martes, 31 de agosto de 2010

Del calor y otros demonios


¡Qué calor! Esto es inhumano. Desde que he llegado a Sevilla tengo puesto a toda pastilla el aire acondicionado y las paredes aún echan humo. A la cocina mejor no acercarse, no vaya a ser que me resbale, ponga la mano en la encimera de granito y me haga una quemadura de tercer grado. He bajado con los niños a la piscina a ver si la cosa mejoraba, y mejoraba mientras estábamos dentro del agua, pero al salir parecía como si un aspirador nos fuera quitando las gotitas de agua -¡chuuuuup!- hasta dejarnos secos. Algo así como en los túneles de lavado cuando llegas a la zona de secado, que parece que se pone a llover al revés. Me he encontrado con un vecino y me ha dicho, sonriente: "Claro, es el veranillo del membrillo". A punto he estado de darle un premio. Ese calor membrillero es pegajoso, pero no asfixiante. Esto es la muerte a cachitos, y el último día de agosto. No creo que septiembre se inaugure mucho mejor.


Aquí convivimos con esto porque estamos acostumbrados, porque de otro modo nadie en su sano juicio se iba a quedar aquí los tres meses de calor fuerte. A to se acostumbra uno, como decía aquél, pero es que tenía toda la razón, somos así de carajotes. Que nos joden los políticos, pues levantamos un poco más el trasero para que nos la metan mejor; que los niñatos se ponen debajo de nuestra casa a dar por culo con la botellona, pues el ayuntamiento les pone unos banquitos para que estén más cómodos; que nos quitan un 8% del sueldo, pues damos gracias por que no nos han quitado el doble; que la selección gana el mundial, pues todo lo demás da igual; que hace calor... pues todos aquí como unos gilipollas asándonos en lugar de irnos a vivir a otro sitio. Y a todo esto hay una cosa que no entiendo: yo creía que los romanos eran más listos; hay que tener pocas luces para plantar Itálica, la ciudad de la aristocracia, en Santiponce, con una media de 42º a la sombra en verano. Me imagino a Trajanito y Adrianito jugando al pilla pilla por ese secarral y es que me meo. Todos unos futuros señores emperadores de Roma veraneando en Sevilla, con la fresquita. No entiendo nada. Lo que ocurre es que a los que nacemos por estos lares se nos reblandece el cerebro desde chiquetitos, y en poco tiempo nos volvemos tontolabas, diciendo a todo el mundo que como en Sevilla no se vive en ningún sitio, que somos el centro del mundo... ¡El centro de la tierra es lo que parece esto, coño!, que hay que ser carajote para no salir corriendo.

Bueno, ya me he desahogado bastante por hoy. Con lo bien que se estaba en Alájar...

lunes, 30 de agosto de 2010

Apuntes (VI)


Ayer acudieron los pueblos de Alájar y Linares a la aldea de los Madroñeros para postrarse ante la Virgen de la Salud. Faltaron mis vecinos Manolo y Amalia, con lo que la ocasión supone para ellos, todos los años preparándolo con ilusión, poniendo un suelo nuevo de barro para la iglesia, Amalia llevando flores y caminando por las piedras que la vieron nacer... No hay justicia en este mundo; los hijos deberían siempre morir después que los padres.

***

Se va terminando la rutina del verano, placentera y rural. Pronto empezará la rutina habitual, ajetreada, del tipo de ajetreo que sólo existe en las ciudades.

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Aún no he vuelto a la ciudad y parece que ya estoy allí. Siento un hormigueo en el estómago, y la cena de esta noche en el patio no sabrá igual que el resto de cenas del verano. Será una cena tensa, inquieta, donde se colarán sigilosos lejanos ruidos de tráfico y los grillos ya no parecerán de campo, sino de setos y piscinas.

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Ese hombre que recuerdo hace una semana solo, haciendo como que leía, no puedo ser yo. Me niego a creerlo.

domingo, 29 de agosto de 2010

d'Orsaikus


Me he quedado de piedra. En el último libro de Miguel d'Ors he leído el siguiente poema, que transcribo:

A LA MANERA DE BASHO

Tantos jazmines,
tantos jazmines, tantos...
¡qué pestilencia!

A estas alturas todo el universo literario sabe que eso no es a la manera de Basho, sino a la manera de Ridao. Se trata de un ridaiku como la copa de un pino, y si no lo creen comprueben
la etiqueta. Y lo peor es que ni siquiera me ha pedido permiso.

Desde luego, lo que no hagan estos poetas primerizos por ganar notoriedad...

P.S.
Sr. d'Ors: es una broma.

Apuntes (V)


Las ideas que tenemos de noche mientras velamos, y no anotamos porque nos da pereza levantarnos, se pierden para siempre en el limbo de los sueños.

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Esa mosca que avanza encima de la mesa, se frota las patas y despega, ¿que pensará mientras vuela?

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Para mí no hay mucha diferencia entre matar una mosca porque nos molesta, un pollo para comérnoslo o un toro para cortarle una oreja. Quien diga que no hay crueldad en matar a los animales para comer, sino necesidad, que lea los relatos de exploradores que acabaron en una marmita hirviente para el festín de los caníbales.

sábado, 28 de agosto de 2010

El Mark Knopfler de Alájar


Para que luego digan que en Alájar no hay artistas.

Con usteeeeedeeeees, en directo, a la sombra de la Peña de Arias Montano, desde Las Palomitas Saloon, el único, el genuino, el masca, más Mark Knopfler que nunca...


¡¡BLAAAAAS!!

viernes, 27 de agosto de 2010

Apuntes (IV)


Las lágrimas de la melancolía saben dulces. Las de autocompasión son diluidas, acuosas. Las de rabia se evaporan nada más salir, y las de pena están amargas como un cáliz de hiel. Pero el dolor verdadero no tiene lágrimas. Es árido, seco, infinito.

***

No tengo remedio; he vuelto a leer a Pessoa.

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A veces, cuando veo a un pianista tocar una melodía evocadora con los ojos cerrados, sobre todo de Chopin, me parece que el piano se eleva cada vez que toca el pedal.

Apuntes (III)


A veces se me ocurren cosas que me da pudor escribir, o no lo hago porque no quiero herir a alguien. Y es que se escribe para compartir, y quien dice lo contrario se engaña. Para qué escribir lo que es privado. Me basta con pensarlo.

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Oigo a Miguel desgranar las sílabas con esfuerzo, como los artesanos que componen mosaicos. Ahora sólo ve las teselas; pronto le deslumbrarán las figuras.

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La gente tiende a creer que sólo pueden escribir diarios quienes tienen una vida intensa y se relacionan con personas interesantes. Hasta los escritores que dicen llevar una vida gris nos cuentan anécdotas de aquel premio literario, o las miserias del famoso escritor X, así, fingiendo que lo camuflan con una letra. Sin embargo, todos tenemos mucho que contar; basta con mirar hacia dentro. Saber hacerlo (mirar y contar) es otra historia.

jueves, 26 de agosto de 2010

Duelo callejero


No sé si os pasa también a vosotros; yo creo que sí. Esto es como
aquella entrada que hice sobre lo raras que suenan algunas palabras al volver a ellas. A lo mejor es porque soy tímido, pero cuando voy andando por la calle y veo venir a lo lejos a alguien que conozco poco, así como de vista, me pongo bastante nervioso. Me pasa sobre todo en Alájar, donde las calles son estrechas y poco transitadas. "Tendré que saludarle", me digo, aunque por otro lado nunca nos hemos dirigido palabra, así que puede que no proceda. "¿Qué pensará él de todo esto?" Y así vamos acercándonos poco a poco, y cuando me quiero dar cuenta estoy a menos de diez metros. Entonces ya no sé para dónde mirar, si para abajo, de frente, buscándole los ojos... Casi siempre opto por hacer como que me interesa algo que está en la acera, aunque allí no haya nada, o mirar hacia arriba a una ventana, como si esperara ver a una vecina. Justo cuando estamos a un metro le miro furtivamente, y entonces murmuro un buenos días patético, difícil de entender y de ultratumba: "mmhhía", aunque otras veces me armo de coraje y entono con mi mejor voz de barítono un buenos días que retumba en toda la calle. Lo que me dice él, si saluda o no y qué fórmula utiliza, es algo que no me preocupa en absoluto. Tan absorto estoy en mi angustia que siempre soy yo, o eso creo, el que toma la iniciativa. Eso sí, cuando todo ha pasado, cuando oigo resonar detrás mía los pasos de mi adversario, siento un alivio fìsico, parecido al que se experimenta cuando se suelta una carga de profundidad en el trono. Es tal mi euforia que me pongo a hablar solo y a emitir gritos sin sentido, parecidos a los de los urogallos en celo.

¡Por qué trances debemos pasar en esta vida nuestra!

miércoles, 25 de agosto de 2010

Apuntes (II)


¿Quién es esa señora posteridad, que todos queremos dormir con ella el día de mañana? ¡Pero si estaremos dormidos! Además, tenemos que esperar quién sabe cuánto, y eso si logramos seducirla. Yo me quedo con la providencia, menos deseable pero infinitamente más reconfortante.

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Se me ocurren mil maneras de arreglar el mundo, pero para qué usarlas, si al día siguiente se volverá a estropear.

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Esta estética triste, pessoana, me atrae cono la miel a las moscas. El desasosiego se calma cuando lo traspasamos del estómago al papel, y entonces uno siente un consuelo inexplicable, no porque haya encontrado el origen de sus males, sino porque ha garabateado unas líneas poco inteligibles, pero hermosas y curativas.

martes, 24 de agosto de 2010

Apuntes (I)


Mi vida es de una grisura inconmensurable. Somos todo lo insignificantes que queremos ser. El que yo veo insustancial se cree lleno de vida y hacedor de prodigios, y eso es lo que importa, no lo que yo perciba en él. “Pero el tiempo pondrá a cada cual en su sitio”, oigo argumentar. ¿Y qué significa el tiempo en mi vida de hoy, en la vida de los demás? Cuando el tiempo dicte sentencia estaremos todos muertos, quién sabe dónde, quién sabe siquiera si “estaremos”, y además no existen sentencias inapelables. Lo único que importa es el hoy, o más bien cómo vivo yo ese hoy; el resto es proyectarnos hacia los demás, buscarnos una imagen determinada. Aunque, ahora que lo pienso, eso también puede hacernos felices, que es de lo que se trata, de transitar por este mundo con alegría, sin complejos ni remordimientos.

***

El escritor que se mira su ombligo es más feliz que el que compara el tamaño de su ombligo con el de otros escritores. No hay ombligos grandes ni pequeños. A pesar de ello, el tamaño sí que importa.

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Estos claroscuros del alma me desconciertan. Lo que hoy se ve claro mañana es oscuro, y viceversa. Por eso pienso que todo es gris en realidad, y los demás colores son un espejismo. Lo recordaré cuando me invadan las tinieblas, y lo olvidaré cuando tenga un arcoiris ante mí. Entonces pensaré que esos colores son eternos.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Barbarie y civilización

Leo en el último número de la revista National Geographic un magnífico artículo sobre uno de los últimos lugares en África donde las tribus mantienen tradiciones y formas de vida ancestrales, a salvo hasta hace bien poco de las colonizaciones europeas y del llamado “progreso”. Practican ritos donde el dolor y la muerte están muy presentes: ataques salvajes, venganzas de sangre, muerte a recién nacidos para matar el mingi (la mala suerte)... Dependen del escaso ganado y de las cosechas de sorgo tras las crecidas del río Omo, igual que sucedía hace milenios en el Nilo.

En la década de los 80 y 90 del siglo pasado las lanzas fueron sustituyéndose por rifles automáticos. El gobierno etíope ha empezado a introducir programas de modernización; se está escolarizando a los niños de las tribus. Algunos van a la universidad, y empiezan a asumir la justicia occidental para aplicarla en sus pueblos y sustituir las cadenas de venganza que atraviesan generaciones. Se está construyendo una presa inmensa aguas arriba. Es el fin de una vida ancestral, lo que nosotros llamamos barbarie, y que ha imperado el 99,99% del tiempo que el hombre lleva presente en la tierra.

El mito del buen salvaje es una falacia, pero nuestra civilización es muy reciente; apenas un segundo en la historia del hombre. Nos creemos que hemos evolucionado, tratamos de hacer que la vida sea más "justa", pero el juego de la vida y la muerte es imparable. Muchos de los ritos africanos ancestrales no son crueles, sino en cierto modo "naturales". Son, eso sí, implacables, como implacable es la ley del más fuerte, que los humanos modernos tratan de violar. Hay mucha hipocresía en nuestra sociedad occidental; mucho cerrar los ojos ante la evidencia; mucho predicar y poco hacer; mucho esfuerzo inútil, y también muchas intenciones loables, difíciles de llevar a la práctica, pues chocan contra la esencia íntima del hombre. Quizá nuestra civilización no sea más que otra forma de barbarie.

martes, 17 de agosto de 2010

Indicadores blogueros (I)


RATIO DE POPULARIDAD BLOGUERA (RPB)


RPB = nº seguidores / nº blogs que se siguen

Si la puntuación es:

0: dedícate a otra cosa, macho, que tu blog no interesa a nadie, o bien: no tienes activado el módulo de seguidores.

Entre 0 y 0,8: tu blog interesa más bien poco, o bien: eres un agonía y pinchas en todos los blogs que visitas.

Entre 0,8 y 1,2: lo normal: sigues y eres seguido.

Entre 1,2 y 2: enhorabuena. Tu blog es muy popular.

Entre 2 y 5: te veo un poco chulito, con eso de seguir pocos blogs.

Entre 5 y 50: ¿pero tú qué te has creído?

Más de 50: tú lo que eres es un mierda.

Infinito: así cualquiera: no sigues ningún blog, y basta con que te sigas a ti mismo.

P.S. Mi puntuación es de 8,5

lunes, 16 de agosto de 2010

Más divagaciones literarias


Tiene cojones la cosa; escribiendo a las tantas de la noche como quien se bebe un cubata. ¡Quién me ha visto y quién me ve! ¿Se saca algo con escribir? ¿Es lo mismo escribir como se ha escrito toda la vida que escribir en un blog? ¿Es sano escribir? Son preguntas muy personales, y cada escritor tendrá una respuesta distinta, pero todos estamos de acuerdo en que es un veneno que se te mete dentro y es muy difícil de sacar; más que nada porque no queremos curarnos.


La escritura saca todo lo que uno tiene dentro, e incluso cosas que no son nuestras, pero no nos engañemos: si han salido por algo será. Es un don, o eso dicen. Los escritores se creen taumatúrgicos, con perdón, y casi todos se quedan en pedorreicos, sin perdón. Quien más ronea menos vale. Quien más busca la gloria menos la encuentra. Quien más aires se da menos talento posee. Los que llegan a la cumbre no son los mejores. A la cumbre del éxito, me refiero, que la cumbre de la excelencia es otra cosa. Como en toda actividad humana, hay mucho de vanidad, y soy el primero en reconocerlo.

viernes, 13 de agosto de 2010

Rimas fisnas


Como se duerme en pelotas
no se duerme con pijama.
Lo mejor es cómo notas
rozar la picha en la cama.

Hoy me he levantado fino
de los pies hasta el cogote.
Que me agarren el pepino,
también llamado cipote.

Acabo de recordá
que te has dejado las bragas
en lo alto del sofá.

No me toques los cojones,
que tengo una rozaúra
de amarrarme los cordones.


Aquí sus dejo esta joya;
un pino entero me cabe.
El que no guste ya sabe...
... lo que tiene que agarrar.

jueves, 12 de agosto de 2010

Bollywood en Alájar

No veáis la que se ha formado en Alájar hasta ayer mismo. El pueblo se ha llenado de indios, pero no de los que llevan plumas y disparan a los cowboys, sino indios de la India, que han venido a rodar una película de Bolivú. Por si no lo sabéis, Bolivú es como Jolivú pero en indio, y con más dinero, más estrellas, más espectadores y más todo. Han revolucionado el pueblo entero. Lo primero ha sido tomar la plaza del ayuntamiento y decorarla al estilo de una verbena popular andaluza, con su tablao, geranios, mantones de manila colgados de los balcones y demás parafernalia, que estaba la plaza mucho más bonita que en las fiestas de los Ángeles, dónde va a parar, y después venga a gastar dinero. Los indios éstos están entacaos. Lo menos eran cien, y otros tantos españoles que habían contratado para la parte técnica, además de grúas, caravanas, catering... hasta un toro mecánico. Y también tenían que pagar a los extras, que se ha apuntado medio pueblo. A cincuenta euros diarios. Eso sí, las sesiones eran desde las siete de la tarde hasta las siete de la mañana del día siguiente. Hay que ver lo que han tenido que aguantar los pobres extras: cientos de tomas fallidas hasta dar con la buena, y venga a recomponerse el peinado, a hacer como que charlaban animadamente, a bailar por sevillanas. No me extraña que se hayan ido rajando, y el último día casi que ha tenido que salir de extra el director.

A todo esto el ayuntamiento encantado, con la alcaldesa a la cabeza, que hasta ella se ha apuntado de extra. Como que con la pasta que han soltado los indios han cubierto la mitad del agujero que les ha hecho la crisis. Ha sido todo un show. Nosotros es que no conocemos a las estrellas de Bolivú, pero haceos a la idea de que para los indios es como si hubiera venido a rodar el Cruise o la Julia Roberts. Imaginaos el estatus de estos artistas allí; los adoran. Aunque lo que es yo, cuando vi aparecer al actor principal me partía de la risa: una especie de John Travolta en sus mejores tiempos, el de Fiebre del Sábado Noche. ¡Unos aires! ¡Unos ademanes! El tío iba perdonando la vida. Eso sí, tenía mejor facha que el Cruise: alto, bien parecido, ojos azules y la piel algo menos renegría que la de sus compatriotas. Sus partenaires se lo comían con los ojos, y el tío venga a ronear, a parar las escenas por su bonita cara, a hacer gestitos, a llamar a un asistente con un espejo para retocarse el pelo... Vamos, un mierda en toda regla, que no había por donde cogerlo.

Eso sí, ha habido sus molestias. En la calle donde yo vivía hace cinco años situaron el meollo de la acción. Os podéis imaginar: focos toda la noche, gritos, música a toda pastilla... mis ex-vecinos me han dicho que no han pegado ojo. Yo he escapado mejor: aunque cortaron mi calle y no podía aparcar el coche delante de mi casa, lo que es ruido no tenía apenas; mucho menos del que hacen los niñatos de la botellona, que no han podido acceder a sus bancos favoritos. En resumen, una experiencia muy recomendable, un intercambio de culturas. Un día que iba paseando a Gonzalo en el carrito se me acercó un indio para preguntarme qué edad tenía, y resulta que él tenía un hijo que había nacido al día siguiente del mío. Ya de por sí Alájar es multicultural con los hippies, los alajeños y algún que otro guiri, pero con esto del cine el pueblo parecía la feria de las naciones.

Esta mañana, cuando me levanté, no había ni rastro de las caravanas. Hasta me dio pena. Me sentí un poco como esos niños que quieren enrolarse en un circo después de ver la función. Pero bueno, yo a lo mío, que para artista no valgo.

martes, 10 de agosto de 2010

El fin y la esperanza

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No ha pasado... todavía. El fin puede llegar, bien a través de la ira de los adoradores del Presidente Eterno de la República, enterrado en Pyongyang, o porque la estirpe de los aqueménidas quiera refundar el imperio de Ciro el grande, y extender a occidente las satrapías de Darío para vengar la humillación del macedonio. Entonces será el fin. El mismo fin que nos llega a cada uno a nuestra hora, pero multiplicado por seis mil millones de almas borradas del mapa en un instante.

Almas y cuerpos, todos en confusión, desaparecidos. ¿Dónde quedan entonces las religiones? ¿Y las promesas de vida eterna? ¿Y nuestros afanes estúpidos en vida? Ahí está la grandeza de la vida, en que se acaba. No hay un misterio mayor. Y da igual que se acabe una vida o todas las vidas de la tierra. Lo mismo es. El hombre es una especie en extinción. Nuestra presencia en la tierra es un grano de arena en un gran reloj alimentado por el desierto. Y la vida de la tierra dentro de la del universo es una gota de agua en la clepsidra del océano. Ésta es la única verdad que se conoce. La verdad revelada es una quimera, una posibilidad entre un trillón.

Pero no hay que temer esta certeza; se puede vivir con ella. No hace falta ignorarla, ni convertirla en una obsesión. Ser felices en la tierra es nuestra máxima aspiración, y aguardar lo que haya de venir con esperanza. Más no podemos hacer.

sábado, 7 de agosto de 2010

Últimas palabras


Nunca pensé que me fuera a pasar a mí. Aún no me lo creo, tantos años después pudriéndome en esta celda en el culo del mundo. Ya me hubiera gustado que me trincaran en otro sitio, donde las cárceles son hoteles de cuatro estrellas, pero no, me la metieron doblá estos chinos de mierda, eso me pasa por fiarme. Y cualquiera les dice que los presos tienen derechos; primero que no me entienden, los cabrones, y segundo que te pegan dos hostias a poco que levantes la voz. Lo mejor es estarse bien calladito y hacer lo que me dicen, o lo que me indican con gestos. Les súa la polla que yo sea occidental, y que el ministro haya hablado por mí varias veces, aquí eso no vale pa na. El chino ese mandamás, que no hay quien le vea el pelo, está peleado con todo el mundo, hasta está fabricando bombas atómicas, el tío. Los gerifaltes mundiales le amenazan, hasta el negro ese que manda a los americanos, pero él a lo suyo, a acojonar a su pueblo y a chulear a los yankis y a los rusos, aunque a éstos les tiene más respeto, será porque antes les trataba más. Dicen que ahora estos chinos están más solos que la una, y debe de ser verdad, porque aquí no hay dios que entre, yo mismo tuve que cruzar disfrazado. Buena pasta me prometieron, claro que lo difícil era salir de aquí. Los chinos cabrones que cruzaron conmigo estaban vendidos, a esos tíos les da igual el dinero, tienen el coco comido. Comer, dormir y servir al jefe; con eso les sobra. A todos los que no son como ellos los consideran enemigos, así que imaginaos yo, que iba a darles por saco.

Pero bueno, ya dejo de escribir, quién me lo iba a decir, a estas alturas volver a coger un papel y un bolígrafo, y eso de favor. Me voy al catre, y es mi última noche. Nadie podrá leer esto, porque mañana simplemente no habrá nadie. Me lo han dicho esta mañana con una sonrisa en la boca; hasta se han buscado un intérprete para que me entere. Estos cabrones van a explotar mañana todas las bombas que tienen, suficientes para hacer volar el planeta. Prefieren eso a seguir aguantando a los yankis.

viernes, 6 de agosto de 2010

Agosto

Agosto es un mes de sequedades, en el tiempo y en el entendimiento. El calor lo nubla todo; lo que antes fluía como un río limpio ahora se atasca en una ciénaga maloliente. Sólo hay una forma de combatir el tedio: obligándose a "hacer", y después tratar de descansar sin pensar en nada en concreto, como si la vida no fuese con nosotros. Agosto es la "no vida", las antípodas de la primavera, tan diferente del otoño, donde la sangre vuelve a fluir con fuerza por mucho que se diga que es tiempo de muertos y de muerte, preludio del largo invierno, donde también hay vida debajo del frío. El calor adormece, y el frío vivifica. Prefiero los Buenos Aires de Liliana, donde ahora estarán en medio del invierno, a esta luz cegadora que cae a pico sobre los ojos y no me deja ver más allá de la cal blanca del caserío.

Yo hablo de mi agosto, claro es, y de mi agosto de este año, de este día 6 de agosto de 2010 en Alájar, sin tanto calor como desprenden estas palabras. El calor de agosto está dentro de uno, unos días más que otros, en el campo o en la ciudad, pero todo tiene cura menos el tedio eterno, el tedio pessoano, que es lo más parecido que existe a la muerte en ésta nuestra vida.

jueves, 5 de agosto de 2010

Perplejidades (VI)


1. ¿Por qué todavía hay gente que compra bolsas de basura sin autocierre?

2. ¿Por qué cuando se espera al autobús tarda una eternidad, y cuando vas en coche siempre lo ves llegar a la parada en ese mismo momento?

3. ¿Por qué entre semana hay que despertar a los niños para ir al cole y los fines de semana se despiertan ellos solitos a las 7 de la mañana?

4. ¿Por qué los músicos van siempre disfrazados de músicos?

5. ¿Por qué los inmigrantes de color (negro) que venden pañuelos en los semáforos están siempre sonrientes?

6. ¿Por qué los funcionarios de color (blanco) detrás de las ventanillas nos miran siempre con cara de mala leche?

7. ¿Por qué guardamos tantos papeles, si no los leemos en la vida y acabamos tirándolos?

8. ¿Por qué pirateamos tantos discos de música, si aun dedicando toda nuestra vida a oírlos no tendríamos tiempo?

9. ¿Por qué dedicamos más tiempo a instalar programas y chorraditas en nuestro ordenador que a usarlos?

10. ¿Por qué se me ocurren tantas gilipolleces?

martes, 3 de agosto de 2010

Una cagarrutia de entrada


Cuelgo algo y me voy, coño, qué estrés, todo el día para arriba y para abajo y encima el blog de las narices, hostia, joder. ¿Y a esto le llaman vacaciones? Una mierda como un pino piñonero. A quién se le ocurre mudarse. Y encima playa, piscina, chiringuito y sus muertos en vinagre. Ya sé que hoy estoy un poco malhablado, pero es lo que me sale, me cago en to. Y no vayáis a creer que estoy enfadado, nada de eso. Si fuera así rompería el ordenador. Escribo esto porque estoy con energía, leches. Sí, energía para aporrear el teclado y escribir lo que me salga de la punta, para eso el blog es mío, y a quien no le guste que se la envaine, dicho esto con perdón, por supuesto, que no quiero enemistarme con nadie, faltaría más, con la imagen de buenecito que doy aquí. Del tirón, colegas, estoy escribiendo del tirón, tantas entradas pensadas ni hostias. Fresco, ar naturá, que para eso estamos en el Internés. Una mierda de entrada es lo que estoy cagando, y aquí la dejo.


He dicho. He escrito. La he cagado.

lunes, 2 de agosto de 2010

Escribiendo, que es gerundio

Hay quien escribe porque se lo pide el cuerpo; otros para tener la esperanza de que les lean. También hay quien de esa manera se responde a preguntas íntimas, o conjura fantasmas que no le dejan dormir. Se puede escribir para la galería, o sólo para uno mismo, o para los amigos, la familia y las novias (¡ah, el género epistolar!). Los menos se ganan la vida con su pluma, y hacen, los pobres, de la escritura su medio de vida, vendiéndose al mejor postor, mientras que los escritores engreídos que han publicado cien libros vendiendo doscientas copias los desprecian por fuera y los envidian por dentro. Aún hoy sobreviven los negros, que mantienen la fama de los escritores reputados a cambio de unas monedas. Los articulistas son currantes de la pluma, y se dejan unos esfuerzos que podrían valerles para glorias más duraderas y menos lucrativas. ¿Y dónde dejamos a los escritores blogueros? Los hay de todo tipo, desde el que no distingue la b de la v, ni falta que le hace, hasta el escritor encumbrado que abre un blog y se digna a compatir con el pueblo internetero su inconmensurable talento. Hay escritores incomprensibles, gnómicos, que se recrean en el retorcimiento; otros alardean de sencillez bajo la capa de una erudición trabajada; los hay pesados, hasta coñazos, amenos, superficiales, fantasmones, folletinescos, polémicos, falsamente inocentes (no existe la inocencia en la escritura), taimados, acarajotados (imprescindibles en verano); acapullados (los más); maravillosos (los menos), acomplejados, agilipollados, atormentados, infames, divertidos, incisivos, hombres, mujeres, moñas, incluso niños... ¡Qué bello es escribir!