jueves, 30 de abril de 2009

Perplejidades (II)


1. Si todos dicen que la economía es muy importante, ¿por qué no se estudia en los colegios?

2. Si todos dicen que la filosofía no vale para nada, ¿por qué hay tantas horas de filosofía?

3. Si hay tantos filósofos que leen este cuaderno, ¿por qué he escrito lo anterior?

4. ¿Cobraré una pensión cuando me jubile?

5. ¿Llegaré a jubilarme?

6. ¿Por qué tiran más dos tetas que dos carretas?

7. ¿De dónde venimos?

8. ¿A donde vamos?

9. ¿Por qué es tan importante saber de dónde venimos y a dónde vamos?

10. ¿Qué necesidad tengo de hacer una entrada diaria?

miércoles, 29 de abril de 2009

Haiku... jodersu


Un sol naciente
ilumina mis sueños
con sus berridos.

¿Quién ha llegado
a tu casa sin llamar?
El anónimo.

El romancero
visita mi cuaderno.
¡Santa paciencia!

Semana Santa
y Feria de Sevilla
con cuatro niños.

Aquí no puedo
conectarme al Internet.
Haiku... jodersu.

martes, 28 de abril de 2009

Phaloides


Ayer salí temprano a buscar tanas. Hay que aprovechar los pocos días del otoño cuando salen, en casa nos ganamos un buen dinero vendiéndolas a los turistas. Fui al sitio que sólo nosotros conocemos, por el camino de los molinos. Cuando pasé por la ribera, junto a la extraña piedra con la inscripción, me encontré con un niño que no conocía, seguramente estaba con sus padres en las casas rurales. Iba vestido como de domingo, con pantalones bombachos, y me dijo que se llamaba Cristóbal. Al verme con la cesta me advirtió que tuviera mucho cuidado con unas setas que cuando acaban de salir se parecen mucho a las tanas. Dijo que son las setas más exquisitas de todas. Yo ya lo sabía, todo el mundo en el pueblo lo sabe, son iguales que las tanas pero el sombrero es verdoso en vez de colorado. Al volver a casa con la cesta llena se lo conté a mi padre, y se quedó pensativo. Me dijo algo que nunca olvidaré: nadie que haya comido la phaloides ha sobrevivido para decir a qué sabe.


Foto: Estela funeraria. Camino de los molinos, Alájar (Huelva). Leyenda: "Aquí se ahog0 D. Christobal Lopez Cabailero de edad de 10 años. Rueguen a Dios por él. Año de 1800".

lunes, 27 de abril de 2009

Síndrome de abstinencia

Todo empezó con una cierta intranquilidad, un hormigueo casi imperceptible que con el tiempo se fue haciendo cada vez más incómodo. Después vino un sudor frío, temblores, al principio ligeros y que después se convirtieron en espasmos, el ojo izquierdo cobró vida independiente y guiñaba diez veces por segundo, mientras que el derecho se cerró y se negaba a volver a abrirse. ¿Cuántos comentarios tendré? ¿Habré batido el récord? Seguro que ayer por la noche entró Mery y me comentó algo bonito, y ahora por la mañana estaría que me salgo, creyéndome un genio, dispuesto a comerme el día. ¿Habrá llegado alguien nuevo? ¿Tendré algún anónimo? Y yo aquí, sin poder responder a nadie, se creerán que me he vuelto un engreído, o que voy a hacer un blog literario de esos que son muy buenos pero comenta poca gente. O a lo mejor se creen que me ha pasado algo. No sé qué pensarán, pero después de leer esta entrada habrán llegado a la conclusión de que me creo el ombligo del mundo, pensando que todos están pendientes de mí.

Llevo desde el viernes buscando blogueína como un loco, y nada. Cuando pregunto en el pueblo si tienen wifi lo más que hacen es sacarme una botella de JB, y si les digo que necesito una conexión a Internet me dicen que no me preocupe, que puedo ver el partido en el bar de Román. En la biblioteca vi un rayo de esperanza, me dijeron que podía conectarme, pero el explorer tardó diez minutos en arrancar, y para cuando logré cargar mis andurriales me dijeron que era hora de cerrar. Sólo yo sé lo que he pasado estos días, pero nada de esto importa ahora, acabo de recuperar mi pinganillo (el de Internet, ¿eh?). Siento circular la blogueína por mis venas, vuelvo a respirar, mi ojo derecho se ha vuelto a abrir y el izquierdo ha dejado de temblar. Alucino, flipo, navego, blogueo... ¡¡VIVO!!

viernes, 24 de abril de 2009

Bloguerías (IV)


1. Un blog es lo que su dueño quiere que sea.

2. La blogueína es el antídoto contra la telebasura.

3. Bloguear alarga la vida.

4. Otras cosas no alarga.

5. Un blog sin lectores anónimos es una reunión de amigotes.

6. Trogloditas del papel declaran la guerra al blog.

7. De engreídos sin condena está la blogosfera llena.

8. Cuento veinte giliblogs por cada blog blojonudo.

9. Lo que es para mí blojonudo para otro es giliblog.

10. Pasen y lean...

jueves, 23 de abril de 2009

Concordia y buen talante

Recupero aquí unos (cutre)versos que escribí a vuela bolígrafo el pasado día 14 de abril, cuando nació mi hijo Gonzalo y, como es sabido, aniversario de la proclamación de la Segunda República.

Mi blog es el vivo ejemplo
de concordia y buen talante;
muchos abrazos y besos
y no hay voces discordantes.

No hay memorias del pasado,
aquí nadie se enemista,
me vienen republicanos
y algún que otro falangista.

Lo mejor, lo de mi abuela,
que esta tarde me ha llamado
y ha dicho que Gonzalo era
por un tal Queipo de Llano.


P.S. Lo de la concordia, talante y demás fue evidentemente antes de la justa poética mantenida con el Caballero emperillado, que podéis recordar aquí y aquí.

miércoles, 22 de abril de 2009

Cría cuervos...

Quien siga mi cuaderno con cierta frecuencia ya sabrá a estas alturas que mi hijo Miguel es bastante más listo que su padre, y apunta reflexiones profundas que aportan nueva luz a mi sabiduría. Últimamente observo no sin cierta preocupación que realiza progresos en otros campos, pues a sus probadas virtudes está añadiendo una mijita de sorna, malicia o mala leche, como se quiera llamar, como prueba lo que relato a continuación.

Ya sabréis que la semana pasada Miguel tuvo un nuevo hermano de nombre Gonzalo. Pues bien, el tan Gonzalo es un angelito, pero le ha dado por dormir de día y velar de noche, supongo que manteniendo costumbres adquiridas dentro del vientre materno. Ya os podéis imaginar lo que ello supone para sus sufridos progenitores, sobre todo para su mamá, que es quien lo alimenta según establecen las leyes de la naturaleza. Miguel ha asistido a estos desvelos sin decir esta boca es mía, justo hasta ayer, cuando los seis miembros de la familia nos disponíamos a subir en nuestra flamante fragoneta a primera hora de la tarde, bajo un radiante sol abrileño. Gonzalo, para variar, iba dormidito, pero en ese instante despertó asombrado y abrió sus ojos recién estrenados. Al percatarse, Miguel no pudo contenerse:

¡¡Mira, papá, ha abierto los ojos, se debe de creer que es de noche!!

No me negaréis que una cosa así no se dice sin segundas intenciones. Pronto espabila, el muy puñetero. ¿A quién habrá salido?

martes, 21 de abril de 2009

Guadaña

Larga vida, inmortalidad, permanencia, huida del olvido, querencia por lo humano, respeto por lo divino, miedo a las tinieblas, a lo oscuro, a lo incierto, a lo desconocido. Nos empeñamos en engañar al heraldo de la muerte y esquivar su guadaña, pero éste acude puntual a la cita y siega sin compasión, haciendo su trabajo, como ha sido siempre, desde el inicio de los tiempos. Ante lo irremisible buscamos desesperados un asidero, quien tiene fe descansa y pierde el miedo, su largo penar termina en la certidumbre del buen tránsito, de la luz al otro lado, y ya no teme a la guadaña, la aguarda con descaro, desafiante, inmune a su mal aliento, pero a veces duda, y sufre; lo que pase después sólo él lo sabe, o no lo sabe, porque a lo mejor ya no es. Quien se resiste al mensaje divino, o lo acepta sólo a medias, o lo acepta del todo pero no pierde el miedo, es presa del pánico cuando ve que se acerca el mensajero terrible, y llora, y trata de agarrarse a la vida, pero no puede, y deja de existir, o no... Si sigue siendo, es él quien lo sabe; si no, ya nadie lo sabrá. También hay quien no piensa en ese jinete funesto, que sólo lo ve en el último momento, cuando le tira del cabello para no fallar el golpe, y a ésos no les da tiempo a sentir miedo, son los que más han aprovechado su vida, son los más listos, o los más incautos, o los más primitivos, pero son, y su destino es el mismo, y dejarán de ser o no, igual que los demás.

Un hombre solo
desafía mi pena
con su mirada

P.S. No todo van a ser risas...

lunes, 20 de abril de 2009

Respuesta al amigo González Romano


Sirva esta entrada para reparar mi prestigio poetástrico atacado impunemente en un comentario hecho a mi entrada de ayer por mi compañero de andanzas blogueras don Juan Antonio González Romano (no te enfades, que lo digo en broma).

Te advierto de mis buenas intenciones,
Romano de mi vida receloso;
tan solo he procurado ser gracioso
y hacer un poemón con dos cojones.

Yo alego a estas falsas acusaciones
que en versos soy más bien poco ortodoxo,
leyendo soy un tanto perezoso
y estaba bien seguro de mis dones.

Me asombra mucho verlo y creerlo:
me sienta bien ponerme algo lascivo

y hacer este soneto de estraperlo.

No me ha venido mal este motivo,
pues veo que sin comerlo ni beberlo
me encuentro que soy Lope redivivo.


P.S. Esto me empieza a recordar a las peleas en broma de Juanito Valderrama y Dolores Abril.

P.P.S. No sé si es ortodoxo poner ortodoxo como rima de perezoso, pero como ya he dicho que no soy nada ortodoxo igual la ortodoxia de mi contrincante me lo perdona.

domingo, 19 de abril de 2009

Soneto pareado

Hoy me toca ofrecer otra de las creaciones inspiradas por los felices acontecimientos que me han deparado estos días. Es más que nada para desquitarme de aquellos que me tildan de nenaza y otras lindezas por el estilo; espero que sea prueba suficiente de mi hombría desmedida.

Con dos cojones hago este soneto
y quiero que me salga cojonudo.
Me han dicho alguna vez que soy boludo,
espero no meterme en un aprieto.

Abordo con estilo este cuarteto
cogiéndome el derecho muy peludo.
El otro lo uso menos a menudo,
aunque mis dos pelotas dan respeto.

Confieso por mis huevos que hasta ahora
jamás me había visto en tal enredo;
si es zafio, este terceto lo aminora.

No quiero que parezca esto un remedo,
mas héroe a mí me harían en Canora
si fueran estos versos de Quevedo.

sábado, 18 de abril de 2009

Confesiones (II)


1. Mido 1,95, tengo los ojos verdes y no sigo para no dar envidia a nadie.

2. El otro día cumplí los 25, ¡cómo pasa el tiempo!

3. Tenía nivel para fichar por el Madrid, pero me aburría entrenar.

4. Mi cabellera es tupida como la selva amazónica.

5. Rocco Siffredi a mi lado es un pichacorta.

6. Me comen en la mano.

7. Ésta me la callo pero rima con la anterior.

8. Hasta que senté la cabeza tuve 1.238 novias, novia más novia menos.

9. Mis amigos me llaman Miguelón el fantasmón.

10. Mi mujer también, no sé por qué...


P.S. Os aseguro que una de ellas es completamente cierta; en el resto puede que haya exagerado un poco...

viernes, 17 de abril de 2009

Vuelta a las andadas

Debo confesar que con el nacimiento de mi nuevo hijo ha resurgido mi vena poético-nostálgica. Yo que el día de mi cumpleaños había dicho adiós a una etapa que creía extinguida me encuentro con que sólo un día después, el 14 de abril, los llantos de un mocoso no sólo me despiertan por la noche, sino que también despiertan al poeta que hay en mí. Serán los alientos de la República, que 78 años más tarde aún siguen volando para inspirar a los románticos, aunque en mi caso me inspira igual el movimiento republicano que el monárquico, por algo escribo desde un trono. El caso es que después del “au revoir” debo decir “I’m back”. Donde dije digo, digo Diego, y no me arrepiento, al contrario, me enorgullezco, pues tengo comprobado que al escribir poesía y, sobre todo, al hacerla pública, se queda uno en pelotas, y para eso hacen falta dos cojones, como es lógico.

Mi estro poético es vasto pero, sobre todo, basto, como prueban mis creaciones compuestas a vuela pluma en la clínica (no me llevé el blog, pero sí un bloc). Basta que os diga que uno de los frutos de estos días es el “Soneto premiado”, seguramente el primero en la historia de la poesía que antes de ver la luz ya cuenta con numerosas condecoraciones, nunca mejor dicho, gracias al milagro de la rima consonante, por detrás y por delante. Ya habrá tiempo de que vea la luz en estos andurriales, ahora prefiero dejarme llevar por el estado de ánimo al que me ha devuelto Gonzalo, que tras nacer me inspiró un soneto con menos premios pero más sentimiento.

Tiempo eterno

Resuenan los tambores del olvido,
tam tam lejanos, pieles sacudidas,
palabras huecas, penas reprimidas,
recuerdos de los años que se han ido.

Hogaño me sumerjo en el sonido
de calles, plazas, parques y avenidas.
Las risas de mis hijos esparcidas
son signos de un amor desconocido.

El tiempo eterno fluye lentamente,
lo que era cierto ayer, hoy no es seguro,
memorias de un mañana sugerente.

Reniego del pasado más oscuro,
y así los días felices del presente
se funden en nostalgias del futuro.

jueves, 16 de abril de 2009

Natalicio

El martes 14 de abril nació mi hijo Gonzalo, volvió a salir un sol después de Miguel, Jaime e Ignacio. Ya podía haber nacido el día 13, como su padre, como su tío Javier y como su abuelo Emilio; vamos, como Dios manda. Pero no, por algo será que ha elegido el 14 de abril para venir a este mundo. Tampoco es tan mala fecha, ahora que lo pienso, lo que no sé es cómo llevará lo del trono.

La entrada de hoy es sólo para dar una noticia que me llena de felicidad, que para eso está también mi cuaderno, para dejar constancia de mi alegría y compartirla. Creo que es la más importante de las que he escrito.

P.S. No sé si os habéis dado cuenta, pero estoy llenando el mundo de ridaítos. En poco tiempo vamos a copar la blogosfera. Ya podéis prepararos...

lunes, 13 de abril de 2009

Un culturón

Hoy me ha sucedido algo muy curioso, que al principio me gustó pero al final no tanto. Iba caminando por la calle cuando me encuentro a un viejo conocido que hacía siglos que no veía. Después de los abrazos y palmetadas de rigor, lo primero que me suelta es lo siguiente:

- Qué calladito te lo tenías, he estado leyendo tu blog.
- Ya ves, una diversión como otra cualquiera
(como quitándole importancia, más falso que un judas).
- Sí, sí, cómo me iba a imaginar que escribías tan bien...
- (Tratando de ocultar esa sonrisa tonta que me sale cuando me adulan): Venga ya, no hago más que poner chorradas.
- Bueno, bueno, pero lo que de verdad no sabía hasta que no te he leído es esa cultura tan vasta que tienes.

Acto seguido se acercó a mí, me dio dos o tres tortacitos en la cara (siempre he odiado a los que me tortean impunemente el pescuezo, como si eso fuera la suprema muestra de amistad), y se fue no sin antes volver a referirse a mi vasta cultura.

Yo me quedé con una sonrisa en los labios, pero fueron pasando los segundos y la sombra de una sospecha fue ganando terreno en mi ánimo. Recordé las últimas entradas, y otras más antiguas, y mis respuestas a los comentarios de ciertos amigos que últimamente frecuentan mi cuaderno... ¡Vasta cultura! Yo, por si acaso, lo he escrito con “v”.

domingo, 12 de abril de 2009

Au revoir, la nostalgie


Farewell,
the sweet, tender days are gone
casting a shadow
over my future joy

Hoy me despido de este período nostálgico, que para algo soy economista, coño. Ya está bien de mariconadas, como se enteren los de la comisión del Nobel me sacan de la lista de candidatos. Cuándo se ha visto un economista escribiendo versos, como si fuera una nenaza cursi llevando un diario, y encima eso precisamente, con diario, o blog, o como se llame, sólo me faltaba haber puesto el fondo color de rosa. Tanta prosa meliflua y versos empalagosos me van a reblandecer el cerebro. A ver cómo escribo ahora de economía, yo que iba a sacar al mundo de la crisis. Menos maricones y más cojones, me cago en la leche, eso es lo que hace falta en este país, un par de cojones bien puestos, como los míos.

P.S. Era broma, termino con otros versos:

Yo dejo cuando navego
una rosa en cada puerto
y un amor en cada blog.

sábado, 11 de abril de 2009

Nostalgia del futuro


Escribir en mi cuaderno es en ocasiones lo más parecido a desnudarse ante los otros. Desnudarse el alma y dejar ver los sentimientos, si no todos una parte. Lo que asoma desde dentro cobra forma en palabras no pronunciadas, pero escritas. Así lo comprendo mejor, así me comprendo mejor. Surge de mí una imagen que hasta hace poco ni yo mismo sospechaba, una imagen que es pasado y a la vez futuro, una imagen que me deja desnudo, pero ya no me importa. Lo difícil es hacerlo la primera vez, al fin y al cabo no tengo mucho que esconder, trato de enseñar mi lado más amable, aunque sea sin pretenderlo, y al tiempo arrincono mis aristas, no por esconderlas, sino por conjurar sus peligros, por que triunfe el optimismo y lo que de bueno hay en mí, como en cualquier otro, a través del milagro de estas letras.

La nostalgia es ilusión
disfrazada de tristeza.
Un regalo de los días
pausados, recién salidos
del tiempo ya transitado
con fuerza de juventud.
Una mirada al futuro
echando la vista atrás,
imaginando el camino
que falta por descubrir
sin miedo a retroceder
por la senda del pasado.

La nostalgia es alegría
tierna,
dulce,
serena.

viernes, 10 de abril de 2009

Revelación


Fue largo mi camino a la conciencia
de hollar en cada verso una mentira,
de hacer que todo ardiera en una pira,
dolor, castigo, pena e inocencia.

Más tarde oí la dulce persistencia
del mágico tañido de una lira;
la luz de esa mañana aún me admira,
candor, cariño, cielo y transparencia.

Hoy siento que soy libre como el viento,
soñar o despertar es mi dilema
y engaño mi razón con sentimiento.

Morir en cada instante, ése es mi lema,
hallar la luz en el descubrimiento
del ritmo misterioso de un poema.

Sé que estoy un poco pesado con los sonetos, pero es lo que me sale en estos días, y como no sé si estaré igual de contento en el futuro aprovecho ahora, que cuando llegue la tristeza no tendré ganas de versos. Para mí la poesía es optimismo teñido de nostalgia, y aunque la acabo de descubrir tengo la osadía de ofrecer estos versos de principiante. Para eso, entre otras cosas, he abierto mi cuaderno.

jueves, 9 de abril de 2009

Nostalgia playera


Hoy podría hablar del Jueves Santo en Sevilla, de las pocas veces que he visto salir Pasión del Salvador, o de esas madrugás de fríos, hileras de adolescentes cogidos de la mano, olor a Macarena y a Trianera, silencio abrumador al paso del Calvario, respeto y unción al paso del Silencio. Pero no soy yo quién para hablar de esas cosas, no son muchas mis madrugás, ni grandes mis sentimientos. No faltan quienes glosan esos momentos, algunos con magisterio, como el amigo Juan Antonio González Romano, al que acabo de leer y a quien debo esta introducción. No, yo pertenezco a esa estirpe de sevillanos que no sienten la Semana Grande como es debido, que cuando llegan estas fechas señaladas salen a la calle de vez en cuando, ven pasar los nazarenos, andan detrás de alguna virgen, ciertamente se emocionan a los sones de la Amargura, pero, todo hay que decirlo, se aburren un poco y no soportan esas bullas de empujones y esperas interminables, de chaquetas azules recién estrenadas que con el paso de los años pierden su olor a cielo azul y calor de Domingo de Ramos, y acaban por permanecer en el armario mientras que otros amigos ávidos de incienso se deben comprar una nueva, gastada como está la primera por noches de relente bajo la luna mágica sevillana.

Muy pronto, recién estrenada nuestra mayoría de edad, algunos amigos dejábamos alegres la ciudad cuando llegaba el Jueves Santo, si no antes. Tengo la fortuna de conservarlos, cierto que se cuentan con los dedos de una mano, pero como son amigos de verdad no necesito más. Recuerdo bien nuestra llegada a la playa, en Rota o en Matalascañas. No era la misma playa del verano, sino otra muy distinta, como recién estrenada, poblada de grupitos de jóvenes que, como nosotros, habían escapado del bullicio y, lo que es mejor, de casa de sus padres. Entonces no era como ahora: los grupos eran bien de chicos o de chicas, pocas veces mezclados. Entre risas, chistes y alguna que otra barbaridad mirábamos de reojo a las otras pandillas, y nos fijábamos en alguien, puede que la amiga de la hermana de uno de nosotros, pero no nos atrevíamos a acercarnos, al menos yo. Seguramente la de entonces no era la mejor educación, en colegios de niños y de niñas, que sólo en COU se unían en una clase, disparando hormonas y levantando revuelos, pero ahora al recordarlo siento un pellizco en el estómago, una especie de recuerdo, nostalgia o evocación entre dulce y nerviosa, que me lleva a mis dieciocho años, ciertamente menos plenos que los que ahora tengo, y también más inciertos, pero a cambio incomparablemente más emocionantes.

La luz de marzo
adormece las olas.
Miro tus ojos.

miércoles, 8 de abril de 2009

Monos alajeños

Cuando hablaba el otro día de lo fascinante que sería un viaje en el tiempo se me vino a la cabeza una de las muchas lecciones que he recibido de mi hijo Miguel. Tenía entonces tres años, y estábamos en Alájar, precisamente en la Peña de Arias Montano durante la romería de la Reina de los Ángeles, en septiembre. Si ya esa zona tiene magia en cualquier época del año, cuando pasean a la virgen por el recinto cobra una dimensión especial, una mezcla de fervor religioso, naturaleza limpia y esa especie de misterio primitivo que tiene el lugar. Como yo no soy muy devoto, más que en la celebración religiosa pensaba una vez más en los coetáneos de Arias Montano y en los hombres prehistóricos que habitaban las numerosas cuevas de los alrededores. En ésas estaba cuando entre el gentío mi hijo Miguel descubrió una piel de plátano en el suelo y exclamó asombrado: ¡¡Mira, papá, hay monos!!

Una vez más me superó el muy pillastre, yo remontándome como mucho tres o cuatro mil años atrás y él, como si nada, contemplando la zona millones de años antes, cuando el ser humano aún no había hecho acto de presencia. Estuve tentado de preguntarle si los monos llevaban gafas, pero lo pensé mejor, mi autoestima ya había sufrido bastante.

martes, 7 de abril de 2009

Soneto del apretón


Un soneto me manda hacer Violante,
que en mi vida me he visto en tanto aprieto;
catorce versos dicen que es soneto,
trona tronando van los tres delante.

Yo pensé que era un ritmo trepidante
y estoy a la mitad de otro cuarteto,
que salga bien marrón, ése es mi reto,
no creo que haya nadie que se espante.

Por el primer terceto voy entrando,
y parece que entré con pie derecho
pues fin desde este trono le voy dando.

Ya estoy en el segundo y aun sospecho
que voy los trece versos defecando:
contad si son catorce y está hecho.

Espero no haber manchado el soneto de ayer, pero me ha dado tal apretón que no he podido contenerme. Y que sepan todos que la culpa es de Lope.

lunes, 6 de abril de 2009

Plenitud


Hoy tengo muchas ganas de contarte
lo mucho que has llegado a comprenderme,
las veces que he yacido en tierra inerme
y el daño que me hice al no buscarte.

Hoy tiemblo de emoción al despertarte
y entrar en tu mirar para perderme,
ni el tiempo arrasador podrá valerme
de bálsamo si tengo que olvidarte.

Buscando tercamente la belleza,
pensando día tras día en el momento,
viviendo mi dolor con entereza,

cesó en un solo instante mi lamento,
salió mi corazón de su corteza
y fuiste desde entonces mi sustento.

domingo, 5 de abril de 2009

La Pasión según Bach

Hoy Domingo de Ramos ha comenzado la Semana de Pasión, y aunque yo no soy muy semanasantero que digamos, cuando llegan estas fechas suelo acudir a la música de Bach, que me emociona bastante más que las marchas procesionales. He elegido la pieza que ofrezco a continuación, y recomiendo a los lectores varones que la escuchen mientras siguen leyendo la entrada, y a las féminas que lo dejen para el final, ya entenderán por qué.



Aunque nunca he sabido muy bien por dónde queda Dios, si es que queda por algún lado, cuando escucho la música de don Sebastián tengo la certeza de su presencia: Dios vive en sus pentagramas inmortales. Se dice que Bach compuso hasta cinco versiones musicales de la Pasión, pero por desgracia sólo nos han llegado dos: la Pasión según San Juan y la Pasión según San Mateo. Mi pieza favorita es el coro inicial de la primera, que en esta versión sólo cantan 16 voces, como en tiempos de Bach, y no esos coros mastodónticos tan populares en el siglo pasado que hacen que se pierdan los matices.

La música es de una tensión incomparable, yo diría que crea angustia, transmite dolor, el dolor de la Pasión. Ya dije en otra ocasión que sospecho que Bach tenía línea directa con el altísimo, pues de otro modo no se puede entender cómo se puede transmitir esa sensación de plenitud. Da igual comprender o no la letra, es Dios quien habla a través de la música del cantor de Leipzig. En este caso el coro es japonés, y su pronunciación del alemán es perfecta. Tras oír la música, es bueno saber lo que dicen las voces; por eso transcribo aquí el texto:

Herr, unser Herrscher, dessen Ruhm
In allen Landen herrlich ist!
Zeig uns durch deine Passion,
Daß du, der wahre Gottessohn,
Zu aller Zeit,
Auch in der größten Niedrigkeit,
Verherrlicht worden bist!

¡Señor, nuestro Rey, cuya gloria
reina en todos los pueblos!
Muéstranos, por tu Pasión,
que Tú, Hijo de Dios verdadero,
en todos los tiempos,
hasta en las mayores humillaciones
has sido glorificado.

Ah, casi se me olvidaba, ahora pueden las mujeres oír la música, ya se sabe que sólo los hombres pueden hacer varias cosas a la vez.

P.S. No tengo remedio, hasta en una entrada como ésta tengo que soltar alguna cagada.

sábado, 4 de abril de 2009

Viajando en el tiempo


El pasado es algo que me ha fascinado siempre, cuanto más remoto mejor. Más de una vez me he preguntado cómo sería el territorio que ahora piso y a qué se dedicarían los seres que lo poblaban hace cien, quinientos, mil o cinco mil años. Cuanto más me alejo en el tiempo más me parece ver brumas mágicas, y mi imaginación se dispara. Cuando estoy en mi pequeño refugio serrano de Alájar me cuentan los viejos del lugar que en su juventud el único contacto que tenían con la civilización era el arriero que llegaba una vez por semana y traía noticias frescas, y no hace falta que me digan más para ver a esos hombres en sus años mozos conversando, sudorosos tras una larga jornada de viaje por caminos de herradura. Otro vecino me dijo en una ocasión que al llegar los franceses a principios del XIX ocuparon el pueblo pero no pudieron dar con la aldea de Los Madroñeros, oculta como está en lo más profundo de un valle. Cada vez que paseo hoy hasta allí mi mente hace un viaje de doscientos años en el tiempo y cabalga junto a un destacamento gabacho entre encinas centenarias, sin dar con las mismas calles empedradas que he recorrido tantas veces. Mis ensoñaciones suelen viajar más lejos, al siglo XVI, y veo nítidamente a Benito Arias Montano recluido en la peña asomándose por su ventana, que yo diviso desde la mía, al mismo paisaje que yo contemplo ahora, pero mucho más silencioso, mucho más remoto e inaccesible.

Saliendo de los límites de mi entorno mi divagación es más ensoñadora si cabe, y suelo pensar con frecuencia en cómo sería el territorio de la península ibérica cuando desembarcaron los cartagineses y empezaron a cerrar alianzas con los pueblos iberos y celtas, cómo serían esos poblados, cómo vestirían los interlocutores de Aníbal y de los Escipiones, cuántos otros pueblos habría allí cerca que ni siquiera establecieron contacto con púnicos ni romanos, viviendo en el corazón de las serranías, anclados en la edad de piedra. ¿Y cómo serían los antepasados de esos pueblos primigenios? ¿En qué pensarían, a quién adorarían? Dicen que todavía en época romana había tribus dispersas de neanderthales viviendo en cuevas remotas. ¿Podrían hablar? Y si es así, ¿qué tendrían que decir a sus parientes cromagnones? ¿No serían más sabios que nosotros? ¿No tendrían el secreto de la vida, y se lo llevaron consigo para siempre tras su exterminio?

Y si viajáramos todavía más lejos en el tiempo, nos remontáramos generaciones innúmeras, ¿dónde llegaríamos? ¿Conoceríamos el eslabón perdido? ¿Llegaríamos a Adán y Eva? ¿Presenciaríamos el crimen de Caín, o simplemente iríamos teniendo cada vez más pelo, nuestros rasgos se harían simiescos y acabaríamos subiendo a un árbol para no volver a bajar?

Y ahora viene la gran pregunta que inevitablemente me hago cuando el viaje llega a su fin:

¿Llegaríamos hasta Dios o caeríamos en el agujero negro previo al big bang?

Nota: La imagen es mía, de la aldea de Los Madroñeros. Repite en mi blog.

viernes, 3 de abril de 2009

Perplejidades (I)


1. ¿Por qué me daría ayer por hablar de almejillas?

2. ¿Pienso luego existo o existo, y luego pienso?

3. ¿Por qué le dicen capitalismo si hay tanta gente cobrando el paro?

4. ¿Quién inventó el blog?

5. ¿Por qué hay tantos cabrones entre los altos cargos de la Junta?

6. ¿Qué hacen los toreros con las orejas? (con el rabo todos sabemos bien lo que hacen)

7. Si hay más pájaros que personas, y los pájaros no practican ritos funerarios, ¿por qué casi nunca vemos cadáveres de pájaro?

8. ¿Se puede poner copyright a un blog?

9. ¿Cuántos gatos cabrán en el jardín de mi suegra?

10. ¿Por qué cuando abro el portátil se me ocurren tantas chorradas?

P.S. Hoy es el santo de mi santa. Felicidades a ella y a todas las Lolas que en el mundo han sido.

jueves, 2 de abril de 2009

Rima consonante y malsonante

Lean, comparen y después voten:

Versión 1:

Tengo miedo a perder la maravilla
de tu cara de estatua, y el aliento
que de noche me pone en la mejilla
la solitaria rosa de tu aliento.

Versión 2:

Tengo miedo a perder la maravilla
de tu cara de estatua, y el momento
que de noche te pone la almejilla
entreabierta y presta al condimento

No me negaréis que hay algo de mojigatería en muchos poetas eximios: mucha progresía, mucha vida disoluta y mirad las cursiladas que escribían.

miércoles, 1 de abril de 2009

Malthusianismo bloguero

Llevo un tiempo dando vueltas a un fenómeno curioso entre tantos otros que suceden en estos andurriales blogueros. Y tiene mucho que ver con la conocida predicción hecha a principios del siglo XIX por Robert Malthus, que por cierto ha pasado por ella a la posteridad siendo ésta, en mi opinión, la más débil entre sus grandes aportaciones a la ciencia económica. Decía Malthus, más o menos, que los recursos naturales crecen en progresión aritmética (poco a poco), mientras que la población lo hace de forma exponencial, y como se suele decir “esto no se pué aguantá” por mucho tiempo. Nuestro hombre pronosticaba, optimista que era, una autorregulación de la población a base de guerras, plagas y desastres varios.

Os preguntaréis qué tendrá que ver esto con los blogs. Pues mucho: en un blog que prospera, la población (los comentarios) crece de forma exponencial, y los recursos (el tiempo de su dueño), puede crecer algo a costa de horas de sueño, pero tiene un límite evidente y modesto; ni dejando de trabajar y dormir se puede responder más que a un cierto número de entradas. Sucede un poco como en el jardín de mi suegra, donde hace un tiempo se instaló un gato vagabundo, al cabo de los meses había diez gatos, al año más de veinte y por ahí se ha estabilizado la cosa: todo es cuestión del tamaño del jardín y de la comida disponible.

Pues eso, que cada vez me cuesta más tiempo contestar a todos como se merecen, y tengo pendiente la visita a “cienes y cienes” de cuadernos prometedores, y nunca llega el momento, y a veces me da cosa parecer descortés, y todas esas paranoias que seguro que vosotros también habéis pensado. Ya hablaba ayer Antonio Serrano en los Silenos de algo parecido, y digo aquí lo que allí comenté: esto del blog está en pañales, el tiempo dirá cómo evoluciona.

P.S. El jardín también es de mi suegro.