra que va muy bien para ensayar la voz. Tiene el mi, el re y el la.
Y desde entonces, antes de salir a cantar llenaba de «mierdas» todos los pasillos del Real. Cuantos más sombreros de copa había, más «mierdas» soltaba.
Genio y figura...

sábado, 29 de septiembre de 2012

El defecto de Fritz Wunderlich


Jamás he escuchado un timbre más luminoso que el del tenor alemán Fritz Wunderlich. Se diría que en vez de garganta poseía un sol radiante que aún hoy, casi cincuenta años después de su absurda muerte, nos inunda al escuchar sus interpretaciones de Mozart, o de las operetas que tanto amaba. En italiano se prodigó poco, para nuestra desgracia. Traigo hoy una de sus pocas grabaciones: el aria de Rigoletto La donna é mobile, que quizá suena distinta en su voz, acostumbrados como estamos a las interpretaciones de otros tenores, aunque de ningún modo es inferior. Como agudamente señala un comentarista del canal Youtube: "Questo cantante aveva un solo difetto: era nato in Germania e non in Italia".

jueves, 6 de septiembre de 2012

¡No puedorrrr!


Mira que empiezo a leer el libro con ilusión, y hago propósito de enmienda, y me gusta mucho lo que cuenta, y cómo lo cuenta, y da un montón de información literaria útil y todo eso, y no es coña, pero es que cuando llego a leer que se ha encontrado en el Rastro "mantelerías maculadas con astros de óxido"... es que no puedo, oigan, me se caen los palos del sombrajo...

viernes, 24 de agosto de 2012

Apuntes (176): Sugestión ombliguista


En estas últimas mañanas de agosto parece como si las campanas del pueblo y de la Peña repicaran más limpias, o a lo mejor es que el aire es más liviano, y se está sacudiendo las pesadas alfombras del estío.

~

El poder de la sugestión: Ignacio tiene otitis, y le estamos aplicando unas gotas en el oído. Esta mañana le dolía la barriguita a Gonzalo, y me ve echando las gotitas a Ignacio. Me dice que le dé algo a él también. Cojo el cuentagotas, voy al grifo y lo lleno de agua. Le digo que se tumbe y que se levante la camiseta. Le echo cuatro o cinco gotas en el ombligo y le digo que se esté quieto unos minutos. Mano de santo: al rato está el niño corriendo y saltando por la casa.

~

La piscina de Fuenteheridos tiene un gran encanto: es una piscina rural, con hierba en lugar de césped, poblada por todo tipo de árboles, con el sonido de fondo de las esquilas del ganado y el canto de los gallos. No se oye una máquina; sólo voces y ruidos de la naturaleza. La piscina está prácticamente vacía, a pesar del calor de la jornada. No es tan difícil pasar del horror al paraíso.

~

Son repulsivas las imágenes del tal Breivik triunfante tras recibir su veredicto de cárcel, saludando al mundo con el brazo en alto, una alimaña que cazó y mató como si fueran conejos a decenas de jóvenes en una isla noruega, en una escena que parece salida del horror de las peores películas de miedo, y ahora se le permite posar perfectamente trajeado, desafiando al mundo, da la impresión que ha llegado al punto más elevado de su vida. Y todo gracias al Estado de Derecho, un gran avance, hace trescientos años le habrían desollado vivo, o descuartizado atando una soga a sus extremidades tiradas por caballos, y todo a la vista de un público encantado, jaleando el espectáculo. ¿No son ambos extremos igualmente alejados del deseable punto medio?

~

Cuando un tipo es capaz de escribir su autobiografía a los 34 años, cuando aún le quedaban 56 años de vida, y contar lo que cuenta, como lo hace Robert Graves en Adiós a todo eso, uno no sabe si sentir envidia, frustración o admiración, o las tres cosas juntas. Por lo que estoy pudiendo comprobar, la Gran Guerra marcó a fuego a los que combatieron en ella, muy por encima de cualquier otra guerra.

viernes, 3 de agosto de 2012

Apuntes (171): La mosca y el tiempo


A los agoreros que dicen que se nos acaba el tiempo, les respondería que ahora es cuando el tiempo va a empezar a contar.


~

Cuando empezamos a mirar hacia fuera para buscar la causa de nuestros males, la situación tiene visos de no tener cura.

~

La principal tesis de Weber en su obra La ética protestante y el espíritu del capitalismo es que el espíritu de la Reforma favoreció el desarrollo del capitalismo industrial, mientras que los países de religión católica no se preocupaban del lucro. Y claro, automáticamente me viene a la cabeza la figura de Angela Merkel, hija de un pastor luterano.

~

La mosca de Monterroso es una alegoría de la muerte, que transporta en sus alas el tiempo inexorable y nos recuerda que un segundo vale por toda una vida.

~

Última moda playera: el bañador-pañal. Consiste éste en una prenda a modo de calzonas de corredor de fondo, se supone que impermeables. La gracia consiste en no dejar que los bordes caigan rectos sobre las piernas, para lo que se remeten por dentro formando un pliegue imposible de mantener durante mucho tiempo,  y que hace parecer al bañista (los he visto que superan holgadamente los 70 años) un enorme bebé de pañales floreados.

viernes, 20 de julio de 2012

George Borrow, el racismo y los gitanos españoles del XIX


Una de las manifestaciones más claras del problema del racismo se da en la relación de los gitanos con el colectivo predominante en las zonas donde viven, lo que algunos de ellos llaman hoy payos, palabra que no aparece con ese sentido en el vocabulario caló hasta muy recientemente. La presencia de los gitanos en la península ibérica data del siglo XV, y al poco tiempo de llegar ya sufrieron persecuciones. Pueblo errante por antonomasia, siempre fueron una minoría de nula influencia en la vida política del país, algo favorecido por el hecho de carecer de asentamiento fijo. Parece ser que este hecho fue la causa de la persecución decretada en tiempos de los Reyes Católicos, que al buscar la homogeneidad cultural y religiosa de la península no estaban dispuestos a tolerar un pueblo libre campando por su reino. Al margen de estos ataques desde el poder establecido, estimo que la principal fuente de conflicto y, seguramente, racismo, fue el modo de vida de los gitanos, que en muchos casos se dedicaban a robar bienes y ganado y embaucar a los que no eran de su raza. Resulta muy interesante la visión que ofrece el viajero inglés George Borrow, que deambuló por nuestro país cinco años con el objeto de imprimir biblias sin anotaciones y distribuirlas entre el pueblo. Borrow fue un personaje curiosísimo: hablaba y traducía decenas de lenguas, entre ellas el caló, pues a los 7 años se escapó con un gitano inglés a un campamento y convivió un tiempo con ellos. Borrow llega a la península en 1835 con 32 años, procedente de Rusia, donde había estado estudiando la lengua manchú para traducir a ella el Nuevo Testamento. Su relato empieza con la llegada a Lisboa y la travesía de las comarcas del Alentejo, y cautiva inmediatamente con la vividez de las descripciones: es un mago que ilumina para sus afortunados lectores la España negra de la primera mitad del XIX. Inmediatamente Borrow se mezcla con los gitanos, pueblo con el que se siente más cómodo que con los españoles, y que le acogen como a uno de su raza. No parece "don Jorgito", pues, muy sospechoso de escribir en contra del pueblo calé, y en su narración, aparte de referir los abusos y vejaciones cometidos contra el pueblo gitano, continuamente describe los robos y crímenes cometidos por éstos. Es más, a la hora de despreciar a la otra raza, los gitanos se puede decir que superan a los que ellos llaman despectivamente "busne", extraños. Tras un diálogo entre Borrow y su amigo Antonio, gitano de extremadura, donde le expone su intención de difundir la biblia para acabar con los crímenes cometidos por ambos bandos, el gitano responde:
You speak of robbery, cruelty, and murder. There are too many Busne, brother; if there were no Busne there would be neither robbery nor murder. The Calore neither rob nor murder each other, the Busno do; nor are they cruel to their animals, their law forbids them.
Hablas de robo, crueldad, asesinato. Hay demasiados busne (no gitanos), hermano; si no hubiera ningún busne no habría robos, ni asesinatos. Los calore (gitanos) no roban ni se matan entre ellos, los busne si lo hacen; ni son crueles con sus animales, la ley se lo prohíbe.
Un pueblo errante siempre se cree el centro del mundo, no está programado genéticamente para la convivencia. Tampoco suele tolerar en absoluto al extraño. A partir de ahí podemos pensar en qué es el racismo, cuáles son sus consecuencias y qué soluciones pueden aplicarse.

martes, 22 de mayo de 2012

Es... Peranza Aguirre, la cólera de Dios


Acabo de escuchar en la radio unas declaraciones impactantes de la señora Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid. Ya se sabe que no se muerde la lengua ni se anda con chiquitas, y así, al preguntarle por los recortes en su comunidad, y sin darle pie para ello, ha sacado el tema de la huelga de profesores convocada hoy para todos los niveles de la enseñanza. La señora se ha venido arriba, y ha puesto el ejemplo de su comunidad, donde se ha ahorrado mucho dinero aumentando en dos horas la jornada lectiva. Pero ya puesta, y en el fragor de la entrevista, ha ido mucho más allá afirmando enardecida que en el resto de nuestro horario hasta 37,5 horas los profesores tenemos que estar en el centro, y no LEYENDO UNA REVISTA (sic), sutilísima forma de hacer creer al personal que los profesores nos pasamos media mañana leyendo revistas en un sofá de la sala de profesores. También tiene la brillantísima idea de que SI HAY UN PROFESOR QUE ESTÁ DE BAJA TENDREMOS QUE DAR SU CLASE (sic), así, con dos cojones (porque Esperanza tiene cojones), da igual que un matemático tenga que dar clase de francés, por lo visto, y si coinciden los horarios tendrá que ser ubicuo. Así, claro está nos ahorramos el dinero de los sustitutos, y los alumnos aprenden muuuuucho más. De lo que no ha dicho nada es de reducir el sueldo de políticos, ni de directivos o trabajadores de empresas y cajas de ahorro controladas por la comunidad de Madrid, ni de sancionar a los diputados que no acuden a las sesiones, o quitar el periódico que algunos llevan camuflado, o denunciarles por robarlo de la cafetería, que con el sueldo no les llega para comprarlo, o investigar las facturas de teléfonos móviles, para que paguen las llamadas privadas o la conexión a páginas porno... ¡Uy, qué digo, hablo solamente por conjeturas! ¡Retiro lo dicho, señora Aguirre, mis disculpas!

P.S. Acojonado estoy: hoy mismo me pongo a estudiar latín y griego, que las titulares del departamento tienen una salud delicada.

P.P.S. Esta tía, cada vez que habla sube el pan. Verás tú la inflación...