Ya casi nunca escribo como antes, de un solo tirón, la pluma siguiendo a duras penas a las ideas que salen en torrente. El estilo me atrapa por momentos; vislumbro el final de una frase y me obligo a completarla con una secuencia rítmica concreta, con las palabras y terminaciones que más se ajustan a la estética que busco.
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Escribir con estilo puede ser algo bueno o nefasto. La prueba para saberlo es fácil: si alguien con habilidad escribe un texto imitándote y todos lo consideran escrito por ti, entonces habrás caído en la trampa del estilo, y tu literatura carecerá de interés. El estilo debe ser inimitable; o, si se prefiere, debe escribirse sin estilo alguno, haciendo inaccesible la maestría en el dominio del lenguaje.
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Estas hojas del diario manchadas de chocolate o de café son un adorno distinguido, marchamo vivo de la prosa cotidiana que surge mientras se desayuna, o al detenernos a descansar en el banco de una plaza.
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No hay pudor en los poemas primeros, que se exhiben alegremente, sin nada que perder, como un nuevo don que maravilla y se comparte, aunque pueda ser mediocre. Después se escriben más poemas, y se leen aún más, de los más grandes, y se da uno cuenta de que la poesía es algo muy serio y muy precioso. Entonces uno no tiene más remedio que dejar de escribir, porque no puede llegar donde querría.
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No hay estilo en un diario, salvo que sea un escaparate de baratijas.
4 comentarios:
Monsieur RIDAO:
Se ha hablado tanto del estilo, que no seré yo quien puede decir algo original, desde luego.
No creo que haya que hacer muchas reflexiones sesudas:
Se puede buscar únicamente el estilo (arte por el arte) y es tan lícito como buscar el contenido, el meollo.
Si quieres una silla de diseño, me parece muy bien: una silla monísima de la muerte. La colocas en el salón y todo el mundo admira la belleza del objeto.
Si quieres una silla para sentarte y no caerte de culo si te repantigas, entonces coges una silla fuerte y bien trabada.
Si quieres las dos cosas, eso es más difícil y hay que buscar más.
Hace poco me leí el "Drácula" de Stoker y me gustó mucho el "estilo" que utiliza. Me parece perfecto para contar lo que contaba.
Salu2.
Esta vez no pienso borrar mis chorradas mentales. Palabra del niñico Jesús.
Hoy he ( ) un tesoro.
Me dices la palabra que pone ¿por favor?.
Besos.
Pues ahí está el intríngulis, Dyhego, en hacer sillas buenas, bonitas y... lo de baratas es lo de menos. Como la ingeniosa silla del hidalgo manchego. Cervantes era un espartero que te cagas de bueno.
Comprado, Lourdes, lo difícil es encontrar tesoros. La gente los compra y luego va por ahí roneando.
Besos rónicos.
Gracias, José Miguel.
Es que las personas que compran tesoros y se dedican a ronear, no encuentran nada.
Besitos.
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