viernes, 31 de diciembre de 2010

Tanka de año nuevo

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Caen los años
como gotas de cielo;
duele la vida.
Añoranza del tiempo,
destellos de ilusión.


¡¡Feliz 2011!!

jueves, 30 de diciembre de 2010

Graf Spee

Leo en el libro Días de infamia la historia del Graf Spee, un acorazado de bolsillo alemán de la Segunda Guerra Mundial que sembró el terror entre los barcos mercantes aliados en el Atlántico Sur. Su peripecia acabó de un modo sorprendente, pues tras presentar batalla a tres cruceros británicos a los que dañó considerablemente, se refugió en el puerto de Montevideo para efectuar unas reparaciones. La inteligencia británica hizo creer a los alemanes que se encaminaba al lugar una gran flota, y el capitán del barco decidió hundir el buque, triste fin para la batalla del Río de la Plata. Esta historia me ha llamado especialmente la atención porque acabo de leer un cuento de Benedetti donde el protagonista era un superviviente del Graf Spee, que albergó la esperanza de que Alemania ganara finalmente la guerra, hasta que en 1945 cayó en un desánimo absoluto que le ocupó el resto de la vida. Jamás aprendió español, más allá de unas pocas frases necesarias para su trabajo de mecánico, y guardó como oro en paño sus recuerdos de militar del ejército nazi. Su mundo, el único que conocía, había acabado el día en que el Graf Spee voló por los aires en un final deshonroso; más le hubiera valido perecer bajo el fuego enemigo, como alguno de sus compañeros.

Hace apenas tres años murió el último superviviente de la tripulación del barco que vivió en Uruguay, y creo que aún vive alguno en Argentina. Las historias de estos hombres carecen de gloria, tapadas por el horror de los campos nazis, pero ellos sólo eran marinos de guerra, iguales que los que tripulaban los cruceros británicos que fueron recibidos con gloria al final de la guerra.

La guerra, si se ve como épica, es un imán fascinante, una forja de héroes modernos cuyas gestas han sido magnificadas por el cine y la literatura. Siempre hay héroes en los dos bandos, desde los tiempos de Homero, pero a los alemanes se les negó para siempre esa gloria. El horror se la negó, un horror abominable, que conviene poner al lado de otras abominaciones, seguramente no tan horribles, que a lo largo de la historia han practicado vencedores y vencidos durante milenios. O puede que sí sean tan horribles, no lo sé. Leo cosas de Siberia, de Camboya, de Ruanda… Compadezco profundamente a los inocentes que estuvieron allí, como a los prisioneros de Auschwitz. El horror no se presta a la medición, ni nadie se prestaría voluntariamente a medirlo.

Cuando las epopeyas bélicas despierten horror más que admiración, la humanidad habrá dado un gran paso.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Homenaje

y tú seguías callado,
y tú callabas de una manera extraña como diciendo tu silencio,
y tú callabas volviéndote a morir para decirlo.
Luis Rosales: La casa encendida.
y yo sólo puedo callar al contemplar tanta belleza,
y hacer partícipe al dolor de mi silencio,
y recordar las horas muertas durmiéndome a tu lado
y olvidar que estás muerto, aunque me llames por mi nombre
con una voz traslúcida, velada por los años invisibles
de ausencia.

martes, 28 de diciembre de 2010

Apuntes (XLVI): Horizontes cercanos


La primera noche que paso solo en la nueva casa. Es una sensación extraña, sobre todo porque sé que los niños están a cien kilómetros; algo así como la libertad recobrada, y sin ningún tipo de remordimientos, para qué voy a mentir. La jornada no ha podido ser más anodina: los yeseros se han pasado toda la mañana repasando unas grietas en las paredes, y alguien tenía que quedarse en casa (me ofrecí voluntario en un gesto heroico, alguien tenía que sacrificarse). Ya en serio, ayer por la tarde, cuando todos partieron hacia Alájar, quedé como anonadado, pero el knock-out me duró poco, y de pronto me sentí como el capitán del barco que deja el puerto para cruzar el océano: había roto amarras con mis hijos, aunque fuera por un día, y ante mí se desplegaba el horizonte infinito de la jornada.


***

Por la mañana me llamó L., y me dijo que Gonzalo al despertarse exclamaba extrañado: “¿papá?, ¿papá?”. Debía de ser raro para él también, aunque menos placentero, supongo. Parece mentira cómo liga uno su vida a la de un bebé, que es el que marca los tiempos a impulsos del afecto recíproco y de la dependencia.

***

En el viaje a Alájar la cabeza me iba dando vueltas a más revoluciones que el motor del coche. Lástima que no se haya inventado todavía esa grabadora de pensamientos que me habría permitido teclearlos imaginariamente. El 90% de ellos habita ahora el limbo de las ideas flotantes.

***

Tengo mucha ilusión (y ya es raro en mí) por el e-reader. Sí, así debe llamarse: el e-book me lo descargo de Internet para leerlo en ese pedazo de e-reader con pantalla táctil y tecnología de tinta electrónica que se parece mucho al papel.

***

… Pero no es lo mismo, estáis pensando muchos. Desde luego que no. Yo no tengo prejuicios contra los libros de papel. ¿Los tenéis vosotros contra los electrónicos? ¡Qué malo es dejarse llevar por las ideas preconcebidas! Y lo peor es que muchas veces nos cerramos a cosas que pueden ser útiles por el mero hecho de que no nos gusta el cariz que va tomando el progreso.

Is this the world we created?


Hoy, pocos días después del nacimiento del Niño, toca acordarse de la matanza de tantos otros niños, sucedida haca más de dos mil años pero presente ahora más que nunca. No todo es regocijo, ojalá. Hay mucho de sufrimiento, que sólo lo puede apagar la esperanza. Hemos hecho demasiado daño al mundo, a nuestros hermanos y a nuestros hijos.




Just look at all those hungry mouths we have to feed.
Take a look at all the suffering we breed;
So many lonely faces scattered all around
Searching for what they need

Is this the world we created?
What did we do it for?
Is this the world we invaded
Against the law?
So it seems in the end
Is this what we're all living for today?
The world that we created

You know that every day a helpless child is born
Who needs some loving care inside a happy home.
Somewhere a wealthy man is sitting on his throne
Waiting for life to go by

Is this the world we created?
We made it on our own.
Is this the world we devastated
Right to the bone?
If there's a God in the sky looking down
What can he think of what we've done
To the world that He created?

Sólo mira a todas esas bocas hambrientas que tenemos que alimentar.
Echa un vistazo a todo el sufrimiento que causamos.
Tantos rostros solitarios esparcidos aquí y allá
buscando aquello que necesitan.

¿Es éste el mundo que hemos creado?
¿Para qué lo hicimos?
¿Es éste el mundo que invadimos
en contra de la ley?
Así parece.
¿Para esto estamos viviendo hoy en día?
Éste es el mundo que hemos creado.

Sabes que cada día nace un niño desamparado
que necesita cariño dentro de un hogar feliz.
En algún lugar un hombre rico se sienta en su trono
esperando a que pase la vida.
¿Es éste el mundo que hemos creado?
Lo hicimos nosotros mismos.
¿Es este el mudo que hemos devastado
hasta la médula?
Si es que hay un Dios en el cielo mirando hacia abajo,
¿Qué puede pensar de lo que hemos hecho
al mundo que Él creó?


P.S. Freddy Mercury era una maricona de cojones.

lunes, 27 de diciembre de 2010

Incorrecciones (I): De maricones y mariconeos


Hoy inauguro etiqueta, donde recogeré todas aquellas palabras, expresiones, situaciones, acciones e incluso omisiones que los ejemplares celtibéricos hemos venido usando durante milenios hasta que de repente, al comenzar el siglo XXI, han sido censuradas, hasta el punto de que quien las usa es señalado como un ser indeseable, indigno de la sociedad avanzada en la que vive. Comenzaré la serie con una palabra castiza, de raigambre antigua y que lamentablemente está cayendo en el olvido: maricón.

De toda la vida un maricón es un homosexual, pero generalmente el término se ha reservado para aquéllos a los que se les veía a legua la "pluma", lo que también se daba en llamar una "loca". Estos sujetos van llamando la atención por donde van, con una enorme variedad de gestos como dejar la mano floja, echar la cabeza hacia atrás para hacer volar los cabellos que no tienen, decir a todo el mundo "guapo" y cosas por el estilo. Los homosexuales que no hacen gala de tal comportamiento son simplemente eso, homosexuales, y es cierto que en tiempos pasados han sido perseguidos y humillados, pero actualmente, salvo excepciones, nadie se mete con ellos, y son ciudadanos tan respetables como el que más.

La palabra "maricón" ha dado lugar a numerosas variantes, como "mariconeo", "marica", "maricona", "amariconado", "mariconazo" y muchas otras, casi siempre de carácter festivo, y que se usan como apelativos para todo tipo de personas. Así, por ejemplo, si yo digo a un amigo mío que es "una pedazo de maricona" es porque me ha ganado una carrera, me ha hecho alguna pequeña jugarreta, ha llegado tarde a una cita o algo por el estilo, pero seguramente mi amigo es tela de machote.

Lo lamentable y sorprendente del caso es que hoy día no se puede usar en público la palabra "maricón" o alguna de sus variantes so pena de ser crucificado por las huestes de lo políticamente correcto, pero si yo, pongo por caso, hablo en una entrevista de un maricón famoso, todo el mundo está legitimado para insultarme y tildarme poco menos que de fascista. Sin embargo, la horrorosa palabra "gay" cuenta con el beneplácito de todo el mundo. Así están las cosas.

Ahora podría decir algo muy socorrido: "yo no tengo nada contra los maricones; incluso tengo muchos amigos que lo son". Pero -¡ay!- tampoco esto me está permitido: muchos, y sobre todo muchas, me saltarían a la yugular, así que... ¡coño, ya lo he dicho! Bueno, para eso tengo un blog, para poder hablar, con todo el respeto del mundo, de maricones, de mariconeo y de lo que haga falta, mientras que no me lo cierren - cruzo los dedos-.

P.S. La foto es cosa de Mr. Google, que a veces tiene mucha guasa.

sábado, 25 de diciembre de 2010

El príncipe de la paz


Dicen que hace un día nació un niño, no un niño cualquiera, ni de nadie, sino de todos nosotros. Dicen que él guiará nuestros pasos, y que alabaremos su nombre. Dicen que ese niño es nuestro Dios, nuestro padre. Dicen que ese niño, entre muchos otros regalos, nos trae la paz.

Yo no sé qué creer, nunca sé qué creer, pero si ése es su regalo, si en verdad es el Príncipe de la Paz, creeré tan fuerte que se me oirá en toda la Tierra.



For unto us a Child is born,
unto us a Son is given,
and the government
shall be upon His shoulder;
and His name shall be called
Wonderful, Counsellor,
the Mighty God,
the Everlasting Father,
the Prince of Peace.

Porque un Niño ha nacido entre nosotros,
un Hijo se nos ha dado,
y llevará sobre sus hombros
nuestro destino;
y aclamaremos Su nombre:
Admirable, Consejero,
el Dios Todopoderoso,
el Padre Eterno,
el Príncipe de la Paz.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Apuntes (XLV): Túneles literarios


Profundizar en la escritura nos lleva a hacer un túnel que atraviesa territorios inexplorados, y luego otros nos interpretan y abren ventanas en ese túnel, que nos permiten vislumbrar algo de lo que pasa ahí abajo. Pero tras mucho ahondar acabamos apareciendo en la boca del agujero que excavamos, exhaustos y perplejos, llenos de tierra y de cristales de ventana rotos.


***

¿Y qué ganaría yo si mi obra fuera reconocida? Dinero no, seguramente, y mi autoestima crecería, pero no la tengo baja. El orgullo, el reconocimiento interior, no creo que se viera muy reforzado, o al menos no es ése mi principal objetivo. Seré sincero: lograría calmar mi vanidad, ésa es mi búsqueda. Y no me avergüenzo de ello.

***

Vivir en un eterno estado de melancolía inquietante, fructífero y reparador, mecido por las olas de la inspiración. Ése es mi sueño, imposible y aburrido.

***

Muchos eruditos desprecian la divulgación, poseídos de su saber inaccesible y estéril.

***

Tengo mucha capacidad de trabajo, pero pocas ganas de trabajar.

domingo, 19 de diciembre de 2010

Aforismos enemistosos


1. Si no puedes con tu enemigo, cachondéate de él.

2. Si tu enemigo no puede contigo, perdónale el castigo.

3. Si no tienes enemigos no eres nadie.

4. Mejor nadie que mal acompañado.

5. Qué descansada vida...

sábado, 18 de diciembre de 2010

Economía en 47 minutos


Cae una tromba de agua tremenda, y hay quien no sabe qué hacer en este sábado. Qué mejor que dedicar un ratito a aprender Economía. Falta os hace, ¿o es que alguien que no haya hecho la carrera ha estudiado Economía alguna vez? Y el que no tenga tiempo, que guarde la entrada para otro momento.

Voy a poner dos vídeos. El primero, del profesor Julián Pavón, dura 12 minutos, por lo que no sabréis tanto como Zapatero. Explica de manera muy didáctica las medidas contra la crisis (las deseables y las reales) desde un punto de vista keynesiano. El análisis es demasiado simplista, pero se le entiende bien al hombre, y pone una cara de satisfacción que entran ganas de aplaudirle.



El segundo vídeo es para nota. Dura 35 minutos, ya sé que no disponéis de ese tiempo, pero pensad que es una lección de más de media hora, luego sabréis más que ZP. En todo caso, ved el último minuto, que no tiene desperdicio. Se trata de una entrevista al profesor Huerta de Soto, posiblemente el economista español más brillante del momento, ultraliberal, eximio representante de la antigua escuela austríaca, con propuestas tan sorprendentes como el regreso al patrón oro. No es que yo esté muy de acuerdo con algunos de sus planteamientos, pero reconozco que su análisis es de una lucidez fuera de lo común.



Ea, pues con este bagaje ya podéis ir por esos mundos opinando de Economía, y sobre todo riendo a mandíbula batiente de lo que dicen los políticos.

P.S. Huerta de Soto tiene una cara de listo que te cagas, y el otro... no.

viernes, 17 de diciembre de 2010

Apuntes (XVIV): La noria de las vanidades


Brilla la codicia en los ojos de los poetas. Creen trascender la vida mientras mendigan unas migajas de grandeza que justifiquen su esfuerzo trascendente. Los menos no están a la altura de su obra. Los más, para su vergüenza, sí.


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Si alguna vez me pidieran una foto para aparecer en prensa, prometo no poner el dedo índice sobre mi frente ni calzarme para la ocasión unas gafas redondas de montura fina.

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Todo retorno es partir de cero, como si nada hubiera pasado y todo estuviera por pasar. Un paso más en la noria de la vida, que gira a nuestros pies mientras andamos sin que nos demos cuenta, cegados por la ilusión de que avanzamos sin cesar.

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No hay que confundir vanidad con vacuidad. Todos somos, en mayor o menor medida, vanos, pero algunos distamos mucho de estar vacíos.

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Quien rompe su falsa modestia con un alarde de inmodestia no hace sino volver a pecar de falsa modestia, y así ad infinitum, ergo se trata de un vicio incurable, aunque poco dañino.

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El club de los poetas muertos... La feria de las vanidades. ¡Muera el exhibicionismo y la impostura! ¡Arriba la autenticidad!

jueves, 16 de diciembre de 2010

Bendita inocencia


La siguiente nota apareció encima de una mesa firmada por una personita de nueve años muy cercana a mí. Sobran los comentarios.

CARTA A LOS REYES MAGOS

Hola, quería preguntaros si de verdad existís, ¿cómo voy a saber si es cierto lo que me decís?

Si no sois los Reyes Magos, ¿cómo hacéis para que no os vean?

El ratoncito Pérez yo ya sé que no existe porque vi a mi madre o a ti poniendo el regalo.

¿Cómo sabe E. que existís o no existís? Él no me lo quiere contar, por eso os lo pregunto a ti o a vosotros.

Si eres tú, mamá, ya sabes lo que me gustaría. Si sois vosotros, me gustaría una máquina de pegatinas.

Á.

Shop of shops


Descubro hoy en el blog de
Enrique García Máiquez un vídeo que me hace vibrar de emoción.



Qué mejor lugar que un centro comercial lleno de gente para que estallen luminosos los sones del Mesías de Haendel. La primera reacción de la gente es de sorpresa; luego, a medida que se van incorporando nuevas voces, la sorpresa torna en emoción, y los que pueden, que no son pocos, se unen al coro y cantan exultantes al Rey de Reyes, al Señor de Señores, a la Navidad o a lo que cada uno de ellos entienda por jubiloso y alegre. Cualquier excusa es buena para entonar el Aleluya y proseguir con las compras imbuidos por un espíritu solidario y festivo, gastando dinero en felicidad.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Apuntes (XLIII): Metáforas repentistas


Cuando falta la inspiración hay una manera fácil de encontrarla: leer a ciertos autores. Cada uno tiene el suyo; el mío es, cómo no, Pessoa, y por eso está siempre en mi mesilla de noche.


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"... Que llega a fingir que es dolor / El dolor que de veras siente". Si uno piensa detenidamente en estos versos de Pessoa, referidos al poeta como fingidor, se vuelve loco. El genio portugués era un embaucador; fingía como nadie, hasta el punto de que los lectores no somos capaces de desmontar su castillo de naipes, que tan a conciencia construyó con el alambique de su pluma.

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"El alambique de su pluma" es una metáfora pasable, valga la falsa modestia -ejem.-, uno de esos descubrimientos que brotan de vez en cuando del bolígrafo o de la pluma, o incluso (no es el caso) de los dedos sobre el teclado, sin buscarlos, así de pronto, como si la metáfora ya estuviera trazada en la tinta antes de salir por la bola mágica de Biro -vaya, otra metáfora repentista-.

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Leo a Benedetti y quedo deslumbrado por su prosa repleta de modismos rioplatenses. ¡Y qué ternura al relatar!

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Cuando ya no tenga más cosas que contar estaré muerto.

martes, 14 de diciembre de 2010

Apuntes (XLII): Píldoras


Intento hacer apuntes largos y me salen cortos, siempre cortos. Mi escritura tiende a lo sintético, a decir mucho en poco espacio, siempre abriendo puertas a la aportación del lector. En lugar de dar todo mascado suministro píldoras, a veces muy difíciles de digerir.


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Es una gran ventaja cifrar todas las esperanzas de felicidad en el resultado de un partido de fútbol: incluso perdiendo, siempre hay revancha.

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El culto al deporte es mucho mejor que el culto al cuerpo. Una cosa es el corpore sano y otra muy distinta el corpore sancto.

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Escribir por escribir, sin presión pero con pasión y rigor, lo justo para satisfacernos a nosotros mismos, no a los demás.

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El humor es la otra cara de ese bufón mentiroso al que llamamos realidad.

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Lo que ayer era un mundo es hoy una casa acogedora. Sic transit gloria homini...

lunes, 13 de diciembre de 2010

De e-books y otras maravillas

¡He pedido a los Reyes Magos uno de esos libros electrónicos! Es la caña. Además de poder leer infinidad de libros (no sé cuántos miles caben en la memoria) en una pantalla que simula perfectamente la tinta en el papel (e-ink), resulta que se puede guarrear a placer subrayando, haciendo monigotes o lo que queramos. Este milagro se consigue gracias a la pantalla táctil de alta sensibilidad. Las anotaciones se pueden hacer con un puntero o incluso con el dedo (absténganse temporeros del campo). No digo la marca para no hacer publicidad (no sé cómo borrarla de la foto). Ya estoy deseando tenerlo; seré bueno hasta el día 6 de enero.

A continuación, para aleccionaros en este tema tan apasionante, voy a hacer una serie de precisiones terminológicas: un e-book, en español libro electrónico, es un conjunto de bytes que circulan por Internet y que uno se puede descargar en un formato, por ejemplo pdf, en un dispositivo tal como un ordenador de sobremesa, un portátil (notebook), un miniportátil (netbook), un tablet (por ejemplo el famoso i-pad) o un dispositivo especialmente diseñado para leer libros electrónicos, denominado e-reader (en español, lector electrónico). Resumiendo, en formato electrónico hay que distinguir entre el libro (bytes que se descargan por Internet) y el soporte para leerlo (idealmente, el e-reader). En el formato tradicional, sin embargo, libro y soporte forman un todo indisoluble.

Así pues, lo que me van a traer los Reyes es un e-reader, pero seguro que si lo digo al principio no me habríais entendido. Ya os contaré el día 7, a estas horas debéis de estar muertos de envidia (no vale copiarse).

P.S. Y lo que voy a ahorrarme en libros de papel...

P.P.S. Me parece oír removerse en las profundidades a los habitantes de las cavernas de papel...

P.P.P.S. Ahora bien, si se trata de publicar yo, en papel por supuesto, qué es esa horterada de los libros electrónicos...

Canallas impunes


Uno está ya, por desgracia, curado de espanto, pero este fin de semana me ha impactado una noticia aparecida en los diarios sevillanos:
Un joven mata a otro con un coche tras discutir en una cena de Navidad. El detenido arrolló a la víctima tras comprobar que le habían roto un espejo retrovisor a su vehículo. El conductor y su acompañante, que también está arrestado, se dieron a la fuga sin prestar auxilio al fallecido. El conductor fue detenido tres horas después en su domicilio mientras dormía.
Un comentarista de la noticia decía lo siguiente:
Esta ciudad se está convirtiendo en una selva y para muestra las dos muertes por atropello y lo siguiente: un niñato, piercings por toda la cara, pelo largo pelirrojo; un coche de minusválido que no pone el intermitente para incorporarse al carril de la derecha; la reaccion del energúmeno es cruzarle el coche delante, bajarse y liarse a patadas en la puerta, gritándole y amenazándole con soltar un pitbull que llevaba en el coche.
En el resto de comentarios se reflexiona que la culpa es de todos nosotros, que así educamos a nuestros hijos, que esta sociedad es la que hemos creado, que hay que endurecer las penas, que el causante de este comportamiento es la cocaína (habría que ver por qué se consume cocaína), que el gobierno actual no aplica mano dura, que el que venga sí lo hará para ganar las elecciones...

No sé la causa de esta situación lamentable, ni tampoco la solución, pero tengo claras dos cosas:

1. La impunidad actual de los delincuentes es intolerable.

2. No creo en la reinserción; la cárcel debe ser un castigo puro y (muy) duro.

Muchos dicen que no hay que legislar en caliente, pero al ritmo que vamos nunca va a dar tiempo a que se enfríen los cadáveres.
Mientras tanto, lo que yo siento es miedo. Por todos los que quiero, y en especial por mis hijos.

domingo, 12 de diciembre de 2010

El adagio de Barber


I absolutely adore this music. As much as it is beautiful, it is sad. Every time I hear it, I am torn between its beauty and how sad it is. It always reminds me of war and the people who have been killed and the people they have left behind. It moves me every time. I honestly don't think I have heard another piece of music that is so beautiful or emotional.

youtube. 40girton



El compositor norteamericano Samuel Barber compuso su Adagio for strings en 1936, con 26 años de edad. Así sonó el estreno de esta obra el 11 de mayo de 1938, dirigida por el gran Arturo Toscanini. Un crítico dijo que "estaba llena de pathos y de pasión catárquica; raramente deja los ojos secos". En ese año de 1938 los Estados Unidos estaban sumidos en una depresión, y la alemania de Hitler empujaba al mundo hacia la guerra. España se desangraba en una guerra fraticida, y el horror más atroz estaba por llegar. Y después llegaron más guerras, muchas más, y los hombres se siguen matando a día de hoy.


En palabras de la historiadora musical Barbara Heyman, "nunca tenemos la mínima duda sobre de qué va esta pieza; hay una especie de tristeza y poesía en ella; tiene un aire melódico que alcanza un clímax, como un gran suspiro... y después se exhala y desaparece entre la nada".

Por encima de todo este adagio es bello y melancólico, y su tristeza sirve a la perfección como banda sonora de la guerra; una música que hace recapacitar sobre la barbarie humana; una música que seguramente conmueve a los mismos bárbaros.

sábado, 11 de diciembre de 2010

Apuntes (XLI): de inmunidades


Stately, plump Buck Mulligan me saluda desde la primera página, mientras que yo, no demasiado convencido, contemplo intimidado el grosor de las otras novecientas treinta y dos.


***

Es sorprendente el clima de diciembre en éste mi hogar del sur. Tan pronto andamos por la calle ateridos de frío como el agua cae en tromba de un cielo negro, y ahora escribo estos apuntes al sol en mangas de camisa, sentado en la terraza de un bar.

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Y sin embargo, ¿qué se gana con todo eso que deseamos? Sólo el deseo en sí mismo, el combustible que nos hace perseguir lo inalcanzable, con más o menos sufrimiento. Algunos envidian a los muertos en vida, sumidos en su existencia vegetal que no precisa de retos ni de ilusiones, anclados a la tierra que les vio nacer, sin esperanza, con dolor del cuerpo pero nunca del alma. Algunas veces, algunos envidian a los inmunes.

***

Me dice Fernando que mi cuaderno es cada vez más Pessoano, y me lo tomo como una halagadora advertencia. Nunca se debe bajar la guardia ante los genios fagocitadores.

***

Esta noche, velada grande de Los Mercuriales. Me acordaré mucho de ellos, ya lo vengo haciendo los últimos días. Intuyo que llegan buenos tiempos, y espero no faltar a más citas.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Apuntes (XL): Uno, que es profesional...


Me atrae el verso por encima de la prosa. La lírica tiene algo mágico, indescifrable, que invita a disfrutarla y, si es posible, cultivarla. Qué sencillos se me antojan mis párrafos, que fluyen sin esfuerzo, nunca perfectos pero dignos, al lado de esa revelación por la palabra que hay que limpiar, despojar de letras superfluas, como hacía Miguel Ángel con el bloque de mármol. Yo me conformo con quedar a mitad de camino, pues entonces en una vida más alcanzaría a contemplar el misterio.


***

De vuelta no sé de dónde, ni por cuánto tiempo, ni por qué.

***

Como se escribe en la calle, en un sitio público, no se escribe en el hogar, por mucha soledad que uno se procure. El peso de lo cotidiano aborta la inspiración.

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Otra vez el tono, ese santo grial elusivo que se me resiste, pero al que someteré sin piedad.

***

No hace falta que uno se refiera a sí mismo como uno cada vez que uno aparece en primera persona en el diario de uno, salvo que uno quiera escribir como Trapiello.

jueves, 9 de diciembre de 2010

El lamento de Munch



Me detengo abatido ante la fuerza
emergente y subterránea,
antigua visitante de los hombres.
Contemplo el llanto, el grito,
la insólita serenidad del doliente,
teñida de negro y de miseria.
Sólo queda el dolor sin esperanza,
la súbita tristeza,
la desesperación.
Si no tengo dolor, yo no soy nada.





La pintura de Edvard Munch es de una belleza aterradora, como sólo se encuentra en los que tratan de cerca con la muerte. La muerte en su expresión más cotidiana pero no por ello menos angustiante; la muerte como rito antiguo, implacable y terrible; el llanto de los familiares y de los amigos; el imposible consuelo mutuo consumado en un abrazo sin esperanza; los velorios de niños muertos, más tristes que la tristeza; el luto inacabable de las viudas de antaño, cuando el muerto estaba presente toda la vida, y no se enterraba su memoria en la tumba. Y también la muerte como desesperación, como grito horrendo bajo un cielo de color rojo caldera hecho con trazos sinuosos, asomada a una baranda que da a las aguas de un fiordo que se intuye negro y profundo. Pero donde Munch de verdad se acerca al significado de la muerte para el hombre, donde condensa el sentimiento de aflicción, es en los ojos sin cara de la mujer que pintó en 1885, que aparece al fondo de la habitación junto al lecho de muerte.

viernes, 3 de diciembre de 2010

El blog como reducto de la fe

He venido observando desde que empecé en esto la gran cantidad de blogs cuyos dueños son católicos "militantes", que además hacen numerosas entradas y comentarios en defensa de los valores cristianos; es decir, usan su cuaderno como instrumento para defender su fe y extenderla. También hay muchísimos otros blogs que no son de este estilo pero a los que se nota una fuerte presencia de valores religiosos, reflejo de las creencias de sus dueños. Lo que me sorprende es la alta proporción de blogs de estas características, muy superior a la proporción de creyentes en el total de la sociedad. Desde luego, no tengo datos estadísticos sobre este hecho, y puede también que mi entorno concreto haga que yo lea más blogs de este tipo. En cualquier caso, veo dos factores que pueden explicar este fenómeno:

1. En nuestra sociedad los cristianos están en cierto modo "perseguidos"; cuando menos están mal vistos. El blog les da la oportunidad de expresarse libremente, en el sentido amplio que tiene esta expresión (¡las vueltas que da el mundo!).

2. Internet es un medio ideal para hacer proselitismo, objetivo primordial en muchas religiones, y favorecido por la militancia en congregaciones religiosas.

Y otra cosa que he percibido es que en las entradas que se refieren directamente a la religión no se produce generalmente un debate, sino que más bien suele haber comentarios de asentimiento, y la mínima discrepancia es con frecuencia mal recibida. Tengo la sensación de que la misma libertad que a veces se niega a los creyentes éstos la niegan a los no creyentes. Entiendo que en cuestión de fe y otros asuntos de ética cristiana es difícil mover las posturas, pero observo falta de tolerancia con las opiniones ajenas. Por supuesto, es posible que me equivoque. No sé si mi percepción está lejos de la realidad, pero aquí lo dejo, de la manera más objetiva posible, a sabiendas de que se trata de un tema delicado.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Toilet restaurant


Me manda un correo mi compañero mercurial José Manuel Gómez Fernández, proveedor inestimable de material "oloroso" para mi blog, y no puedo menos que aprovechar el género. Son muchos los que se asombran e incluso se cachondean de mí por los lugares que elijo para escribir, que a estas alturas todos los que me leen ya conocen. Pues bien, os aseguro que nunca se me ha ocurrido llevarme un bocadillo a la sala de escritura; reconozco que me da asco. Sin embargo, vean cómo se las gastan en un restaurante de Taiwan:


¿Alguien gusta un heladito de postre?


¿No es adorablemente disgusting?

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Los invisibles

Sigo dando vueltas a las ventajas y desventajas de ser invisible. Si la invisibilidad es física las ventajas son evidentes, y a más de uno se le hace la boca agua, aunque si los invisibles no están provistos de un botón de on-off, el asunto puede resultar bastante engorroso, por no decir insufrible. Al no poder manifestarnos a los demás sino por el tacto, todos huirían despavoridos ante el contacto de nuestra gélida mano, y tratar de comunicarnos por la voz no mejoraría mucho la cosa. Seríamos unos proscritos, perderíamos nuestra condición social y acabaríamos hundidos en la miseria, deprimidos y finalmente muertos víctima de nuestra incomunicación (el hombre es un animal social), a no ser que hubiera más hombres y mujeres invisibles, y en este caso formaríamos un grupo temible, parásito de la raza visible, aunque el experimento acabaría probablemente en guerra fraticida.

Pero la invisibilidad que me interesa, dado que la física es una quimera, es la social; es decir, la de aquellos que tratan de pasar desapercibidos, cuyas acciones no se notan, que no se vanaglorian de sus actos y son ninguneados por sus semejantes, que miran a través de ellos por no considerarlos un riesgo para sus intereses. Estas personas se escapan de la sociedad competitiva que impera en la actualidad en casi todas las esferas: laboral, intelectual, religiosa, etc. En realidad no son invisibles del todo, pues hay personas que sí se fijan en ellos, sobre todo si los valores que los adornan son elevados, cosa que suele suceder, pues los canallas tratan de hacerse cuanto más visibles mejor. A estos hombres invisibles no les falta compañía ni consuelo: simplemente se rodean de otras personas invisibles o semiinvisibles que les nutren de alimentos enjundiosos, y rechazan los afanes vacíos, carentes de sentido, cada vez más frecuentes en todas las clases sociales.

El mundo no es un escenario destinado a la guerra ni a la exhibición de vistosos plumajes, por mucho que la mayoría así lo piense y nos eduquen para ello. Si la raza de los invisibles (ojo: no inmortales ni intocables, a éstos los rechazo) reinara, entonces poco a poco los contornos se irían definiendo, después los miembros, al fin todo el cuerpo y, en un estadío supremo pero alcanzable, eso que se da en llamar alma y que es lo más precioso que albergamos. El manto protector ya no sería necesario. El triunfo de la raza de los invisibles supondría el fin de la invisibilidad.

P.S. Valiente invisible estoy yo hecho, con este blog. Cuando menos, soy muy visible virtualmente.

martes, 30 de noviembre de 2010

Apuntes (XXXIX): Ley de vida


Me sigue dando pena contemplar cómo Gonzalo crece día a día, algo que nunca me pasó con los otros niños. Puede que sean mis años, o la melancolía que da el saber, aunque nunca exista certeza, que ya no acunaré en mis brazos a más bebés, ni aprenderemos a reír juntos, ni nadie volverá a decirme papá por primera vez. A veces cuesta asimilar las leyes de la vida, que siempre son para bien.


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Relatar también es vivir.

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Cuando me siento a escribir estos apuntes y se me acaban los estímulos de fuera, que recibo a través de mis sentidos, me vuelvo hacia dentro en el sentido más potente de todos: el del entendimiento, y entonces contemplo un panorama inabarcable, un yacimiento que nunca se agota y en el que puedo dar forma a mi antojo a la materia de la vida. Y lo más sorprendente de ese bosque es que allí no habita la verdad ni la mentira, ni se distingue entre lo real y lo irrreal. Allí sólo reina mi auténtica esencia.

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Borges era tan... culto, que no podía evitar hacer gala de su cultura.

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A veces se nubla el entendimiento, triunfa la rabia y quien antes era tu amigo pasa a ser el blanco de tus iras, haga lo que haga, sin ser consciente de ello.

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Esos intelectuales que desprecian a los que no lo son, son despreciables.

lunes, 29 de noviembre de 2010

No tan surrealista como parece (traducido)

Vuelan bajos los grajos por Sevilla, cosa rara cuando llueve. El día pertenece a los perros, que campan a sus anchas por las calles desde el amanecer, y sus filas son engrosadas por una multitud de congéneres británicos que caen del cielo en compañía de innumerables gatos. Hasta se ha visto caer a Maradona, más orondo y chaparro que nunca, que ha rebotado en los adoquines y a estas horas continúa brincando por las calles como una pelota. En la hora del recreo un colegial ha perdido un pabellón auditivo, impulsado por el dedo corazón de un compañero inmisericorde, ante la mirada atónita de sus compañeros de bocas humeantes. A medida que la mañana ha ido avanzando la cosa ha empeorado, la gente ha sacado unos cuchillos patateros y ni cortos ni perezosos han comenzado a pelarse. Después de pelarse, todo el mundo se ha bajado los pantalones, se ha puesto en cuclillas y en la misma vía pública han comenzado a soltar una especie de coprolitos que caían a intervalos regulares, al ritmo de cloc-cloc-cloc en lugar de plof-plof-plof.

En estos momentos toda la fauna urbana (racional e irracional) se encamina hacia los astilleros del puerto, donde está a punto de botarse un navío, y está buscando acomodo en los sitios más inverosímiles. No tengo más remedio que dejar esta crónica apresurada para ocupar mi puesto junto al puente de mando. No llego con las manos vacías: aporto dos parejas de animales muy animales.

Hasta la vista.

TRADUCCIÓN

En Sevillla hace un frío del carajo; un día de perros. Llueven perros y gatos (ver English dictionary). Cae un chaparrón. Hace tanto frío que en el recreo los niños echan humito al respirar. Uno de ellos le ha dado un chorlito en la oreja a un compañero y la oreja ha salido andando. La cosa ha ido a peor: un frío que pela, un frío que te cagas.

(El resto ya es una paranoia del arca de Noé).

domingo, 28 de noviembre de 2010

Bergonzi vs. Pavarotti vs. Cary Grant


Ya he dicho alguna vez que no soy precisamente un fan de Pavarotti. En la entrada de hoy traigo el aria Cielo e mar, de la ópera La Gioconda, de Poncielli, cantada maravillosamente por el tenor italiano Carlo Bergonzi, un prodigio de técnica, belleza de timbre y delicadeza en los fraseos. Bergonzi empezó su carrera como barítono, pero después reeducó su voz a la cuerda de tenor. Para mi gusto es (aún vive) una de las mejores voces del siglo XX.






Y a continuación ofrezco la versión del inefable Luciano Pavarotti, vocinglero cantante (que en paz descanse), ídolo de multitudes, una especie de estrella del rock pero en versión bel canto, cuyos discos eran y son best-sellers. No es por ser elitista, pero la música culta lo es, y cuando algún artista gusta a millones...



Ya para terminar, una curiosidad. En la ópera no sólo cuenta la voz, sino también la presencia física, la apostura; no en vano los cantantes ejercen de actores. No me negaréis que existe un parecido razonable ente Carlo Bergonzi y el famoso actor de Hollywood Cary Grant:



Pavarotti... como que no se parecía mucho.

viernes, 26 de noviembre de 2010

Apuntes (XXXVIII): de Sócrates y Wikipedia


El ordenador como refugio.


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Mi miedo al correo electrónico empieza a ser preocupante. Añoro los tiempos en que los (pocos) mensajes llegaban por correo, y para hablar contigo por teléfono tenías que encontrarte en casa.

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La esclavitud de las nuevas tecnologías. Es imposible sustraerse a ellas, a menos que te hagas hippie.

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Cada vez estoy más convencido: todo es de mentira menos la tierra.

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La ficción está en la esencia del hombre, y ha dado lugar a todas sus creaciones y todas las ciencias, incluyendo la Filosofía. Por eso esta disciplina nunca descubrirá el misterio del hombre y de la vida.

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Mi escepticismo me encadena y me condena.


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Me estoy empezando a hartar del careto del fundador de Wikipedia. Hasta se me quitan las ganas de leer.

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Los fuegos artificiales del ingenio están consumiendo mi talento.

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En la sociedad actual cada vez sabemos más; cada vez somos menos sabios.

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Estos apuntes son cada vez más breves, y parece que avanzan a impulsos binarios. Menos mal que mañana recupero mi cuaderno; mi diario se está convirtiendo en un engendro electrónico, mediatizado por el soporte donde se escribe.

jueves, 25 de noviembre de 2010

Apuntes (XXXVII): Escritura atávica. Vade retro, RAE


En el atavismo de la raza humana está escrita su extinción.


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Creo firmemente en el destino. Nuestra Historia es única, y no podemos hacer nada para cambiarla. Cada encrucijada que aparece en nuestro camino es un engaño para hacernos creer que somos libres, y cuanto más alardeamos de libertad y de rebeldía más ciegamente seguimos la senda que nos corresponde, avanzando inconsciente pero inexorablemente al encuentro de nuestro destino, que no es otro sino la muerte.

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Estoy tumbado tranquilamente y me elevo por encima mía, para contemplarme desde una altura de tres metros. Desde allí todo se ve distinto, no hace falta subir al espacio. Observo que ése que digo que soy yo no es tan yo como parece. En realidad es algo insignificante al lado de este ojo que todo lo ve y que se ha salido del cuerpo. Basta con que ese algo huya del cuerpo para que sólo quede un amasijo de huesos y carne, que se mueve inanimadamente.

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Hizo bien Rafael en tirar los libros: hay que perder el respeto a las cosas. El libro es la obra, no el papel. Si desaparece el papel la obra queda, aunque sólo sea en la mente de los lectores. Además, sé de buena tinta, valga la paradoja, que Mr. Google tiene copia de todo.

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Jamás me ha gustado hacerme fotografías. No me ha seducido la idea de plasmar recuerdos que disfrutaré más adelante. Nunca me ha gustado mirar atrás, ni siquiera con alegría, ni siquiera con nostalgia. Tengo suficiente con la nostalgia del futuro.

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Nunca me he llegado a reconocer en una fotografía: siempre he visto en mí a un extraño, y eso que me miro todos los días en el espejo y ahí no me sucede. El cambio de perspectiva, la pérdida del centro, el voyeurismo que es siempre el acto de contemplar una fotografía, disocia mi ser de mi imagen, y confiere a esta última una vida independiente.


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En nada cambian mi vida estos apuntes; incluso podrían resultar perjudiciales para mi felicidad, pero en cada momento uno hace lo que le apetece hacer, y no se para a pensar si es bueno o es malo. No digo todo lo que pienso, pero sí pienso todo lo que digo, a veces para intentar engañar a quien me lee, aunque en el fondo sólo me engaño a mí mismo: lo escrito siempre dice algo, mucho, del escritor.

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Pienso seguir escribiendo sólo como me enseñaron, aunque me quede solo.

La selva más jartible


Después de "visionar" por tricentésimonovena vez la película El libro de la selva obligado por las circunstancias, de nombre Gonzalo, creo pertinente hacer las siguientes puntualizaciones:

1. El hombre es un ser rutinario por naturaleza; menos mal que a partir de los dos años de vida se va desarrollando el gusto por las cosas nuevas.

2. Walt Disney tenía más cuernos que el padre de Bambi. Cría cuervos...


3. Mi modelo ideal de felicidad vital es el de Baloo.

4. Desde pequeñitos nos enseñan que los que comen son los malos, y los comidos son los buenos.

5. Mowgli vivió diez años con la manada de lobos y cuando se fue los lobos estaban igual de jóvenes, los tíos.

6. Los monos tienen mucha guasa.

7. La mayoría de los cantantes de Jazz americanos son negros; en la película los que cantan jazz son los orangutanes; efectivamente, Disney tenía muchos cuernos.



8. Ni ordenadores, ni 3D ni leches; como los dibujos a mano no hay nada.

9. En la película se destruye una ciudad de la cultura Jemer en excelente estado de conservación y todos se sienten aliviados.

10. De los cuatro buitres hay un cubano, un argentino, un mejicano y un español. Por supuesto, el español es chaparro, agitanado, con la voz rajada, pinta de vago y un marcado acento andaluz.


11. El doblaje mejicano supera al original. Hasta cantan mejor.

12. El ecologismo no es nuevo: Mowgli prefiere la selva a la aldea del hombre.

13. Tiran más dos tetas que dos carretas, hasta con diez años.

14. A los niños les va la marcha: él número que más festeja Gonzalo es el desfile militar de los elefantes.

15. La serpiente Kaa emplea un vocabulario cautivador: en una ocasión le dice a Bagheera que ha cometido un seriesíiisimo error.

16. Bagheera es un porculero de cojones.

17. Shere Khan ronea mucho pero en el fondo es cascarón de huevo.

18. Disney es mucho más famoso que Kipling.

19. No sé cómo coño hace Mowgli para ir descalzo por la selva y no pincharse.

20. No creo que pueda soportar un nuevo pase.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Apuntes (XXXVI): De libros y esperanzas


Hastío, fastidium, tedio. Da igual cómo se le llame: es la parálisis de la vida, la suspensión de los deseos y, en el peor de los casos, la angustia existencial.


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La semana pasada me dijo Rafael que había tirado más de cien libros. Ante mi lógico escándalo me comentó que lo había hecho en un contenedor de papel y cartón. Como ya los había leído, y ocupaban demasiado espacio, confiaba en que con el reciclaje de ese papel se imprimieran libros nuevos, historias distintas, en una especie de regeneración de la literatura.

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Todo es polvo, y en polvo se convertirá. Polvo inerte, sin amor, sin sentido.

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Si no hubiera nadie para leer un libro, la literatura dejaría de existir. Del mismo modo, si existiera una raza cuyo intelecto (o el equivalente en ellos a nuestro intelecto) disfrutara contemplando largamente las texturas de una piedra y quedara indiferente ante los libros, entonces las piedras serían libros y los libros serían piedras.

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No hay nada nuevo bajo el sol, pero no hemos visto sino una ínfima parte de todas esas maravillas.

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El libro electrónico conseguirá el reciclaje perfecto, salvará millones de árboles, dejará sin trabajo a muchas personas en el sector forestal y dará trabajo a muchas más en el sector editorial, aunque probablemente no serán las mismas que trabajan hoy en él.


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La esperanza es el motor de los hombres, y la ilusión es su máxima expresión. Mientras hay vida hay esperanza. Da igual que al fin se muera; lo importante es mantener la esperanza hasta el último momento.

P.S. Nuevo refrán: Mientras hay esperanza hay vida.

martes, 23 de noviembre de 2010

Apuntes (XXXV): Palabras errantes, versos agradecidos


Es tan distinto escribir en papel que hacerlo en el ordenador... He olvidado mi cuaderno en Alájar, y estos últimos apuntes están hecho de bytes en vez de tinta.

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Bytes volant, y es bueno que vuelen por el cyberespacio, alcanzando todos los rincones. Scripta manent, en las estanterías cada vez más llenas de telarañas. Al tiempo.

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El tono de un poema engloba su ritmo. El ritmo es la música del poema. La música es inefable y, por tanto, superior. Cara a cara se enciende la chispa y todo se ilumina. Estoy profundamente agradecido.

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Me asegura Mr. X con vehemencia que le importa un carajo lo que los demás piensen de él. ¿Y por qué me lo dice, para que yo no piense que es un mierda?

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Otra de las ventajas de ser invisible es que se puede pasar desapercibido mientras se ve, mientras se escucha... mientras se aprende. Y no se nos puede dañar; es el mejor escudo. La gente mira a través de nosotros sin alterar un átomo de nuestra alma. La felicidad pasa a ser cosa nuestra y de quienes nosotros elijamos voluntariamente.

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Un simple contratiempo, el más leve incidente, rompe la barrera de la invisibilidad. Unas gafas rotas echan por tierra el castillo de naipes levantado como por ensalmo durante el día.

Xenofobia y crisis


Está muy extendida la tesis de que la ascensión al poder de Adolf Hitler en 1933 se debió en gran parte a la crisis económica que sufría este país. Después del crash de 1929 en los Estados Unidos, se produjo un efecto en cascada que llegó a Europa (la globalización es un fenómeno antiguo), y golpeó con fuerza a la Alemania de la República de Weimar, en parte porque dejó de llegar financiación americana. La producción cayó a la mitad en tres años, y el número de miembros del partido nazi en el Reichstag ascendió de 12 en 1928 hasta 230 en julio de 1932. Por supuesto que éste no es el único motivo de la llegada de Hitler al poder, que tan nefastas consecuencias tuvo para la humanidad, pero resulta indiscutible que una crisis predispone a muchos ciudadanos, moderados en tiempos de bonanza, a votar a partidos radicales de la extrema derecha, en cuyos programas siempre hay medidas contra los inmigrantes, a los que se considera parásitos del Estado de bienestar, competidores indeseables por los pocos trabajos disponibles; en definitiva, se manifiesta un odio hacia el "otro" que comparten muchos votantes, agobiados por la precariedad económica.

Yo creo que la xenofobia, que inevitablemente lleva al racismo, es un sentimiento arraigado en el hombre desde siempre. Históricamente, el extranjero ha sido considerado como el enemigo, y todas las guerras sin excepción han enarbolado ese sentimiento como bandera. Incluso en tiempos de paz, en las ciudades, y sobre todo en los pueblos pequeños, se mira con recelo al forastero, y se le niega el estatus de ciudadano de pleno derecho; en muchos casos se le desprecia. Aunque es cierto que hay personas con un talante acogedor, la mayoría tiene inscrito el "gen del rechazo", que estalla cuando se dan las condiciones adecuadas. Si la crisis sigue su escalada, si se sigue destruyendo empleo, si se acaban las ayudas sociales y se produce una situación de verdadera necesidad, entonces se volverán los ojos hacia los millones de inmigrantes que hasta ahora han ocupado trabajos residuales, pero que ahora compiten con los "autóctonos" por los recursos públicos, y en condiciones ventajosas para ellos, que cuentan con menos rentas pero tienen los mismos derechos, por lo que tienen preferencia en la concesión de muchas ayudas. Repito: hasta ahora la situación no es alarmante; sigue habiendo ayudas, las familias se encargan de acoger a sus miembros más necesitados, pero si esto se acaba, si se llegara a un desempleo del 35%, como pasó en los últimos años de la República de Weimar en Alemania... entonces, ¿qué pasaría?


Mi opinión:

- Se trata de un fenómeno global en toda Europa (mal de muchos, consuelo de tontos).

- En los Estados Unidos no hay tanta xenofobia (es lo que tiene ser un país de inmigrantes).

- Si los inmigrantes se integran en la sociedad hay muchos menos problemas (mal momento para hacerlo, y las costumbres arraigadas y el islam no ayudan).

- Somos un país poco dado al autoritarismo y la disciplina férrea (no me imagino yo un Hitler español).

- Hopefully, la crisis acabará antes de llegar hasta esos extremos.

P.S. Me quedo con el último guión. Si se da el caso nunca diré: "¿Veis? Ya lo dije yo hace años". Nada me molesta más que los agoreros que se alegran de las desgracias que vaticinan.

viernes, 19 de noviembre de 2010

The invisible writer


El artista tiene que procurar ser invisible y distanciarse de su obra. Todo lo demás es vanidad, saludable al principio pero que a partir de ciertos grados muy frecuentados llega a ser insoportable. No hay ejemplo más grande que el de Bach: nunca llegó a ser consciente de la grandiosidad de su obra; para él no tenía mérito, recibió un don natural, lo educó con tesón y lo puso en valor. Nunca dejó de trabajar, ni de mejorar. Sólo era un humilde servidor de Dios que se consideraba afortunado de poder crear una música que sirviera a los hombres para comunicarse con el altísimo. Renunció a hacerse "visible" en la sociedad; ni se le pasó por la cabeza. Incluso una de sus mejores composiciones, como El arte de la fuga, es una obra experimental que nunca llegó a ser ejecutada en vida del maestro, y las famosas variaciones Goldberg se incluyeron inicialmente en un volumen de ejercicios para teclado.


Por eso cada vez me sorprende más contemplar las actuaciones mediáticas de artistas, y me fijo sobre todo en los escritores. Unos son mediocres, otros buenos, y también los hay excelentes, pero todos ellos forman parte de un circo, ríen en público, se quejan en público, hablan, critican... se revuelcan en un show penoso que tiene más de corral de vecinos literarios que de literatura. No es que no se pueda escribir bien en esas condiciones, pero se me antoja más fácil escribir en paz, apartado de la jauría, aunque no se gane dinero: ¿alguien desea de verdad la tiranía de ganarse el pan escribiendo? Además, para mí el autor y la obra son uno; creo posible que un fantoche escriba una obra de arte, pero me resisto a leerla mientras le veo actuar en el circo. Panem et circenses, nada se salva.

Intuyo que hay escritores, genios, invisibles, pero no los vemos.




P.S. Se puede tildar a Glenn Gould de excéntrico, o de exhibicionista, pero con 32 años se retiró de los escenarios en la cumbre del éxito, y se dedicó a perfeccionar sus interpretaciones en los estudios de grabación, alejado del mundo. En cierto modo, trató de hacerse invisible.

Apuntes (XXXIV): El hombre invisible


Siempre vivimos hacia los demás, como en un escaparate. Quien lo niega es el que tiene el escaparate más grande y más lujoso, y quien lo sabe quisiera ser el hombre invisible.

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Lee Joaquín Alegre una entrada sobre la invisibilidad en los novelistas negros, y soy yo quien me siento invisible.

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Ahora es Ignacio Tomás quien lee una especie de manifiesto lúcido, sobre todo al principio, y me siento aturdido, sobre todo al final.

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No existe la verdad, como tampoco la perfección, ni la infalibilidad, ni lo que yo digo tiene por qué ser cierto, ni eso tiene en realidad la menor importancia.

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Todo es una impostura, pero unos son más impostores que otros.

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Bach, su música, siempre consuela. Conmueven las notas, el instrumento y la interpretación. Mejor no mirar a Maisky; su impostura estorba a la belleza.


jueves, 18 de noviembre de 2010

Presentación de Blogueína


Hoy mi entrada es una noticia y una invitación: la presentación de mi Blogueína en la Casa del libro de Sevilla (Velázquez, 8) a las 19:30 h. La compañía es inmejorable, pues también presentarán sus libros Juan Antonio González Romano, Jesús Cotta, Aurora Pimentel, Joaquín Alegre e Ignacio Tomás. Allí estaré si queréis oírme en vez de leerme. Si tenéis duda sobre mi identidad, soy el que tiene la melena más frondosa después de Cotta.

Por aquello de la nostalgia, ya que las entradas quedaron enterradas en el cementerio cibernético hace tiempo (el libro las exhuma), rescato una, no incluida en el libro, del día en que abrí el blog (hace dos años y tres días -¡se me pasó el aniversario!-), cuando no sabía muy bien qué estaba haciendo a las tres de la mañana en una noche de insomnio entrando por azar en este invento desconocido, sin saber que me suministraba la primera dosis de blogueína... y hasta hoy.

¡QUÉ GRAN INVENTO...

... el de los blogs! ¿Quién dijo que Internet aliena a las personas? Me parece la forma más sencilla de poner en orden mis pensamientos y compartirlos con otros. ¿Nunca habéis sentido el deseo de grabar vuestras ocurrencias lo mismo que se graba la voz? Hay noches en que la cabeza me da vueltas como un torbellino y se me ocurren miles de ideas a la vez, y por la mañana se me han olvidado, o si me acuerdo me da pereza pasarlas a un papel o al ordenador, o su sentido es distinto a la luz de día; vamos, que se pierden para siempre. No es que esto sea una desgracia para la humanidad, pero a mí me gustaría recordarlas de vez en cuando, y a lo mejor se las cuento a alguien y le gustan o le hacen gracia, lo que alimentaría mi ego, cosa que no le viene mal siempre que coma con moderación. Esto de los blogs es lo más parecido a una grabadora de ideas. Cierto que las tengo que poner por escrito, pero es mucho más fácil y divertido: a la vez que se escribe se puede leer el periódico por Internet, o consultar algún otro blog, o jugar una partida de cartas, o ver el tiempo que hará el fin de semana. Lo mejor de todo es que no da pereza, y además es muy fácil de ordenar y de cambiar cuando se desee, y es interactivo, hasta creo que se puede poner un candado electrónico, igual o más seguro que el que tenía mi viejo diario de adolescente, que me duró dos meses hasta que me aburrí de escribir pamplinas en él.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Torbellino flamenco


Cualquir excusa es buena para hablar de flamenco y para escucharlo. Patrimonio de la humanidad. Siempre lo ha sido. Pues eso.



La Paquera por fandangos de Caracol. Casi na. Esencia pura del flamenco, gitana cabal que murió cantando, y allá donde esté seguirá emitiendo su grito poderoso, quejío sin parangón, profundo, salido de las entrañas, de las raíces enterradas en la tierra jerezana donde nació y murió. Siempre estará entre las más grandes, entre las voces más gitanas. Poderío apabullante, se acaban los adjetivos, sólo cabe cerrar los ojos y dejarse golpear por su voz prodigiosa, por su quejío, su desgarro. Por bulerías o por fandangos, siempre, la Paquera.

martes, 16 de noviembre de 2010

La pluie encore


Recuerdo una mañana de noviembre;
de este noviembre y todos los noviembres.
Aquel día en que el mundo se detuvo
y no llegó el invierno;
y no acabó el otoño.
Tú crees que eso son cosas de poetas,
que los poetas inventan mentiras
para engañar a nadie; sólo a ellos.
Quizá tengas razón,
o yo no soy poeta,
o aún está lloviendo de mentira,
o el agua que resbala en los cristales
acabará mañana
y yo saldré al umbral
y dejaré la casa de mi sueño.

lunes, 15 de noviembre de 2010

De la brevedad en la escritura


Desvarío laborioso y empobrecedor el de componer vastos libros; el de explayar en quinientas páginas una idea cuya perfecta exposición oral cabe en pocos minutos.

Jorge Luis Borges.

Ni que decir tiene que suscribo la frase de Borges. Así procedo, por ejemplo, en mi diario, donde apenas incluyo apuntes largos, y cuando lo hago es porque me fuerzo un poco a ello, en la creencia, cada vez menos arraigada, de que un buen escritor debe ser capaz de desarrollar largas historias, y si son pensamientos éstos deben explicarse prolijamente, para que no quepa lugar a dudas. Mi tendencia natural es a sintetizar, y desde que escribo en el blog esta tendencia se ha acentuado, debido principalmente al formato, que no se presta a entradas largas. Por otro lado, siento que si tengo algún talento lo vuelco en la concisión, en el pensamiento embutido, en las historias breves; en definitiva, me gusta ir al grano, y trato de poner el énfasis precisamente en eso, en la separación del grano de la paja. Por supuesto, también cuido el estilo, algo para mí fundamental, lo que de verdad distingue a un buen escritor de uno malo, pero no creo que nunca desarrolle mi mejor estilo en una historia de mil páginas si la puedo contar en cien. Incluso en un arte tan breve (y grande) como la poesía se resalta en mí esta tendencia, pues no suelo componer poemas más allá de quince versos. En definitiva, que al leer a Borges me he sentido plenamente identificado y, en cierto modo, consolado.

Por otro lado, no sé si es un contrasentido, pero disfruto enormemente de la lectura del Quijote y me acabo de comprar el Ulises de Joyce, aunque sobre este último tengo mis dudas de disfrutarlo, y más en la versión original, alarde lector que intentaré hacer para refrescar el idioma. Ya os contaré...