martes, 31 de marzo de 2009

Misoginia filosófica


Cásate; si por casualidad das con una buena mujer, serás feliz; si no, te volverás filósofo, lo que siempre es útil para un hombre”

Sófocles (siglo V a.C.)

No me negaréis que eran sabios estos griegos antiguos. Para ser políticamente correcto podríamos poner hoy “Cásate o arrejúntate...”; el caso es arrimarse a una hembra. Ignoro si la sentencia funciona también en sentido contrario o es que los griegos eran tan machistas como nosotros hasta hace treinta años, pero desde mi punto de vista varonil no puedo estar más de acuerdo con el dramaturgo ateniense. Tengo comprobado que la familia proporciona la felicidad cuando es bien avenida, y por lo que he visto, aquellos infortunados que han dado en juntarse con, digamos, una arpía, se han visto abocados a tomarse la vida con filosofía: eso o la muerte a pedacitos.

Y por cierto, no sé si interviene mucho o poco la casualidad en esto de encontrar mujeres, pero debo confesar que yo he dado con una muy, muy buena, a la que debo mi felicidad y que me ha librado de la carga filosófica.

P.S. Ahora que no nos oye: últimamente le ha dado por curiosear en mi blog. ¿Se ha notado mucho?

lunes, 30 de marzo de 2009

Bloguerías (III)


1. El blog es una droga blandita y gustosita.

2. Triste sino el de mi entrada de ayer, sepultada por la de hoy.

3. La blogalización va ganando adeptos.

4. Las bitácoras blogueras navegan por aguas procelosas.

5. Un blog sin comentarios es un bloc.

6. Dilema bloguero: escribir para uno mismo o escribir para el público.

7. Dos mejor que uno, menos en el blog.

8. El blog tiene el don de la ubicuidad.

9. Nos volcamos en el blog como no lo hacemos en la vida.

10. Un comentario, por caridad.

domingo, 29 de marzo de 2009

Robo horario

Dentro de un rato nos birlan una hora. A las dos serán las tres; se deben de creer que porque estamos dormidos no nos vamos a dar cuenta del latrocinio. ¡Habráse visto! Una hora de nuestra vida así por las buenas, por la cara, como si nos quitaran un euro, o la cartera. ¿Pero qué se habrán creído éstos del gobierno? Ya no sólo dirigen nuestro destino, también son dueños de nuestro tiempo, y se permiten el lujo de ir dando y quitando horas, como el mismísimo Cronos. Todos los años me pasa lo mismo. Es algo que no me termino de explicar, cuando sean las dos... ¡zas! también serán las tres. ¡Átenme esa mosca por el rabo! El espacio-tiempo newtoniano a tomar por saco, y mañana todos con cara de tontos y una hora menos de sueño.

Parece que oigo vuestras réplicas, que es un artificio, que la hora que nos quitan hoy nos la devuelven en octubre, que si patatín, que si patatán... Yo lo único que sé es que hoy me quitan una hora, y que me la devuelvan o no ya veremos, que con la crisis nunca se sabe... Estos tíos son capaces de quedarse con ella, y para algo la usarán, y si sólo fuera la mía... Pero si sumamos el robo a escala nacional el botín es de cuarentaitantos millones de horas. Y al precio que está la hora, multipliquen, multipliquen... Es lo que yo digo, unos chorizos es lo que son todos estos políticos. A saber lo que harán con tanto dinero; seguro que se lo dan a los bancos.

En fin, que sepan que cuando lean este comentario serán una hora más viejos y no habrán disfrutado de ese tiempo. ¡A ver quién tiene cojones de colgar hoy una entrada a las 2:30! Sería una entrada atemporal, quimérica, fantasmal, genial... pero invisible.

viernes, 27 de marzo de 2009

Confesiones (I)


1. Me gustan más los langostinos que las gambas.

2. Enseño a mis hijos a decir guarrerías.

3. Hace cuatro meses no sabía lo que era un blog.

4. Casi nunca voto.

5. No voy a misa.

6. En el cole era bastante empollón.

7. Cuando mis hijos se portan mal les arreo un cachete.

8. Leo en el trono.

9. Escribo en el trono.

10. Respondo los correos electrónicos en el trono.

P.S. Las tres últimas son más que nada por si alguien no se había enterado todavía.

P.P.S. Que nadie se moleste en denunciarme por la 7; lo pienso negar todo.

jueves, 26 de marzo de 2009

Política para dummies


Ayer estaba conduciendo con la radio de fondo, como suelo hacer, y una frase cazada al vuelo me despertó de mis ensueños: “La ministra de vivienda asegura que el mercado inmobiliario se va a volver a reactivar”. Presté un poco más de atención, y creí entender que tal conclusión deriva de la decisión de un banco de financiar a sus clientes promotores que cumplan una serie de condiciones. Mi cabeza comenzó a dar vueltas, haciendo una serie de reflexiones:

- ¿Volver a reactivar? Eso significa que ya se reactivó antes, y previamente a la reactivación debió haber una activación. Es decir, se activó, se reactivó, otra vez se activó y por último se reactivó de nuevo. Nada menos que cuatro activaciones de primera o segunda generación; vamos, un círculo virtuoso inmobiliario. ¡Y yo que creía que el mercado de la vivienda llevaba un tiempo de capa caída!

- ¡Y todo porque un banco va a financiar a un cliente, cuando ése es su negocio, y encima poniendo condiciones! ¿El que esto sea noticia no es un síntoma de que la cosa está realmente mal en la construcción?

- He descubierto la utilidad del Ministerio de Vivienda: provocarnos la risa con estos golpes de humor; ya se sabe que la risa es un antídoto contra la depresión.

- ¿Se creen que somos tontos? ¿Lo seremos de veras? ¿Son ellos los tontos y se creen lo que dicen? ¿Son tan listos que nos tienen anestesiado el cerebro? ¿Lo hacen para que no vuelva a poner la radio, no sea que me dé por indignarme con sus burradas?

Me inunda el pesimismo y la resignación. Me temo que va a resultar del todo imposible reactivar el cerebro de algunos políticos, si es que alguna vez estuvo activado.

miércoles, 25 de marzo de 2009

El butanero


Fíjate, me acaba de decir mamá que si estamos tú y yo aquí es gracias al hombre que trae el butano. Ya hace un año que murió papá y me lo ha dicho hoy, llorando. Dice que se acuerda como si fuera hoy mismo de ese día en que estaba sola en casa y llamaron al timbre, y apareció ese hombre tan alto y tan guapo. Por aquel entonces papá tenía quince años, y era su ayudante. Desde que se miraron a los ojos supieron que nunca se separarían, pensaron que su amor sería inmortal. Yo creo que papá sigue queriendo a mamá más que nunca desde el cielo.

martes, 24 de marzo de 2009

Poco sabios


¡Qué ajetreada vida
la del que gusta del mundanal ruido,
y sigue la torcida
senda, por donde han ido
los muchos necios que en el mundo han sido!

Ya en el siglo XVI Fray Luis de León cantaba a la vida retirada, y eso que no conocía los atascos, el estrés y los centros comerciales. En los cuatro siglos y medio que han transcurrido desde sus versos no ha hecho sino descender el número de sabios y aumentar el de necios, entre los que, por desgracia, me temo que me cuento.

lunes, 23 de marzo de 2009

De estreno

Buenaaaas, hoy estoy de estreno, no me resisto a probar el regalo de Mery. Lo iba a dejar para el Domingo de Ramos, pero no me he podido aguantar, nunca mejor dicho. Bueno, a la de tres... ¡¡¡Coño, que me caigo, no tiene tapa!!! Mery, hija, esos detalles no se te pueden pasar. En fin, usaré la antigua; no queda estético, pero al menos puedo seguir con lo mío.

Tic, tac, tic, tac, tic, tac....

No sé, no me encuentro igual de cómodo, será que no estoy acostumbrado; vaya marrón, nunca mejor dicho también. Es que a mí tanto lujo... pero bueno, en realidad es lo que es, ¿qué mas da el color, el material, los motivos dibujados en la cerámica? Pues sí da, oiga usted; es mi fuente de inspiración, y el entorno importa, vaya si importa.

Tic, tac, tic, tac, tic, tac....

¡Ya sé lo que está pasando! Lo que ocurre es que tengo que poner a juego el resto de la estancia: accesorios, azulejos... Se me ocurre una idea: ¿y si encargo un alicatado hasta el techo made in Delft? Seguro que será carísimo, pero igual merece la pena. Se lo puedo encargar a Mery para la próxima vez que vaya a Holanda, no como regalo, claro, le doy el dinero por adelantado. ¡Y qué decir del soporte para el portátil que tengo aquí enfrente! Ese blanco tomado es patético, necesito algo más alegre, más.... délfico.

Tic, tac, tic, tac, tic, tac....

Bufff, esto va a tener más trabajo del que pensaba (la decoración, digo); después queda la lámpara, el espejo... hasta el vasito para los cepillos de dientes. Lo difícil va a ser convencer a la parienta, cualquiera le dice que tenemos que meternos en obras en el cuarto de baño, y el motivo de mejorar mi estilo literario no es muy convincente. A lo mejor si le suelto que es cerámica autóctona, trianera por ejemplo, cuela. Algo tendré que hacer, no me queda otra salida.

Tic, tac, tic, tac, tic, tac....

Y hablando de salidas, con tanta perorata aquí no sale nada; si es lo que yo digo, me impone tanta belleza, y así no se puede. Es como un síndrome de Stendhal pero más prosaico.

Ya que no hay salida, aquí dejo la entrada.

sábado, 21 de marzo de 2009

Bloguerías (II)


1. No hay nada nuevo bajo el blog.

2. Algunos blogs son para desblojonarse.

3. Acudimos a un nuevo blog con nuestras mejores prendas.

4. Y más de una vez un prenda acude a nuestro blog.

5. No me causan pavor tus comentarios esquivos.

6. El blog lleva nuestras horas contadas.

7. Nada hay más triste que un blog abandonado navegando a la deriva.

8. Epitafio: aquí yace un hombre, su blog y sus ilusiones.

9. Epitafio: aquí yace una mujer, su blog y sus confesiones.

10. Epitafio: aquí yace un ser humano, su blog y su alma.

viernes, 20 de marzo de 2009

El poder

Una vez oí una buena definición de poder: la capacidad de que los demás hagan lo que uno quiere. Es decir, que quien tiene poder impone su voluntad, muchas veces de forma caprichosa, y somete a sus atribulados súbditos a sus designios; vamos, un jefe de esos cabroncetes, un político profesional, un presidente de un club de fútbol; todo menos el director de un instituto.

Dicen que el poder engancha, que es como una droga y quien lo prueba cae en una red sin salida. No sé, será que no la he probado, pero no me atrae demasiado esa manzana tentadora, no me apetece catarla. A lo mejor es que nunca se me ha puesto a tiro, pero ¡y lo tranquilo que estoy yo sin poder! Por no tenerlo, no lo tengo ni en mi casa; la prueba es que mi hijo Miguel se me coló el otro día en el blog. Si no tengo poder sobre un niño de cinco años, poco futuro tengo como poderoso. Pero no me quejo, uno de mis lemas es “Ande yo caliente...” y me da igual que se rían o no, aunque la verdad es que los “poderosos” suelen decir que me envidian, por algo será.

Cada vez que oigo hablar de esto, me viene a la cabeza la respuesta que me dio un compañero cuando le dije que su posición le daba bastante poder. Me respondió: "¿poder?... poder joderse la vida".

jueves, 19 de marzo de 2009

Al revés

Siempre me he preguntado por qué perdemos tanto el tiempo en discusiones estériles, por qué hablamos y hablamos sin parar, nos quejamos, lamentamos nuestra suerte, criticamos, ponemos pegas a todo, decimos que esto no puede seguir así, que dónde vamos a llegar, nos indignamos, ardemos por dentro y se nos envenena la sangre. ¡Cuánta energía desperdiciada, y cuánto odio, y cuánta infelicidad! ¿De verdad es todo tan horrible? ¿No será que el horror lo llevamos dentro? ¿No es mejor conversar que enzarzarse en disputas? ¿No se aprende más escuchando que hablando? ¿No es preferible dar gracias por lo que tenemos en lugar de quejarnos por lo que nos falta? ¿No es verdad que es inútil lamentarse? ¿Acaso no es mejor un consejo que una crítica, reír antes que llorar, amar antes que odiar?

¿Por qué lo hacemos todo al revés?

martes, 17 de marzo de 2009

Las consecuencias económicas de un crimen

Dicen que en España matar sale gratis, pero yo veo que sale carísimo. La prueba es el asesinato de Marta del Castillo. Vaya por delante que una vida humana no tiene precio, y que el drama de unos padres que han perdido a una hija a manos de un asesino no se puede medir en euros. Pero como todo en nuestra vida está regido por la economía, y yo me dedico a esto, no puedo dejar de pensar en la cantidad de dinero y recursos que se han movido a cuenta de ese crimen. Helicópteros peinando el río, buzos, equipos de salvamento, policías... y todo porque un mal nacido asesinó a una niña inocente y dijo que la arrojó al río. Y ahora dice que no, que era mentira. ¿Verdad que no pagará la factura? Claro que no, la paga el Estado, el mismo que protege su intimidad y le alojará en la cárcel unos años, y eso en el mejor de los casos.

Y ahí no queda eso, pues hay que añadir el dinero generado por las cadenas de televisión, entrevistas, publicidad, récords de audiencia. Como ya dije en una ocasión, el mercado de la muerte. Un mercado como otro cualquiera, lucrativo como el que más, que genera puestos de trabajo, que satisface las necesidades de ¿información? de los espectadores. Se me revuelve el estómago de pensarlo.

¡Cuántas obras buenas se podrían hacer con el dinero del mercado de la muerte! Serían obras llenas de vida, de ilusión. De eso, de ilusión, también se vive.

lunes, 16 de marzo de 2009

Brainstorming literario

Últimamente he descubierto una técnica literaria inaudita: me pongo a escribir sin pensar, a ver qué sale, después lo leo y tiene algún sentido... y si no lo tiene el texto ha quedado más o menos apañao.

Un poner:

Escribo al dictado de mis sentimientos, sin miedo a lo que me dirán, sin esperar nada a cambio, tan solo una moneda por caridad, un comentario, aunque sea atroz, un síntoma, un signo de vida, de que hay alguien al otro lado, de que no estoy solo y me acompañan mis amigos del alma. Quizás es que escribo para mí y a la vez espero que el mensaje llegue a los demás. Quizás busco el reconocimiento en el otro, eso que llaman alteridad. Pero, ¿cómo no va a haber alteridad si no estamos solos en el mundo, si no se entiende el hombre sin los otros hombres? Cuando escribo así me asalta una duda: ¿y si resulta que estoy solo en el cosmos, y para dar visos de realidad a esta invención escribo desesperado, buscando aquello que me falta, buscando la compañía que me abandonó antes de que naciera?

No he hecho ninguna corrección, salvo la ortografía; lo he escrito del tirón. Normalmente retoco un par de cosas, para darle una forma más atractiva. Como veis, divago, y tengo un problema: mi pensamiento va mucho más rápido que mis dedos sobre el teclado. Tendré que aprender mecanografía, pero aún así... Sólo veo una solución: que alguien invente una grabadora de pensamientos, pero eso lo dejo para otra entrada.

P.S. ¿Estáis ahí de verdad? ¿Sois de carne y hueso o el Internet me juega una mala pasada y me manda comentarios cibernéticos para convencerme de que no estoy solo? ¿Cómo podría yo tener una prueba?

domingo, 15 de marzo de 2009

In fernem Land


Retomo el mando de las operaciones. En venganza hoy pongo una entrada musical, y nada menos que de Wagner. Digo venganza porque cuando Miguel estaba en la barriguita de su madre lo llevamos a la ópera, y se tragó nada menos que La Walkiria, en versión no abreviada. Al pobre le han quedado secuelas, mayormente un oído enfrente del otro, y es que Wagner es extremoso, o te enamoras o lo odias, y el pobre lo odiaba ya de nonato; ahora se cree que todos los demás son iguales, y su sensibilidad musical está atrofiada (bien pensado ni siquiera eso, para que algo se atrofie tiene que empezar a salir).

Como hace poco ya puse un aria de La Walkiria traigo hoy una de Lohengrin, ópera que también he visto. Maravillosa música, imborrable imagen la del caballero navegando a lomos de un cisne en busca del Santo Grial. Brumas, bosques tupidos, emoción, leyenda, épica, magia... si la música de Bach me lleva al cielo, la de Wagner me transporta directamente al Valhalla.

Hoy os ofrezco el aria “In fernem Land...” “En tierras lejanas, inaccesibles para vosotros, se encuentra una fortaleza llamada Montsalvat...” Sólo el inicio del aria promete aventuras sobrenaturales. En esta versión canta nada menos que el eximio Miguel Fleta, palabras mayores, sobran comentarios (bueno, sólo uno: canta en italiano, nadie es perfecto).

sábado, 14 de marzo de 2009

Hola, soy Miguel

- Me he colao en el blosh de mi padre. Ayer me dijo que tenía muchos amigos en el ordenador y me leyó las cosas que decían, están un poquito locuelos.

- He desenchufao el internés a mi padre mientras trabajaba, y le he dicho que se ha estropeao. Como es un poco tonto se lo ha creído, y ha dicho que no puede meterse en su blosh.

- Es un poco tonto, pero es el más fuerte del mundo, y además es un poquito mágico, me saca de la oreja todas las cosas que quiere.

- Estaba tan enfadao que ha dicho una palabrota, me voy a chivar a la abuela.

- Ahora está haciendo caca, y como se cree que no hay internés se ha ido sin el portátil, así que lo he cogido yo, he enchufao otra vez el internés y me he colao en su blosh.

- Ayer me fijé cuando estaba jugando con su blosh, y como se me meten dentro de la cabeza todas las cosas que veo, he hecho lo mismo, y ha salido un cuadro muy chulo con un mono y unos señores con barba.

- Después le he dado a las mismas teclas que mi padre cuando se ríe y dice a mamá que vaya entrada más buena que ha hecho, pero yo no he visto una entrada ni ná, sólo un cuadrito blanco, que es donde salen estas letritas cuando aprieto los botones del portátil.

- Mientras voy pensando todas estas cosas que se me ocurren le voy dando a las teclas, y como papá me ha dicho que su portátil es mágico seguro que así sus amigos pueden leer mi cabeza.

- Cuando papá vea mañana que he pintao en su blosh me voy a enterar. A lo mejor me da una colleja, pero que no se entere nadie, me ha dicho mi madame que eso está muy mal, aunque sea flojito. Pero a mí no me duele... bueno, a lo mejor un poquito sí, pero no pasa nada, papá es más bueno que un elefante... y mamá es más buena que una jirafa.

- ¡Qué chulo, he hecho magia potagia! ¡Jaime, Ignacio, mirad lo que he escrito en el portátil de papá.... ¡

- (Jaime): Migueeel, tú no sabes escribiiiir blepblepblepblepblep.

- (Ignacio): uuuuuuh, uuuuuuh

- (Miguel): ¡Quita, Ignacio, que vas a tirar el portatiiiiiiiil - ¡¡CRASHHHHH!!

viernes, 13 de marzo de 2009

Evolucionismo creacionista

Hoy pensaba poner una de esas entradas trascendentales que de vez en cuando me saco de la manga no sé muy bien por qué, pero acabo de cambiar de opinión, quien la va a hacer es de nuevo mi hijo Miguel, aún a riesgo de que os harte con sus ocurrencias, pero es que no puedo resistirme a contaros la conversación que acabo de tener con él hace diez minutos ante la mirada atenta de sus hermanos camino del cole.

- (En el ascensor): Papá, ¿a que Dios era un conejo? (la primera, en la frente).
- ¿Un conejo, Miguel?
- Ah no, que me he equivocado, quería decir un mono.
- ¿Pero cómo va a ser un mono?
- Ah, Dios no, los hombres.
- (Subiéndonos en el coche): ¿Qué los hombres son monos?
- Sí, porque había muchos monos, y las monas daban monitos, y un día salió un hombre.
- ¿Y entonces Dios?
- Dios también salió de una mona (ya había arrancado, casi me estampo contra un pilar del garaje).
- ¿Estás seguro?
- Ah, no. Dios no, ¡Jesús!
- Creo que te estás equivocando, Miguel, pero bueno... ¿entonces Dios?
- Dios vivía hace mucho tiempo, y era transparente, y un día se vino a nuestro país.
- ¿Y cómo sabes todo eso?
- Me lo contó mamá hace mucho, cuando yo tenía tres o cuatro años (cumplirá seis en junio).

Visto lo visto, me voy a comprar una grabadora para el coche, y tendré suficientes entradas programadas para perpetuar mi blog cuando yo falte.

P.S. ¡Me están usurpando el cuaderno!

jueves, 12 de marzo de 2009

Paréntesis


La vida no es el tren que pasa sin que nos dé tiempo a subirnos, no es un viaje de ida que nos lleva por campos y por prados sin mirar nunca hacia atrás. La vida no es una paloma blanca que se hizo negra después de muchos años, ni tampoco es un corazón ansioso que se para a mirarnos cuando nos reconoce. La vida no es el cansancio abierto después de muchas noches de insomnio, ni una ventana cerrada ante la que nos estrellamos cada mañana intentando respirar una bocanada de aire. La vida es mucho más sencilla que todo eso, tan solo es lo que ya hemos vivido y lo que nos queda por vivir.

La muerte no es una guadaña negra empuñada por un heraldo del infierno, ni una quimera errante de la que huimos despavoridos. La muerte no es un sino terrible dispuesto para nosotros en una oficina celestial, ni tampoco un compañero de fatigas que nunca nos olvida y al que tampoco olvidamos. La muerte no es esa parca de los cuentos que nos amarga la vida, que nos hiela la sonrisa y nos corta el aliento cuando despertamos de los sueños de felicidad. La muerte es mucho más sencilla que todo eso, tan solo es lo que hay antes y después del paréntesis de la vida.

martes, 10 de marzo de 2009

Ajuar funerario


Atentos al penúltimo comentario de mi hijo Miguel:

Papá, ¿a que cuando te vayas al cielo te llevarás el portátil?

Ante este panorama, voy a tener que replantearme seriamente dos cosas:

1. No trabajar tanto.

2. Cerrar bien la puerta del cuarto de baño.

lunes, 9 de marzo de 2009

Bloguerías (I)


- Cuando estoy muy contento me arranco por bloguerías.

- La blogosfera es un gran globo lleno de cuadernitos.

- No hay blog sin blogs.

- Si Colón hubiera llevado un blog todavía le comentaríamos las entradas.

- El blog será poesía cuando alguien le encuentre rima.

- En bloguilandia fabricamos nuestros sueños compartidos.

- El blog es el palimpsesto del siglo XXI.

- Cuanto más aprieto mejor me salen las entradas.


- Sin comentarios.

viernes, 6 de marzo de 2009

Escríbete a ti mismo


Cuando escribo me salen cosas que ni siquiera sospechaba que estaban ahí (y no me refiero a la entrada de ayer, hoy voy en serio). Es un fenómeno curioso, un acto de introspección mucho más profundo que el mero hecho de pensar. Es como si al plasmar un pensamiento en el papel (perdón, en la pantalla) le diera vida propia, lo iluminara. Incluso a veces se produce un alumbramiento: justo en el momento en que se escribe, el pensamiento surge esplendoroso.

Desde que escribo con cierta frecuencia, cosa que debo a este cuaderno que me he regalado, me conozco mejor, conozco mejor a los demás y creo que conozco algo del mundo, aunque en el fondo sigo bastante perdido por estos andurriales.

Confesión


Cuando abrí este cuaderno creía que era como un diario personal pero en el Internet, y me las prometía muy felices pensando en anotar mis ocurrencias y también mis cosillas, eso que no nos atrevemos a contar, no por nada, sino porque son cosas íntimas. Vamos, creía que un blog es como un diario de tapas duras y candadito, de esos cursis que gastan las niñas bien con ínfulas literarias. Como podéis imaginar, pronto vi cuán equivocado estaba. Al principio como que no me visitaba nadie y me importaba más bien poco escribir chorradas varias, pero poco a poco comenzasteis a llegar y, bueno, tampoco era plan de poner aquí cualquier cosa, ¿no? Me empecé a plantear si escribir para mí o para mi recién estrenada audiencia. Vuestras visitas condicionan un poco, no creáis; hay que estar a la altura y currarse los comentarios, que me hace ilusión batir el récord. Pero bueno, me estoy saliendo del tema. Lo que quería deciros es que hay que echarle valor para escribir intimidades con todo este público, y hoy he decidido saltar al ruedo:

Lo confieso, he escrito más de una entrada sentado en el trono y con el portátil apoyado en el bidé. Entradas no escatológicas, me refiero; incluso de poesía, y además he simultaneado las entradas con ciertas salidas. Qué queréis que os diga, cada uno busca la inspiración donde puede.

jueves, 5 de marzo de 2009

Poesía y guerra

El silencio: el lugar donde se guarda y se protege el verbo ante el arrasamiento, el callejón donde se esconde el tesoro ante las tropas
Estas palabras pertenecen al magnífico ensayo de Adan Kovacsics “Guerra y lenguaje”, donde reflexiona sobre el poder del lenguaje y su utilización durante la Gran Guerra. Cuenta que cuando la monarquía austro-húngara declaró la guerra, los poetas entraron en una especie de trance creador. Richard Schaukal confesaba escribir ¡diez sonetos diarios!, y en el otro bando poetas socialdemócratas como Alfons Petzold también trataban de “proteger a la patria mediante hechos y palabras”.

¡Proteger a la patria con el lenguaje, con la poesía! Se puso en marcha una maquinaria bélica de versos y loas para acompañar a los cañones, y entre tanto algunos como Walter Benjamin o Karl Kraus permanecieron callados. Se refugiaron en su silencio para escapar del horror, para huir de las proclamas bélico-poéticas. Eligieron el silencio y lo usaron como aquel “lugar donde se guarda y se protege el verbo ante el arrasamiento, el callejón donde se esconde el tesoro ante las tropas”. Algunos fueron incluso más lejos con su silencio: lo hicieron eterno, se suicidaron incapaces de soportar el horror.

Las palabras de Kraus son especialmente reveladoras: “... las plumas se sumergen en sangre y las espadas en tinta”. Y más tremendo todavía: “Quien tenga algo que decir, ¡que dé un paso adelante y calle!”.

Cuesta trabajo comprender cómo las palabras se ponen al servicio de una guerra, o se usan para defender la otra postura, y pierden todo su valor, y los poetas dejan de serlo, y los pocos que de verdad son poetas, los que resisten, se ven abocados al silencio para salvaguardar su tesoro más preciado: los versos auténticos.

miércoles, 4 de marzo de 2009

Contraste cultural

Estaba yo el otro día tomando una tapa en la barra del bar de la facultad, con mi cervecita correspondiente, y a esto que llega una estudiante que, por sus rasgos, parecía china, vietnamita o de Hong Kong (de Triana no era seguro), y pide un plato combinado. Hasta aquí todo normal, hay muchos estudiantes extranjeros, y no llama mucho la atención una china de más o de menos. Cuando la camarera le pregunta: “¿y de beber qué quieres, miarma?” (ella sí era de Triana), responde: “un café con leche”. Más de un comensal levantó las cejas y miró expectante, y dijo la trianera: "¿te lo pongo luego o ahora con la comida?" Entonces se hizo en el bar un silencio sepulcral, se cortaba el aire con un cuchillo, nos mirábamos unos a otros como si no nos quisiéramos creer la respuesta efectivamente proferida: “con la comida”.

Puaaaaaaag, ¡qué asco! ¿Cómo puede alguien acompañar la comida con un café caliente? Así pensaba yo, mientras apuraba mi cerveza y mi tapa de ensaladilla, y en ese instante vi cómo la china me miraba, y pensé que en su país todos comen con café, y que me vería a mí y a mi cerveza como algo sorprendente, raro, pensaría que estoy tan alcoholizado que no puedo dejar de beber ni a la hora del almuerzo. Y me di cuenta de que ellos son 1200 millones, y nosotros poco más de 40, y que por pura matemática los raros somos nosotros, no ellos. Y entonces saqué una conclusión:

¡Por lo menos en España podía comportarse como una persona decente!

martes, 3 de marzo de 2009

Cuadernos petrificados


La imagen me estremece: un blog navegando a la deriva por el océano virtual, una bitácora errante dentro de un buque fantasma, una amalgama virtual huérfana y desamparada, abandonada por su creador, visitada de vez en cuando por algún nostálgico que busca un mínimo signo de vida, un cambio de formato, un atisbo de respuesta a comentarios desesperados, pero no sucede nada, todo sigue igual, quizás su dueño se cansó de escribir, o tal vez abrió otro cuaderno y olvidó el antiguo, o puede que perdiera la llave y renunciara a buscarla, o... ¡murió!

¿No habéis pensado que cuando nos llegue la hora, cuando rindamos cuentas de nuestra existencia, una parte de nuestra alma permanecerá flotando en el hiperespacio, navegará sin rumbo, perdida, huérfana de entradas y finalmente olvidada por sus antiguos camaradas?

¡Qué solo estará entonces mi cuaderno! ¡Y qué triste!

lunes, 2 de marzo de 2009

Aprieta pero no ahoga

Hay refranes que nos acompañan desde la más tierna infancia; yo diría que incluso están en nuestros genes, como demuestra este caso que sucedió a dos buenos amigos míos.

En un frío día de invierno se dispusieron a hacer una escapada de fin de semana, y situaron a sus hijos bien abrigados en el asiento trasero del coche, no muy holgado por cierto. Uno de ellos, F., iba especialmente embutido en uno de esos chaquetones que más parece un disfraz de astronauta, junto a gorros, bufandas y prendas de todo jaez. El pobre chiquillo estaba escogorciao, y no podía ni moverse, pero como el viaje era largo fue reaccionando hasta que recuperó el habla, y espetó a su madre la siguiente pregunta:

- Mamá, ¿Dios está en todas partes?
- Pues claro que sí, F.
- ¿Y también dentro de mí?
- Dentro de ti también.
- (Por lo bajini, como para él): ¡Ahora entiendo por qué estoy tan apretao...!