miércoles, 30 de noviembre de 2011

Doce golondrinas


Ya no quedan golondrinas en los campos;
han llevado su alegría volandera
hacia los mares de África; los cielos
rojos, remotos, los versos solitarios
de una mañana en el Trópico de Cáncer
se han hundido para siempre en el océano.
Y los poetas, fingiendo ser poetas,
destilan lágrimas blancas, caramelos
esparcidos suavemente en sus cuadernos
de melancolías nuevas y olorosas.

martes, 29 de noviembre de 2011

El niño que fui



A Elías moro.
A criança que fui chora na estrada.
Deixei-a ali quando vim ser quem sou;
Mas hoje, vendo que o que sou é nada,
Quero ir buscar quem fui onde ficou.
Fernando Pessoa
El niño que fui llora en la calle. Allí quedó solo, en la estrada polvorienta. Le dijimos adiós y marchamos para siempre por un camino incierto. Llegó un día en que nos dimos cuenta de que le echábamos de menos, y volvimos la vista atrás para encontrar un océano de indiferencia entre la nada y el deseo. El niño que fuimos sigue allí, en cuclillas, escarbando la tierra con sus manos pequeñas, llorando lo que será. Todas las noches me reúno con él con los ojos cerrados, y vuelvo a oler a barro, a pantalones cortos, a felicidad ingenua y a carreras ciegas que hoy saben amargas.

Apuntes (143): Ranas muertas


El canon es la vereda, y en poesía las veredas no llevan a ninguna parte.

~
mueren las ranas
los estanques florecen
de soledades
~

Una vida, un año, una hora, un minuto, un segundo... lo mismo da: tiempo maleable, materia incierta de nuestros sueños, de nuestras ilusiones ciegas.


~

Hay dos tipos de literatura: la que requiere de marketing y la que no. La poesía siempre pertenece a la segunda clase, pero eso es algo que muy pocos "poetas" saben.

~

Y yo, que enseño marketing, trago sapos, ranas y culebras.

sábado, 26 de noviembre de 2011

Apuntes (142): El DRAE, echando humo


Con lo que eran los intelectuales en el siglo XX, lo decisivos que fueron en la Guerra Civil, la influencia que ejercían sus artículos, los puestos que ocuparon en primera línea... y ahora, en el mejor de los casos, mendigan un puestecillo en el ministerio que les permita sobrevivir, pidiendo subvenciones para editar sus libros, o haciendo como que están por encima del bien y del mal, hablando a la prensa como si fueran los amos del cotarro, mientras la gente se dedica a leer best sellers y a ver la televisión...

~

Cuando alguien es tonto, lo es a tiempo completo.

~

Cada vez que veo a una chica, generalmente una alumna, con un arete colgando de la nariz, me entran ganas de decirle si es que tiene afición a hozar, pero al final nunca lo hago, para qué, si seguro que no sabe qué significa esa palabra.

~

Un ejemplo de profusión de palabras extrañas en uno de los libros que estoy leyendo:
[Pero esa ciudad romántica desapareció para llenarse de] gorrillas legionarias verdeoliva, candoras, tarbús, zaragüelles, alquiceles, feces con borla [...] Las viejas calles platerescas se llenaron de similores, briches y grimpolones. Etcétera.
No quedan comentarios en el diccionario.


~

En estas noches urbanas de claridad incasdencente, ruidos de aeroplanos y rumor de ambulancias, lo más que se puede escribir es algo al estilo de Auster o Murakami; es decir, una novela sin interés donde se cuente lo desvalido y extraño que se siente el ser humano en este mundo inventado.

viernes, 25 de noviembre de 2011

Un místico del siglo XX



Hoy voy a hacer, para variar, una crítica negativa sobre un poeta catalogado entre los grandes. Y no por ensañarme, ni por provocar, sino porque ocurre con frecuencia que las críticas a este tipo de poetas son siempre buenas, glorificadoras, y resulta ciertamente extraña una unanimidad tan absoluta. A veces estamos predispuestos a que ciertos poetas nos gusten sólo por el hecho de que están consagrados, y hacemos lo posible por ver su parte buena, obviando el hecho de que esos mismos versos con otra firma los tacharíamos de mediocres sin dudarlo. El libro en cuestión es Alto jornal, la antología de Claudio Rodríguez editada por Renacimiento. Mis expectativas eran altas, muchos amigos me habían recomendado a este poeta, figura emblemática de nuestra poesía en la segunda mitad del siglo XX. Puede que sea precisamente por esas altas expectativas, o por mi estado de ánimo durante la lectura, pero lo cierto es que me ha decepcionado totalmente.

Los poemas son todos muy parecidos; por momentos se tiene la sensación de estar leyendo versos que leímos unos momentos antes, en una especie de déjà vu instantáneo. En palabras de Vicente Gallego, prologuista y antólogo, "La voz que allí escuchamos no tienen nombre ni apellidos y no parece tener más historia que la que inaugura al enunciarse". Lo que en muchos resulta un virtud es para mí un defecto: el poeta deviene en un místico moderno, y abusa de palabras como gozoso, cosecha, regazo, surco, cántico, sacramento, henchido, simiente, cumbres, laboreos, cuajar, fruto, altares, fecundo, forja... en un festival de elevación de la carne, de redención por el sudor del trabajo, que no está exento de emoción, qué duda cabe, pero que a la postre resulta monótono y cargante. Además, de vez en cuando incluye expresiones disonantes poco afortunadas, quizás en un intento de utilizar un lenguaje llano, como "sobrio guiso de la vida", o estos versos del poema Cantata del miedo: "Y aún más si se entra en él y en él se oye / la disciplina de las estrellas, /ahí, en el sobaco sudoroso, / en los lunares centelleantes junto / al sexo".

Mi experiencia al leer los versos de Claudio Rodríguez ha sido en general bastante negativa. Es cierto que al principio, en los primeros poemas, me dejé llevar por su ritmo intenso y por el arrebato místico, pero pronto me cansé, me resulta arcaico y forzado su lenguaje y, lo que es peor, repetitivo. Podría ser que en una segunda lectura cambiase mi opinión, pero por experiencias anteriores sé que esto es difícil. Quede pues el laureado poeta zamorano en los anales de la poesía, pero estará siempre apartado de mis poetas de cabecera.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Apuntes (141): Tres egoísmos


He observado una tendencia en ciertos autores a usar palabras raras, de ésas que si las buscas en el DRAE nos contemplan orgullosas, pero que desde los tiempos de Cervantes han caído en el olvido. Una de dos: o son muy leídos y usan ese vocabulario con la misma familiaridad con que un malevo habla el lunfardo, o hacen uso de un ridículo calzador para meternos por los ojos y los oídos su pretendida erudición y amplia cultura.

~

Las sectas (ver DRAE y eliminar todo matiz peyorativo), suelen ser nocivas. En ocasiones para sus propios miembros, y siempre para su entorno, que debe sufrir su afán expansionista y, en los casos más notorios, su poder totalitario.

~

Un agujero es la cosa más temible que existe en este mundo. Negro, sin fondo, te atrae sin remisión; es la visión de la muerte desde el frágil pedestal de la vida.

~

Todos los hombres son egoístas. Hay tres tipos de egoísmo: el que se vuelca en los demás, el que sólo mira hacia dentro, sin tener en cuenta a los demás, y el último, el más frecuente: el que, sin olvidar a uno mismo, trata de complacer a los otros como único medio de ser feliz.

~

No es lo mismo lamentarse que sentir pena de uno mismo, pero llega un momento en que los lamentos no sirven de nada, y entonces uno calla y, si puede, escribe para engañar a las horas.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Ezra Pound: In Tempora Senectutis


Ofrezco hoy la traducción de un poema de Ezra Pound con el mismo título del que traje ayer de Ernest Dowson. Como puede observarse, los textos son muy similares: en realidad se trata de una paráfrasis, algo que, según me informa José María Jurado, buen conocedor de la obra de Pound, era bastante habitual en el poeta norteamericano. La comparación es muy interesante, y es asombroso el partido que saca Pound al poema, que en mi opinión resulta de una calidad muy superior al de Dowson.

Cuando sea viejo
no apartarás tu mirada
de mí, hacia el frío,
amiga de mi corazón,
ni será triste tu recuerdo
del aire indolente, arrebatado,
que habrá sido barrido por la brisa
cuando sea viejo.

Cuando sea viejo
y el fuego ardiente, blanco y milagroso,
aparezca gélido ante el mundo,
el deseo de mi alma,
sabrás entonces que el chorro de la vida,
la lluvia de los días, aquella hora,
hará que brote ante nosotros una flor,
que incluya todo, cuando sea viejo.

Cuando sea viejo,
si recuerdas
cualquier amor excepto la futura
luz del hogar en el diciembre de la vida,
que tu alegría de los dulces cálices lejanos sea
conocer tan sólo una cosa:
"Cuántas maravillas son menos dulces
que el amor que te profese
cuando sea viejo."



When I am old
I will not have you look apart
From me, into the cold,
Friend of my heart,
Nor be sad in your remembrance
Of the careless, mad-heart semblance
That the wind hath blown away
When I am old.

When I am old
And the white hot wonder-fire
Unto the world seem cold,
My soul's desire
Know you then that all life's shower,
The rain of the years, that hour
Shall make blow for us one flower,
Including all, when we are old.

When I am old
If you remember
Any love save what is then
Hearth light unto life's December
Be your joy of past sweet chalices
To know then naught but this
"How many wonders are less sweet
Than love I bear to thee
When I am old."

Fotografía superior: Ezra Pound, por Richard Avedon (1958)

martes, 22 de noviembre de 2011

¡Clama al cielo!


Un pequeño acertijo: ¿En qué dos cosas se parecen Adolfo Suárez, Felipe González, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy?

Sí, sí, vale, todos han sido o son presidentes del Gobierno, pero... ¿y la otra cosa?

¡Pues que ninguno de ellos tiene ni puta idea de inglés!

El único presidente que hemos tenido en España que dominara el inglés fue Leopoldo Calvo Sotelo, que ocupó el cargo durante unos meses, hombre culto, políglota, número uno de su promoción de ingenieros, amante de la música... Parece mentira que con semejante currículum llegara a ser presidente. El resto... el ridículo más absoluto, con el punto culminante de un histrión con los pies encima de la mesa de su amigo tejano, tratando de imitar el acento de los cowboys, y un payaso ante el parlamento francés hablando a un respetable que no entendía nada pero reía por lo bajo a mandíbula batiente.

Esta carencia es absolutamente escandalosa, algo que roza lo ridículo en el mundo actual globalizado de la Unión Europea, el euro y las primas de riesgo. En primer lugar, existe un grave problema de imagen: nuestros socios europeos no deben de dar crédito, y pensarán que somos una isla autócrata, como en el franquismo, o una república bananera, aunque ni eso: los políticos africanos suelen dominar varios idiomas. Pero lo peor es que estos espabilados no se enteran ni jota de lo que se ventila en las reuniones donde nos jugamos los cuartos. Mientras ellos atienden a la traducción simultánea del discurso oficial, los demás conspiran, cuchichean y lanzan miradas de soslayo, ante las que nuestros máximos representantes sólo pueden responder con miradas bobaliconas.

¿Es que no había un Rodrigo Rato, un Javier Solana, en las bodegas de los partidos, en lugar de estos, en el mejor de los casos, "monóglotas", de estos trogloditas que tenemos por presidentes?

¡País...!

Ernest Dowson: In Tempore Senectutis


Cuando sea viejo,
y tristemente me retire
al frío y la oscuridad,
¡mi amiga del alma!
Si puede ser, recuerda,
no a aquél que perdura, sino a ese otro hombre
que amó y cantó, y tuvo un corazón palpitante,--
¡cuando sea viejo!

Cuando sea viejo,
y el fuego antiguo del amor
sea trémulo y frío:
¡El deseo de mi alma!
Si puede ser, no recuerdes
nada de nosotros sino el ayer,
cuando empujábamos los años, un solo corazón,
a hacernos viejos.

Cuando sea viejo,
y cada estrella del cielo
sea fría y despiadada:
¡tú, el único amor de mi vida!,
no me prohíbas marchar:
Recuerda sólo nuestros momentos lejanos,
¡y no el final, los afanes del amor y la pena
cuando me hice viejo!


When I am old,
And sadly steal apart,
Into the dark and cold,
Friend of my heart!
Remember, if you can,
Not him who lingers, but that other man,
Who loved and sang, and had a beating heart,--
When I am old!

When I am old,
And all Love's ancient fire
Be tremulous and cold:
My soul's desire!
Remember, if you may,
Nothing of you and me but yesterday,
When heart on heart we bid the years conspire
To make us old.

When I am old,
And every star above
Be pitiless and cold:
My life's one love!
Forbid me not to go:
Remember nought of us but long ago,
And not at last, how love and pity strove
When I grew old!

lunes, 21 de noviembre de 2011

De los peligros de un diario


No tiene poco de obsesión, ni incluso de sumisión, la paciente y continua escritura de un diario, ya sea en papel, electrónico o una mezcla de ambos. En mi caso se trata de un diario misceláneo, volcado casi todo en la red, pero también con apuntes entreverados escritos a vuela pluma en un cuaderno. Un repaso a lo divino y lo humano, un canto a la música, a la literatura, un homenaje a poetas y escritores que me han dejado huella, y sobre todo una colección de anotaciones más o menos profundas, más o menos íntimas, más o menos anecdóticas, que si a alguien rinden tributo, además de a mi memoria, es a Fernando Pessoa, el único maestro en que me reconozco, al menos de manera consciente.

Yo me aplico al diario con una puntualidad escrupulosa, impropia de mi talante disperso y de mi tendencia a la pereza. Eso es algo que debo al medio electrónico, al invento de Internet; peligroso, no cabe duda, pero que ha encauzado mi larvada vocación literaria como si fuera una zanahoria que me anima a seguir y, aún diría más, que me obliga a escribir todos los días, haciéndome mejor persona, pero también esclavo de una droga difícil de dominar; una droga que conviene tomar en dosis pequeñas, pero que atrapa a los débiles de voluntad en una tela de araña tupida y pegajosa.

Y no es nuevo lo que yo digo; ya lo sabía Unamuno:
Y ¡ojo con caer en el diario! El hombre que da en llevar un diario -como Amiel- se hace el hombre del diario, vive para él. Ya no apunta en su diario lo que a diario piensa, sino que lo piensa para apuntarlo. Y en el fondo, ¿no es lo mismo? Juega uno con eso del libro del hombre y el hombre del libro, pero ¿hay hombres que no sean de libro? Hasta los hay que no saben ni leer ni escribir. Todo hombre, verdaderamente hombre, es hijo de una leyenda, escrita u oral. Y no hay más que leyenda, o sea novela.

domingo, 20 de noviembre de 2011

El dorado árbol de la vida


Grau, teurer Freund, ist alle Theorie
Und grün des Lebens goldner Baum.
W. Goethe: Fausto

Toda teoría, queridísimo amigo, es gris,
como verde es el dorado árbol de la vida.
W. Goethe: Fausto
Así habla a un estudiante Mefistófeles en persona, luego habrá que tomar la frase con cautela. Quizás no sea tan dorado el árbol de la vida, y haya que iniciar la búsqueda por las ramas derechas y encauzadas del saber.

sábado, 19 de noviembre de 2011

Herrerillo



Hay en mi patio una fuente
que canta por las mañanas,
y su tranquila corriente
espejea filigranas
en tus miradas ausentes.

Ayer se asomó al balcón
un azulado herrerillo,
y su inocente canción
dibujó un trazo sencillo
en la tarde de tu adiós.

No te fijes en las horas
que vuelan entre las nubes;
quédate con las auroras,
los cielos a donde subes
y los recuerdos que añoras.

viernes, 18 de noviembre de 2011

John McCrae: In Flanders Fields



John McCrae fue un poeta canadiense, médico de profesión, que participó en la Primera Guerra Mundial y estuvo a cargo de un hospital de campaña durante la segunda batalla de Ypres en 1915, donde murió su amigo y antiguo alumno Alexis Helmer. Esta experiencia le inspiró el impresionante poema En los campos de Flandes.

En los campos de Flandes

En los campos de Flandes se agitan las amapolas
entre las cruces, hilera sobre hilera,
que marcan nuestra morada, y en el cielo
cantan valientes las alondras, en vuelo
silencioso entre los fusiles allá abajo.
Somos los muertos; hace pocos días
vivíamos, caíamos, contemplábamos la luz del amanecer;
amábamos y éramos amados, ¡y ahora yacemos
en los campos de Flandes!
Proseguid la lucha con el enemigo:
Os arrojamos, con nuestras manos exangües,
la antorcha; que sea vuestra y la alcéis.
Si perdéis la fe en nosotros, los muertos,
¡no podremos dormir, aunque crezcan las amapolas
En los campos de Flandes!



In Flanders Fields

In Flanders fields, the poppies blow
Between the crosses, row on row,
That mark our place and in the sky
The larks, still bravely singing, fly
Scarce heard amid the guns below.
We are the dead, short days ago,
We lived, felt dawn, saw sunset glow,
Loved, and were loved, and now we lie
In Flanders fields!
Take up our quarrel with the foe:
To you from failing hands, we throw
The torch; be yours to hold it high.
If ye break faith with us who die
We shall not sleep, though poppies grow
In Flanders fields!

jueves, 17 de noviembre de 2011

Apuntes (140): Proyecciones salvadoras


Leyendo hace un tiempo a Trapiello encontré una cita de Somerset Maugham. No la recuerdo literalmente, pero sí mi percepción de ella, que al fin es lo que cuenta: "Los escritores no deben explicarse demasiado". Pues eso.

~

Suele suceder que un libro guste más o menos, o no guste en absoluto, según la época o el ánimo con que se lea. A mí me ha sucedido, por ejemplo, con Stendhal, pero esto no es una ley universal, ni mucho menos. Nunca me sucederá con El Quijote, ni con Romeo y Julieta, ni con David Copperfield, ni con El libro del desasosiego.

~

Y por cierto, tampoco lo anterior es una ley universal, ni ninguno de mis apuntes; son la mera proyección de mis gustos y reflexiones sobre los gustos y reflexiones de los demás. Esto me blinda, y ya me estoy explicando demasiado, de cualquier ataque o crítica furibunda que reciba.

~

Los apuntes de Trapiello se me suelen olvidar inmediatamente después de leerlos, lo cual es una de las mejores cosas que se puede decir de ellos.

~

Me aniquilan los remordimientos.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

For president? Ni de coña


Ya hay que tener ganas de meterse a presidente del gobierno, con la que está cayendo, e incluso si no cayera nada; sólo de pensarlo me dan escalofríos. Es mucho mejor meterse a rey, dónde va a parar, y además no hace falta ni ganar unas elecciones: tienes un padre que es rey, o al menos príncipe de Asturias, procuras no hacer mucho ruido, que los republicanos no vayan más allá de ondear su bandera en los balcones de sus casas de barrio, las Cortes te hacen jurar la Constitución y… ¡zas!, a vivir que son dos días, con un palacio oficial, un yate oficial y viajes pagados a todo tren por los cinco continentes. A cambio lo único que hay que hacer es estrechar muchas manos, leer un discursito en Navidad y posar para los sellos. Lo de presidente, sin embargo, es de un cansancio infinito: lo primero es darte de hostias con los compañeros para que te proclamen candidato, y para eso hay que tener mucho estómago, tragar quina, pisar cuellos, dominar las más diversas suertes de la marrullería, el cuerpo a cuerpo con navaja choricera… se puede asegurar que todo el que llega a candidato tiene unos cuantos miles de cadáveres políticos en la buchaca, y eso ya garantiza que buena persona, lo que se dice buena persona, no lo es. Tenemos, pues, un cabronazo que se presenta a las elecciones; el siguiente paso es ganarlas: eso requiere unas energías inconmensurables, y una presión psíquica que pocos tolerarían; no es nada fácil decir tantas mentiras en tan poco tiempo como dura la campaña, y eso poniendo el máximo cuidado de que no se escape una sola verdad, para no dar el cante. Y a medida que se van diciendo mentiras, el otro candidato, que a su vez miente como un bellaco, trata de rebatirlas, transformándolas en verdades, algo que de demostrarse supondría el fin de su candidatura. Un auténtico lío, del que sólo pueden salir airosas las mentes más retorcidas. Entre tanto, los votantes asisten entre divertidos y cabreados al espectáculo. Alguno que otro llega a plantearse votar a un partido alternativo, pero sólo cumplen su propósito los más idealistas, románticos, gilipollas o una mezcla de las tres cosas.

Nos centramos ahora en el candidato que ha ganado las elecciones. Lo primero es mudarse al palacio de la Moncloa, que tiene que ser incómodo de cojones. Imaginad que os dicen que os vais a mudar con vuestra familia, desde vuestro pisito confortable, a un palacio grande y húmedo, con un montón de servicio dándoos la tabarra. Lo que es yo, no necesito ningún mayordomo, y un palacio se me quedaría grande. Bueno, pues ya estamos instalados, nos han investido, nos hemos acostumbrado al nuevo barrio, donde no hay tiendas, bares ni na… y ahora a gobernar. Se dice pronto, pero no es moco de pavo gobernar un país. Me diréis que gobernar, lo que es gobernar, no gobiernan, sino que se dedican a hacer el carajote y a robar. Bueno, pero no deja de ser cansado. Y además, al salir a la calle la gente te mira con admiración (pocos) con indiferencia (bastantes) o con desprecio (los más). Si por ellos fuera te escupirían a la cara; no lo hacen por miedo a la guardia pretoriana. Y ahora toca ir a las reuniones internacionales con Obama, la Merkel, Sarkozy y toda esa patulea. No tendría que ser demasiado penoso, pero… ¡no tienes ni puta idea de inglés! Lo mal que lo tienen que pasar todos estos con su traductor simultáneo, mientras los otros mandamases cuchichean y les lanzan miradas de cachondeo. Después vuelta a España, un periódico alabando y el otro dando caña, te tienes que tragar las caricaturas que te hagan, los chistes, las cancioncillas mordaces… Y no sigo, que me estoy cansando sólo de escribirlo: no me haría presidente ni de coña, me lo ofrecen ahora mismo y salgo pitando del país, por si las moscas.

martes, 15 de noviembre de 2011

Perplejidades (VIII): La crisis


¿Cómo es posible que el gasoil cueste 1,40 € por litro y la gente siga teniendo coche?
Porque todo el mundo está en el paro, luego se hacen muchos menos kilómetros.

¿Cómo es que las ventas de coches de lujo siguen subiendo de forma espectacular?
Porque los chorizos siguen robando, ahora más que nunca.

¿Cómo es posible que los bares sigan llenos?
Porque la gente ahoga sus penas en alcohol.

¿Cómo puede ser que Grecia siga en el euro?
Porque los alemanes no son gilipollas.

¿Cómo es que las tiendas siguen llenas de comestibles?
Porque la prima de riesgo aún no se ha elevado lo suficiente.

¿Por qué coño nos hemos metido en el euro?
Porque entonces no nos salvan ni los alemanes.

La pregunta


A veces el silencio es la única respuesta. Las palabras permanecen, pero no hallamos la roca donde han nacido todos los vientos. Abrimos los labios y ningún sonido escapa de ellos, porque no hay nada que decir. Buscamos el cielo con los ojos, escuchamos los rumores misteriosos del bosque, sentimos el frío golpeando nuestro rostro… y todo se resume en un silencio desconcertado.

A veces el silencio es la única respuesta a una pregunta agazapada. Una pregunta fría, certera, implacable. Una pregunta que nunca nos haremos, pero que pende como una amenaza invisible sobre nuestro cuerpo frágil. Una pregunta incierta y verdadera como el fuego que convierte un tronco en cenizas. Una pregunta que intuimos, y escapamos de ella con todas nuestras fuerzas hasta caer exhaustos en la tierra, heridos por un espanto mudo y tenebroso.

lunes, 14 de noviembre de 2011

W.B. Yeats: Sweetheart, do not love too long


Vida mía, no prolongues el amor:
Yo amé mucho, mucho tiempo,
y terminé olvidado
como una vieja canción.

En los años de nuestra juventud
nadie podía distinguir
mis pensamientos de los suyos,
tan fuerte era nuestra unión.

Pero, oh, en un minuto ella cambió—
Oh, no prolongues el amor,
o acabarás olvidado
como una vieja canción.




Sweetheart, do not love too long:
I loved long and long,
And grew to be out of fashion
Like an old song.

All through the years of our youth
Neither could have known
Their own thought from the other's,
We were so much at one.

But O, in a minute she changed--
O do not love too long,
Or you will grow out of fashion
Like an old song.


Fotografía superior: Maud Gonne (c. 1900)

jueves, 10 de noviembre de 2011

De humildades


Para ser bueno antes hay que ser humilde; y también para ser sabio. Quien no sabe ver más allá de sus propios logros jamás podrá avanzar en la búsqueda de la Verdad. Y la Verdad es una meta humilde, no encontrarás en ella la gloria. La Verdad está desnuda, y por eso es más difícil vislumbrarla. La Verdad es veloz, y escapa siempre a nuestros intentos de atraparla, pero al recorrer los caminos que Ella recorrió nos nutrimos de su ausencia. Quien no es humilde es soberbio, vano, orgulloso, altanero, despojado de todo vestigio de sabiduría, y por eso mismo es despreciable. Y es que los sabios y los humildes deben estar versados en el desprecio. El desprecio mantiene alejados a los indeseables, y despeja el camino difícil hacia la felicidad, el placer y la Verdad.

La humildad es una cualidad que raramente se observa en estado puro; ni siquiera en una proporción suficiente como para contarse entre las virtudes de un hombre. Los virtuosos son humildes, y es ésta su principal virtud. La humildad está reñida con el poder; no se hallará ningún humilde entre los príncipes, obispos, altos directivos de empresas, millonarios que se han labrado su propia fortuna, alcaldes, concejales, presidentes y ministros. Para ganar su poder todos ellos habrán forzado a otros. La vanidad les mueve, y desempeñan sus puestos con soberbia.

Los humildes sienten una compasión sincera, no ese sentimiento de culpa de los altaneros, que echan migajas a los pobres para tranquilizar sus conciencias. Si todos fuéramos humildes no habría guerras, las injusticias serían menos injustas, seríamos felices y viviríamos más años. No existiría tanta riqueza, porque gran parte de ésta nace de la avaricia, pero nos conformaríamos con menos.

Hacen falta hombres buenos, y no píos; sabios, y no listos; humildes, y no pobres.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

¡Toma deuda!



- El diferencial de los bonos italianos con los bund alemanes cierra en 552 puntos.

- La prima de riesgo de Grecia subió hasta los 2.262 puntos básicos, la de Irlanda hasta los 605 y la de Portugal hasta los 953 puntos básicos.

- La prima de riesgo ofrecida a los inversores por los bonos españoles a diez años respecto a sus homólogos alemanes se ha situado en los 409 puntos básicos.

- La prima de riesgo de Francia alcanza récord histórico: 147 puntos.


Pues sí que está el patio "riesgoso". Se me ocurren algunas cosas:

- Definitivamente, es el momento de invertir en deuda griega: se abonan (es un decir) unos intereses del 24%, se trata de renta fija, y cuenta con la garantía del Bundesbank, que está dispuesto a rescatar a los griegos caiga quien caiga.

- Como caiga uno, van los demás detrás por la escalera.

- ...Y la última en caer es la Merkel, que se pega la hostia más gorda, a ver cómo cojones recupera el dinero que ha invertido en sus queridos socios europeos.

- Los franceses que se anden con ojo, que cuando se quieran dar cuenta se unen al club.

- Anda que no se estarán riendo na en Londres, con sus libras esterlinas.

- Y más todavía se ríen en África, de las gilipolleces por las que nos preocupamos.

Domingo: La del soto del parral




Plácido Domingo tenía una voz para triunfar:
un timbre vibrante, incorparable,
un fraseo dulce,
unos armónicos bellísimos,
un talento innato
y una capacidad de trabajo fuera de lo común.

Y triunfó, porque era perfecto,
tan perfecto que se ha buscado cualquier resquicio
para criticarle,
pero siempre estará entre los más grandes.

Dicen que la zarzuela es el género chico.
Eso dicen.

Aquí canta con 66 años.

Los cantos alegres de los zagales
aumentan siempre la pena mia,
y mi amargura vivo llorando
con la ilusión perdida.

martes, 8 de noviembre de 2011

Aragall: Tosca




Jaime Aragall tenía una voz para triunfar:
el timbre más hermoso,
el más bello fraseo,
un talento innato.

Pero no era perfecto.

Y las estrellas brillaban,
y la tierra exhalaba su fragancia,
y unos pasos rozaban la arena…

¡Oh, dulces besos!
¡Oh, lánguidas caricias!

L'ora è fuggita E muoio disperato!

¡Y no he amado nunca tanto la vida!

Ni yo la he despreciado con más fuerza,
hasta guardar la luz entre mis sábanas.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Apuntes (139): Versa est in luctum


Erudición + Vanidad = Pedantería
Erudición + Humildad = Sabiduría

~

Suelo pensar que estoy por encima de las miserias y los egos del mundo de la literatura, que me repugnan ciertas actitudes, que son pocos los que se salvan de abrasarse en la famosa hoguera de las vanidades, que corren las puñaladas como si fueran briznas de hierba, que hay quien mata por publicar, que hay quien se arrastra como un gusano para ver impreso su nombre negro sobre blanco, que los cócteles literarios son el escenario de afanes patéticos y despliegues de plumas descoloridas, que lo mismo sucede con algunas presentaciones de libros, que muchos editores son tan ególatras y ruines como sus autores... Suelo pensar, decía, que no estoy yo en este juego, ni me importa, pero la saña con que los describo no es de los que contemplan algo con indiferencia.

~

Está muy bien Hamlet, es una obra maestra y todo eso, pero resulta un poco excesivo que al final de la última escena se quede solo el pobre Horacio contemplando el cadáver de todos sus compañeros de reparto.

~

No sé por qué se les llama teléfonos inteligentes; será por el contraste con sus dueños.

~

Lo que tenían que hacer los griegos es mandar a todos a tomar por culo, decir que no piensan pagar un solo euro, ni siquiera un dracma, meterle fuego al oráculo de Delfos por si las moscas y dedicarse a pastorear por sus verdes colinas milenarias a los sones de una cítara.

~

Y esta mención a la cítara, legendario instrumento, me cambia el estado de ánimo al hacer que me acuerde del impresionante motete de Alonso Lobo Versa est in luctum cithara mea.
Mi cítara se ha transformado en luto
y mi órgano en la voz de los que lloran

Ovillejo cañero


Por la Moncloa, ¿qué matas?
¡Ratas!
¿Qué abunda por los rincones?
¡Ladrones!
¿Y qué usan para jodernos?
¡Cuernos!

Tres cosas tiene el Gobierno
del amigo Zapatero
famoso en el mundo entero:
Ratas, ladrones y cuernos.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Apuntes (138): Hollín



Los que se refieren a Shakespeare como "El bardo de Avon" y a Cervantes como "El manco de Lepanto" no han leído Hamlet ni el Quijote.

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Cuando menos se espera, en las horas más amargas o en el tedio de una tarde sin esperanzas, cuando se quiere detener la vida pero ésta sigue su camino insensible a nuestra culpa, de un chispazo surge la poesía, se trazan cuatro arabescos en forma de versos cazados a bocajarro, y el hollín sigue tiznando nuestro espíritu, pero al menos hemos recogido su huella en una lámina.

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Hay quien se esfuerza tanto en escribir como un maestro, que tan sólo consigue hacernos creer que es un maestro.

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Si alguna vez he escrito algo bueno ha sido cuando me he sincerado, aun fingiéndolo.

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No hay muertes malas, sino vidas infelices.

Un Hamlet que se entienda



He estado leyendo Hamlet en inglés, y todavía me duele el dedo de tocar la pantalla de mi ridáider para traducir las palabritas que se gastaba el amigo Shakespeare. También he consultado alguna traducción española, pero se entiende todavía menos, y encima queda ridícula: se pierde toda la maravillosa música del original. Por eso, y con afán divulgativo, he hecho una traducción del famoso monólogo de Hamlet en un lenguaje que se entienda, donde se vea de verdad dónde está la famosa duda: como podréis comprobar, el príncipe de Dinamarca tan pronto dice que se va a matar como que no, y al final, como era de esperar, no le echa cojones.

Ser o no ser, ahí está la madre del cordero:
¿Qué es mejor, hacer el carajote
dejándose pegar de hostias,
o echarle huevos y coger
el toro por los cuernos? Morir: dormir;
nada más; y al estar criando malvas se acaban
todas las historias y las mil putadas
que nos hacen estos cabrones, no está mal
acabar de esa manera. Morir, dormir;
dormir: a lo mejor soñar: ¡joder, ahí está el meollo!

[Omito los siguientes tres versos, donde se le va la olla a Shakespeare]

… Porque, ¿quién va a ser tan capullo de aguantar
latigazos y putadas varias,
collejas, escupitajos en la cara,
que te pongan los cuernos, jueces corruptos,
políticos chorizos, los insultos
que recibimos los ciudadanos honestos por ser tan gilipollas,
cuando podríamos mandar todo a tomar por culo
tirándonos por un puente? ¿Quién tragaría con todo
para llevar una vida de perro,
si no fuera porque teme al infierno,
ese sitio que se han inventado los curas
para acojonarnos? Así las cosas
no hay cojones de pegarse un tiro,
y humillamos como toros mansos,
y nos comemos el coco con eso de la muerte,
y todas nuestras bravuconadas son de boquilla.
En resumen, que no me mato.
¡Queda tranquila, dulce Ofelia*! Ninfa,
Acuérdate de mí en tus rezos
y recuerda todos mis pecados.


*N del T: Con ese nombrecito, no sé cómo Ofelia puede ser una ninfa. ¿No era la gorda de Mortadelo y Filemón?

martes, 1 de noviembre de 2011

Colores pálidos


Alájar, uno de noviembre

Está la tarde azul violeta.
Los tejados rojos, antiguos,
rezuman un agua verdosa.
Tocan a muerto las campanas
hace ya muchas horas, tantas
que las calles parecen negras
con pentagramas enlutados.
Aún quedan flores amarillas
en algunos prados perdidos,
mojados por la lluvia fina.
El sol se oculta tras las sierras
y la noche llega despacio.
Ya no se quejan las campanas.
Los muertos reposan arriba,
en su casa de musgo y piedras.
Está la noche triste, pálida.
El viento suena tras la puerta.