lunes, 31 de agosto de 2009

Au revoir, pinganillo


Hoy, último día de agosto, dejo mi amada Alájar y vuelvo, no sin pesar, a la ciudad que me vio nacer. Al menos hay dos cosas buenas, a saber: que en breve empieza el colegio de los niños, y que ya no necesitaré del dichoso pinganillo para conectarme a Internet. Ahí lo podéis ver, tan pancho encima de mi mesa de trabajo, donde por cierto se refleja la Peña de Arias Montano.

Después de tanto tiempo de convivencia, no puedo menos que dedicar a ese instrumento del diablo un soneto. Ahí va:

¿Cuál es el pérfido y taimado invento
que ha hecho de mi verano una porfía,
un duelo desigual, una sangría
de ingenio, de cordura y de talento?

¿Sabéis la cantidad de sufrimiento
que me ha supuesto uno y otro día
entrar en Internet mientras veía
que otros se conectaban de momento?

Ese ingenio que mi inspiración trunca,
ese mesías que agota mi fe,
ese ladrón de tiempo, ese diablillo...

¡A Dios pongo por testigo, que nunca,
jamás de los jamases volveré
a usar para mi blog un pinganillo!

He dicho.

sábado, 29 de agosto de 2009

Aforismos virtuosos


1. El límite de la modestia es la estupidez.


2. El límite de la tolerancia es la intolerancia del otro.

3. El límite de la paciencia es la impasibilidad.

4. El límite de la prudencia es la pusilanimidad.

5. El límite de la castidad es ... ¿es una virtud?

viernes, 28 de agosto de 2009

Tirando piedras


Ayer estaba dando clase a mis alumnos
y les tiré una piedra a cada uno.
No para darles, ni para asustarles,
sino para despertarles, para llamar su atención
y hacerles vivir.
Todas las piedras rebotaron en los pupitres
y cayeron al suelo,
menos una, que fue a parar a un pequeño estanque
encima de un pupitre de la cuarta fila,
y el agua se llenó de surcos
que se reflejaron en los ojos de su dueña.
Al menos una piedra
había dado en el blanco.

Pero no, no estaba en clase,
era un sueño causado por la fiebre,
que me tenía en cama casi delirando.
No fue una pesadilla, sino un sueño hermoso
del que me acordaré pronto,
cuando empiece de nuevo a tirar piedras.

jueves, 27 de agosto de 2009

Reservando entradas

No me refiero a entradas para la ópera ni para los toros ni para el cine, no; hablo de las entradas en los blogs. ¿No os pasa que ahora en verano, como muchos de nuestros lectores y comentaristas habituales están de vacaciones, guardáis algunas entradas buenas para más adelante? Los que estamos en esto sabemos que hay entradas ligeras, otras que son simples divertimentos, o de transición, o de fin semana, pero también hay otras que nos hemos trabajado mucho, y de las cuales nos sentimos muy orgullosos. Yo pensaba que este verano me iba a tomar el blog en plan tranquilo, pero al final he seguido manteniendo un ritmo bastante alto. No es que haya pensado mucho en esto que os digo; de hecho he colgado entradas en las que me he volcado, pero confieso que alguna me estoy guardando. Son ésas las que queremos que tengan mayor difusión, que las lean cuantos más mejor, que las comenten y, por qué no, que nos las alaben. Al fin y al cabo el blog tiene claramente algo en común con el libro: en ambos se publica, y quien publica lo que quiere es que se conozca su obra, deseo legítimo que no hay que confundir con la vanidad.

Al final es el dilema de siempre: ¿escribimos para nosotros mismos o lo hacemos para otros? Pocos son los que optan por lo primero; yo, desde luego, confieso que no.

P.S. Ahí queda este pedazo de entrada en pleno mes de agosto, para que nadie me tache de reservón.

miércoles, 26 de agosto de 2009

Trazas de otoño

Cuando me levanté ayer por la mañana y abrí la ventana olía de una manera distinta, algo había cambiado. Hasta la sierra y la Peña se veían con otra luz, como más tenues y lejanas, pero a la vez más accesibles. Al salir a la calle las hojas volaban a ras de suelo con las ráfagas de viento, y el aire era fresco. La gente del pueblo que va a pasear por el campo a esas horas ya no iba en mangas cortas, y un hombre montado en una motillo que volvía de su huerta traía cara de frío. Después salimos a caminar, a hacer un sendero por la parte de Valdelarco, siguiendo la ribera, entre helechos milagrosamente verdes y bosque de galería. Sólo se oían los pájaros y el rumor del viento y del agua; ninguna chicharra. Nadie diría que un día antes sudamos la gota gorda bajando de Los Madroñeros a Linares, y luego subiendo de Linares a Alájar.

Un día tan solo y ha llegado el otoño, aunque sea por unas horas, me da igual, porque así es como lo disfruto más, cuando se presenta de improviso. Me pasa lo mismo con la primavera, que aquí en el sur se puede oler cualquier día soleado de febrero. Cuando llegue el otoño de verdad estaré tan acostumbrado a él que no lo disfrutaré igual, pero esta mañana ha sido un regalo, un regalo que llevaba tiempo esperando.

Foto: pueblo de Valdelarco, en la sierra de Aracena.

lunes, 24 de agosto de 2009

Poetas de sus vidas


Como nadie puede enunciar la verdad absoluta sobre su propia existencia, todo el que quiere describirse a sí mismo tiene que convertirse forzosamente en un poeta de su propia vida.


Stefan Zweig. Tres poetas de sus vidas.


La frase tiene su miga, no se puede negar. Zweig es uno de los mejores exploradores del alma humana, y en este libro disecciona las vidas de Casanova, Stendhal y Tolstoi de una manera magistral. Cada uno de ellos fue un poeta a su manera, muy distintas por cierto, desde la superficie hasta el interior más profundo. La idea de que la poesía es la única manera de comprender las vidas de los hombres es muy atractiva y... ¿cierta?

Un libro muy interesante, como todos los de Zweig. Ya lo recomendó hace un tiempo Mery en su blog.

domingo, 23 de agosto de 2009

Pobre Penélope...

Hace unos días leí una entrada en el cuaderno de mi amigo bloguérico Juanma donde contaba que su mujer, de nombre Lola como la mía, consideraba a Penélope un poco cortita, por no decir imbécil, con tanto esperar a ese Ulises, que se lo pasó en grande en la Guerra de Troya, y no digamos a la vuelta, en esa Odisea donde entre otras cosas le puso los cuernos unos cuantos de años con Calipso (que, por cierto, tiene nombre de helado). Vamos, que ya podía haberse buscado un novio en condiciones y no ese buscavidas ávido de gloria, y que la virtud de la fidelidad tiene un límite, y exige cuando menos correspondencia. Como prometí a Juanma una entrada comentando el asunto, he pensado hacerla usando la letra de la famosa canción de Serrat. No he tenido tiempo de cantarla yo mismo para colgarla, y mi pinganillo tampoco da para mucho, así que la tendréis que canturrear vosotros mismos, aunque os facilito el vídeo con la letra original.



Penélope,
le ha caído un buen marrón
ese Ulises es un cabrón
como se ha quitao de enmediooo.
Penélope
se sienta en un banco del jardín
y espera que llegue ese malandrín
meneando el abanicooo.

Dicen allá en Ítaca
que un caminante se hartó
de reír
una tarde de primaveraaa.
"Adiós amor mío
no me llores, volveré
antes que
de los sauces caigan las hojaaas.
Di que sííí,
cómo me reííí..."

Pobre infeliz
se paró tu reloj infantil
una tarde plomiza de abril
cuando se fue tu amanteee.
Se marchitó
en tu huerto hasta la última flor.
y después se te pasó el arroz
pobre Penélopeee.

Penélope,
tristes a fuerza de esperar,
sus ojos, parecen brillar
si un barco viene a lo lejooos.
Penélope
han pasado veinte años ya,
digo yo que es hora de olvidar,
te la han dado con quesooo.

Dicen los cantores
que el sinvergüenza volvió.
La encontró
en su banco de pino verdeee.
La llamó: "Penélope
mi amante fiel, mi paz,
deja ya
de tejer sueños en tu menteee,
mírame,
soy tu amor, regresé".

Le sonrió
con los ojos llenitos de ayer,
no era así su cara ni su piel.
"Ahora te vuelves con Calipsooo".
Y le pegó
con el bolso un buen ostión,
con sus zapatos un patadón
a ese cacho cabróóón.

sábado, 22 de agosto de 2009

Jet stender

¡Horror! He visto gracias a Feedjit que entran muchos navegantes en mi blog tecleando en Google "jet stender". Aparece nada menos que en el séptimo puesto, sólo por detrás de enlaces patrocinados, e-bay y similares. Tantos esfuerzos, tantas entradas eruditas, y el prestigio de mi blog por los suelos. Igual demando a Google...

P.S. Y más que se van a meter despúés de esta entrada.

P.P.S. Jet stender, jet stender, jet stender, jet stender, jet stender, jet stender... Ahora sí que voy a tener visitas.

P.P.P.S. Lo conseguí: he colocado dos de mis entradas del blog en el top five de la búsqueda, y encima Google me distingue con el siguiente mensaje: "Mostrar más resultados de jmridao.blogspot.com", reservado sólo a los grandes como youtube. Amigos, ha nacido una estrella...

viernes, 21 de agosto de 2009

Economía andurrialera (III)


LA CRISIS


No podemos confiarnos. El fantasma de la crisis sobrevuela nuestras cabezas. La misma ola que nos llevó al cielo puede hacer que bajemos a los infiernos.*


Siguiendo con este peculiar curso de Economía, abordo hoy el asunto económico más temido en la actualidad, motivo de conversaciones sin fin, de debates políticos, de predicciones agoreras y, lo que es peor, de dramas familiares vividos bajo la alargada sombra del paro, la cara verdadera y palpable de toda crisis, por mucho que algunos se empeñen en ver otras.

Parece que ahora en verano se habla menos de esta crisis que venimos soportando desde hace ya bastante tiempo. Eso es bueno, señal de que el personal aún tiene ganas y, sobre todo, dinero para divertirse, aunque no sea al mismo ritmo que hace unos años, una quincena en vez de un mes, una ración de chorizo en vez de jamón, pero si todo fuera eso... “Lo peor está por llegar”, dicen algunos adivinos, y a partir de septiembre, con la vuelta al trabajo (el afortunado que pueda) volverá la cantinela. Puede que sí y puede que no; puede que dure mucho o que dure poco, quién lo sabe. Yo, desde luego, como economista, no tengo ni la más remota idea, y respecto a mis colegas que hacen afirmaciones categóricas, una de dos: o mienten como bellacos o no tienen ni pajolera idea de Economía.

Pero, ¿qué es una crisis? Al margen de definiciones más o menos académicas, podemos decir que una crisis o recesión es la fase descendente del ciclo económico. Es decir, dentro de la montaña rusa que es la economía de un país, la crisis es cuando toca cuesta abajo y va todo el mundo acojonado subido en el vagón. Cuanto más dura es la crisis más fuerte es la pendiente y más acojonados vamos, y a alguno a veces hasta le da un infarto. La buena noticia: que no hay cuesta abajo que no tenga fin, y llega un momento en que el vagón toca fondo, pica hacia arriba y los pasajeros respiran aliviados. Eso es una crisis, no hay más, cuando toca toca, y a algunos les toca más que a otros, y se quedan sin trabajo, y lo pasan mal, muy mal, y a veces hasta se tiran por un balcón porque sus acciones han quedado reducidas a nada o porque no pueden soportar la vergüenza de que sus vecinos les vean sumidos en la pobreza. Pero no debemos perder de vista una cosa: hay miles de millones de personas que no sienten los efectos de una crisis, sencillamente porque son tan pobres que no pueden estar peor. El hambre y la miseria no conocen de crisis...

Un poné...

Qué mejor poné que la crisis que estamos padeciendo ahora mismo, en España y en el mundo. La cosa empezó, parece ser, con unos banqueros yanquis imprudentes que prestaron dinero a quien no se lo tenían que prestar, y con esos préstamos hicieron productos financieros harto sospechosos, paquetes basura les llaman, que vendieron a un precio atractivo en todo el mundo, sin que el comprador supiera que compraba humo, mierda, bombas de relojería. Hasta que un día las bombas explotaron todas a la vez y, gracias al maravilloso invento de la globalización, nos fuimos todos a tomar por saco, unos antes y otros después (de hecho, todavía seguimos volando, a ver cuándo y dónde aterrizamos). Al principio como que no hubo demasiados dramas: se empezó a perder empleo, pero como hay subsidios, para comer llegaba, y para alguna cervecita también. Luego empezó la cosa a ponerse más seria y el gobierno respondió con medidas anticrisis como más subsidios, financiación de obras innecesarias en todos los municipios de España... y por supuesto, como no hay dinero en las arcas públicas, pues se pide prestado y ya está. Eso se llama en el argot económico política fiscal expansiva, y yo lo llamo en mi propio argot barbaridades en expansión.

Habrá que esperar acontecimientos, el año próximo se presenta duro, pero creedme si os digo que saldremos de la crisis, no sé cuándo pero lo haremos, y eso será a pesar de los políticos.

* La cita está extraída del libro Economía en diez capítulos. Fundación Ecoem. Sevilla, 2007. Autor: yo mismo mismamente.

jueves, 20 de agosto de 2009

Después del Internet


¿Qué vendrá después del Internet?
Que me lo diga quien lea
este poema y ya lo sepa.
Da igual que yo esté muerto.
Que pregunte a Mr. Google
(o a su hijo o a su nieto)
por los Andurriales
y lo escriba allí.
Yo lo leeré
con el pinganillo del cielo
o del infierno
y volveré a ser algo,
y volveré a ser nada.

martes, 18 de agosto de 2009

El sabio mudo

.
Kawazu Tobikomu llegó a Edo una tarde de noviembre. No lo conocía nadie, y pronto se ganó una reputación de hombre sabio por sus costumbres austeras y, sobre todo, porque se pasaba el día entero meditando, sin hablar con nadie. A los cuarenta días de llegar trazó en la arena del suelo de su cabaña las siguientes palabras:

de mi pasado
hoy no me queda nada
salvo el futuro


Pronto estas palabras pasaron de boca en boca, hasta que todo el país supo del poema, y acudieron a venerarle desde los lugares más remotos. Pero Kawazu les contemplaba indiferente, y jamás se le oyó pronunciar palabra alguna hasta que llegó su hora. Ese día cogió el mismo cayado que treinta años antes, y, borrando lo que escribió, dijo solemnemente, ante el silencio asombrado de la multitud:

copié ese haiku
cuando dejé el hogar
de mi maestro



Moraleja: no todo el que calla es sabio

domingo, 16 de agosto de 2009

Aforismos poéticos


1. Tres lenguajes trascienden el alma: poesía, música y silencio.

2. La madurez no necesita de la poesía, pero la poesía sí necesita de la madurez.

3. Un poeta sin oído es como un pintor sin vista.

viernes, 14 de agosto de 2009

Todas las vidas


Todas las vidas caben en un verso:

nací, lloré, reí, soñé, morí.
Pero no hay papel bastante en el mundo,
ni frases por hacer, ni discos duros
que puedan transmitir lo que se siente
del nacer al morir, mientras vivimos.

jueves, 13 de agosto de 2009

Elogio de la familia


Dedico esta entrada a mi mujer, Lola, a mis hijos Miguel, Jaime, Ignacio y Gonzalo y, por supuesto, a mis padres.


No soy yo el más indicado para hablar de las virtudes de la familia cristiana, pero sí puedo opinar de la familia, así a secas, como institución inmemorial que ha acompañado al hombre desde que se bajó de los árboles (por cierto, allí arriba también había familias) y ahora, en el siglo XXI, parece que cada vez tiene menos importancia, que podemos vivir solos, que no merece la pena aguantar lo más mínimo para salvaguardar algo que al fin y al cabo tampoco es tan importante. Estamos dispuestos a tener cada vez menos hijos o no tenerlos para poder hacer carrera profesional, como si fuéramos a ganar esa carrera, como si el premio fuera valioso, un puñado de dinero insuficiente para mantener el nivel de vida que el nuevo estatus requiere y una patada en el culo cuando ya no servimos. ¡Qué triste! ¡Y qué frecuente! Y lo de casarse, ¡qué antiguo!, ¡cuánto compromiso! ¿Para qué comprometernos, si es tan fácil ser libres como los pájaros y volar de flor en flor cuando nos apetezca? Parece mentira que haya todavía jóvenes carcas que se casen, y encima por la Iglesia. ¡Qué horror! Todavía se puede entender por la ilusión de una novia por vestirse, pero para eso que se vista el día del arrejuntamiento y se haga unas fotos. ¡Qué pena!

Podría seguir hablando de familias desestructuradas, de ataques sistemáticos a la familia desde el gobierno disfrazados de ayudas y tolerancia, no hay más que ver a nuestra vicepresidenta -¿lo es todavía?- lo feliz que parece, seguro que vuelca su vida familiar tan llena para que el resto de españoles y españolas puedan disfrutar de ella. ¡Qué asco!

Yo soy quien soy debido a que me crié en una familia unida, con unos padres que han hecho todo lo posible por darme, a mí y a otros tres hermanos, una educación cívica (no necesité la Educación para la ciudadanía), y ahora que estoy felizmente casado y tengo cuatro hijos os puedo decir que atravieso por el mejor momento de mi vida, y eso a pesar de que tengo permanentemente colgados a dos pequeñuelos de las orejas mientras escribo en mi blog. ¡Habrá algo más bonito...!


P.S. En la foto falta la jefa del grupo, pero dice que no quiere salir, y quien manda manda...

miércoles, 12 de agosto de 2009

Soneto tributario


El IVA es la causa del tormento
de quien hace la compra en el mercado
o se toma un café descafeinado
sin ver que a papá Estado da sustento.

Y qué decir del triste sufrimiento
del autónomo siempre puteado
por los pagos que realiza acojonado
y lo poco que se atiende a su lamento.

IRPF, Seguridad Social,
IBI, IAE, licencias, Sociedades,
y un sinnúmero de calamidades
que tienen como meta principal

montar a Hacienda Pública en el taco
y a los contribuyentes dar por saco.

martes, 11 de agosto de 2009

Reflexiones literarias de un economista


“Gabriel Syme no era simplemente un detective que fingía ser un poeta; era realmente un poeta que había llegado a ser detective”.


Esta frase pertenece al libro “The Man who Was Thursday”, de G. K. Chesterton (sí, he sucumbido a la curiosidad por leer una obra del autor más nombrado y venerado a este lado de bloguilandia). Me ha llamado especialmente la atención porque refleja algo a lo que vengo dando vueltas últimamente. Me explico.

Los que me leéis con cierta frecuenta sabéis que soy profesor de Economía, y que tengo publicaciones en esta disciplina. Es una ciencia que me atrae, y aunque no he tenido nunca una vocación clara por ella me gusta investigar y leer, si bien en mi fuero interno soy bastante escéptico, y sospecho que los economistas no tenemos demasiado claro cómo resolver los problemas de la humanidad, si es que eso nos importa en absoluto. Cuando abrí el blog, hace nueve meses, empecé a cultivar una afición que nunca perdí del todo: la literatura, con la diferencia de que además de leer escribía, y he descubierto que, aunque tampoco voy a cambiar el mundo con mis entradas, la literatura en general y la poesía en particular tienen un campo mucho más hondo y auténtico que la Economía. Sus límites son los que yo me quiera poner, y gracias a ello puedo bucear en mí como nunca lo he hecho antes. En definitiva, que quisiera parecerme al detective de Chesterton; aunque no soy poeta, me gustaría serlo antes que economista, aunque justo es decir que tengo el sustento asegurado gracias a esto último.

Para resumir estos pensamientos me ha salido un soneto, no sé por qué, dodecasílabo. Parece que me subyuga el acento en séptima, o quizá mi espíritu científico se niega a obedecer el canon de las once sílabas.

CIENCIA Y ARTE

Ciencia y arte son el fin de los desvelos
que ha quemado con tesón el elegido
por las musas del cerebro o de los cielos
en la búsqueda del triunfo prometido.

Magos de la pluma, poetas de altos vuelos,
genios que buscan el átomo escondido,
y esos otros que en respuesta a sus anhelos
ganarán el premio Nobel del olvido.

Pocas veces he llegado a comprender
el afán que tienen los economistas
por buscar ocupación a la existencia.

El mejor de los regalos es poder
disfrutar la creación de los artistas
desde el cómodo vivir que da la ciencia.

P.S. Si me leen mis colegas lo pienso negar todo, diré que la literatura es ficción...

lunes, 10 de agosto de 2009

Canícula bloguera

Estos mundos blogueros están en verano bastante tranquilos. No es que no haya nadie, pero pasa un poco como en las ciudades cuando todo el mundo se va de vacaciones y descubrimos un paisaje distinto, más sosegado, yo diría que más acogedor.

Son muchos los que han anunciado su marcha, colocando el cartel de “cerrado por vacaciones”. Otros se pasean por la red de forma esporádica, entre destino y destino de sus andanzas veraniegas. Se suele esgrimir como argumento que es necesario desconectarse, como una especie de tratamiento de desintoxicación de la blogueína, esa droga blanda pero pegajosa. También yo valoré esa posibilidad -me declaro blogueinómano consumado-, pero finalmente partí a los lugares de descanso esgrimiendo mi flamante, por decir algo, pinganillo, y cuando el muy taimado me lo permite aquí estoy, al pie del cañón, colgando entradas, comentando y, sobre todo, leyendo.

Somos pocos los que quedamos, pero bien avenidos, y hay tiempo de leer pausadamente entradas que en plena vorágine laboral no tenemos tiempo ni ganas de abordar. Creo que no me he equivocado, no pienso que necesitara esa desconexión, y ahora tengo tiempo - es un decir, con cuatro críos-, de pensar, de escribir poesía, de leer, de disfrutar, en suma, de este nuevo mundo que me ha traído Mr. Blogger. Parece que el verano, que no es precisamente mi estación preferida, se me está haciendo más llevadero, menos árido, más gratificante, gracias a este invento extraño y a vosotros, que habéis sucumbido como yo a sus encantos.

sábado, 8 de agosto de 2009

Trazos


El tiempo ha escrito
líneas de dolor que ya no duelen
en el pergamino
de tu piel,
y ha trazado
la sonrisa transparente
de la madurez.

viernes, 7 de agosto de 2009

Lo que hace un título

Mi entrada de ayer me ha hecho reflexionar sobre la importancia de un título, bien sea para un libro o una entrada en el blog, como es el caso. La entrada era este poema, que titulé “La importancia del Internet”. Lo escribí pensando en lo enganchado que estoy a la red, en un momento en que no tenía conexión, frustrado por la inutilidad de mi pinganillo que conecto al portátil cuando estoy en la sierra. Es un poema un poco en clave de humor, pero con un fondo en cierto modo profundo: “pero él [Mr. Google] las almacena sin problemas / en la world wide web, como si eso fuera / la biblioteca de Alejandría”. O el final: “por un tiempo, hasta que vuelvo / a los días felices donde uno / no tenía móvil ni portátil / y los demás tampoco, y no pasaba nada”.

Tan contento estaba yo con mis versos, y los primeros comentarios me indicaban que gustaban. Luego se me ocurrió -ya lo había pensado justo después de escribirlo- que el ritmo y algunas frases recordaban claramente a la archiconocida primera carta de San Pablo a los Corintios, sobre todo en el verso inicial: “Si no tengo Internet yo no soy nada”, que se repite al final. Así lo hice ver en un comentario, y me lo confirmó Maite, la siguiente en entrar. Cambié el título, añadiendo entre paréntesis “Epístola de Ridao a los bloguintios” y, curiosamente, el resto de comentarios se centraron en esa faceta epistolar del poema, dirigida a los blogueros veraniegos con síndrome de abstinencia. Estoy convencido de que si no llego a hacer ese cambio la lectura hubiera sido diferente, pero ahora estaba sesgada por el nuevo título, donde además la palabra (o palabro) “bloguintios” destacaba poderosamente. Es como si el título desviara la atención, y el poema original hubiera quedado poco menos que en anécdota, con lo contento que yo andaba.

Igual estoy errado en mi reflexión, o lo exagero un poco, pero no deja de ser curioso, ilustrativo y aleccionador.

jueves, 6 de agosto de 2009

La importancia del Internet (Epístola de Ridao a los bloguintios)


Si no tengo Internet yo no soy nada.
Ya pueden mis amigos consolarme
y decirme que hace años no tenía
móvil, ni portátil, ni una casa en la sierra.
Sin Internet todo me falta.
No puedo preguntar a Mr. Google
las cosas que no caben en la mente
pero él las almacena sin problemas
en la world wide web, como si eso fuera
la biblioteca de Alejandría.

Será que soy un hijo de mi tiempo
o que me he abierto un blog, los Andurriales,
o que todos tienen ADSL y yo
me peleo con mi pinganillo en Alájar
y paso las horas muertas
tratando de conectarme.

Será que tengo el virus o la droga
de la blogueína.

Si no tengo Internet yo no soy nada...
por un tiempo, hasta que vuelvo
a los días felices donde uno
no tenía móvil ni portátil
y los demás tampoco, y no pasaba nada.

martes, 4 de agosto de 2009

Destello del olvido


Está dentro de mí,
dormida,
pero no la puedo despertar,
salvo algunas noches
en que avanzo sigiloso
y alcanzo a oír
el susurro tenue y sabio
de las voces.
Las voces que me cuentan
cosas de mí, que yo no sabría
decir que son mías.
Pero lo son,
y aprovecho esos instantes
para conocer
lo que nunca conocí.

Mi sentir,
mi pensar,
mi ser.

Yo querría
que el momento fuera eterno,
pero es eso,
un momento.
De pronto, sin avisar,
las voces dejan de oírse
y se llevan consigo
mi inspiración.
Y yo corro a mi cuaderno
y escribo el haiku
que cuenta mi vida
tan fácilmente,
en un destello
del presente y del futuro.

Luego olvido
las voces,
pero tengo el haiku.
Lo leo...
y no dice nada.
No es más que un destello
del olvido.

sábado, 1 de agosto de 2009

Ridaiku (IV): conversaciones con Bashō

Hace pocos días tuve una experiencia maravillosa: me visitó el insigne Matsuo Bashō. En sueños, pero me visitó. Tuve el privilegio de intercambiar impresiones con el maestro de los maestros, y, cómo no, nos comunicamos usando el universal lenguaje del haiku. Aquí dejo lo que recuerdo de nuestra conversación, que anoté presuroso al despertar, tratando de captar la magia del instante.

flor del cerezo
sakura te saluda
oh ridao san


Pronto empezamos
con las mariconadas,
amigo Bashō.

furu ike ya
kawazu tobikomu
mizu no oto

No me he enterado
de una sola palabra;
habla en cristiano.

un viejo estanque
salta la rana ¡chop!
ruido de agua


Pues ese haiku,
qué quieres que te diga,
¡no es para tanto!

este camino
ya nadie lo recorre
salvo el crepúsculo


Será por eso
que veo tantos poetas
crepusculares.

luna de agosto
hasta el portón irrumpe
la marejada

Pa marejada
la que tengo en mi casa
con cuatro niños.

la luz del haiku
no llega al corazón
de ridao san

Será que tengo
que aprender japonés
para enterarme.

P.S. Por si alguien tiene alguna duda, yo soy el de azul, y Bashō el de rosa sakura.