jueves, 22 de agosto de 2013

W.H. Auden: Funeral Blues (2ª traducción)


Ofrezco una nueva traducción del famoso poema de Auden, prescindiendo ahora de la rima y centrándome más en el ritmo. Creo que se acerca más al espíritu del poema que la que publiqué hace dos años.

Detened los relojes, apagad los teléfonos,
Arrojad huesos a los perros para que no ladren,
Silenciad los pianos, y con tambores en sordina
Sacad el ataúd, dejad paso al cortejo.

Haced que los aviones vuelen en círculo
Y tracen en el cielo el mensaje Él se ha muerto.
Poned crespones negros en los cuellos de las palomas callejeras,
Vestid a los guardias de tráfico con guantes negros.

Él era mi Norte, mi Sur, mi Este y Oeste,
Mi jornada de trabajo y mi descanso de domingo,

Mi mediodía, mi medianoche, mi palabra, mi canción;
Pensé que el amor sería eterno: fue un error.

Ya no se necesitan las estrellas;  apagadlas todas,
Empaquetad la luna y desmantelad el sol,
Vaciad el océano y barred los bosques;
Porque ya de nada sirven sin su vo
z.




Stop all the clocks, cut off the telephone,
Prevent the dog from barking with a juicy bone,
Silence the pianos and with muffled drum
Bring out the coffin, let the mourners come.
Let aeroplanes circle moaning overhead
Scribbling on the sky the message He is Dead.
Put crepe bows round the white necks of the public doves,
Let the traffic policemen wear black cotton gloves.

He was my North, my South, my East and West,
My working week and my Sunday rest,
My noon, my midnight, my talk, my song;
I thought that love would last forever: I was wrong.

The stars are not wanted now; put out every one,
Pack up the moon and dismantle the sun,
Pour away the ocean and sweep up the wood;
For nothing now can ever come to any good.

3 comentarios:

Jesús de la Palma dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Masiol dijo...

Me encanta esta versión. Gracias

Unknown dijo...

¿Y qué tal dejar el segundo verso así:
Arrojad, para que no ladren, a los perros huesos.?