sábado, 29 de marzo de 2014

Wunderlich Bach




Ich will bei meinem Jesu wachen

Quiero velar junto a mi Jesús.

Pocas veces un divo de la ópera presta su voz a la música de Bach, y menos con el resultado del tan llorado Fritz Wunderlich. Para interpretar a Bach hay que cantar como quien respira, traspasando las notas directamente de la garganta al corazón, sin alardes, algo que muy pocos grandes tenores del siglo XX estaban en condiciones de hacer. Wunderlich sí, se desenvolvía maravillosamente en el terreno de Bach y en el repertorio de Mozart, y ya se acercaba al italiano para reinar en el olimpo del bel canto cuando la muerte le sorprendió a la edad de 35 años.

Suelo escuchar este aria cuando se acerca la Semana Santa y siempre consigue sumirme en un estado de melancolía placentera. Sus notas transmiten un mensaje de esperanza resignada, y quien sienta lo mismo que yo entenderá la paradoja.

P.S. Ese oboe d'amore...

jueves, 27 de marzo de 2014

¿Seré racista?


Me revienta cuando llamo por teléfono a una empresa, generalmente de comunicaciones, para resolver un problema y me responde al otro lado una operadora con acento sudamericano. ¿Seré racista? También me revienta si se trata de un operador; al menos no soy machista. La razón es bien simple: salvo rarísimas excepciones estas señoritas o señoras de ultramar se dedican a torearme impunemente sin resolver mis problemas, parecen entrenadas para desalentar al más pintado, y no reaccionan ni siquiera ante los insultos. Sin embargo, cuando tengo la suerte de dar con una española mi problema se resuelve al instante, pues hablamos "el mismo idioma". Pero claro, no es de recibo cagarse en los muertos de los sudamericanos, así sin más, habría que hacerlo en los/as teleoperadores/as sudamericanos/as que hacen mal su trabajo, que son mayoría. Por el mismo motivo no queda bonito hablar mal de los rumanos, ni de los negros, ni de los gitanos... debido a ciertos comportamientos, por otra parte nada aislados, de miembros de estas etnias, así que toca callarse, pero hoy no me he callado, y el hecho no deja de estar ahí. ¿Será que soy racista, y no me había dado cuenta hasta ahora?

miércoles, 19 de marzo de 2014

El mejor regalo de santo


Hoy, doble festividad: mi santo y el día del padre, aunque ya se sabe que lo segundo es un invento de El Corte Inglés. Mi hijo Miguel, que se espabila por momentos, propuso ayer a su madre lo que él entiende como el mejor regalo que me podrían hacer: llamar a mi trabajo y decir que estoy enfermo. Flojillo que me ha salido el chaval. Pero vamos, qué mejor regalo que ése, no vamos a ser hipócritas. Lástima que a la madre no le pareció del todo bien...