miércoles, 30 de octubre de 2013

Emily Dickinson: As if the Sea should part


Como si el Mar se separara
Y mostrase un más extenso Mar
Y éste—aún otro—y los Tres
Sólo fuesen una conjetura

De Períodos de Mares
Desnudos de costas
Y ellos mismos fueran el Límite de los Mares
La Eternidad
—son Ellos—


As if the Sea should part
And show a further Sea—
And that—a further—and the Three
But a presumption be—

Of Periods of Seas—
Unvisited of Shores—
Themselves the Verge of Seas to be—
Eternity—is Those— 

domingo, 27 de octubre de 2013

Aquiles Machado: Un Rodolfo de otros tiempos


Hay cantantes que pasan desapercibidos, talentos que prometen una carrera fulgurante pero después no gozan del total favor del público y se quedan en estrellas de segunda categoría, lejos de la fama de algunos colegas ilustres. Es el caso del tenor venezolano Aquiles Machado, alumno predilecto de Alfredo Kraus en su juventud, que recién ingresado en la cuarentena es dueño de una voz en sazón, con una belleza en el timbre que recuerda al mejor Björling, y no sólo comparte eso con el sueco legendario, sino también un físico que no le acompaña, y que quizá en estos tiempos de frivolidad le impide triunfar como debería. Escuchémosle en la famosa aria de la Bohème Che gelida manina, a ver qué voz se le puede igualar actualmente en este repertorio.

 

miércoles, 23 de octubre de 2013

¿Es útil la Economía?


Estoy convencido de que nadie sabe un pimiento de Economía: ni los catedráticos, ni los ministros, ni los premios Nobel, ni los empresarios. Aquí tenemos un magnífico ejemplo de la máxima de Sócrates de Sólo sé que no sé nada. Eso sí, hay muchos listos que se aprovechan de sus dotes para vivir como reyes, mientras que la gran mayoría sólo puede sufrir las consecuencias de esta ciencia no del todo mal llamada lúgubre, pero eso no significa que sean unos sabios, al fin y al cabo tampoco los grandes filósofos sacaron gran partido a su sapiencia. Simplemente hay un juego desigual de gente que tiene información frente a gente que no la tiene en una carrera donde el punto de salida es fundamental: dos terceras partes de la humanidad parten con un retraso de tres vueltas en el estadio olímpico para una carrera de cien metros. Los grandes "banqueros" no son unos genios; son más bien tipos sin escrúpulos que chupan la sangre de su prójimo sin contemplaciones, y encima van por ahí dando lecciones de moralidad, como ese cántabro impresentable al que todos parecen tener tanto miedo. Los empresarios afortunados, por su parte, tampoco es que entiendan mucho de Economía; sólo han tenido grandes dosis de trabajo, motivación y, sobre todo, suerte. Por último, los académicos que escriben artículos enjundiosos sobre la predicción de los precios en condiciones de competencia limitada con un riesgo que tiende a cero me recuerdan siempre a ese niño que citaba San Agustín intentando vaciar el agua del mar con un cubito, con la diferencia de que ni son niños, ni tienen cubo ni la humildad suficiente para restarse importancia. Para ser justos algo se consigue, pero es un avance mínimo frente al tsunami económico de la realidad que todo lo arrasa y no hay quien detenga. No digo con esto que no merezca la pena enseñar Economía, yo mismo me dedico a ello, pero es una asignatura que hay que enfocar con una visión amplia, en cierto modo filosófica, siendo consciente de sus limitaciones prácticas. Hay que huir del dogma de la ciencia, de la tiranía de las cifras y la pobreza de los modelos. No viene mal un cierto talante escéptico, pero a la vez inculcando en los alumnos la curiosidad y el buen juicio, que al fin y al cabo es lo que les va a valer en la vida.

martes, 22 de octubre de 2013

ETA y la civilización


Dice hoy Trapiello, con mucho tino y oportunidad, que “los primeros en despreciar la justicia suelen ser los que más la reclaman, si les conviene”. Y da rabia, mucha rabia, pero así son las leyes: no se puede condenar a nadie por despreciarlas (sí por vulnerarlas), ni impedirle que  se acoja a ellas. Es lo que nos diferencia del hombre de las cavernas, que lo arreglaba todo a garrotazos. Ahora, si nos matan a un hijo sólo cabe denunciar al criminal y esperar que se aplique la ley vigente en ese momento. Estado de Derecho, creo que se llama eso; o civilización, según algunos…

P.S. Y a ver si se deja de hablar pronto del tema, que bastante publicidad internacional están recibiendo estos cabronazos.

lunes, 21 de octubre de 2013

Héctor



Entre las puertas Esceas
aún resuenan los pasos de Aquiles
tras el divino Héctor.
Gloria eterna al Priámida
caído con estrépito ante el héroe implacable.
El polvo de la llanura troyana
fue lavado con su sangre incorrupta.
¡Esclarecido matador de hombres!
Tu tremolante casco
se divisa hoy en las tardes claras
junto al Ponto vinoso,
mientras Andrómaca, de níveos brazos,
unge tu cuerpo broncíneo
con el perfume de los inmortales.

domingo, 20 de octubre de 2013

Ese pedazo de Ilíada



Después de leer La Ilíada he llegado a la conclusión de que los héroes antiguos eran unos mosqueones de tomo y lomo, y también un poco niños chicos. Aquiles se pasa media epopeya con un rebote impresionante sin mover un dedo en las cóncavas naves, deseando que los troyanos les den para el pelo a sus compatriotas y así Agamenón se entere de lo que vale un peine, cómo se le ocurrió birlarle a su esclava Briseida. La ira del pelida es legendaria, pero algo insustancial, y sólo cuando matan a su amiguito Patroclo consiente en acudir al combate con sus fieles mirmidones, transformando el  mosqueo de un dios menor en la cólera de Zeus: él solo se basta para despedazar a los pocos hijos de Príamo que le quedaban por matar y a toda la plana mayor del ejército troyano, que huye despavorido al divisar la reluciente coraza fabricada por Hefesto. Tan sólo Héctor le aguarda a pie firme junto a las puertas Esceas, que ya hay que tener valor, pues uno se imagina a Aquiles acercándose como una especie de rinoceronte enfurecido, pero el ánimo le falla en el último instante y huye dando hasta tres vueltas al perímetro de las murallas perseguido por el de los pies ligeros, que al fin le envasa la broncínea lanza por el cuello, con alguna ayudita, todo hay que decirlo, de los dioses del Olimpo, que son todos unos entrometidos y presumen mucho de que no les importan las andanzas de los hombres, pero al final no hacen más que inmiscuirse en sus destinos.

Y lo más gordo es que con este argumento imposible Homero consiguió una obra maestra que más de tres milenios después me ha estremecido como ningún libro actual. Me he sentido más cerca de argivos y dárdanos que de mis contemporáneos. Si aún no lo habéis hecho, leedla oh eximios blogueros.

jueves, 17 de octubre de 2013

Apuntes (188): Realidad incierta


Hay una dulzura inconfesable en recrearse en la muerte cuando se tiene lejos.

~

Nadie ha vuelto del reino de Hades, jamás. Eurídice no soportó la luz del sol, se había despeñado al abismo antes de que Orfeo mirara hacia atrás.

~

La palabra “siempre” está vacía de sentido, tanto como “nunca”.

~

El gran drama del hombre contemporáneo es encarar la vida como si no hubiese un fin; medir el tiempo no por días, sino por años; hacer planes de eternidad sin creer en los dioses.

~

Al fin estamos solos, ésa es la gran verdad.

viernes, 11 de octubre de 2013

El vuelo literario de los niños


En los inicios del blog hablaba mucho de mis hijos, especialmente de Miguel, el mayor, que tenía por entonces cinco años, al que dedicaba entradas como ésta, o esta otra. Actualmente es un mocito de diez años que ya levanta más de metro y medio del suelo, pero su imaginación y su inocencia siguen intactas. Ahora están estudiando en el colegio el lenguaje literario, y ayer le encargaron hacer una pequeña descripción de la clase, en un estilo normal y después con el lenguaje literario. Le pedí que me la enseñara pero se mostraba reacio, decía que seguro que estaba mal. Al final me lo mostró. La parte, digamos, aséptica, era muy escueta:
La clase tiene una puerta, cuatro paredes, seis ventanas, cinco estanterías, una pizarra, tizas y veintiocho mesas.
Pero cuando se pasó a lo que él entiende por literatura, a pesar de su inseguridad, se puede decir que el verbo vuela y se eleva por encima de la niñez de sus diez años.
Mi clase es bellísima como un campo pero sus pobres mesas son tristes, y las tizas parecen potrillos pintando en la pizarra lindas flores.

jueves, 10 de octubre de 2013

Jules Laforgue: La première nuit


Vemos llegar la dulce tarde al viejo lúbrico.
Mi gato Mürr, acuclillado como una esfinge heráldica,
Contempla inquieto con su pupila fantástica
Subir en el horizonte la luna clorótica.

Es la hora en que el niño reza, cuando París el lupanar
Arroja sobre los adoquines de cada bulevar
Las chicas de fríos senos que bajo el mortecino gas
Vagan olfateando un macho casual.

Yo, junto a mi gato Mürr, sueño en mi ventana.
Sueño con los niños que por primera vez ven la mañana,
Sueño en todos los muertos de hoy bajo la tierra.

Y me figuro que estoy al final del cementerio,
Y me pongo en el lugar, entrando en su féretro,
De los que van allí a pasar su noche primera.



Voici venir le soir doux au vieillard lubrique.
Mon chat Mürr, accroupi comme un sphinx héraldique,
Contemple inquiet de sa prunelle fantastique
Monter à l'horizon la lune chlorotique.

C'est l'heure où l'enfant prie, où Paris-Lupanar
Jette sur le pavé de chaque boulevard
Les filles aux seins froids qui sous le gaz blafard
Vaguent flairant de l’œil un mâle de hasard.

Moi, près de mon chat Mürr, je rêve à ma fenêtre.
Je songe aux enfants qui partout viennent de naître,
Je songe à tous les morts enterrés d'aujourd'hui.

Et je me figure être au fond du cimetière
Et me mets à la place en entrant dans leur bière
De ceux qui vont passer là leur première nuit.