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lunes, 29 de septiembre de 2014

The not so Waste Land


…si lunga tratta
di gente, ch’io non avrei mai creduto
che morte tanta n’avesse disfatta.
Dante : Inferno, Canto I

El cadáver plantado por Stetson ha comenzado a florecer.
La Muerte, que a tantos ha deshecho,
no es más que un Sísifo arrogante e inútil.
I will show you fear in a handful of dust.
Y yo te enseñaré la luz
a través de un bosquecillo calcinado
en el infierno de los campos de Flandes.

miércoles, 22 de enero de 2014

La eternidad de una semana


Por una sonrisa, un triunfo.
Cada mañana vences a la muerte
y en tu rostro renace la alegría
de los primeros tiempos.
Un día volverá el dolor, no tengas duda,
¿pero quién se preocupa del futuro?
Anoche mismo sufrías entre sueños
y al despertar volvió la luz a tu mirada,
aun sin abrir los ojos.
La vida es eso; morir, morimos todos,
y no tiene importancia
más allá de una pequeña estrella
que se apaga, y a lo mejor renace,
o no, está tan lejos y tan fría...

Pareces un pequeño duende
y te brillan los ojos al hablar,
y te pones a la altura de los niños,
y te enfadas por las mismas tonterías,
y ríes, sobre todo ríes,
porque la risa es un pedazo de felicidad
con el que nos desayunamos cada amanecer
desde hace una semana,
la eternidad de una semana.

jueves, 17 de octubre de 2013

Apuntes (188): Realidad incierta


Hay una dulzura inconfesable en recrearse en la muerte cuando se tiene lejos.

~

Nadie ha vuelto del reino de Hades, jamás. Eurídice no soportó la luz del sol, se había despeñado al abismo antes de que Orfeo mirara hacia atrás.

~

La palabra “siempre” está vacía de sentido, tanto como “nunca”.

~

El gran drama del hombre contemporáneo es encarar la vida como si no hubiese un fin; medir el tiempo no por días, sino por años; hacer planes de eternidad sin creer en los dioses.

~

Al fin estamos solos, ésa es la gran verdad.

jueves, 10 de octubre de 2013

Jules Laforgue: La première nuit


Vemos llegar la dulce tarde al viejo lúbrico.
Mi gato Mürr, acuclillado como una esfinge heráldica,
Contempla inquieto con su pupila fantástica
Subir en el horizonte la luna clorótica.

Es la hora en que el niño reza, cuando París el lupanar
Arroja sobre los adoquines de cada bulevar
Las chicas de fríos senos que bajo el mortecino gas
Vagan olfateando un macho casual.

Yo, junto a mi gato Mürr, sueño en mi ventana.
Sueño con los niños que por primera vez ven la mañana,
Sueño en todos los muertos de hoy bajo la tierra.

Y me figuro que estoy al final del cementerio,
Y me pongo en el lugar, entrando en su féretro,
De los que van allí a pasar su noche primera.



Voici venir le soir doux au vieillard lubrique.
Mon chat Mürr, accroupi comme un sphinx héraldique,
Contemple inquiet de sa prunelle fantastique
Monter à l'horizon la lune chlorotique.

C'est l'heure où l'enfant prie, où Paris-Lupanar
Jette sur le pavé de chaque boulevard
Les filles aux seins froids qui sous le gaz blafard
Vaguent flairant de l’œil un mâle de hasard.

Moi, près de mon chat Mürr, je rêve à ma fenêtre.
Je songe aux enfants qui partout viennent de naître,
Je songe à tous les morts enterrés d'aujourd'hui.

Et je me figure être au fond du cimetière
Et me mets à la place en entrant dans leur bière
De ceux qui vont passer là leur première nuit.

viernes, 13 de septiembre de 2013

The sick wife (un poema chino del siglo I A.C.)


Impresiona en la poesía china la crudeza con que se exponen los motivos, lo que los realza mucho más que cualquier adorno a los que estamos acostumbrados en la literatura occidental. El siguiente poema anónimo, que rescato de la traducción inglesa de Arthur Waley (ya me gustaría poder traducir directamente del chino), transmite una desolación honda y lúgubre con muy pocos mimbres.

Ella había estado enferma durante años;Mandó buscarme para decirme algo.No podía decir lo que queríadebido a las lágrimas que fluían de sí mismas.“Te he cargado con niños huérfanos,con dos o tres niños huérfanos.No permitas que nuestros niños pasen hambre o frío;Si se portan mal, no les azotes ni les golpees.Cuando saques al bebé, acúnalo en tus brazos.No olvides hacer eso.Por último ella dijo,“Cuando los llevaba en mis brazos no tenían ropay ahora sus chaquetas no tienen forro.” [Ella muere.
Yo cerré las puertas y atranqué las ventanasy dejé a los niños sin madre.Cuando llegué al mercado y encontré a mis amigos, sollocé.Me senté y no pude ir con ellos.Les pedí que compraran algunos pasteles para mis niños.En presencia de mis amigos gemí y lloré.Traté de no afligirme, pero la pena no cesaba.Busqué en mi bolsillo y di algún dinero a mis amigos.Cuando llegué a casa encontré a mis niñospidiendo ser llevados a los brazos de su madre.Recorrí la habitación vacía de arriba abajoa uno y otro lado largo tiempo.Luego salí de ella y me dije,“Olvidaré y nunca hablaré de ello otra vez.”




She had been ill for years and years;She sent for me to say something.She couldn’t say what she wantedBecause of the tears that kept coming of themselves.“I have burdened you with orphan children,With orphan children two or three.Don’t let our children go hungry or cold;If they do wrong, don’t slap or beat them.When you take out the baby, rock it in your arms.Don’t forget to do that.”Last she said,“When I carried them in my arms they had no clothesAnd now their jackets have no linings.” [She dies.
I shut the doors and barred the windowsAnd left the motherless children.When I got to the market and met my friends, I wept.I sat down and could not go with them.I asked them to buy some cakes for my children.In the presence of my friends I sobbed and cried.I tried not to grieve, but sorrow would not cease.I felt in my pocket and gave my friends some money.When I got home I found my childrenCalling to be taken into their mother’s arms.I walked up and down in the empty roomThis way and that a long while.Then I went away from it and said to myself“I will forget and never speak of her again.”

domingo, 8 de septiembre de 2013

Rocío milenario


El siguiente poema chino de la época de la dinastía Han, traducido al inglés por Arthur Waley y publicado en Londres en 1918, que traduzco ahora al español desde la versión inglesa, era cantado en el entierro de príncipes y princesas. 

Qué rápido se seca
el rocío en la hoja del puerro silvestre.
El rocío que tan veloz se seca 
caerá mañana de nuevo.
Pero aquel al que llevamos a la sepultura
no retornará jamás




How swift it dries,
The dew on the garlic-leaf,
The dew that dries so fast

Tomorrow will fall again.
But he whom we carry to the grave

Will never more return.

lunes, 19 de agosto de 2013

Todas las noches


Todas las noches llaman a mi puerta, pero yo ya no quiero verlos. Me amparo en el silencio, y lo que un día fueron risas resuenan como aullidos en el cráneo de los amantes muertos. Entonces aprieto los labios, y cierro fuerte los párpados hasta que el gris se vuelve tiniebla, y mis dedos empujan por dentro los oídos, pero todo es vano: un resplandor de muerte penetra poco a poco en todo mi ser, y ya no me abandona hasta el amanecer. El día es un pánico creciente a la visita ineludible, y ya no sé cuándo han llegado y cuándo temo que ya están aquí; el sufrimiento es el mismo. Tendré que dejarles entrar, quizás mañana, no puedo resistir muchas más noches. Y sé que entonces habrá llegado el fin, la voz de los amigos del pasado recorrerá mi estancia; todos los himnos, todos los libros, las horas vomitadas de la juventud. Seré arrastrado por la inmundicia acumulada hacia un destino incierto, negro y pavoroso.

miércoles, 15 de mayo de 2013

Apuntes (186): Wine and roses


Unos grados de más, el viaje del sol que se demora, un minuto de silencio bajo los árboles, y al fin desaparecen las insoportables y tediosas brumas del invierno.

                                        ~

El mes más cruel es siempre el más feliz.

                                        ~

No hay días de vino y rosas sin borracheras ni espinas, pero eso pertenece al futuro.

                                        ~

La musa es ciega y sorda, pero posee una belleza irreal y tiene una voz maravillosa que nos hace cosquillas en el estómago.

                                        ~

No hay peligro mayor ni más cierto que la muerte. Seamos, pues, valientes y disfrutemos cuanto podamos. 

                                        ~

La verborrea del mirlo llena de rumores los jardines.


sábado, 16 de febrero de 2013

Apuntes (185): Nuestro Dickens particular


Los días caen como esos frutos que nadie se ocupa de recoger, y las ramas del árbol de la vida se van quedando desnudas. Pronto han de florecer engendrando más vida, y lo que era un suelo lleno de fruta podrida se convertirá en una alfombra de flores. Allí, en el suelo, se escribe nuestra historia. Cuando caiga el árbol hará mucho tiempo que faltemos de nuestra casa. Quién sabe, quizá hayamos emigrado a otros árboles, o a otro suelo, o a otras estrellas lejanas.

~

Galdós es un maestro, nuestro Dickens particular. Los Episodios Nacionales son, junto al Quijote, los hitos de la novela española. Allí Galdós se agranda, se ve libre de tiranías de estilo o de género, y nos lleva de la mano en un viaje apasionante por la España del XIX. Una lectura actual, yo diría que imprescindible; la huella de un pueblo orgulloso del que hoy apenas quedan unos rescoldos.

~

Así como a Dickens se le acusa de un excesivo sentimentalismo, se puede achacar a Galdós cierta grandilocuencia en los discursos de los personajes, pero lo que se pierde en realismo se gana en lucidez de pensamiento.

~

Cuanto más estudio la Economía más perplejo me quedo ante esa ciencia imprecisa e ingrata, que no resuelve nada, y que adolece de un utilitarismo claramente destructivo.

~

No es cruel abril, ni el tiempo que pasa, ni los animales, ni los hombres. Lo cruel es la distancia, y las ilusiones nunca del todo apagadas.

sábado, 3 de noviembre de 2012

Apuntes (183): De muertos


El silencio tiñe de humanidad los paisajes mojados del otoño.

~

En noviembre los muertos reviven en la hierba de las tumbas para recibir las visitas con sus mejores galas.

~

La calabaza de halloween se ríe de nuestra ignorancia de ultratumba.

~

Una aldea abandonada. El agua corriendo por las calles de piedra. La plaza una vez llena de vida y que hoy sirve de pasto a las ovejas. Las chimeneas ennegrecidas apagadas hace décadas. Un paseante que llega al atardecer por el viejo camino de herradura, y se para en el lavadero antiguo a contemplar tanta ruina, tanta belleza entre las piedras, a escuchar las voces de los antiguos habitantes del lugar, descansados por fin del trabajo agotador, tranquilos para siempre entre las tapias del diminuto cementerio.

~

La muerte ha huido despavorida de las ciudades, ignorada por todos, perseguida sin piedad, para refugiarse entre el silencio y los murmullos de cualquier arroyo donde no alcance el humo de las máquinas infernales.

~

El muerto se ha convertido en un extraño, en un pariente pobre e incómodo al que pagamos un tributo de inhumanidad para vivir sin escucharle.

~

El dolor de una madre nace de la Tierra, y allí vuelve.

~

Si temes a la muerte, habla de ella con un niño y él te confortará.


lunes, 8 de octubre de 2012

Apuntes (179): Un Dickens descafeinado


Un gran inconveniente del libro electrónico: no se puede hojear ni tampoco ojear.

~

Leo los últimos capítulos de Great Expectations, de Dickens, y contra todo pronóstico me ha defraudado un poco su lectura. No veo ahí al gran Dickens, se echa en falta su magistral construcción de los personajes, con su vocabulario especial, sus tics, su humanidad desbordante. El personaje principal, Pip, es flojo, le falta empaque, incluso su personalidad resulta débil, y no creo que sea a propósito. Quizá Dickens atravesaba una crisis creadora, o el que estoy en crisis soy yo al leerlo, quién sabe. Aun así, siempre se puede sacar petróleo del genio inglés. Me quedo con el siguiente diálogo entre Pip y su padrastro, el herrero Joe Gargery, hombre humildísimo y semianalfabeto:
"How do you spell Gargery, Joe?" I asked him, with a modest patronage.
"I don't spell it at all," said Joe.

~

El despertar después de un sueño profundo a deshoras es un anticipo de lo que nos espera tras la muerte.

~

Lo realmente preocupante no es que una persona muera, sino saber dónde diablos ha ido a parar.

~

Me decía el otro día un amigo que la cosa se está poniendo fea, la gente está empezando a salir a la calle. “Sí, están tomando los bares al asalto”, le respondí yo.

sábado, 6 de octubre de 2012

Soledad y vida


Ayer supe que en agosto murió un vecino mío. Era un hombre de poco más de cincuenta años, divorciado, y vivía solo. Parece ser que sufrió un ataque, entró en coma y al no haber nadie para atenderle murió al poco rato, y nadie le echó en falta hasta el siguiente día en que tenía un turno de trabajo. No vivo en un piso, sino en una casa, y sólo tengo dos vecinos, uno a cada lado. Me he enterado de la muerte de uno de ellos por casualidad, al cabo de dos meses. Estamos ya tan acostumbrados a vivir en nuestra propia burbuja familiar de ruidos y cuitas domésticas que no somos conscientes de los que tenemos al lado, literalmente al lado. Antes aquí en Sevilla se contaban a miles las familias que vivían en patios de vecinos, y lo compartían todo, las penas y las alegrías, las ilusiones y los pequeños fracasos de que al fin y al cabo se iba fabricando su vida. Cuando una vecina daba a luz era todo un acontecimiento, y el suceso era esperado con ilusión compartida. Las muertes eran algo natural, y los muertos eran velados allí mismo, en el pequeño habitáculo que compartían grandes y pequeños. Los vecinos desfilaban respetuosos ante los deudos, y la noticia corría como la pólvora entre los patios cercanos. En la ciudad de hoy todo ha cambiado. Yo apenas conocía a mi vecino, había intercambiado saludos con él, al hombre se le veía deseoso de charlar, dispuesto a ayudar en lo que hiciera falta, pero yo siempre iba con prisas, y no tenía tiempo para él; entraba en casa y muchas veces encendía el ordenador para escribir una entrada en mi blog, o responder a los comentarios. No me culpo por ello, así son las cosas, así lo he querido yo, así lo hacen otros muchos como yo. Incluso cuando paso temporadas en Alájar tengo una tendencia a encerrarme en cierto modo, a no pasar del saludo con la gente del pueblo, celoso de una intimidad absurda y palpable, un camino que ciertamente no conduce a lo que muchos entienden por felicidad.

No sé si de estas reflexiones se puede sacar una moraleja, o si merece la pena hacerlo; en cualquier caso estamos, o estoy, ciego hacia mis vecinos, mis compañeros de trabajo; mi prójimo, ése que se cruza conmigo todos los días. Su vida no me incumbe, no me roza; me importa tanto como las vidas y las muertes que desfilarían ante mí todos los días en el telediario si encendiera mi televisor para verlo. En cualquier caso vivo mi propia vida, la que yo he elegido, y por fortuna no estoy solo en el camino, a diferencia de mi pobre vecino que murió hace dos meses.

miércoles, 22 de agosto de 2012

Orfeo



El hijo de la musa baja todos los días a la orilla del lago junto a mi casa, y llora amargamente sus recuerdos. Versa est in luctum citara mea. El desgraciado la perdió dos veces, y su música suena lúgubre entre los profundos bosques de Tracia en pos de su recuerdo. Algunas noches vuelve a embarcarse en la vieja Argos, y marca un ritmo imaginario con las nueve cuerdas de su lira, pero la nave no logra salir del puerto. Ni siquiera el viejo perro está allí para consolarle a la vuelta de sus desventuras. La música graba a fuego el dolor en las almas de los deudos. Aunque hubieras mantenido la vista hacia adelante, no habrías vencido por tercera vez. Cerbero aguarda con los dientes intactos. Pobre mortal; murió el amor, sólo la música te sobrevive.

martes, 21 de agosto de 2012

Átropos



Después de la tempestad viene la ira de los guardianes del cielo. Una gorgona ha cruzado el horizonte cuando yo miraba, y he convertido en piedra sus serpientes venenosas. No me asustan tus cabellos de plata, ni temo a las furias desatadas tras mis pasos. Hace poco que vivía tranquilo en mi hogar; jamás oí hablar de los castigos de la antigua raza de los olvidados. No hay oráculo que venza a los poderes del hombre nuevo, ni inteligencia que supere a los antiguos mitos. Cada noche se hace tarde a la misma hora, y ya no sé cómo seguir engañando a los que no me escuchan. Una respuesta incandescente flota en el aire cada noche, y nadie se atreve a despertar la curiosidad de los antiguos dueños. La más joven de las parcas sigue hilando mi vida. Átropos espera con sus cabellos de plata. Sonríe al verme envuelta en su túnica dorada. Yo le devuelvo la sonrisa, quisiera poseer esas tijeras. No puedo temer lo que no es mío.  

jueves, 9 de agosto de 2012

Wilfred Owen: Anthem for Doomed Youth


¿Qué campanas doblan para los que mueren como bestias?
Sólo la ira monstruosa de los disparos.
Sólo el rápido tableteo tartamudo de los rifles
puede vomitar sus plegarias apresuradas.
No hay farsas ahora para ellos; ni oraciones, ni campanas;
ni una voz de duelo salvo los coros, –
los estridentes, demenciales coros de granadas gimientes;
y cornetas que les llaman desde tristes condados.
¿Qué cirios pueden sostenerse para honrarlos?
No en manos de los monaguillos, sino en sus ojos
brillarán las tenues luces de las despedidas.
Las frentes pálidas de las chicas serán su sudario;
Sus flores la ternura de espíritus sosegados,
y cada lento atardecer una penumbra en el salón.




What passing-bells for these who die as cattle?
Only the monstrous anger of the guns.
Only the stuttering rifles' rapid rattle
Can patter out their hasty orisons.
No mockeries now for them; no prayers nor bells;
Nor any voice of mourning save the choirs, –
The shrill, demented choirs of wailing shells;
And bugles calling for them from sad shires
What candles may be held to speed them all?
Not in the hands of boys but in their eyes
Shall shine the holy glimmers of goodbyes.
The pallor of girls' brows shall be their pall;
Their flowers the tenderness of patient minds,
And each slow dusk a drawing-down of blinds.

viernes, 3 de agosto de 2012

Apuntes (171): La mosca y el tiempo


A los agoreros que dicen que se nos acaba el tiempo, les respondería que ahora es cuando el tiempo va a empezar a contar.


~

Cuando empezamos a mirar hacia fuera para buscar la causa de nuestros males, la situación tiene visos de no tener cura.

~

La principal tesis de Weber en su obra La ética protestante y el espíritu del capitalismo es que el espíritu de la Reforma favoreció el desarrollo del capitalismo industrial, mientras que los países de religión católica no se preocupaban del lucro. Y claro, automáticamente me viene a la cabeza la figura de Angela Merkel, hija de un pastor luterano.

~

La mosca de Monterroso es una alegoría de la muerte, que transporta en sus alas el tiempo inexorable y nos recuerda que un segundo vale por toda una vida.

~

Última moda playera: el bañador-pañal. Consiste éste en una prenda a modo de calzonas de corredor de fondo, se supone que impermeables. La gracia consiste en no dejar que los bordes caigan rectos sobre las piernas, para lo que se remeten por dentro formando un pliegue imposible de mantener durante mucho tiempo,  y que hace parecer al bañista (los he visto que superan holgadamente los 70 años) un enorme bebé de pañales floreados.

martes, 31 de julio de 2012

Apuntes (170): Séneca, mercados y un dilema moral


Desconfiad de los que tienen la conciencia tranquila: casi todos tienen mala conciencia.

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Los mercados no son pérfidos ni salvadores; tan sólo reflejan el interés egoísta de las hordas económicas.

~

Con el permiso del Sr. Smith, que el interés particular conduzca al interés general, ya es mucho decir. La falacia de la composición no es suficientemente ponderada.

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Y para colmo, el Estado no hace sino empeorar las cosas.

~

Escribe séneca en Las troyanas: “Quaeris quo jaceas post obitum loco? / Quo non nata jacent”. “¿Que dónde estarás después de morir? / Donde están los que no han nacido”. Para los que buscan con la razón un sentido a su vida, éste es el único consuelo que podrán hallar.

~

Dilema moral: Someone you are well acquainted with shows you upon a different light a very close relative, who can´t read English, and you realise he is mean, vile and selfish. Should you still love him?

~

Quienes gobiernan un Estado son el espejo de los gobernados.

martes, 24 de julio de 2012

Del espacio, el tiempo y el destino


El hombre habita un espacio; al menos eso nos indican nuestros sentidos. El espacio que habitamos es la referencia más evidente que tenemos del discurrir de nuestra vida, y está formado por una porción más o menos grande del planeta Tierra, con una diversidad asombrosa, aunque por lo general nos movemos en un tramo muy reducido, incluso hoy en día con las posibilidades de viajar rápidamente. Sabemos también que hay otros espacios fuera de nuestro planeta, en el Universo, en forma de estrellas, otros planetas, satélites, galaxias, agujeros negros… Poco a poco y gracias a la ciencia vamos conociendo la amplitud y características del espacio universal, pero estamos muy lejos de habitarlo, si es que alguna vez lo haremos. Pero no quería hablar hoy tanto del espacio como del tiempo, esa otra dimensión presente en nuestra vida y a la que no se le suele prestar la debida atención. Muchos, sin reflexionar lo suficiente, piensan que el tiempo nos atraviesa, como si fuera algo que “pasa”, y deja su huella implacable sobre nosotros. Sin embargo, ello no es así: el tiempo es una dimensión más, igual que la dimensión espacial, pero con una función distinta en nuestra vida. Imaginemos una larga cinta transportadora de las que hay en los aeropuertos. Esa cinta sería el tiempo, y nosotros los pasajeros que transporta. En el inicio de la cinta van subiendo pasajeros, que serían los seres humanos que nacen. Supongamos que junto a la cinta hay unas marcas de longitud, de modo que cada metro recorrido supone un año de vida, y en el momento de la muerte se abre un agujero negro a los pies del viajero, que lo engulle. Así, un hombre que muriera a los 70 años vería cómo a los 70 m de recorrido de la cinta un agujero negro se abriría a sus pies, y si una mujer que nació exactamente el mismo día que él llega a los 100 años el agujero se le abriría a los 100 metros. Esta magnitud temporal tiene también una particularidad, y es que los que se van incorporando a la cinta (los que van naciendo) tienen noticia de lo acontecido a muchas personas que murieron antes que ellos. Por ejemplo, el agujero que se tragó a Napoleón se abrió hace casi doscientos años; es decir, se puede vislumbrar aún, abierto, a 200 metros, y nosotros sabemos lo que ocurrió a Napoleón en su viaje, y las consecuencias que tuvo. Como la cinta es infinita, se puede vislumbrar más lejos, a kilómetros (cada kilómetro es un milenio), pero la información que tenemos de fenómenos lejanos se va haciendo más escasa. Tenemos, pues, una cinta en donde vamos subidos (el tiempo), y un paisaje que rodea a esa cinta (el espacio), pero de ningún modo nos debemos mantener quietos mientras viajamos, sino que circulamos por ese espacio, donde nos relacionamos con otros seres, aunque vayan por delante y por detrás de la cinta. Lo que nunca podremos hacer es alcanzar a averiguar qué sucede no más allá de la cinta, que al fin y al cabo es un tiempo abarcable, sino por debajo de la cinta, dentro del agujero negro que se abre una sola vez para cada uno de nosotros. Y tampoco sabemos nada de otro “momento” no menos tenebroso e inquietante: lo que acontece antes de subirnos en la cinta, antes de nuestro nacimiento. La cinta va avanzando implacable, infinita, pero en su origen aparece por debajo una cinta nueva donde se suben los recién nacidos. ¿De dónde viene esa cinta? ¿Hay alguien ahí? ¿Está conectado de algún modo ese origen con los agujeros negros de la muerte?

Con nuestra razón, que es la única herramienta que nos ha sido concedida, podemos saber dónde estamos, cuándo nacemos, cuántos años han transcurrido desde que nacimos. A partir de ahí surgen todas nuestras ciencias; surge el arte, se desentrañan los misterios de la vida. Pero siempre quedarán otros misterios a donde no podremos acceder; unos lugares a los que el hombre siempre ha viajado con su imaginación, o con sus creencias especulativas. Hay una enorme región que está más allá de cien metros de cinta, un infinito aterrador que no sólo acecha tras nuestra muerte, sino que se cierra amenazante justo cuando nacemos a la vida. Es la “no vida”. Precisamente ahí es donde está nuestro destino.

lunes, 23 de julio de 2012

Georg Trakl: An den Knaben Elis


Elis, cuando el mirlo llame en el bosque negro,
ése es tu ocaso.
Tus labios beben el frescor del manantial azul nacido de la roca.

Deja, cuando tu frente sangre levemente,
pasar remotas leyendas
y oscuros augurios del vuelo de los pájaros.

Pero tú avanzas con pasos suaves por la noche,
cuelgan plenas las púrpuras uvas
y mueves los brazos grácilmente en el azul.

Suenan unos zarzales
por donde están tus ojos de luna.
Oh, cuánto tiempo hace, Elis, que estás muerto.

Tu cuerpo es un jacinto,
en el que un monje hunde sus dedos de cera.
Una caverna negra es nuestro silencio,

De ella asoma a veces un animal manso
y baja despacio los pesados párpados.
Sobre tus sienes gotea un rocío negro,

El ultimo oro de estrellas que declinan.


Elis, wenn die Amsel im schwarzen
Wald ruft, Dieses ist dein Untergang.
Deine Lippen trinken die Kühle des blauen Felsenquells.

Laß, wenn deine Stirne leise blutet
Uralte Legenden
Und dunkle Deutung des Vogelflugs.

Du aber gehst mit weichen Schritten in die Nacht
Die voll purpurner Trauben hängt
Und du regst die Arme schöner im Blau.

Ein Dornenbusch tönt,
Wo deine mondenen Augen sind.
O, wie lange bist, Elis, du verstorben.
Dein Leib ist eine Hyazinthe,
In die ein Mönch die wächsernen Finger taucht.
Eine schwarze Höhle ist unser Schweigen,

Daraus bisweilen ein sanftes Tier tritt
Und langsam die schweren Lider senkt.
Auf deine Schläfen tropft schwarzer Tau,

Das letzte Gold verfallener Sterne.


Nota: Aquí puede leerse mi traducción del impresionante poema Grodek, el último que escribió Trakl antes de suicidarse.

lunes, 28 de mayo de 2012

Aquiles, la tortuga y la inmortalidad


Es famosa la paradoja de Aquiles y la tortuga planteada hace dos mil quinientos años por el filósofo griego Zenón de Elea. En ella Aquiles, el de los pies ligeros, acepta encantado el reto que le propone una tortuga para ganar una carrera. Se pacta que la tortuga tenga una considerable ventaja sobre Aquiles, lo que sin duda no va a impedir que el héroe aqueo la adelante en un santiamén y avance triunfante hacia la meta. Sin embargo, Zenón plantea el siguiente sofisma: para que Aquiles alcance a la tortuga se dirigirá al punto que ésta ocupa, pero al llegar allí la tortuga habrá recorrido un trecho, aunque corto dada su velocidad. Aquiles se dirigirá a la nueva posición ocupada por la tortuga y le pasará lo mismo, pues se habrá vuelto a mover, y así hasta el infinito, ya que la tortuga seguirá moviéndose del lugar que ocupa indefinidamente, y llevará a Aquiles pegado a sus talones (¡una premonición de su muerte!), sin alcanzarle nunca. Otra posible formulación del problema sería considerar que Aquiles debe recorrer en cada momento la mitad de la distancia que les separa. Una vez recorrida esta mitad recorrerá de nuevo la mitad del espacio que ahora queda entre él y la tortuga, y así sucesivamente hasta el infinito, pues siempre quedará media distancia que recorrer.

Podemos plantear una paradoja parecida considerando la vida humana y el espacio temporal que nos separa de la muerte: siempre llegaremos a un punto en que quedará la mitad de ese tiempo, hasta el infinito, luego podemos decir que el hombre es inmortal.

Mañana daré cuatro posibles soluciones a este "acertijo", a ver si entre todos desmontamos las argucias de este astuto griego (si es que no tiene razón).