miércoles, 10 de diciembre de 2014

Las voces perdidas




El canto de Caruso nos llega a través del tiempo, a ciento once años de distancia. La voz es el atributo humano que más ha tardado en registrarse para la posteridad. ¿Cómo sonarían los discursos de Demóstenes, o las famosas catilinarias de Cicerón, por no hablar de las arengas de Alejandro, o de César, o de Napoleón. ¿Cómo sonarían en su castellano antiguo Isabel y Fernando? ¿Y qué voz tendría Quevedo recitando esos versos que eran puñales? Conocemos bien el rostro de Van Gogh, sus autorretratos seguro que no nos mienten, pero... ¿cómo eran las pocas palabras que pronunciaba a lo largo del día? ¿Cuál era la voz del genio al conversar con Gauguin? ¿Y qué decir de Farinelli, que llegó a la corte para quitar sus murrias al primer borbón de las españas? Todos los que le oyeron dicen que era un ángel, una voz inigualable, el miembro más perfecto de la extinta raza de los castrati, pero su voz murió con él, y hoy no podemos sino imaginarla.

Gracias a la técnica, aunque rudimentaria, nos podemos hacer una idea de cómo cantaba el gran Caruso cuando rozaba los treinta años y su voz era aún fresca. Un Turidu inigualable, con el sabor de otra época. ¿Qué dirían al salir de la ópera los que escucharon a Caruso dirigido por el maestro Mascagni? ¿Llorarían de emoción? ¿Y cómo sonarían esas lágrimas? Todo se lo ha llevado el viento menos la voz grabada del divo, que nos tiende un puente maravilloso hacia el pasado.

domingo, 23 de noviembre de 2014

Cosecha de otoño



No se ha dado mal la cosecha esta mañana. Gallipiernos enormes, chantarelas y algún que otro pinatel. Los niños han disfrutado a lo grande por el bosque, enarbolando sus pequeñas navajas para cortar las setas por el pie. El olor intenso a tierra y a humedad, a suelo primigenio; las hojas mullidas crujiendo bajo las botas, los gritos entusiasmados de los chiquillos al divisar un parasol lejano en la pradera al otro lado de la cerca. Las pequeñas gotas resbalando por nuestras capuchas; la felicidad de una mañana de noviembre que ya es vieja, y que vengo a retratar en la distancia de la capital para que nunca se me olvide, con la esperanza de que alguno de sus pequeños protagonistas pueda volver a ella en el futuro.

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Amigos, el ridáider... ¡Ha muerto!


Parece que fue ayer cuando lo acunaba en mis brazos, recién descendido de las alforjas reales, le introducía por primera vez el cable USB, le cargaba sus primeros libros, sus primeros retoños... Ha sido un fiel compañero estos casi cuatro años, mi apoyo existencial, en él he leído cientos de historias, decenas de miles de páginas, un pozo infinito de sabiduría en el que me he zambullido todas las noches, las más de las tardes... Ha habido momentos duros, como aquella vez que lo olvidé en el techo del coche y salió despedido en la primera curva sin que lo notara, pero un ángel de la guarda me lo devolvió, y siguió acompañándome día a día, sin faltar a la cita. No niego que ya estaba el pobre muy desvencijado, pero aún me servía fielmente como el primer día. Ayer se quedó atrancado en una página de Jaspers, y no lo pudo superar. Quedará esta página para el recuerdo, me habría gustado que fuera de Galdós, o de Dickens, o de Shakespeare, pero uno no puede elegir el momento de la muerte de sus compañeros.



Descansa en paz, amigo, te echaré de menos, no te guardaré mucho luto porque la vida sigue, y yo no vuelvo al papel ni amarrado, pero tú, ridáider, quedarás en mis recuerdos como el primero y el más grande.

sábado, 1 de noviembre de 2014

Idvos


Pone Galdós en boca de la manchega doña Leandra, en Las Bodas reales, el siguiente monólogo impagable:
Idvos, idvos pronto, que yo haría lo mesmo para no volver, si pudiera; este pueblo no es más que miseria con mucha palabrería salpimentada: engaño para todo, engaño en lo que se come, en lo que se habla, y hasta en los vestidos y afeites, pues hombres y mujeres se pegotean cosas postizas y enmiendan las naturales. ¿Qué hay en Madrid?, mucha pierna larga, mucha sábana corta, presumir y charlar, farsa, ministros, papeles públicos, que uno dice fu y otro fa; aguadores de punto, soldados y milicianos, que no saben arar; sombreros de copa, algunos tan altos que en ellos debieran hacer las cigüeñas sus nidos; carteros que se pasan el día llevando cartas... ¿pero qué tendrá que decir la gente en tanta carta y tanto papel?... carros de basuras, ciegos y esportilleros, para que una trompique a cada paso; muertos que pasan a todas horas, para que una se aflija, y árboles, Señor, árboles sin fruto, plantados hasta en las plazuelas, hasta en las calles, para que una no pueda gozar la bendita luz del sol...
Yo había oído iros, íos, irse, hasta creo que Lola Flores espetó al respetable un "si me queréis, irsen" en la boda de su hija Lolita. Todo, menos la expresión correcta idos; pero este idvos es insuperable. Y qué decir de la pierna larga y sábana corta, sabiduría popular admirablemente expresada, o la referencia a la gente que "no sabe arar", como nuestros políticos y banqueros. Ahora no se gasta papel de carta, pero los teclados de los móviles echan humo, y total, para lo mismo, para no decir nada... Pero lo que más me fascina de esta genial muestra etnográfica es el final: lo de los árboles "sin fruto", cómo iba una manchega a entender esto, si los únicos árboles útiles son los frutales: el resto es monte que únicamente sirve para leña. Y es que el arboricidio es cosa muy antigua, y no precisamente de la ciudad, sino de los rústicos, que acabaron con la selva que cubría la península para dejar pasar el sol y, por qué no, hacer sitio a las andanzas de don Quijote. Ante Galdós hay que descubrirse.

martes, 21 de octubre de 2014

Religión y miedo


Para que una religión tenga fuerza debe basarse en la dominación de sus fieles por el miedo. Así ocurrió con el cristianismo en su época de esplendor de la Edad Media, aunque la Santa Inquisición siguió quemando brujas hasta bien entrado el siglo XVIII. En España tenemos muy reciente el resurgir de las fuerzas vivas clericales con el franquismo, dominando al pueblo claramente con el miedo, miedo a no cumplir con las normas de la Iglesia y en consecuencia ser repudiado por una sociedad altamente clericalizada. Miedo a lo terreno y, en las pobres almas ignorantes, a los fuegos del infierno, que tanto daño han hecho a la felicidad humana. Ese miedo sigue vigente hoy, multiplicado por mil, en algunos puebles sujetos a la ley estricta del Corán, tan cruel como inhumana. Gracias a ello unos pocos medran a costa del pueblo indefenso, como siempre ha sucedido en todas las iglesias. Y el mundo, en lugar de avanzar, retrocede, no sólo en el mal llamado progreso, sino sobre todo en algo mucho más importante, como es la libertad y la felicidad.

Visten las sectas modernas pieles de cordero, pero siguen adquiriendo el deseado cetro del poder y las riquezas materiales a través del miedo de los desamparados. Donde hay menos cultura el terreno está abonado, y no sólo en África, sino también en América del Norte, pueblo temeroso y ciertamente atrasado intelectualmente. La vieja Europa se está haciendo irremediablemente laica, y por primera vez en la historia suelta amarras con ese Dios que tantos intereses terrenales satisface. Sea ello para bien, los hombres buenos deben ser libres. No hay moral con miedo, ni poder sin mancha.

sábado, 18 de octubre de 2014

Castañas


Hace calor en medio del otoño
y en la calle resuenan los juegos de los niños.
La sierra clara, los caminos verdes,
la cesta colorida con las setas
recién recolectadas,
y los viejos recuerdos posados en las tapias.
Hace calor, y asamos las castañas
con un fuego de piña y de carquesa.
Los niños nos transportan a otros tiempos.
La historia se repite:
Otoño, chimenea, una sartén,
el trébede, las tanas en la cesta
y el dulce crepitar de las castañas.

lunes, 29 de septiembre de 2014

The not so Waste Land


…si lunga tratta
di gente, ch’io non avrei mai creduto
che morte tanta n’avesse disfatta.
Dante : Inferno, Canto I

El cadáver plantado por Stetson ha comenzado a florecer.
La Muerte, que a tantos ha deshecho,
no es más que un Sísifo arrogante e inútil.
I will show you fear in a handful of dust.
Y yo te enseñaré la luz
a través de un bosquecillo calcinado
en el infierno de los campos de Flandes.

domingo, 28 de septiembre de 2014

La vieja Castilla de Gaziel



Agustí Calvet Pascual, más conocido como Gaziel, emprende un viaje por tierras castellanas en mayo de 1953, y en 1962 publica en catalán la crónica Castella endins, traducida al español como Castilla adentro, maravilloso testimonio de un mundo del que seis decenios después no quedan ni las cenizas. Dejo aparte expresamente el penetrante prólogo, de plena actualidad, en el que el autor expone con clarividencia sus ideas sobre la historia de Cataluña y sus pretensiones autonómicas, y me centro en la prosa de este periodista y escritor nacido en San Feliú de Guixols, catalán como el que más, español como el que más, que desentraña el alma milenaria de los tipos humanos y los viejos paisajes castellanos con una maestría que ya nadie tiene, porque entre otras cosas resultaría anacrónica. La obra de Gaziel tiene el sabor de Julio Camba, la inteligencia de Chaves Nogales y yo diría que el arte del mejor Azorín, llevándonos de la mano en unos itinerarios que no tienen nada de especial, salvo que están habitados por seres antiquísimos, hechos de la misma tierra pobre en la que han malvivido durante innúmeras generaciones, por caminos y carreteras en las que los escasos vehículos a motor traquetean solitarios entre arrieros y caminantes, en un mundo perdido hoy irremisiblemente, tan rápido que da vértigo mirar hacia atrás, y no digo ya vislumbrar el futuro. Un libro imprescindible, en mi modesta opinión.

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Impresiones parisinas



- A los descendientes de los galos les quedan dos telediarios siendo mayoría en la capital de Francia.

 - La Torre Eiffel impresiona mucho más que en la fotos. Esa misma torre la ponen en Sevilla sin vigilancia y los chatarreros de Torreblanca la desguazan y la venden en los polínganos en un par de días con sus carritos del Hipercor.

- El sarcófago de Napoleón tiene toda la pinta de una caja de limpiar zapatos. Además, nunca he entendido la coba que se le da a ese megalómano asesino en pleno siglo XXI.

- Un mojón muy grande para los jardines de las Tullerías. No he visto cosa más sosa y polvorienta a la que llamen jardín en ningún otro sitio.

 - Lo que sí es un gran invento es la costumbre de dejar en los parques cientos de sillas y hamacas a disposición de los paseantes, para tomarse cómodamente una de esas asquerosas baguettes secas que venden en los kioscos a cinco euros y despatarrarse en condiciones. Volvemos a lo mismo: en Sevilla acabarían en los patios particulares en un abrir y cerrar de ojos.

- Será un problema de raza, pero a la típica parisina rubia de ojos claros le faltan un buen par de argumentos para convencer del todo a un macho ibérico acostumbrado a otras contundencias.

- La flota de bateaux mouches se reduciría a una cuarta parte si en el mundo no hubiera chinos.

- Los recepcionistas de los hoteles se dan aires de ministros sin cartera.

- Al pasear por París tenía la sensación de ir por un territorio familiar: era como dar un paseo por Sevilla pero a escala 10:1. Supongo que en ello ha tenido que ver que cuatro horas antes de estar junto al Arco del Triunfo me encontraba plácidamente durmiendo en mi cama sevillana. Así no hay quien se imbuya de un espíritu aventurero.

- París huele a mantequilla caliente.

- En Montmartre, ni rastro del ambiente bohemio. Si Verlaine levantara la cabeza se marcharía a África a buscar a Rimbaud.

- Los Van Gogh del museo d'Orsay son igualitos a como salen en las fotos. Da la impresión de que forman parte del ajuar de uno.

- Me llamarán cateto, pero tampoco es para tanto París: una gran ciudad como muchas otras, monumental, eso sí, pero sus mejores edificios no suelen pasar de los doscientos años. Es como Sevilla pero a lo bestia y sin encanto: sin duda lo tuvo antaño, pero se lo ha llevado el turismo.

Imagen: Turista haciendo el gilipollas en el museo Rodin.

jueves, 28 de agosto de 2014

James Fenton: A German Requiem


No es lo que construyeron. Es lo que derribaron.
No son las casas. Son los espacios entre las casas.
No son las calles que existen. Son las calles que ya no existen.
No son los recuerdos que te persiguen.
No es lo que has escrito.
Es lo que has olvidado, lo que debes olvidar.
Lo que debes seguir olvidando toda tu vida.
Y con suerte el olvido alumbrará un ritual.
Descubrirás que no estás sola en el empeño.
Ayer los mismos muebles parecían reprocharte.
Hoy ocupas tu lugar en el “Autobús de las viudas”.

*

El coche espera en la puerta del sur
Para llevarte a la ciudad de tus ancestros
Que se alza en la colina de enfrente, de ladera resplandeciente,
Tan vívida como esta plaza encantadora, tu hogar.
¿Te da vergüenza? Debería darte. Es casi como una boda,
El modo en que sujetas tus flores y das un tironcito al velo. Oh,
Las novias odiosas, es natural que estés resentida
Solo un poco, este primer día.
Pero eso pasará, y el cementerio no está lejos.
Aquí llega el conductor, tirando un palillo a la alcantarilla,
Su lengua aún hurgando entre sus dientes.
Mira, no te ha prestado atención. Nadie te ha prestado atención.
Pasará, jovencita, pasará.

*

Cuánto conforta, una o dos veces al año,
Reunirse y olvidar los viejos tiempos.
Y en esos días especiales, damas y caballeros,
Cuando las camisas almidonadas se reúnen junto a la tumba
Y un chaleco lascivo se aproxima al estrado.
Es como un pacto solemne entre los supervivientes.
El alcalde ha firmado en nombre de la francmasonería.
El cura lo ha sellado en nombre de todo el resto.
No se necesita decir nada más, y es mejor así-

*

Lo mejor para la viuda, que no viva con el miedo de la sorpresa,
Lo mejor para el joven, que se mueva con libertad entre los armarios,
Lo mejor que esas figuras dobladas que revolotean entre las tumbas
Cuidando las luces nocturnas y reponiendo los crisantemos
No son fantasmas,
Que ellas se irán a casa.
El autobús está esperando, y en los bancales de arriba
Los trabajadores están desmontando las casas de los muertos.

*

Pero cuando tantos habían muerto, tantos y a tal velocidad,
No había ciudades esperando para las víctimas.
Desatornillaron las placas con el nombre de los portales destrozados
Y se las llevaron con los ataúdes.
Así las plazas y los parques se llenaron con la elocuencia de jóvenes cementerios:
El olor a tierra fresca, las cruces improvisadas
Y las direcciones imposibles en latón y esmalte.

*

'Doctor Gliedschirm, especialista en la piel, operaciones de 14 a 16 horas o pedir cita.'
El profesor Sarnagel fue enterrado aquí con cuatro títulos, dos colegiaciones
E instrucciones a los tenderos para usar la puerta trasera.
La tumba de tu tío te informó que vivía en el tercer piso, izquierda.
Te pedían que llamaras, y él bajaría en el ascensor
Para quien necesitara una llave...

*

Bajaría, bajaría siempre
Con una sonrisa acuosa, y nunca con mucho que decir.
Cómo se encogió a lo largo de los años.
Cómo te destacabas por encima de él en la estrecha jaula.
Cómo se encoge ahora...

*

Pero mira. ¿La pena debe tener su término? También la culpa, entonces.
Y parece que no hay límite a la iniciativa del recuerdo.
Para que un hombre pudiera decir y pensar:
Cuando el mundo estaba en lo más oscuro,
Cuando las alas negras pasaban por encima de los tejados,
(¿Y quién puede adivinar Sus intenciones?) incluso entonces
Hubo siempre, siempre, un fuego en este hogar.
¿Ves ese armario? ¡El escondrijo de un cura!
Y en ese trastero se han alojado y alimentado generaciones enteras.
¡Oh, si yo empezara, si empezara a contarte
La mitad, un cuarto, una mínima fracción de lo que ocurrió!

*

Su esposa asiente, y una sonrisa secreta,
Como una brisa con fuerza suficiente para llevar una hoja seca
sobre dos adoquines, pasa de una silla a otra.
Incluso el que pregunta queda subyugado.
Olvida proseguir con el asunto.
No es lo que quiere saber.
Es lo que quiere no saber.
No es lo que dicen.
Es lo que no dicen. 






It is not what they built. It is what they knocked down.
It is not the houses. It is the spaces in between the houses.
It is not the streets that exist. It is the streets that no longer exist.
It is not your memories which haunt you.
It is not what you have written down.
It is what you have forgotten, what you must forget.
What you must go on forgetting all your life.
And with any luck oblivion should discover a ritual.
You will find out that you are not alone in the enterprise.
Yesterday the very furniture seemed to reproach you.
Today you take your place in the Widow's Shuttle.

*

The bus is waiting at the southern gate
To take you to the city of your ancestors
Which stands on the hill opposite, with gleaming pediments,
As vivid as this charming square, your home.
Are you shy? You should be. It is almost like a wedding,
The way you clasp your flowers and give a little tug at your veil. Oh,
The hideous bridesmaids, it is natural that you should resent them
Just a little, on this first day.
But that will pass, and the cemetery is not far.
Here comes the driver, flicking a toothpick into the gutter,
His tongue still searching between his teeth.
See, he has not noticed you. No one has noticed you.
It will pass, young lady, it will pass.

*

How comforting it is, once or twice a year,
To get together and forget the old times.
As on those special days, ladies and gentlemen,
When the boiled shirts gather at the graveside
And a leering waistcoast approaches the rostrum.
It is like a solemn pact between the survivors.
They mayor has signed it on behalf of the freemasonry.
The priest has sealed it on behalf of all the rest.
Nothing more need be said, and it is better that way-

*

The better for the widow, that she should not live in fear of surprise,
The better for the young man, that he should move at liberty between the armchairs,
The better that these bent figures who flutter among the graves
Tending the nightlights and replacing the chrysanthemums
Are not ghosts,
That they shall go home.
The bus is waiting, and on the upper terraces
The workmen are dismantling the houses of the dead.

*

But when so many had died, so many and at such speed,
There were no cities waiting for the victims.
They unscrewed the name-plates from the shattered doorways
And carried them away with the coffins.
So the squares and parks were filled with the eloquence of young cemeteries:
The smell of fresh earth, the improvised crosses
And all the impossible directions in brass and enamel.

*

'Doctor Gliedschirm, skin specialist, surgeries 14-16 hours or by appointment.'
Professor Sarnagel was buried with four degrees, two associate memberships
And instructions to tradesmen to use the back entrance.
Your uncle's grave informed you that he lived in the third floor, left.
You were asked please to ring, and he would come down in the lift
To which one needed a key...

*

Would come down, would ever come down
With a smile like thin gruel, and never too much to say.
How he shrank through the years.
How you towered over him in the narrow cage.
How he shrinks now...

*

But come. Grief must have its term? Guilt too, then.
And it seems there is no limit to the resourcefulness of recollection.
So that a man might say and think:
When the world was at its darkest,
When the black wings passed over the rooftops,
(And who can divine His purposes?) even then
There was always, always a fire in this hearth.
You see this cupboard? A priest-hole!
And in that lumber-room whole generations have been housed and fed.
Oh, if I were to begin, if I were to begin to tell you
The half, the quarter, a mere smattering of what we went through!

*

His wife nods, and a secret smile,
Like a breeze with enough strength to carry one dry leaf
Over two pavingstones, passes from chair to chair.
Even the enquirer is charmed.
He forgets to pursue the point.
It is not what he wants to know.
It is what he wants not to know.
It is not what they say.
It is what they do not say.

viernes, 8 de agosto de 2014

La decadencia de la escritura


Leo mucho últimamente la obra, especialmente memorias, de escritores del siglo XX que tuvieron una vida azarosa, zarandeada por los acontecimientos que desgarraron Europa y el mundo, especialmente las dos grandes guerras, y no me abandona la sensación en todo momento de que así era muy fácil escribir, o al menos tenían una gran parte ganada, que es la materia prima, las vivencias de las que mana la obra de todo artista. Me hallo ahora inmerso en las memorias de Elías Canetti, judío sefardí cuya lengua materna era el ladino, nacido en una pequeña ciudad búlgara a orillas del Danubio, entonces del imperio otomano, que de niño se mudó a Manchester e hizo suya la lengua inglesa, reforzada por la lectura de Shakespeare con su madre, entusiasta del teatro, pero al poco tiempo, y ante la muerte de su padre, se trasladó a Viena, aprendiendo el alemán (que fue la lengua en que realizó su obra) en tres meses por boca de su madre durante una estancia en Lausana antes de ingresar en la escuela para, ya en plena Primera Guerra Mundial emigrar a Zurich… y eso con sólo doce años, lo que tuvo que vivir aún ese hombre, bueno y malo pero vida, no como el sesteo indolente a que nos entregamos en los llamados países civilizados desde hace setenta años… Ahora las vivencias se buscan de manera deliberada, no son fruto de los acontecimientos, y la adrenalina es prefabricada en expediciones al Himalaya o mediante retos absurdos por ver quién cruza a nado un océano o come más hamburguesas sin que le reviente el estómago. Alguien dijo una vez que tras el Holocausto la literatura había perdido sentido, pero el horror despertó la conciencia de muchos y, si no se escribe igual de bien que antes no es porque se haya llegado a la frontera, sino porque todas las fronteras han sido cruzadas y ante el hombre se extiende una inmensa llanura monótona y descarnada. 

martes, 5 de agosto de 2014

Aforismos literarios


1. Un verdadero escritor no debe pretender ganarse la vida con su arte, pues en ese caso acabará vendiéndose.

2. Si un artista no tiene la fortuna de ser rico deberá conformarse con el tiempo que le sobre de su trabajo más o menos decente, alejado de las letras para evitar contaminaciones.

3. Ya pasó el tiempo de los genios bohemios.

4. Los derechos de autor tienen una importancia muy relativa en las obras maestras, al menos para el autor, no así para sus herederos.

5. El peligro de la cultura gratuita no es su desaparición, sino su desprecio.

6. Los grandes escritores nunca se mueven por dinero, sino por vanidad.

7. El auténtico sabio opta por el silencio.

8. El auténtico genio está condenado a la infelicidad.

9. No hay nada más estúpido que la originalidad deliberada.

10. La literatura no es una terapia, sino un refugio.


sábado, 2 de agosto de 2014

Laurence Bynion: For the Fallen


Poema publicado en septiembre de 1914, apenas un mes después del comienzo de la Gran Guerra, a las puertas del horror que se avecinaba.

Orgullosa, como una madre con sus hijos,
Llora Inglaterra a sus muertos al otro lado del mar.
Ellos fueron carne de su carne, espíritu de su espíritu,
Caídos por la causa de la libertad.
Los tambores solemnes emocionan: la Muerte augusta y regia
Eleva su lamento hacia las esferas inmortales.
Hay música en medio de la desolación
Y una gloria que brilla por encima de nuestras lágrimas.
Ellos fueron entre cánticos a la batalla, eran jóvenes,
Con sus  miembros rectos, la mirada confiada, firmes y radiantes.
Aguantaron inconmovibles hasta el final con todo en su contra,
Cayeron con su rostro vuelto al enemigo.
Ellos no envejecerán, como envejecemos los que quedamos:
El tiempo no los marchitará, ni los condenarán los años.
Cuando se ponga el sol en la mañana
Nosotros los recordaremos.
Ya no se mezclan con sus alegres camaradas;
Ya no se sientan a la mesa en el hogar familiar;
No toman parte en nuestras ocupaciones diarias;
Ellos duermen más allá de las olas de Inglaterra.


Pero allí donde están nuestros deseos y esperanzas profundas,
Como un manantial escondido a la vista,
Para el corazón más recóndito de su propia tierra son conocidos
Como la Noche conoce a las estrellas;
Como las estrellas que seguirán brillando cuando seamos polvo,
Marchando sobre las llanuras celestiales,
Como las estrellas que estrellean al llegar nuestra oscuridad,
Hasta el final, hasta el final ellos quedarán.


With proud thanksgiving, a mother for her children,
England mourns for her dead across the sea.
Flesh of her flesh they were, spirit of her spirit,
Fallen in the cause of the free.
Solemn the drums thrill: Death august and royal
Sings sorrow up into immortal spheres.
There is music in the midst of desolation
And a glory that shines upon our tears.
They went with songs to the battle, they were young,
Straight of limb, true of eye, steady and aglow.
They were staunch to the end against odds uncounted,
They fell with their faces to the foe.
They shall grow not old, as we that are left grow old:
Age shall not weary them, nor the years condemn.
At the going down of the sun and in the morning
We will remember them.
They mingle not with their laughing comrades again;
They sit no more at familiar tables of home;
They have no lot in our labour of the day-time;
They sleep beyond England's foam.
But where our desires are and our hopes profound,
Felt as a well-spring that is hidden from sight,
To the innermost heart of their own land they are known
As the stars are known to the Night;
As the stars that shall be bright when we are dust,
Moving in marches upon the heavenly plain,
As the stars that are starry in the time of our darkness,
To the end, to the end, they remain.

lunes, 9 de junio de 2014

Ridao el apóstata


Muy poco tiempo después de nacer, mis padres me inscribieron, con su mejor voluntad, en un club de gran tradición en nuestro país, condición indispensable para ser un ciudadano respetable en la España de la época. A medida que fui adquiriendo eso que llaman uso de razón, proceso en el que aún me hallo inmerso, me di cuenta de que mi flamante club no me gustaba mucho, al principio más que nada  porque me obligaba a acudir los domingos, debidamente endomingado, a unas reuniones donde un oficiante soltaba unas parrafadas ininteligibles que me llevaban al ensoñamiento más inocente, generalmente con los toboganes que esperaban fuera; además, debía dar la mano a unas personas que no conocía de nada, y muchas señoras emanaban un desagradable efluvio a perfume de sacristía reconcentrado. Tampoco es que aumentara mucho mi entusiasmo la educación recibida en el colegio, donde varios de mis profesores usaban sotana y chasca. No guardo mal recuerdo de ellos, nada tengo que reprocharles y se portaban con nosotros igual de bien o mal que sus compañeros que vestían pantalones, pero me seguían llevando a esas dichosas reuniones por la tarde antes de entrar a clase, con lo bien que se estaba jugando a las canicas. Así fue pasando el tiempo, mi razón fue estando cada vez más para mi uso y disfrute, y decidí dejar de acudir a las reuniones en la medida de lo posible. Aunque veía buenas intenciones en el fundador histórico de mi club, no lo tenía tan claro en cuanto a sus continuadores, y me empezaron a mosquear muchas cosas que mi razón cada vez más madura me revelaba. Además, qué caramba, yo siempre he sido tremendamente individualista y escéptico, y las sectas me dan yuyu, así que hace poco me planteé que, aunque muchos me dicen que no me estorba y no hace ningún daño, sería conveniente y, sobre todo, honesto, salir del club que ha tenido el honor de contarme entre sus miembros durante tantos años. Pero, ¡oh sorpresa! —con la secta hemos topado—, he descubierto que en este club resulta muchísimo más sencillo entrar que salir. Parece que tengo que mandar cartas, visitar gerifaltes, rellenar formularios, pedir documentos, aflojar algo de guita, acudir a entrevistas, escuchar de viva voz los privilegios que voy a perder, y claro, no ando yo muy sobrado de tiempo, ni de ganas, ni de humildad, y se me ha ocurrido dar fe pública por medio de este blog:

A todos los que me leyeren: pastores, ovejas, corderos, terratenientes y demás miembros de la comunidad, declaro que me borro del rebaño. Sé qué os va a ir igual de bien sin mí, o incluso mejor, y yo, la verdad, aunque no os guardo rencor, me quedo más tranquilo.

P.S. Enseguida iba a poder escribir yo esto en el siglo XVI...

domingo, 8 de junio de 2014

María la Burra




Y si el otro día hablábamos del tío Gregorio el Borrico hoy quiero traer a su hija María, que desde que nació ya tenía el apodo más que cantado. Flamenca y gitana por los cuatro costados, demuestra en esta grabación que no hace falta tener unas facultades portentosas para cantar flamenco y poner los pelos de punta. Arte, compás, tradición, pureza, ahí queda ese cante por soleares, que impresiona por lo hondo, cante primitivo, esencia de un pueblo errante. Y qué jechuras las de María, y las del niño Jero, que le acompaña a la guitarra, y otra leyenda gitana entonces joven, José el de la Tomasa, genealogía viva del flamenco, haciendo de palmero de lujo. También están en el cuadro dos payos de excepción: la guitarrra muda de Manolo Franco dejando hablar a la del niño Jero, más curtida en estos envites, no en vano se templó acompañando al tío Borrico por las ventas jerezanas, y el añorado Chano Lobato, que se crió entre flamencos de Cádiz, payos y gitanos. Lo suyo eran las alegrías y los tangos, pero al oír a María por soleares no puede aguantarse de emoción.

No sé dónde estás ahora, María, si has acompañado ya al Borrico a cantar por celestiales, pero si aún estás con nosotros quisiera asistir a una fiesta con los tuyos, invisible, para dejaros cantar a gusto y enterarme por fin del misterio del compás de una soleá.

sábado, 7 de junio de 2014

Claustrofobia


Desde hace casi veinte años pertenezco a algún claustro de profesores, y este contacto tan continuado con un elemento patógeno ha ido agudizando una sensación extraña, leve al principio pero que ha ido adquiriendo una fuerza cada vez mayor, derivando en la actualidad en una auténtica claustrofobia difícil de ocultar y sobrellevar. No quiero que se me malinterprete: tomados individualmente mis compañeros de claustro son [casi] todos encantadores, especialmente los improbables lectores de este blog. El problema surge en la reunión, en la colectividad de la sala de profesores, donde el claustro se convierte en una masa informe que opina, corrige, intercambia experiencias, critica, se duele de su situación pero a la hora de la verdad se resigna y no resuelve nada, sólo hay unión en el supuesto infortunio, nunca en la acción; los elementos extraños ganan siempre la partida. Por eso me siento cada vez más una isla dentro de un archipiélago conquistado por el Imperio, agacho la cabeza y me dedico a corregir, y saludo a todos por educación con una sonrisa en la boca; procuro llevarme bien con mis compañeros, pero cuando salgo de ese claustro todos los días me voy con la sensación de haber abierto con alivio la puerta de un ascensor donde todos mirábamos al techo esperando con impaciencia el fin del viaje.

domingo, 1 de junio de 2014

Tío Borrico




Hubo un tiempo en que los flamencos se ganaban la vida no en festivales ni en bienales, sino cantando en las fiestas de los señores, y así podían dar de comer a todo su clan, y aún estaban agradecidos de las migajas que se les echaban, pero ellos a su vez no daban más que unas migajas de su arte, porque la esencia la regalaban en sus fiestas y bautizos, sin cobrar, cantando con el corazón y no por obligación, como decía el tío Gregorio, el Borrico de Jerez, de apodo contundente —¡qué borrico!, le dijeron una vez de joven al oír su rajo y potencia de voz—, padre de María la Burra, estirpe flamenca, gitana y pura, ¿o acaso no es lo mismo? Tiempos pasados de miseria y penurias, este hombre llevaba escrita su biografía en el rostro.

P.S. Por cierto que encuentro un más que razonable parecido entre nuestro personaje y cierto Lord inglés coetáneo suyo:



Salvado el barniz de la British Education, clavaítos. Hermanados, además, por la tendencia a izar la articulación húmero-cubital.

viernes, 30 de mayo de 2014

Ridaikus eróticos (versión bilingüe)


Buceando por Internet he encontrado una muestra de la refinadísima literatura erótica japonesa, esta vez en forma de haikus. Para facilitar la lectura al estudioso occidental he realizado una traducción lo más fiel posible al original, manteniendo incluso la conocida métrica 5-7-5. Espero que se entienda.
 



美しい女性
夢多くの分ごと
あなたの猫

ga-shi-wa-pi-si-ma
sue-nyo-ka-da-mi-nu-to
kon-tu-shu-mi-no


私を満足さ
あなたの藤山で
切腹自殺今

yo-me-a-ri-a
kon-tus-dos-fu-ji-ya-mas
el-ha-ra-ki-ri


今のところ
私のコックを取得
吸う吸う既に

ao-ra-mish-mi-to
sa-ka-me-la-kon-mi-mo
shu-pa-shu-pa-ya


jueves, 29 de mayo de 2014

Bach en Japón




Un puñado de músicos en Tokio, japoneses casi todos; no hace falta más para mostrar la grandeza del legado de Bach. La súplica desnuda, intemporal —Herr, unser Herrscher—, trasciende razas y religiones y se adentra en los sentimientos del ser humano, ahonda en su desamparo ante la grandeza de lo desconocido. Empequeñecidos por los pentagramas del maestro no nos queda sino aceptar con humildad nuestro destino, despojarnos de toda vanidad y disponernos a aprender de nuestros dones.

jueves, 15 de mayo de 2014

Consecuencias de cuatro años de lectura electrónica


Gracias a mi ya anciano ridáider:

1. Leo mucho más.

2. Escribo mucho menos.

3. No me gasto un pavo en libros.

4. Ahorro saliva.

5. No molesto a la parienta leyendo de noche.

6. Estoy cogiendo un nivelazo de inglés y francés.

7. Leo varios libros a la vez.

8. Leo muchos libros antiguos y pocos modernos.

9. He descubierto escritores sorprendentes.

10. Me importa un huevo la industria editorial.

sábado, 19 de abril de 2014

Apuntes (190): Teologías y caramelos


Aceptando que el cristianismo y el islam son herejías judías, no cabe duda de que el ateísmo es una herejía cristiana.

 ~

La religión no es más que un asidero ante lo desconocido.


~

En un futuro no muy lejano no habrá hombres, y sin embargo el sol seguirá calentando la Tierra, haciendo renacer las selvas entre los escombros, brillando en las aguas limpias. Y cuando en un tiempo inimaginable el astro por fin se apague, la vida no será mas que un recuerdo en la esencia divina de unos dioses que sólo existieron en la mente de aquellos seres insignificantes.

~

Todas las teologías del mundo caben en la lluvia interminable de una tarde de otoño en la playa de nuestra infancia.

~

No me pidas caramelos, pequeña, porque hoy los he dejado en casa, ya no sabía qué hacer cuando pasaba por tu lado, ni a dónde mirar para evitar tu mano suplicante. Los niños ya no piden caramelos, mis hijos los desprecian, y tú me haces volver la vista atrás, cruelmente, sin reparar en que esas horas ya no existen.

miércoles, 16 de abril de 2014

Contra natura



El hombre se ha llevado miles de años cazando o buscándose la vida para llevar el sustento al hogar, mientras que la mujer se ocupaba de las labores de la casa y de cuidar de los hijos. Y ahora, que llevamos a lo sumo un par de generaciones compartiendo estas tareas, querrán que lo hagamos con agrado y con la misma naturalidad que ellas. ¡¡Te qui ya...!!

P.S. Y que no salga ninguna diciendo que ya no necesitamos cazar mamuts, porque aunque es verdad no viene al caso.

sábado, 5 de abril de 2014

Apuntes (189): Mirlos



No hay que buscar culpas, sino causas.


~

Jamás mis padres fueron a verme jugar un partido de cualquier deporte, y ahora estamos poco menos que obligados a ser el coach y, por descontado, el chauffeur de nuestros hijos.


~

Está muy bien la primavera y el canto de los pájaros y todo eso, pero empiezo estar hasta las narices de los mirlos, que empiezan con sus canturreos a las cinco de la mañana y no se callan los tíos hasta bien entrada la noche. O se tratará de mirlas, más bien...

~

Qué placer el de ser insociable y ampararse en el abrigado reducto de la familia y los pocos amigos más cercanos.

~

Superarse no consiste en superar a los demás.

~

Se confunde el racismo con la marginofobia.

sábado, 29 de marzo de 2014

Wunderlich Bach




Ich will bei meinem Jesu wachen

Quiero velar junto a mi Jesús.

Pocas veces un divo de la ópera presta su voz a la música de Bach, y menos con el resultado del tan llorado Fritz Wunderlich. Para interpretar a Bach hay que cantar como quien respira, traspasando las notas directamente de la garganta al corazón, sin alardes, algo que muy pocos grandes tenores del siglo XX estaban en condiciones de hacer. Wunderlich sí, se desenvolvía maravillosamente en el terreno de Bach y en el repertorio de Mozart, y ya se acercaba al italiano para reinar en el olimpo del bel canto cuando la muerte le sorprendió a la edad de 35 años.

Suelo escuchar este aria cuando se acerca la Semana Santa y siempre consigue sumirme en un estado de melancolía placentera. Sus notas transmiten un mensaje de esperanza resignada, y quien sienta lo mismo que yo entenderá la paradoja.

P.S. Ese oboe d'amore...

jueves, 27 de marzo de 2014

¿Seré racista?


Me revienta cuando llamo por teléfono a una empresa, generalmente de comunicaciones, para resolver un problema y me responde al otro lado una operadora con acento sudamericano. ¿Seré racista? También me revienta si se trata de un operador; al menos no soy machista. La razón es bien simple: salvo rarísimas excepciones estas señoritas o señoras de ultramar se dedican a torearme impunemente sin resolver mis problemas, parecen entrenadas para desalentar al más pintado, y no reaccionan ni siquiera ante los insultos. Sin embargo, cuando tengo la suerte de dar con una española mi problema se resuelve al instante, pues hablamos "el mismo idioma". Pero claro, no es de recibo cagarse en los muertos de los sudamericanos, así sin más, habría que hacerlo en los/as teleoperadores/as sudamericanos/as que hacen mal su trabajo, que son mayoría. Por el mismo motivo no queda bonito hablar mal de los rumanos, ni de los negros, ni de los gitanos... debido a ciertos comportamientos, por otra parte nada aislados, de miembros de estas etnias, así que toca callarse, pero hoy no me he callado, y el hecho no deja de estar ahí. ¿Será que soy racista, y no me había dado cuenta hasta ahora?

miércoles, 19 de marzo de 2014

El mejor regalo de santo


Hoy, doble festividad: mi santo y el día del padre, aunque ya se sabe que lo segundo es un invento de El Corte Inglés. Mi hijo Miguel, que se espabila por momentos, propuso ayer a su madre lo que él entiende como el mejor regalo que me podrían hacer: llamar a mi trabajo y decir que estoy enfermo. Flojillo que me ha salido el chaval. Pero vamos, qué mejor regalo que ése, no vamos a ser hipócritas. Lástima que a la madre no le pareció del todo bien...

jueves, 20 de febrero de 2014

Una profecía burbujeante


Como imagino que ya sabrán, Facebook ha comprado Whatsapp por unos 13.000 millones de euros, que se dice pronto. Hay comentarios para todos los gustos, y no falta quien dice que es un precio razonable, y que la poderosa compañía de las redes sociales rentabilizará su inversión. Pues bien, yo desde aquí vaticino, y aquí está el blog para demostrarlo, que esto es una burbuja que te cagas, del calibre de la burbuja punto com de finales del siglo pasado, y que no hará tanto daño como la nefasta burbuja inmobiliaria por lo reducido de su ámbito. Ya ven, soy adivino, un talento que tiene uno, sobre todo al observar la historia económica de la humanidad desde que a los holandeses les dio por especular con tulipanes en el siglo XVII. Eso sí, siempre hay alguien que se lo lleva calentito: no creo que Mr. Koum necesite en el futuro mendigar vales de comida, como solía hacer en su juventud, recién llegado de Kiev con su madre en busca del sueño americano: hicieron muy bien en escapar.

Si es que no aprendemos...

miércoles, 19 de febrero de 2014

Creando conocimiento


Cuando terminé la carrera de Económicas, una de las pocas cosas que tenía clara es que no quería ser profesor. Como el destino es cómplice de mi pereza acabé sacando las oposiciones de Secundaria para después estar nueve años como profesor asociado de Universidad. Ya desde que me apunté a los cursos de doctorado vislumbré la gran mentira que supone la vida universitaria en España, de la que como alumno tenía una ligera idea, de ahí que no acabara por hacer la tesis, y al final renunciara a mi plaza de asociado, calentito como estoy dando clases de Economía a mis alumnos de Bachillerato. Aún me siguen mandando correos de la universidad, y hoy he recibido uno que me reafirma más en mi opinión sobre la inutilidad (salvo honrosas excepciones) del trabajo académico.

Estimada Comunidad Universitaria:    
Desde el Centro de Estudios de Postgrado (CEDEP)  informamos del acto de defensa pública de la Tesis Doctoral titulada "ANÁLISIS DE LOS ERRORES MORFOSINTÁCTICOS EN LA INTERLENGUA DE LOS ESTUDIANTES EGIPCIOS DE ESPAÑOL COMO LENGUA EXTRANJERA", de la que es autor D. ...
Impresionante contribución al saber científico, sin duda...

jueves, 30 de enero de 2014

Si no existe Dios, que suba Bach y lo vea

En recuerdo de Daroca, verano del 98



Se tiene la idea de que Johann Sebastian Bach fue un hombre profundamente religioso, y que escribió su música en honor del Creador. Probablemente fue verdad lo primero, como todo ciudadano de la Alemania de su tiempo, donde la vida diaria era marcada por la doctrina luterana, calvinista o pietista, según la zona y los vaivenes de las corrientes en boga en cada momento. El hombre, como lacayo que fue de los señores e instituciones para los que trabajó, tuvo que adaptarse a lo que se le encomendaba, pero lo que de verdad le importaba era la Música, y gracias a esos encargos ésta encarnaba a Dios como ninguna otra: nunca antes ni después tanto talento fue puesto al servicio de la religión, y entonces se produjo el milagro: con su música Dios se hizo audible hasta para los más escépticos. Bach subió a por Él y lo bajó a la Tierra.

domingo, 26 de enero de 2014

Vacilando, que es gerundio


Ya sé que no suena muy grandioso un reportaje en un periódico local sobre mis clases de Economía en Bachillerato, pero qué quieren que les diga, en los tiempos que corren a uno le hace ilusión que sus alumnos le aprecien y digan que aprenden algo y hasta que les gusta la asignatura. O a lo mejor es todo peloteo, pero yo por si acaso me lo creo...

sábado, 25 de enero de 2014

Sebastian el andarín



No exageramos al decir que el joven J.S. Bach recorrió en su adolescencia y juventud miles de kilómetros a pie en pos de su mayor e único sueño: la Música. Mientras que compañeros de precocidad como Händel, Mozart o Mendelssohn asombraron al mundo antes de cumplir los veinte años con obras de una madurez increíble, Bach se dedicaba a copiar obras de otros a la luz de una vela. Como dice su biógrafo Klaus Eidam, "A otros les desbordaban las ideas, a Bach sus ansias de saber".

Hubo un instrumento que llamó poderosamente la atención del joven Bach muy por encina del resto: el órgano, una maravilla de la técnica incluso para los cánones actuales. Ya en 1695, huérfano de padre y madre, se fue a vivir con su hermano mayor Johann Christoph, organista en Ohrdruf, y quedó fascinado por las posibilidades del instrumento, aunque tenía rigurosamente vedado el acceso a él. En años posteriores fue alternando sus múltiples cambios de residencia con viajes para visitar a los maestros del órgano, tanto constructores como intérpretes, y ello siempre a pie, dada su falta de medios. Es famosa la visita que hizo al maestro Dietrech Buxtehude desde Arnstadt hasta Lübeck, en una caminata de casi cuatrocientos kilómetros sólo de ida. Allí pasó unos meses con el gran organista y quiso ser su sucesor, pero el precio a pagar era la mano de su hija, y al igual que hizo Händel dos años antes declinó la oferta (por desgracia, no se ha conservado ningún retrato de la dama). Con nuestras nuevas tecnologías, no cuesta mucho soñar con lo que Bach escuchó en aquellos meses pasados con el anciano maestro, aunque no podamos sentir tan fácilmente los olores, las visiones y los sentimientos de aquella época tan distinta, de aquellos músicos singulares.



miércoles, 22 de enero de 2014

La eternidad de una semana


Por una sonrisa, un triunfo.
Cada mañana vences a la muerte
y en tu rostro renace la alegría
de los primeros tiempos.
Un día volverá el dolor, no tengas duda,
¿pero quién se preocupa del futuro?
Anoche mismo sufrías entre sueños
y al despertar volvió la luz a tu mirada,
aun sin abrir los ojos.
La vida es eso; morir, morimos todos,
y no tiene importancia
más allá de una pequeña estrella
que se apaga, y a lo mejor renace,
o no, está tan lejos y tan fría...

Pareces un pequeño duende
y te brillan los ojos al hablar,
y te pones a la altura de los niños,
y te enfadas por las mismas tonterías,
y ríes, sobre todo ríes,
porque la risa es un pedazo de felicidad
con el que nos desayunamos cada amanecer
desde hace una semana,
la eternidad de una semana.

domingo, 19 de enero de 2014

Dos Obras, una Guerra




Qué diferente es la visión de una misma tragedia, la Gran Guerra, por dos combatientes del mismo bando que plasmaron sus vivencias en sendas obras maestras: Erich Maria Remarque en Sin novedad en el frente y Ernst Jünger en Tempestades de acero. Jünger es un Homero desprovisto de épica, y nos presenta cuerpos mutilados y salpicaduras de masa encefálica como atributos del héroe superviviente, ése que se sacrificó por la patria y nunca dio como perdida una guerra que los despachos de Versalles hicieron humillante para toda una generación de alemanes. Remarque, por el contrario, pertenece a una estirpe menos primitiva: la de los que fueron conscientes de todo el horror de las carnicerías de la trincheras, nunca antes, pero sí durante y, más raramente, después de la bacanal de sangre. Su testimonio es profundamente humano, frente a la frialdad imperial y filosófica de Jünger. Él escribió un libro hecho de carne, sangre y huesos, con episodios tan conmovedores como el espantoso alarido de los caballos moribundos en el campo de batalla, que toda la compañía trataba de evitar tapándose los oídos en espera de los soldados y camilleros ocupados en atender a los seres humanos y que no tenían tiempo de darles el tan ansiado tiro de gracia. “La mayor vileza de todo esto es que los animales tengan que hacer la guerra”, dice uno de los camaradas, hombre de campo. O el despiadado ataque con gas de los Tommies y el uso de esas máscaras ultraterrenas en medio de tumbas y ataúdes que servían de parapeto contra la metralla. Remarque es hermano de Wilfred Owen, poeta del bando contrario, pero sus voces quedaron amortiguadas durante mucho tiempo por el clamor de cientos de miles de Jüngers para los que la épica tapó el drama. Luego muchos se convirtieron en nazis, y los que no lo hicieron acabaron atrapados por una trampa diabólica, de la que escaparon muy pocos alemanes, uno de ellos Raimund Pretzel, que bajo el musical seudónimo de Sebastian Haffner escribió Geschichte eines Deutschen y escapó a París en 1933, justo a tiempo para luchar por el bando que le dictaba la lógica, y no la nación. Los Jüngers se hundieron con el Tercer Reich, pero su voz terrible aún resuena extrañamente hermosa.

viernes, 17 de enero de 2014

Freedom for Alájar


Es curioso o, más bien, lamentable observar cómo muchos reivindican la democracia cuando les conviene y actúan como dictadores la mayor parte del tiempo. Se les llena la boca de derechos, de reivindicaciones legítimas, cuando en el fondo -y, si se rasca un poco, en la superficie-, no quieren sino hacer su santa voluntad. Y, no por obvio, conviene dejar de olvidar que es imposible que todos hagan valer sus deseos, y hasta en la democracia más perfecta es necesario llegar a una solución de compromiso; de hecho, la bondad de una democracia consiste en la habilidad para llegar a dicha solución de compromiso de modo que todos asuman un pequeño sacrificio en favor del bien común. Además, resulta imprescindible cumplir unas reglas de juego que se llaman leyes, y eso supone, pese a quien pese, la existencia de un poder central que se encarga de promulgarlas y velar por su cumplimiento. A quien no le gusta el juego le queda aguantarse o atenerse a las consecuencias de una desobediencia, en términos de dinero o pena de cárcel.

Todos se reirían si el pequeño pueblo de Alájar, de apenas 800 habitantes, quisiera declarar su independencia, primero de la provincia de Huelva, después de Andalucía y, finalmente, en un golpe maestro constituirse en república independiente para luego tratar de negociar por separado con la Unión Europea, siguiendo el anhelo histórico de esta localidad serrana. Cámbiese Alájar por Cataluña y tendremos una visión bastante clara de las pretensiones de una parte de los catalanes.

P.S. Para quien argumente que Alájar no tiene identidad nacional ni lengua propia, que piense en una aldea astur último reducto del bable, o en mí mismo, que estoy hasta los cojones de los políticos de mi país, tengo una personalidad muy marcada y me gustaría ser un ente autónomo satélite intrapeninsular, pero no me dejan.

martes, 14 de enero de 2014

El arte de improvisar


La música mal llamada "clásica" se somete hoy en día al corsé de la partitura que, si bien garantiza la fidelidad a la obra del compositor, resta importancia y, sobre todo, creatividad, al intérprete; por eso precisamente muchos prefieren el jazz. Pero eso no ha sido siempre sido así, y los grandes genios como Bach, Mozart y muchos otros han tenido también un talento excepcional para la improvisación, según cuentan los testimonios de la época. Hoy, en la música seria esto no se valora, lo que en mi opinión no sirve sino para enmascarar la mediocridad imperante, que empieza por los conservatorios y desanima a los más creativos. Alguna excepción sí que hay, y si no escuchen a la gran pianista venezolana Gabriela Montero, de formación irreprochablemente clásica, explotando su inigualable talento en estas improvisaciones sobre la melodía de "Cumpleaños feliz".

martes, 7 de enero de 2014

Escenas y cabalgata en Linares de la Sierra


Una vez más nos hemos acercado al precioso pueblo de Linares, a una legua escasa de Alájar, en la noche mágica de la víspera de Reyes para admirar sus escenas, que este año han sido tan bonitas que me resisto a publicar la entrada, no sea que se corra demasiado la voz y se masifique. El pueblo se vuelca en sus escenas, y consiguen una recreación inimaginable, a lo que contribuye el uso de sus viejos corrales, albercas, cuadras y estancias, que yo diría que podrían pasar perfectamente por lo que había en Belén hace dos mil años, y es que en algunos pueblos de la sierra parece que se ha detenido el tiempo, sobre todo en Linares, donde ni siquiera cambian (a diferencia, ¡ay! de Alájar) el empedrado antiguo, con el verdín y la hierba asomando entre las piedras. Las fotos no hacen justicia a la belleza de la representación, pero aquí van algunas.





Y después de las escenas, salieron Sus Majestades en sus flamantes monturas:


Una noche inolvidable, y que no sea la última. El único incidente fue que Miguel se llevó dos caramelazos de Baltasar, que, con perdón, tenía trazas de gorila, uno en la cabeza y el segundo, que le remató, en el ojo. Como estaba solo el pobre una mujer del pueblo le atendió en su casa y se nos perdió un rato. Hoy ha ido al cole con el ojo a la virulé, pero parece que no le guarda rencor.

He aquí el espécimen autor de la agresión (es el de arriba):


Fotos© Mi cuñao

viernes, 3 de enero de 2014

El primer libro del año



Todo un descubrimiento en mis incursiones por esos mares electrónicos infestados de piratas: La felicidad de los pececillos, del escritor y sinólogo belga residente en Australia Simon Leys. Hacía tiempo que no me topaba con reflexiones tan penetrantes, tan ingeniosas, tan inteligentes, tan…. maravillosamente inútiles. Algunas perlas:
Ningún escritor dispone de un poder verbal capaz de rivalizar con la imaginación de sus lectores; así, todo su arte consiste en tocar esa tecla.
O esta frase de Unamuno, que supone un guiño al título del libro, que no obstante está traído de la literatura china:
El hombre, por ser hombre, por tener conciencia, es ya, respecto al burro o al cangrejo, un animal enfermo. La conciencia es una enfermedad.
Así, como quien no quiere la cosa, introduce en sus reflexiones sentencias demoledoras:
La irresponsabilidad –que es otro nombre de la felicidad- constituye un privilegio denegado a la gente trabajadora y concienzuda, pobres diablos sobre cuyos hombros descansa la marcha más o menos positiva de este bajo mundo.
También habla, y mucho, del enorme drama del verdadero escritor, como el poeta chino del siglo IX Jia Dao:
¡Tres años para escribir dos versos! Los canto para mí mismo y lloro…
O esta reflexión del gran Cyril Connolly:
La recompensa del arte no es ni la gloria, ni el éxito, sino la intoxicación.
Como no deja títere con cabeza, se enseña, a fe que merecidamente, con el mundo académico:
Un investigador universitario es un individuo que sabe cada vez más de un asunto siempre menor, de suerte que termina por saber todo de nada.
En un momento dado, se dedica a desnudar la obvia pero a la vez oculta estupidez de los afanes a que nos entregamos en la sociedad actual:
Hoy en día, por una irónica paradoja, el lumpenproletariat está condenado al ocio forzado de un desempleo crónico y degradante, mientras que los miembros de la élite educada, cuyas profesiones liberales han sido transformadas en máquinas dementes de hacer dinero, se condenan a sí mismas a la esclavitud de un trabajo abrumador que no cesa ni de día ni de noche, sin tregua, hasta que revientan en la tarea, como acémilas aplastadas por su propia carga.
La última reflexión, referida a la muerte y el paso del tiempo, es grandiosa:
¿Es posible imaginar a un pez que se asombre de que el agua moje? Es que nuestra verdadera patria es la eternidad; nosotros no somos más que visitantes de paso en el tiempo.

En resumen, que me fascinan los libros que me hacen pensar, aunque no conduzcan a nada. Este Leys, que en realidad se llama Pierre Ryckmans, me ha parecido un genio, sobre todo por ser sabio.

jueves, 2 de enero de 2014

Feliz No Navidad




No sé por qué, pero para mí estas fiestas cada vez tienen menos sentido: ni me creo que llegara ningún salvador, ni veo ese pretendido espíritu navideño por ningún lado, sino más bien un espíritu consumista, ni entiendo que haya que celebrar algo tan arbitrario como la llegada de un nuevo año, hecho meramente periódico y que depende de los astros… Lo único que de verdad tiene sentido son Sus Majestades los Reyes Magos que llegarán dentro de poco a mi casa para hacer las delicias de mis cuatro hijos, que al igual que yo creen firmemente en su existencia, no hay más que verlos subidos en sus burros la noche del día 5 en Linares de la Sierra corriendo por todo el pueblo lanzando los caramelos que colman sus alforjas de esparto. ¡Eso son unos Reyes en condiciones, y no los arrastrados por tractores!

Pero como de lo que se trata, a pesar de lo que quieren vendernos, es de ser felices, quiero desear desde aquí a todos los que aún me leen la mayor felicidad para todos los días de su vida. ¡Feliz No Navidad!