jueves, 4 de abril de 2013

Poética (2)


Es preciso escribir de lo que se siente y de lo que se conoce de primera mano; lo demás es  puro engaño, un tomar prestadas las vivencias ajenas, un ansia de inspiración basada en la genialidad de otro. Mejor, pues, no decir nada, dejar pasar la vida como un carrusel de caballos repetidos y prestar oídos atentos al mecanismo interno de nuestra agonía.

7 comentarios:

Dyhego dijo...

Salu2 sevillanos, monsieur Ridao.

pedrete dijo...

Virgilio jamás participó, que se sepa, en ninguna batalla. Pessoa no vivió ni la vida de Caeiro ni la de Álvaro de Campos (por ejemplo, no sabía conducir, aunque AdeC sí; recuérdese "Al volante del Chevrolet..."). No consta que Dante recorriese de veras el otro mundo (ni siquiera que lo haya). Shakespeare..., et sic de caeteris. No es imprescindible limitarse a la propia experiencia. Podemos por tanto sentir, y expresar con autenticidad, lo que no hemos vivido ni "conocemos de primera mano". Es cuestión, pienso, de amplitud de espíritu, y sobre todo de talento.

José Miguel Ridao dijo...

Ya he visto tu foto, Dyhego, y me alegro de que te esté gustando la ciudad, a pesar de la lluvia.

No creas que no he pensado en Pessoa, Pedrete, pero él sentía plenamente lo que escribía, y a eso me refiero: eso es lo que da autenticidad a una obra, no es necesario tener una vida ajetreada, pero sí una corriente interna fecunda, plena.

Abrazos.

pedrete dijo...

Dicho así, me apunto, claro. Amplitud de espíritu y talento, dije yo; ¿no vendrá a ser lo mismo?

Paco dijo...

Ese mismo mecanismo interno que a veces no te deja dormir.

Un abrazo, José Miguel.

Antonio López-Peláez dijo...

De lo que se siente no, por amor de Dios. Vade retro.

José Miguel Ridao dijo...

Lo mismo es, Pedrete.

Paco: ...y otras veces hace que desees no despertarte nunca.

Bueno, Antonio, se puede disfrazar un poco ese sentimiento.

Abrazos.