martes, 31 de enero de 2012

Wert, Wert, Wert... Economía obligatoria, ya


En nuestro nuevo ministro de Educación, señor Wert, concurren dos circunstancias que hacen que tienda a confiar en él: la primera es que Wert significa en alemán valor, precio. La segunda es que, si se fijan, su nombre se escribe de corrido con cuatro teclas consecutivas en el teclado. Eso tiene que significar algo bueno por fuerza, como los augurios esos en que se estudiaban las vísceras asquerosas de un animalejo. Y para confirmar mis optimistas previsiones, hoy este señor ha adelantado que se va a aumentar en un año el bachillerato, y se reducirá otro año la ESO. "ESO" puede estar bien, pues se ahorrará un año de tortura a los docentes y alumnos atrapados en esa jaula macabra diseñada por los artistas de la LOGSE. Al fin y al cabo, tres años pasan rápido. Ya sólo queda contratar a interinos con la especialidad de defensa personal para atender a los adolescentes "ESOS".

Y ya, de paso, aprovecho para hacer una reclamación histórica: por favor, que se incluya la Economía como asignatura obligatoria en el nuevo primero de bachillerato. Aunque la tenga que dar yo. Con todos mis respetos para mis compañeros de filosofía, de religión, de gramática de inglés, de gramática de francés, de ciudadanía o como coño se llame ahora. Por favor, aunque sea una horita a la semana, que ya es más que las tres tardes famosas de Zapatero. Es que da grima oír hablar a nuestros políticos, a nuestros intelectuales, a los tertulianos y tertulianas radiofónicos, que se creen que saben algo y sólo sueltan gilipolleces. No es que uno sepa mucho, ni que sea tan difícil, pero es que algunos se creen que saben sólo por emplear el sentido común, y lo común nunca es bueno, y mucho menos cierto. Hay que pensar por uno mismo, hay que decir disparates con conocimiento de causa, tiene que haber debates, y no monólogos a dos bandas. ¿Es que aparece por la televisión algún gilipollas explicando la Física cuántica? Pues entonces, ¿por qué sí hablan de Economía?

En fin, que ahora estamos a tiempo, señor Wert, haga honor a su apellido, escribiremos su nombre del tirón cuantas veces haga falta, pero resérvenos un huequecito, porlagloriasupadre.

En defensa del capitalismo


Conforme avanza la crisis se ha ido observando una tendencia cada vez más marcada a demonizar el sistema de Economía de Mercado, al que se achacan todos los males de la sociedad. Curiosamente, cuando había trabajo a espuertas, cuando jóvenes sin cualificación alguna cobraban más de dos mil euros al mes como peones de la construcción y dedicaban su sueldo íntegro a comprarse un cochazo y tunearlo, cuando promotores, inversores y empresarios de toda laya pegaban pelotazos antológicos y gastaban fortunas en mansiones y productos de lujo, entonces, digo, nadie levantaba la voz contra el sistema, pero ante el desastre que nos ha alcanzado, que se ve como una especie de plaga bíblica, todos nos quedamos paralizados esperando una ayuda divina, y nos volvemos al dios Estado para que resuelva nuestros males y ponga las cosas en su sitio

Sin embargo, la realidad es muy distinta: el Estado ha agotado el poco crédito que le quedaba y, lejos de sacarnos del pozo, se ha empeñado en gastar el dinero que no tenía hasta conducirnos a una situación en la que el principal problema no es el paro, como debería ser, sino el pago de una deuda pública que amenaza con llevar el país a la ruina. Estamos de acuerdo en que el sistema capitalista no es perfecto, pero se ha demostrado que sus fallos pueden ser resueltos hasta cierto punto mediante la regulación y la intervención estatal. Incluso el Estado de bienestar, tan reivindicado a día de hoy por unos y criticado por otros, puede funcionar como antídoto, o más bien prevención contra la crisis, como la economía sueca se ha encargado de demostrar al reformar profundamente un sistema ineficiente por un Estado de bienestar moderno basado en una reducción y optimización del gasto público a través de la utilización de bonos sociales.

Le pese a quien le pese, el sistema mixto de Economía de mercado, con un mayor o menor grado de intervención estatal, es el vigente en la gran mayoría de los países del mundo, y se ha revelado como el único que conduce a una utilización eficiente de los recursos. Tiene sus fallos, eso es evidente, y la crisis actual es un ejemplo claro, como también lo es la necesidad de un desarrollo sostenible, debate aparcado con la crisis que no cabe duda de que volverá, pero es el que nos ha llevado al grado de prosperidad del que disfrutamos hoy en día. Se puede argüir que esta prosperidad no ha llegado a las regiones más pobres, pero se olvida que países como China o la India han reducido enormemente su grado de pobreza gracias al desarrollo económico. El movimiento social antisistema, que por otra parte siempre ha existido, saca pecho en estos días con una crítica fácil al capitalismo y clama por un sistema económico más justo, cosa que todos deseamos, pero olvida dos cosas: la primera, que no está en nuestra mano cambiar el sistema, y que si esto sucede no será mediante una revolución social a la que no están dispuestas las clases medias, y en segundo lugar que este nuevo sistema está aún por definir: más que una propuesta de un nuevo sistema, centran sus manifestaciones en una crítica fácil al actual. Critican, pero no construyen. Frente a la organización y eficiencia de la sociedad actual, a la que se ha llegado tras un largo y penoso proceso democrático, nos proponen una anarquía que empeoraría muchísimo la situación, y que se quedará en eso, en agua de borrajas, en un idealismo llamativo pero a la vez utópico, como por desgracia han sido todos los idealismos que el hombre ha inventado a lo largo de la historia.

lunes, 30 de enero de 2012

Caeiro y la metafísica

Há metafísica bastante em não pensar em nada.
O que penso eu do mundo?
Sei lá o que penso do mundo!
Se eu adoecesse pensaria nisso.

O mistério das cousas? Sei lá o que é mistério!
O único mistério é haver
quem pense no mistério.
Quem está ao sol e fecha os olhos,
Começa a não saber o que é o sol
E a pensar muitas cousas cheias de calor.

Alberto Caeiro
: O Guardador de Rebanhos

Cuánta sabiduría encierran los versos del maestro de Alvaro de Campos y Ricardo Reis. No hay metafísica sino en las mentes de los metafísicos. No hay metafísica en los pájaros, ni en los montes, ni en la luz del sol, ni en la palabra de las gentes sencillas, ni en el pensamiento de los verdaderamente sabios.

jueves, 26 de enero de 2012

En aquellos días


En aquellos días la lluvia era distinta;
llegábamos a casa con los rostros mojados,
oliendo a tierra.
Vestíamos la luz con nuestras risas,
y a la tarde mirábamos pasar
filas de niñas con sus uniformes
rojos y azules, igual que nuestros sueños.
Parece mentira tanta dulzura.
Por la noche jugábamos al fútbol
como héroes, sin salir de la cama,
y poníamos esposas a los malos
para luego amanecer radiantes,
dispuestos a bebernos la mañana,
en aquellos días…

Ya no quedan buenos a este lado de la calle,
las noches se han poblado de jinetes
que pisan con sus cascos nuestros ojos
llenos de cieno,
y nadie viene en nuestra ayuda.
El sol asoma por detrás del bosque,
amanece,
hace tanto frío, duele tanto…
y nadie viene en nuestra ayuda.


Ese pedazo de Chano


Hace ya más de dos años que nos dejó Chano Lobato, historia viva del cante, gaditano que ejerció de gaditano, nada menos que del barrio de Santa María. Payo que se juntó con los gitanos y bailó con ellos desde muy pequeño. Pasó las hambres de la posguerra, recorrió medio mundo con la compañía de Antonio el bailarín y al final de su carrera dio un paso adelante y nos cautivó con su estilo único, su gracia y sus ojos chispeantes.

Aquí canta por tanguillos de Cádiz. Atención a la letra, que no conviene perdérsela.



P.S. El cuadro formado por las cuatro palmeras es digno de admiración. Alguna de ellas, si no todas, son un travesti camuflado.

miércoles, 25 de enero de 2012

Chaves Nogales: Una semblanza



Se puede decir que el caso del escritor y periodista sevillano Manuel Chaves Nogales es único en nuestra literatura, sobre todo por su clarividencia para interpretar los acontecimientos que tuvieron lugar desde el nacimiento de la Segunda República española hasta mediados de la Segunda Guerra Mundial. Un hombre que abandonó el Madrid asediado por el régimen franquista siguiendo al gobierno de la República hasta Valencia, para salir de la patria poco después, desengañado, en dirección al exilio francés. Un hombre que supo ver como pocos el carácter totalitario de ambos bandos, que sufrió en su interior la descomposición de la República en una serie de bandas desorganizadas que enarbolaban la bandera de la izquierda y veneraban la figura de Stalin. Chaves Nogales tomó la decisión más honesta consigo mismo: huir de esas dos Españas en lucha, sabiendo como sabía que daba igual quién ganase, porque la causa de la democracia y la libertad estaba perdida: esa tercera España doliente vagaba por el mundo o callaba en el interior del país sin osar alzar la voz, salvo excepciones bizarras como la exhibición de valor de Miguel de Unamuno ante la cúpula del poder franquista, que al fin se quedó en eso, en unos fuegos artificiales que le condenaron a una reclusión más o menos evidente por parte de unos carceleros que le tomaron por loco. Chaves fue quizá el más grande representante de esa tercera España, por encima de Unamuno, por encima quizás de un Ortega que retornó al país en 1945 con la ilusa pretensión de seguir el hilo de la victoria aliada para recuperar las libertades perdidas. Y Chaves vivió en París desde 1937 para retomar su actividad periodística, además de redactar la admirable colección de relatos que se publicó bajo el título de A sangre y fuego, donde se revela como un escritor grande, de recorrido corto pero intenso; pero el viento de los tiempos le zarandearía una vez más con la amenaza de Hitler sobre su país de acogida. Pocas veces se tiene la suerte de contar con un testigo de tal envergadura de los momentos históricos por los que pasaba la Europa de su tiempo. Chaves asiste atónito a la pasividad de Francia ante la amenaza hitleriana, y escribe un libro, La agonía de Francia, que bien podría figurar en la bibliografía principal de nuestro país vecino sobre esos momentos tan dramáticos. Ya tuvo que huir de España llevando consigo la tercera España, y se encontró ahora con que en el país de las libertades, en el país de la democracia, los acontecimientos habían dividido a los franceses en dos extremos igualmente totalitarios: los comunistas del Frente Popular y los franceses partidarios de Hitler, traidores a su patria, que estaban dispuestos a pactar con tal de no perder sus privilegios de clase. En medio, sin voz ni ánimos para alzarla, estaba esa tercera Francia acobardada que tantos recuerdos amargos llevaría a Chaves, impotente en su posición de observador internacional. Las tropas alemanas entraron en Francia, hollaron las calles de París, y Chaves volvió a seguir a un gobierno derrotado, primero a Tours y luego a Burdeos, donde embarcó de nuevo, como tres años antes, en una fragata de bandera inglesa que le llevaría a su último y definitivo exilio: la tierra británica, que se convirtió en el último garante de las libertades en Europa, y que con su coraje pudo restaurar lo que se había perdido. Pero Chaves no tuvo premio, la Historia no suele ser generosa con esta clase de hombres: murió solo en Londres a pocos meses del final de una guerra que, si bien no llevó la libertad a España, sí lo hizo a una gran parte del mundo. Allí, en Londres, reposa su cuerpo; el cuerpo de un español sin España, el cuerpo de un hombre íntegro y excepcional.

Y las empresas, ¿qué?

Apple incrementa su beneficio el 117,5% en el último trimestre de 2011
La compañía ganó 13.064 millones de dólares entre octubre y diciembre, periodo en el que vendió 37 millones de iPhones y 15,4 millones de iPads.
Esta noticia se produce en un escenario en el cual el FMI prevé para 2012 un descenso del 1,7% en el PIB español, un 1,8% de subida para EEUU (dato claramente insuficiente), o una bajada media del 0,1% en la Unión Europea. En estos tiempos difíciles volvemos la vista al Gobierno, como si éste tuviera una receta mágica para sacarnos del hoyo, y nos olvidamos de un hecho evidente: no son los Estados los que generan riqueza, sino las empresas. El Estado puede adoptar medidas de política económica que animen la inversión y el consumo, pero el gasto público es insuficiente para tirar de la economía. Es más: ese exceso de gasto público es precisamente el que nos ha conducido a una situación de déficit tan grave que los esfuerzos económicos del gobierno se están centrando casi exclusivamente en financiar la deuda para evitar el desastre. Y entre tanto, los emprendedores, el verdadero motor de una economía, brillan por su ausencia, no por la falta de ayudas, sino por la falta de perspectivas. Por eso es de agradecer que una compañía como Apple, que cubre una necesidad básica actual como es la de comunicarnos, añadiéndole un plus de magia, de ilusión, consiga estos resultados y genere tanto empleo. Ellos empezaron de cero; harían falta muchos Steve Jobs nacionales que apostaran por la innovación, que miraran hacia las necesidades de los consumidores actuales. Con que saliera adelante uno de cada cien ya podríamos darnos con un canto en los dientes.

martes, 24 de enero de 2012

Piratas para rato


El cierre del portal Megaupload por parte del FBI y el encarcelamiento de su responsable principal trae a las primeras planas de los periódicos el ya viejo debate sobre la piratería de la propiedad intelectual. El principal argumento de los que combaten esta práctica es asimilarla llanamente con un robo. En los tiempos anteriores a Internet, que se nos antojan ya prehistóricos, la copia fraudulenta de libros, música y películas era poco significativa, dado el reducido alcance de la misma. El gran cambio que ha supuesto Internet es el acceso masivo e instantáneo a esas copias piratas, de modo que muchos internautas acumulan miles de gigabytes de unos contenidos de los que nunca disfrutarán, estando su mayor placer en la copia misma. Si lo analizamos fríamente, la copia gratuita de un libro supone un fraude a la editorial y al autor, que han puesto su capacidad creadora y han empeñado su riesgo empresarial en su edición. El hecho de no pagar por ese contenido se podría asimilar, salvando las distancias, a apropiarse de un vehículo y hacer uso de él. Sin embargo, sí existen una serie de puntos que deben ser tomados en cuenta para ir más allá de esa equiparación entre piratería y robo.

En primer lugar, la creación intelectual, a diferencia de los bienes materiales, se puede reproducir hasta el infinito sin apenas costes para las empresas discográficas, cinematográficas o editoriales. Esto, que aún no es un fenómeno muy extendido, irá imponiéndose poco a poco, y llegará un momento no muy lejano en que la distribución de películas, música y libros (ebooks) a través de Internet será la norma, sobre todo por razones de economía y comodidad. Actualmente este mercado está muy restringido, lo que ha hecho que sea ocupado por sitios piratas, pero en el futuro será la norma, los costes de las empresas disminuirán extraordinariamente, se llegará a una cantidad de público muchísimo mayor y la propia ley del mercado, de la oferta y la demanda, hará que bajen mucho los precios, desincentivando el esfuerzo de los consumidores para localizar una copia pirata, cosa que requiere su tiempo, y además nunca se tiene la garantía de que esté bien editada.

Otro factor a considerar es el hecho, que por otra parte siempre se ha practicado, de que los consumidores comparten sus adquisiciones en forma de préstamos a amigos y familiares. Este argumento es muy utilizado por los defensores del acceso libre a la creación intelectual, que utilizan programas como emule o el mismo portal Megaupload para compartir archivos. El problema es que los archivos se comparten de forma masiva, y en realidad se trata de una páctica de piratería encubierta. No obstante, resulta un asunto legal difícil de delimitar, y en el caso de que haya delito es difícil probarlo.

Por último, y aunque no suponga un argumento para justificar la piratería, hay que reconocer que resulta muy difícil "ponerle puertas al campo", y más a un campo tan frondoso como Internet, que más bien parece una selva. Seguramente el cierre de Megaupload será contrarrestado por el nacimiento de nuevos portales, y será complicado identificar a sus responsables: aunque la red está lejos del anonimato, también existen medios para camuflarse, y hay países donde la regulación es más laxa. Basta con darse un paseo por las webs españolas que se dedican más o menos descaradamente a la piratería para comprobar que actúan con total impunidad, y parece difícil que una actuación policial consiga resultados satisfactorios. Veremos si lo logra el FBI.

En definitiva, el acceso libre a los contenidos resulta algo sumamente atractivo para la inmensa mayoría de los internautas del planeta, que nunca verán a los piratas como unos delincuentes, sino como una especie de adalides de la libertad. Los autores seguirán rumiando sus miserias, los consumidores seguirán demandando contenidos gratuitos, las autoridades se las seguirán viendo y deseando para meter mano a estos delitos de nuevo cuño, y no le quedará otra a las productoras que adaptarse a los nuevos tiempos, ajustar sus precios a lo que dicta el mercado y aprovechar la novedad del lanzamiento de sus productos, porque en un corto espacio de tiempo estarán a libre disposición del gran público. En cualquier caso, la creación de calidad está garantizada, y si no que se lo pregunten a Cervantes, que tuvo que sudar los suyo para subsistir como buenamente pudo. En cuanto a los autores de best sellers, son los que menos me preocupan, aunque, conociendo a los mercados, saldrán adelante con seguridad (únicamente habrá que lamentar la pérdida de Lucía Extebarria).

Apuntes (152): Es tiempo de ilusiones


La facilidad para encontrar instantes de felicidad dentro de los momentos malos es un don inapreciable. Hay seres que han nacido con el estigma del sufrimiento, y vivirán largas horas atormentados a su pesar, mientras que otros a los que acontecen las desgracias más terribles pasarán sobre ellas de puntillas, parando a contemplar el paisaje mientras comen un bocadillo para reponer fuerzas.


~

Cuando vienen tiempos malos hay que buscar las ilusiones que fuimos perdiendo en los días de abundancia.

~

Me animaría a leer algo más de Chesterton si no fuera porque me encuentro su nombre hasta en la sopa.

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No se puede sacar mucho en limpio de la Filosofía, y el trabajo de excavar en ella es duro y largo. Sin embargo, son muchos los sabios que han caminado por esa senda. Sabios por su profundo conocimiento, que contemplan despreocupados muchos otros no tan sabios, pero tocados por la gracia de la sabiduría.

~

Es bueno Dickens, muy bueno, pero esa forma de publicar por entregas para el gran público le hace tener un aire de telenovela decimonónica con lagrimeo incluido.

domingo, 22 de enero de 2012

Existiéndome


Mientras soy, me voy existiendo, y nadie me saque de esta certeza tan clara; es lo más que puedo decir de mí, de mi vida, y a veces tengo incluso la sensación de que me existo en los demás, y que es su reflejo el que me permite contemplar esta verdad de una manera nítida, con unos ojos que no son míos pero que sin embargo me existen, como les existiría yo a ellos si es que tuvieran algo que existir. Una vez dicho esto, me sigo existiendo en la escritura para convencer a alguien, a algo, acaso a mi reflejo, de la existencia de mi existencia, que avanza a duras penas atravesando un vacío que no existe, pero que se siente negro y gélido. Ese vacío es lo que hay al otro lado del existirse: es la no existencia, donde no hay seres vivos, ni muertos, porque al no existirse no hay seres, sino ánimas atormentadas por no poder siquiera alzar un dedo señalando al infinito.

sábado, 21 de enero de 2012

Addio del passato


La Traviata es sin duda una de las óperas más emocionantes que se han compuesto, y donde el genio de Verdi se ha mostrado de un modo más brillante. El que tenga la fortuna de no haber escuchado jamás el aria Addio del passato bei sogni ridenti que no deje de oírla y verla en esta fabulosa intepretación de Anna Netrebko, donde demuestra que la naturaleza le ha concedido varios dones, y con mucha generosidad. Es la tristeza elevada a la categoría de obra de arte.



P.S. La que no sé qué pinta en la ópera es Omaíta, la de los Morancos, que aparece en escena en 1'29''

viernes, 20 de enero de 2012

Apuntes (151): Adiós, mecenas


La dedicatoria de Quevedo en su libro Juguetes de la niñez y travesuras del ingenio es genial:
A ninguna persona de todas cuantas Dios crió en el mundo.
Y la concluye así:
Hagan todos lo que quisieren de mi libro, pues yo he dicho lo que he querido de todos. Adiós, mecenas, que me despido de dedicatoria.
Como se ve, más independiente era Quevedo en el siglo de Oro que muchos escritores actuales.

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Un día en el campo con el rumor de mis hijos jugando en la hierba y el sol bañando nuestro rostro. Eso es todo lo que espero de la vida.


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Todo túnel tiene un final. Si tenemos esta certeza nos salvaremos de la oscuridad.

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Creo que el sitio más deprimente donde he estado es el metro de Madrid.

~

Qué difícil es situarse en un punto medio, no caer en el extremo de nuestras convicciones, tolerar que alguien no piense como nosotros, escuchar al menos sus razones sin pensar en las nuestras. Quien así actúa abandonará los extremos y caerá a uno de los lados, si no al centro, y al comprender a los otros podrá convivir en paz, pero en época de fanatismo será atacado sin piedad desde todos los flancos.

jueves, 19 de enero de 2012

De la risa


La risa es patrimonio de los humildes, de los que tienen el alma limpia y clara, de los que iluminan sus ojos cuando contemplan unos niños jugando o una puesta de sol en el mar de septiembre con unos pescadores a contraluz. Ríen los niños pobres cuando juegan descalzos en las calles de tierra, y ríen sus madres que los cuidan con amor. La risa no se inventa, ni se compra: sale de lo más profundo de nuestro ser. Cuando reímos somos felices, aunque sea por un instante. Luego volvemos a nuestras ocupaciones serias, a nuestras preocupaciones, a nuestras tristezas, y la llama de la risa se apaga en nuestro interior, pero no se extingue: basta un soplo de alegría y estalla de nuevo en nuestra boca como un agua que purifica el aire que respiramos. Hay que compadecer a los hombres que no ríen, porque ellos son desgraciados, aunque tengan muchas riquezas, aunque tengan mucho poder; ese mismo poder es la causa de su desgracia. Sus carcajadas orgullosas resuenan huecas en nuestros oídos, secas como el dinero de que están hechas. La risa no es ambiciosa, sino humilde; no es vana, sino auténtica; es el regalo más sencillo y más preciado que nos ha legado el Creador. Dediquémonos a despilfarrar las risas, pues nunca se gastan; llenemos el mundo de risas; aprendamos de nuestros hijos: que ellos nos lleven de la mano a encontrarnos con el niño que fuimos, hacia ese mundo feliz poblado de sones transparentes y cristalinos que es lo más cerca que estaremos nunca de la felicidad.

miércoles, 18 de enero de 2012

Justicia española vs USA




El contraste entre estas dos fotos es brutal: por un lado Miguel Carcaño, un niñato despreciable acusado y condenado por el asesinato de Marta del Castillo, disfrazado de estrella del rock mientras es custodiado por la policía. Por el otro Dominic Strauss Kahn, en aquel momento presidente del Fondo Monetario Internacional y uno de los hombres más poderosos del mundo, ingresado en una cárcel de alta seguridad con la bata azul reservada a los presos con riesgo de suicidio, acusado de violación de la camarera de un hotel con la base del testimonio de ésta, que finalmente fue absuelto. No creo que ningún otro país del mundo se hubiera atrevido a encarcelar a este hombre con estos cargos, y no digo que no lo mereciera, que eso sólo lo saben él y la camarera.

Dos sistemas judiciales; dos extremos. Puestos a elegir, yo sinceramente me quedo con el americano.

martes, 17 de enero de 2012

Bécquer y los billetes



Siempre pensamos en Béquer como el poeta romántico que fue: arrebatado, profundamente idealista y alejado de la realidad que le rodeaba y que acabó con él, pero hay una de sus rimas, una sola, la XXVI, que desentona sorprendentemente del resto, porque baja a lo mundano con una clarividencia digna de un banquero más que de un poeta.

Voy contra mi interés al confesarlo,
no obstante, amada mía,
pienso cual tú que una oda sólo es buena
de un billete del Banco al dorso escrita.
No faltará algún necio que al oírlo
se haga cruces y diga:
¡Mujer al fin del siglo diez y nueve,
material y prosaica!... ¡Boberías!
¡Voces que hacen correr cuatro poetas
que en invierno se embozan con la lira!
¡Ladridos de los perros a la luna!
Tú sabes y yo sé que en esta vida
con genio es muy contado el que la escribe
y con oro cualquiera hace poesía.

lunes, 16 de enero de 2012

El sueño de la muerte



A veces conviene leer a Quevedo antes de emprender el camino, y buscar consuelo en la muerte, como la muerte lo busca en nosotros.
Fui con ella donde me guiaba, que no sabré decir por dónde, según iba poseído del espanto. En el camino la dije: -Yo no veo señales de la muerte, porque a ella nos la pintan unos huesos descarnados con su guadaña. Paróse y respondió: -Eso no es la muerte, sino los muertos o lo que queda de los vivos. Esos huesos son el dibujo sobre que se labra el cuerpo del hombre; la muerte no la conocéis, y sois vosotros mismos vuestra muerte, tiene la cara de cada uno de vosotros y todos sois muertes de vosotros mismos; la calavera es el muerto y la cara es la muerte y lo que llamáis morir es acabar de morir y lo que llamáis nacer es empezar a morir y lo que llamáis vivir es morir viviendo, y los huesos es lo que de vosotros deja la muerte y lo que le sobra a la sepultura. Si esto entendiérades así, cada uno de vosotros estuviera mirando en sí su muerte cada día, y la ajena en el otro, y viérades que todas vuestras casas están llenas della y que en vuestro lugar hay tantas muertes como personas, y no la estuviérades aguardando, sino acompañándola y disponiéndola. Pensáis que es huesos la muerte y que hasta que veáis venir la calavera y la guadaña no hay muerte para vosotros, y primero sois calavera y huesos que creáis que lo podéis ser.
Francisco de Quevedo. Los sueños.

domingo, 15 de enero de 2012

Emily Dickinson: When Night is almost done


Cuando la noche termina
y amanece el sol tan cerca
que alcanzamos el espacio,
es hora de acicalarse

y preparar los hoyuelos,
y olvidar haber temido
a esa huidiza medianoche
que asustó sólo una hora


When night is almost done,
And sunrise grows so near
That we can touch the spaces,
It ’s time to smooth the hair

And get the dimples ready,
And wonder we could care
For that old faded midnight
That frightened but an hour.

sábado, 14 de enero de 2012

Una fragoneta prestada


Continúo con el relato de las cosas que me pasan a mí y a ese amigo mío que parece sacado de Los papeles de Pickwick.

Todos saben que el híper es uno de los lugares más favorables para observar el comportamiento de la especie humana. Hace unos días, sin ir más lejos, me sucedió un caso curioso en er Carrefú: estaba yo rebuscando en un stand dedicado a las pilas cuando se me acercó un señor que debía rondar los 90 años, preguntándome si las pilas de un paquete que tenía en las manos eran alcalinas, porque él veía más bien poco. Tras mucho escrutar, descubrí unas letras minúsculas que así lo afirmaban, y se lo comuniqué al señor. Acto seguido me preguntó por la fecha de caducidad. No tenía yo idea de tal cosa en unas pilas, y así se lo hice saber, pero él me insistió en que sí la tenían, así que estuve buscando durante cinco minutos hasta descubrir una inscripción pequeñita en la esquina del envase, que rezaba: "hasta 2018". Así se lo dije, y se le iluminaron los ojos. Con una breve mirada nos entendimos rápidamente, y allá que se fue contento el señor con unas pilas que seguramente le iban a durar "toda la vida".

Y hablando der Carrefú, se me ha venido a la cabeza otra anérdota de ese amigo mío del que ya he hablado otras veces. Resulta que iba a trasladar unos muebles porque se mudaba a Alájar, y para no pagar el alquiler de una fragoneta se la pidió prestada a un amigo de su padre: una Ford Transit más alta que una jirafa. Mi amigo nunca había conducido una fragoneta, pero como es muy valiente allá que se fue a cargar muebles en diversos polínganos de Sevilla. Cuando estaba a punto de terminar el recorrido vio que se quedaba sin gasoil. Había una gasolinera a cien metros, pero como él siempre llena el deposito en er Carrefú, que es más barato, calculó que tenía reserva suficiente para llegar, y allí se fue. La rutina es sencilla: se accede por una puerta que da a las marquesinas del aparcamiento, zig zag por debajo de las marquesinas, que así se ataja y... ¡CRRRRROOCOCROOOC! Una viga que corta la chapa de la fragoneta como si fuera de mantequilla y se queda ahí dentro, adornando el techo. Por supuesto, la fragoneta no estaba asegurada a todo riesgo. Desde ese día, mi amigo hace el ángulo recto en todas las marquesinas que se encuentra, y si alguna vez pasa por debajo de una se agacha y aprieta los dientes. ¡Angelito!

viernes, 13 de enero de 2012

Huid de la fornicación


Así titula su última misiva el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández. Vaya por delante que estos temas hay que tratarlos partiendo del respeto a los miembros de la Iglesia Católica, y que, aunque esta carta está dirigida a los fieles, he decidido comentarla porque me ha llamado la atención, y por mi interés en los asuntos religiosos. Por último, pediría moderación en los comentarios que se hagan sobre un asunto tan espinoso, pues de lo contrario, más que un debate se produciría un enfrentamiento. Tras este despliegue de paños calientes, entro en materia.

A mí, de entrada, la palabra fornicación me suena bastante mal, y me llama poderosamente la atención, pues hacía mucho tiempo que no la oía. Creo que un buen sinónimo sería folleteo. Éstas son las principales declaraciones de Monseñor Demetrio Fernández:

- Cuando la sexualidad está bien encauzada, la persona vive en armonía consigo misma y en armonía con los demás, evitando toda provocación o violencia. Ahí estoy bastante de acuerdo.

- Cuando la sexualidad está desorganizada es como una bomba de mano, que puede explotar en cualquier momento y herir al que la lleva consigo. Bastante de acuerdo, aunque no tanto como antes.

- Según el obispo, el argumento anterior es válido para todos los estados de vida; para la persona soltera, en la que no hay lugar para el ejercicio de la sexualidad, para la persona casada, que debe saber administrar sus impulsos en aras del amor auténtico, o para la persona consagrada, que vive su sexualidad sublimada en un amor más puro y oblativo. Esto me parece chocante, sorprendente, antediluviano. ¿Que en la persona soltera no hay lugar para el ejercicio de la sexualidad? Me gustaría saber el porcentaje de fieles que a día de hoy está de acuerdo con esta afirmación. En cuanto a la "administración de los impulsos de los casados en aras del amor auténtico", me parece de una ingenuidad supina, y la castidad de la persona consagrada o, como él dice, "sexualidad sublimada", entiendo que es un precepto de la Iglesia Católica, pero a mí personalmente me parece que debería ser superado.

- También acusa el obispo a los medios de comunicación, e incluso a algunos centros educativos, de incitar a la fornicación, lo que en mi opinión no deja de ser cierto.

En resumen, opino que las declaraciones del obispo están fuera del tiempo en que vivimos. Ya sé que una parte de los católicos considera que los preceptos de la Iglesia deben ser inmutables desde su nacimiento o, como mínimo, desde el Concilio de Trento, pero... ¿Son mayoría? ¿Puede sobrevivir la Iglesia en estas condiciones? Probablemente sí, pero con muy pocos fieles. A lo mejor no les importa el número, sino la pureza.

Insisto: pido que nadie se exceda en sus comentarios, y que todos se hagan desde el respeto.

jueves, 12 de enero de 2012

Acojone total



Hace un rato he pulsado el icono de mi blog en el ordenador y me ha aparecido un mensaje diciendo que... ¡¡su blog ya no existe!! ih-ih-ih-ih-ih (música de Psicosis). Diez intentos más y el mismo resultado; cambio de ordenador y lo mismo; el teléfono inteligente (más bien repelente) de la parienta y nada. Desesperación, angustia infinita, mil entradas tiradas a la basura, mi trabajo, mis ilusiones... ¡mi vida! Por supuesto, eso de los bacáps siempre me ha parecido una gilipollez, y ahora comprendo mi imprudencia. Entro en blogger, veo un icono de ayuda, me agarro a un clavo ardiendo... ¡nada! Voy a meterme en la cuenta de gmail y... ¡no me deja entrar! ih-ih-ih-ih-ih Me dice que se ha hecho un uso inadecuado de la cuenta, y dan varias posibilidades: que si no sé buscar en google y capulladas por el estilo. Al final, en letra pequeña, dice que si no es ninguna de las anteriores pulse. Menos mal que sé inglés. Pulso, y sale una pantalla diciendo que si quiero recuperar el blog debo dar el número del móvil para que me manden un mensaje; lo doy; me lo mandan; es un código; lo meto en pantalla; sale la página de gmail para meter la contraseña; la meto; ¡entro en mi cuenta!; pruebo ahora a entrar en el blog... ¡¡dentro!! (música del Aleluya de Haendel).

¡Y todo para tener mi número de teléfono!

Serán cabrones...

miércoles, 11 de enero de 2012

No se puede ser más guapa




Quando me'n vo' soletta per la via,
la gente sosta e mira,
e la bellezza mia tutta ricerca in me,
Da capo a' piè.

Cuando ando solita por la calle
la gente se detiene a mirarme
y admiran toda mi belleza
de la cabeza a los pies.

martes, 10 de enero de 2012

La commedia è finita


Ni Del Monaco, ni Pavarotti, ni por supuesto Björling ni Domingo: con el permiso de Caruso, el mejor Canio se lo he escuchado a Franco Corelli.


No, Pagliaccio non son!
Se il viso é pallido
é di vergogna e smania di vendetta!
Todos hemos sido alguna vez Canio, llenos de ira, terribles en la ejecución de nuestra venganza, pero en el último momento apartamos el cuchillo y bajamos los ojos. A eso se le llama civilización.

Apuntes (150): Disparates


Síndrome postvacacional. Buena cosa: señal de que estoy sano.

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Alaba Bergamín en un ensayo las bondades del disparate en la vida y en la literatura.Es ésta una de esas palabras para cuya comprensión conviene acudir al diccionario, que nos informa de que algo disparatado es "contrario a la razón". No se trata, pues, de un desatino, eso que decimos cuando estamos desesperados de que vamos a "hacer un disparate". Se trata de algo más sutil: una especie de iluminación, el motor creador de muchos poetas que han disparado unos versos sin pensárselo dos veces, o, como dice el autor, utilizando "una forma inventiva, creadora, poética del pensamiento", y alumbrando así algunas de las creaciones más hermosas de nuestra literatura.

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Ya me gustaría a mí estar todo el día haciendo disparates. Modestia aparte, alguno que otro disparate sí que suelto en este blog; me queda saber si son disparates de los buenos o de los malos.


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Un disparate de los malos: "Como esto siga así no sé lo que voy a hacer, igual me tiro a un río, como Ganivet". Pero... ¿se trata de disparate o desatino? ¿No será más bien una bravuconada, una llamada de atención? O acaso se trate de una gilipollez... Sí, seguramente es esto, no faltan antecedentes en mi blog. En cualquier caso, se está convirtiendo en una paja mental, así que mejor lo dejo, que además me estoy yendo por las ramas (ahora vendría lo de los monos que se suben a las ramas y tal, pero no lo voy a decir, que paso de la paja mental al coñazo, lo que, bien pensado, no deja de ser un avance...). Bueno, va, me callo.

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Últimamente tengo abandonado el cuaderno de papel, y escribo la mayoría de mis apuntes directamente en blogger. Tengo que reconocer que el hecho de escribir a mano es más una pose que otra cosa: lo hago más bien porque me resisto a abandonar el medio tradicional, pero el ordenador es mucho más práctico, y más aún con la moda de los teléfonos inteligentes (tiene cojones que haya tantos teléfonos inteligentes en manos de zoquetes sin remedio).

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Lo mejor de Pickwick Papers, con diferencia: el personaje de Mr. Weller.

domingo, 8 de enero de 2012

¿Crisis bloguera?


He estado "hojeando" mi blog, cosa que hago con muy poca frecuencia, y por eso mismo me ha sorprendido leer no ya las entradas, que sí recuerdo, sino los comentarios que se me hacen y mis respuestas a éstos. A veces es más interesante lo que "cuelga" de la entrada que la entrada misma, como se puede comprobar aquí. En muchas ocasiones se pasa de treinta comentarios, y acude una media de diez o doce contertulios. A día de hoy la situación es muy distinta: ha bajado el número de comentarios, y el blog está menos animado. Podría ser que esto se debiera a que mis andurriales se han hecho menos interesantes, y algo de esto hay, pues ya no hago tantas entradas jocosas, que invitan a la participación, pero también he observado una bajada de actividad en los blogs que sigo. ¿Cabría pensar, entonces, que estuviéramos ante una crisis del blog como medio, al inicio del declive que conducirá a su extinción? La cuestión no es baladí, al menos para mí, que me he volcado en estos andurriales tan motivadores. Un factor que podría ir en contra de esta hipótesis es que, a pesar de que los comentarios han descendido, el número de visitas diarias a mi blog ha subido, incluso si descontamos las visitas aleatorias que nos trae Mr. Google. Aun así, me queda la sensación de que algo está pasando, de que se barrunta un fin de ciclo. Ahí dejo la duda; por mi parte, seguiré escribiendo en el blog mientras tenga viva la ilusión, y si éste se acaba buscaré otro medio donde pueda seguir publicando a diario, cosa que me motiva mucho más que escribir para mí mismo o, en el mejor de los casos, para un puñado de futuros lectores anónimos.

sábado, 7 de enero de 2012

Apuntes (149): Permanencia


Que no me miren, que no me hablen, que no me toquen, que me dejen vivir la vida que he elegido, con quienes yo he elegido.

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Esta mañana, en el sendero de los Molinos, Jaime ha resuelto el dilema entre lo bueno que está el jamón y la pena que da que maten a esos cerditos tan graciosos que ve por el campo. Dice que se les pueden cortar las piernas y sustituirlas por otras de plástico, y así el cerdo sigue vivo y nosotros comemos jamón tan ricamente.

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Y siguiendo con las anécdotas, Gonzalo quedó muy apenado el día de Año Nuevo al ver que unas velas muy graciosas con forma de angelito habían quedado reducidas a una masa de cera informe. Nada más verlas propuso la solución: bastaría con sacarlas al patio, donde hacía mucho frío, hasta que recuperaran su forma original.

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Es una experiencia curiosa leer cualquier libro de Azorín y a continuación contemplar su retrato. Parece mentira que el dueño de un rostro tan avinagrado pudiera escribir con tal preciosismo, describir con tanta maestría estampas de la naturaleza, de la armonía del hombre, los caminos, los pueblos y los campos españoles.

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Si no se escribe con un mínimo de vocación de permanencia, la obra nunca permanecerá.

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Aunque para lo que hay que permanecer...

Odio


Su mejor amigo le falló. No es que le traicionara, ni que le dejara de apoyar cuando más le necesitaba, ni una de esas cosas que hacen que los amigos se peleen, no; fue algo mucho peor: un distanciamiento progresivo, sutil al principio, casi imperceptible, que se fue agrandando con el paso de los meses hasta hacerse intolerable. Quizá un malentendido, un roce de familias, un desgarro que no parecía gran cosa pero al que nadie aplicó una pequeña sutura que habría evitado lo que vino después. Porque no fue fácil convivir con esa frialdad extraña, con ese saludo cada vez más lejano, unos paseos donde iban faltando las risas. El antiguo silencio cómplice era ahora una barrera de cuchillos en punta. Luchó por cambiar la situación, por volver a los viejos tiempos, pero fue en vano. Una mañana, al cabo de unos años, se despertó con una sensación extraña, un regusto salado en los labios y la certeza de que algo se removía dentro de su estómago. Era el odio, que surgía triunfante. Un odio de la peor clase: el arrojado hacia alguien a quien se ha querido; un odio que tarda en prender, pero cuando lo hace es inextinguible, y sube, sube hasta la misma altura que el cariño del que se alimenta.

Ayer volvió a su casa con la cabeza baja y un surco profundo cruzándole la cara. Había logrado arrancase el demonio de las entrañas, y allí quedó la mitad de su dolor; el resto lo llevó a cuestas hasta el fin de sus días.

viernes, 6 de enero de 2012

Apuntes (148): Caramelazos


No me voy a quejar de los Reyes; por ahora he sido agraciado con mi primera petición: me he levantado fresco como una lechuga. Ni un simple resfriado, aunque no estoy muy seguro de que haya sido lo suficientemente bueno. Veremos...

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Son muy pocas las actividades sociales del hombre donde los egos no salen a relucir. No el trabajo, desde luego, ni los cócteles y reuniones de todo tipo, ni los clubs y asociaciones (vulgo, sectas). Por eso evito ir a "bolos", soy antisectario, y trabajo porque no tengo más remedio. Y, a pesar de todo, no soy misántropo, mi rotunda falta de misoginia me libra de eso.

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He leído el prólogo del insigne Ortega y Gasset a la primera edición de las Cartas finlandesas de Ganivet, y me ha parecido un ejercicio de petulancia y erudición insufrible. Hay hombres de letras y filósofos que cimentan su fama en un estilo pretendidamente culto, infiriendo teorías innovadoras hasta en el prólogo de un libro: aquí se habla de lo que es una generación literaria, de trabajos pasados y presentes de Ortega, de por qué ciertos autores se ven abocados a la originalidad... de todo menos del autor y de la obra que se prologa. Increíblemente, no hay una sola referencia a las Cartas finlandesas, y de Ganivet se habla de pasada, para ponerlo como ejemplo (junto con Unamuno, del que se habla más, Bernard Shaw y Barrés) de la tesis presentada. Por mi parte, si a mí me escribieran un prólogo de esas características, por muy Ortega que fuera, lo mandaría a la papelera de reciclaje previo paso por el cuarto de baño.


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Los niños disfrutaron ayer muchísimo de la cabalgata de Alájar. El único incidente fue la primera andanada de caramelos lanzada por el rey Melchor, que hizo diez o doce dianas en la cabeza del pobre Gonzalo. Me costó hacerle ver que los Reyes eran muy buenos y se habían equivocado, pero no quedó del todo conforme y ha elegido sin dudarlo al rey Baltasar, que le alcanzó los caramelos en la mano.

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Lo bueno de las cabalgatas en los pueblos es que se tiene enchufe: los Reyes, como son magos, conocen perfectamente a los niños, y claro, como los míos se hacen notar se llevan sus favores, hasta el punto de que volvieron (sus tres primos también ayudaron) con una bolsa de al menos siete kilos de caramelos, a una media de un kilo por barba, que no está nada mal. Lo mejor fue que no quedó un solo caramelo en las calles, a diferencia de la cabalgata de Sevilla, que resulta obscena: no hay nada más deprimente que las calles amanecidas el seis de enero con una alfombra de caramelos pisoteados.

jueves, 5 de enero de 2012

Mi carta a los Reyes Magos


- Salud.


- Un aifon último modelo (el más caro que haiga).

- Un seguro a todo riesgo para mi ridáider.

- El premio Nobel de Física.

. Un Scalextrix de cien metros cuadrados.

- Mil ejemplares de la trilogía Millenium (para disfrutar viéndolos arder en la chimenea).

- Un libro de poemas publicado en papel (eso del ebook es una mariconada).

- Irme a vivir a Alájar.

- Que no vengan más niños.

- Un trébede.

- Aprender alemán por ciencia infusa.

- Un trabajo consistente en llevar un blog a razón de mil euros por entrada, más un plus de cien euros por comentario.

- Y muchas más cosas que ya se me irán ocurriendo, para el año que viene.

miércoles, 4 de enero de 2012

Vísperas



Cuatro de enero: víspera de vísperas de Reyes Magos. Los hombres hemos vivido siempre de las vísperas, porque son éstas las que han alimentado la ilusión; y la ilusión es patrimonio casi exclusivo de los niños, que cuentan los días y las horas que faltan para su cumpleaños o su santo, esperan como agua de mayo las vacaciones, o el día en que harán estación de penitencia para continuar con la tradición heredada de padres y abuelos. Son tan inocentes y, por ello, tan felices, que la promesa más modesta les hace esperar el acontecimiento como si fuera la llegada del Mesías. Después disfrutarán; seguramente, pero la verdadera emoción está siempre en la espera.

Y hablando de espera y de ilusión, nada supera al día en que los Reyes Magos traen sus regalos a todos los niños de España; hasta a los traviesos (malos no los hay), a los que han amenazado con carbón, les traen también juguetes, además de un carbón de caramelo que endulza aún más el día grande. No sé por qué, pero yo no tengo apenas recuerdos de cuando era niño, y sin embargo recuerdo todas y cada una de las noches de Reyes, la emoción al acostarme, lo difícil que resultaba conciliar el sueño y el momento en que los hermanos nos despertábamos unos a otros, más temprano que ningún día, y nos agolpábamos ante la puerta cerrada del salón con los ojos encendidos de emoción.

Traigo hoy un poema escrito hace justamente dos años, en unos momentos de más inspiración que los actuales. Valga para que los mayores también encontremos en estos días nuestro pedacito de ilusión.


Aquellos Reyes Magos de mi infancia
pintaban de emoción las vacaciones
de Navidad, vendían ilusiones
hoy perdidas, envueltas en fragancia
a dulces caramelos, a distancia
lejana, a camellos y turrones
de guirlache, niños dormilones
pasándose la noche en vigilancia.
Los Reyes que ahora vienen van con prisas.
No caben sus juguetes en la casa
y acaban por morir de cualquier modo
llevándose consigo vuestras risas
y haciéndome entender lo que me pasa:
¡Ya no soy niño, y lo he perdido todo!

martes, 3 de enero de 2012

Apuntes (147): Un día por Valverde


Fuimos ayer a ver el belén viviente de Beas, y, aunque no le faltaba un detalle, los "seres vivientes" no estaban a la altura, los angelitos. Eran niños de unos diez o doce años, y no se les veía muy entusiasmados con su papel. La Virgen María estaba peleándose con San José a empujón limpio, y los carpinteros, panaderos, hilanderas y demás población hebrea pasaban el rato lo mejor que podían jugando a las cartas, bromeando o haciendo dibujos en el suelo. Preguntamos a los encargados de la matanza por sus labores y nos respondieron que estaban hartos de contestar siempre a la misma pregunta. A todo esto, un grupo de adultos pasaba repartiendo bolsas de gusanitos a los sufridos niños, que formaban así una estampa de lo más tradicional. En fin, que uno prefiere las figuritas toda la vida, que aportan más veracidad al cuadro belenístico.

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Y antes de Beas comimos en Valverde con unos amigos. Barbacoa de tres metros de alto con fregadero y encimera incluida, que allí sienten pasión por las barbacoas. Tienen hasta una manera especial de ensartar la carne, en los llamados espetos, muy distintos de los que se usan en Málaga para el pescado. Son unas horquillas largas y afiladas donde se ensartan las piezas de carne muy cerca unas de otras, lo que les da un sabor especial. Por lo visto hay que pedir al carnicero que corte las piezas de una manera determinada, y parece ser que es una costumbre propia únicamente de ese pueblo. Quizás una herencia árabe, como tantas otras que se mantienen vivas milagrosamente.


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En esta ocasión el protagonismo gastronómico de la reunión no fue la carne a la parrilla, sino un huevo de avestruz que nos habían regalado unos amigos. Ni que decir tiene que el cacharro llamó la atención, con un peso de más de un kilo y una cáscara más dura que un cuerno. El problema vino a la hora de cascarlo: había que olvidarse del método tradicional de chocarlo contra el borde de la sartén (en este caso una paellera). Hubo que recurrir a un cuchillo de grandes dimensiones y, tras varios intentos, se abrió un boquete en el huevo, con la mala fortuna de acertar justo donde estaba la yema, que de este modo se pinchó, destruyendo las esperanzas de conseguir un huevo frito. Tuvimos que conformarnos con una especie de revuelto con un sabor peculiar, bastante bueno, pero no hubo manera de comer ni siquiera la mitad, y eso que éramos once personas.

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Había allí un señor al que le sorprendió la guerra con cinco años, y a los siete se quedó huérfano de padre y madre. Cuenta de esos tiempos que debía buscarse la vida como fuera, rapiñando en los campos lo poco que había de comer, o enganchándose en los camiones para rajar un saco de grano. No había grifos, ni retretes... dice que no había nada. Y ahora, a los 81 años, tiene muy presente ese recuerdo que a nosotros nos parece una historia remota. La represión en el pueblo fue dura: como él dice, había falangistas que denunciaban a todo el que podían para que vinieran a buscarlo y lo pasearan. Tantas atrocidades, tanta miseria... y tanta abundancia ahora, que se le antojará obscena, como ridícula le debe de resultar la crisis en comparación con aquellos años negros.

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Tiene la sierra algo especial: un silencio lleno del trino de los pájaros y del rumor de los árboles que le hace sentir a uno en armonía, no ya con la naturaleza, sino consigo mismo, porque se forma parte de una comunidad que ha domesticado el medio para nutrirse de él, sin dar el paso siguiente que conduce a la deshumanización.

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Cuatro niños riendo y jugando en el campo: eso es la vida; ahí está su esencia.

lunes, 2 de enero de 2012

Un pensador admirable

La reforma universitaria (y como ésta la de la enseñanza en general) está en las Universidades, no en el Parlamento; y lo que hace falta no son legisladores, sino hombres de acción y de sentido común que empuñen los zorros y sacudan el polvo a todos los organismos e instituciones.
Ángel Ganivet. Cartas finlandesas (1896)

Eso mismo, eso mismo es lo que yo siempre he dicho: si nos dejaran libertad a los docentes, si nos desataran las manos, si nos desembarazaran de estas normas estúpidas ideadas por esos terroristas de la educación llamados pedagogos, otro gallo cantaría. Una legislación mínima, un marco de actuación, un cierto y lógico control, y el resto fiarlo al buen sentido de los profesionales, que lo tienen, no lo dude nadie.

La obra de Ganivet es sorprendentemente moderna, y nos descubre a un hombre de una lucidez asombrosa, que nos daría hoy lecciones de liberalidad y buen sentido. Por si fuera poco, hace gala de un fino sentido del humor, una inteligencia notable y un agudo poder de observación. A diferencia de otros grandes escritores, a los que se ve lejanos e inaccesibles en su grandeza, a Ganivet apetece sentarlo a nuestra mesa para charlar con él de lo divino y de lo humano, y para empaparnos de humanidad. ¡Y pensar que un hombre así se tiró a un río helado con treinta y tres años! ¿Por qué será que un exceso de inteligencia acaba por destruir a un hombre?

domingo, 1 de enero de 2012

Navidades Comme il faut


DECÁLOGO PARA UNAS NAVIDADES DE TODA LA VIDA


1. Tragarse enterito el Concierto de Año Nuevo.

2. Tocar las palmas como un carajote al ritmo de la Marcha Radetzky.

3. Seguir con atención los saltos de esquí desde Garmisch Partenkirchen.

4. Decorar el árbol de Navidad con espumillón y campanitas de colores, y no esa mariconada de las luces led.

5. Llamar al cava champán.

6. Llamar a Baltasar "El rey negrito".

7. El 22 de diciembre, pasar toda la mañana con el soniquete de los niños de San Ildefonso por la radio, nada de televisión.

8. La madrugada de nochebuena no olvidar dejar bien encendido el fuego de la chimenea por si acaso se le ocurre bajar por ella al gordopilo de Papa Noel.

9. Acudir a la cabalgata con la intención de coger kilos y kilos de caramelos, abriéndonos pasos a codazos, y cagándonos en los muertos de la gente que los desprecia y los pisotea.

10. El cinco de enero por la noche, dejar unas tapitas y unas copitas para SSMM los Reyes y un par de cubos de agua para los camellos.