miércoles, 23 de febrero de 2011

Apuntes (LXV): Luz transparente


El sol sigue colándose por la ventana. Diviso las copas de los naranjos y hay una luz tan transparente que dibuja las chimeneas de las casas y los muebles de la habitación como si fueran un cuadro de Van Gogh. Me pregunto qué color tendrá el cielo justo ahora en Alájar; sólo de pensarlo ya estoy oliendo a campo, arrullado por el sonido de los cencerros lejanos.


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Hay momentos que valen por todo un invierno, o eso nos creemos en nuestra ingenua felicidad adormecida por los primeros rayos de la primavera. No hay inviernos largos, ni primaveras cortas, ni otoños terribles; sólo existe el presente de cada momento; el resto del tiempo, el pasado engañoso y el futuro incierto, no vive sino en nuestra imaginación.

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La ilusión es la materia de que están hechos los sueños, y la llama que alimenta la felicidad.

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Me dices tantas veces que me quieres,
aguardas tanto tiempo mi regreso,
que no sé vivir más anocheceres
sin borrar toda mi angustia con un beso.


Imagen superior: Vincent Van Gogh. El dormitorio en Arles, 1889.

3 comentarios:

Las hojas del roble dijo...

Ole ahí

Mery dijo...

¿Qué haríamos sin la ilusión? La vida no tendría aliciente ni sentido. Muchos filósofos han dedicado tratados insignes al tema.

También me gusta imaginar la vida en otros escenarios, y sin son conocidos mas aún. Entiendo tu amor por Alájar.

Buenas noches

José Miguel Ridao dijo...

Gracias, Julio.

Mery: la ilusión es lo más precioso que tenemos, o que podemos tener.

Abrazos.