miércoles, 27 de junio de 2012

Recuerdos de Lanzarote


A Enrique Barrero

Una tierra de titanes
del océano muralla;
el parque de Timanfaya
lavado por los volcanes.
Malpaíses azafranes;
vides en el suelo oscuro
y un sufrimiento seguro:
Gracias a César Manrique
a la vuelta descubrí que
me dejaron sin un duro. 

martes, 26 de junio de 2012

Renunciemos todos por el bien común


Cada año al hacer la declaración de la Renta, si me sale el importe a devolver me encuentro en el último paso, en el documento de ingreso/devolución, con una casilla que me resulta realmente entrañable:

Devolución: Si el importe que figura en la casilla es una cantidad negativa, marque con una "X" la casilla que corresponda.
RENUNCIA a la devolución a favor del Tesoro Público 
SOLICITA la devolución por transferencia       Importe: ……..

Eso es lo que necesita el país: ciudadanos sacrificados y "renunciantes".

lunes, 25 de junio de 2012

En las piscinas públicas deberían prohibir:


1. Viejas en bikini.

2. Viejas en trikini.

3. Bañadores tipo gayumbo.

4. Los cañoncitos de agua de los cojones.

5. Ceniceros.

6. Cuñaos con botellín de cruzcampo.

7. Vajillas de la señorita Pepis flotando en la piscina de chapoteo.

8. Culturistas (por aquello de las comparaciones).

9. Señores con peinado tipo Anasagasti.

10. Chiringuitos donde se asen sardinas.

sábado, 23 de junio de 2012

Apuntes (166): ¡Oído cocina!


Oído en la cafetería de la universidad: "Hacer la o con un canuto es una facultad que se está perdiendo".


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Me alegro de no ser futbolista, así no tengo los brazos enteros tatuados con letras góticas y dibujitos arlequinados. Entiendo que haya a quien le guste, pero yo me sentiría "un tanto incómodo", y si no me tatuara me faltarían al respeto.

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El mayor signo de progreso de la España de la posguerra fue el paso de la mula al motocarro.

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Consejo para escritores: hay que tener claro qué contar y cómo hacerlo, pero lo realmente importante es para quién se cuenta.

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Consejo para economistas: hay que saber qué producir y cómo hacerlo; de hecho, esto es algo que tenemos clarísimo, pero lo realmente importante es para quién se produce.

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Oído a un alumno de cuarto curso de ciencias empresariales al entregar un  examen: "¿Cuándo estarán las notas, maestro?"

viernes, 22 de junio de 2012

Alemania 0 - Grecia 1


Esta noche partidazo en la Eurocopa. Se enfrentan los dos extremos del continente: de un lado la todopoderosa Alemania, locomotora económica de Europa y con un equipo que hace recordar al de los años 70, con Beckenbauer, Maier o Breitner. En el otro campo la humillada Grecia, que cuenta con un equipo tosco, correoso, espartano, y que saldrá a morder los tobillos de los teutones. A pesar del favoritismo alemán no hay que descartar la sorpresa. Además, existe un precedente en que Grecia doblegó a los alemanes tras un vibrante partido que se decidió con un polémico gol en el último minuto. Por cortesía de Martín López, aquí tienen el resumen de dicho partido.



¡Memorable! Hoy en día ya no se hace un fútbol como el de entonces...

Y no me resisto a hacer algunas acotaciones al vídeo:

- En la talentosa alineación alemana se ha colado como sorpresa... ¡Beckenbauer!

- Confucio, el árbitro, tiene un cronómetro... ¡de arena!

- Dice el comentarista que... ¡los alemanes se mueven muy bien en los primeros instantes!

- El calentamiento de Karl Marx en la banda con su chándal rojo es antológico.

- Por mucho que he parado la imagen, no termino de ver claro si el gol de Sócrates fue en fuera de juego.

- Los argumentos de Hegel y Kant protestando el gol al árbitro son geniales. El de Marx, contundente.

Monty Python, los putos amos.

jueves, 21 de junio de 2012

¿Recortes? ¡En la banca!


Leo que los funcionarios de educación llevamos acumulada desde 2010 una reducción salarial del 21 %. Y digo leo porque hace tiempo que me he resignado a comprobar los recortes cuando se hacen efectivos en mi nómina, sin hacer cálculos previos con las noticias que van llegando. No voy a comentar nada al respecto. Lo que sí quiero traer hoy es una sugerencia de nuevos recortes para que el Estado pueda recaudar aún más dinero, y no siempre a costa de los mismos:

¿Por qué no reducir un 21% el sueldo de todos los empleados de bancos que han sido intervenidos o que hayan recibido ayudas públicas? Se podría tomar esta medida con carácter progresivo: por ejemplo, no quitar nada a los empleados que cobren menos de 1000 euros e ir subiendo el porcentaje hasta, digamos, el 50% a los que cobren más de 6000 euros mensuales. Los ahorros irían a parar directamente a reducir el importe de la aportación estatal. Así, teniendo en cuenta que Bankia tiene unos gastos de personal de 2200 millones de euros, se recaudarían 462 millones anuales, una cifra nada desdeñable, a la que habría que sumar los recortes salariales en otras entidades como CAM, Banca Cívica, Caixa Galicia, Catalunya Caixa... Eso sin contar con las indemnizaciones y fianzas que deberían pagar los altos directivos que se sienten en el banquillo de los acusados.

¿A qué espera, señor Rajoy?

miércoles, 20 de junio de 2012

De iniciales y otras mariconadas


Vuelvo a la carga sobre un tema recurrente, quizá una obsesión mía ante el comportamiento de algunos escritores; me refiero al uso de iniciales. Jamás he leído una crónica musical donde, para evitar citar nombres como el de Mozart o Bach, se escriba WAM o JSB, ni tampoco LVW, RW, FS o GFH (no sigo, que esto parecen matrículas de coche). Entonces, no entiendo por qué coño al hablar de escritores se tienen que usar sus iniciales. Pocas veces veo escrito el sonoro nombre de Juan Ramón Jiménez, sino el muy aséptico JRJ. De hecho, quien no esté iniciado en el mundillo literario no sabrá el personaje que se esconde tras esas iniciales. A lo mejor se pretende salvaguardar su identidad y acaparar al poeta poniéndolo fuera del alcance de advenedizos. Y ello por no hablar de tantos y tantos escritores, sobre todo poetas modernos, no sé muy bien por qué, a los que rara vez aluden sus compañeros y admiradores con sus cristianos nombres: LAC, ESR, AT, JMM... (la mayoría de mis lectores no sabrá quién carajo está detrás de estas letras). Otra variante de este curioso fenómeno es llamar a un escritor por su nombre de pila, exhibiendo así una pretendida familiaridad con un importante plumífero. Un poné: "Ayer estuve charlando con Andrés" —se refiere a AT—, o bien: "El día en que César llegó al ministerio..." —por CAM; no confundir con la caja—; o incluso: "Yo conocí muy bien a Camilo —por CJC—). Este último caso en que se habla de un muerto es especialmente taimado, pues se evita la posibilidad de que el aludido desmienta nuestra fanfarronería.

No quisiera ofender con esta entrada a más de un lector y amigo que tiene esta curiosa costumbre, sólo trato de reconducirlos por el buen camino: muchos escritores y poetas importantes, como FGL, AM, MM, MU, GGM y una lista interminable jamás ha caído en ello. Precisamente el otro día, hablando con Mario y Nicanor sobre el tema, me comentaron que todo tiene su origen en la antigua URSS, donde la KGB hizo de las suyas y anuló la personalidad de los artistas para que sirvieran exclusivamente a los intereses del PCUS. 

           
                                                                                    Fdo. JMR

martes, 19 de junio de 2012

PIGS & Football


La Eurocopa 2012 se acerca a las rondas eliminatorias con los siguientes cuatro equipos ya clasificados para los cuartos de final: Portugal, Italia, Grecia y eSpaña, los famosos PIGS. Si ganan sus respectivos cruces, las semifinales del campeonato serán España-Portugal y Grecia-Italia, con un partido estelar previo entre Grecia y Alemania, donde los griegos van a ir a por todas para vengar la humillación a que sus poderosos vecinos del norte les someten un día tras otro con sus rescates, sus préstamos y la intervención de facto de sus elecciones.

¿Quién dijo crisis? Los cerdos futboleros pasean sus jamones por los campos de Polonia y Ucrania. Si no sube el IBEX, si la prima de riesgo no se modera después de esta demostración de poderío, entonces es que estamos definitivamente atrapados por unos mercados canallas y especuladores que no reconocen dónde está la verdadera fortaleza y esencia de un país.

¡Espaaaaaaaaaaañáaa!

lunes, 18 de junio de 2012

Algunas obviedades económicas de actualidad


Nos hemos encomendado a una repetición de las elecciones en un país menor. Aunque el resultado debería ser positivo, los indicadores económicos en el corto plazo empeoran en lugar de mejorar.

Se habla de que una intervención masiva del Banco Central Europeo puede estabilizar la situación, pero tampoco es seguro.

Hace una semana se anunció a bombo y platillo un rescate millonario a los bancos españoles, y el mercado, en lugar de acoger la noticia para calmar las aguas, presionó aún más a la prima de riesgo de la deuda española.

Las declaraciones del presidente español afirmando que no se trataba de un rescate sino de un préstamo y que a él no se lo habían impuesto, sino que era él quien lo había solicitado, así como su posterior marcha triunfal a ver el partido de la selección española de fútbol, no contribuyeron a que los acreedores nos vieran como un país serio.

A muy corto plazo, los mercados se mueven por rumores, corazonadas y sensaciones.

Los países ya rescatados (Portugal, Grecia e Irlanda) protestan porque las condiciones aplicadas a España son más ventajosas que las que se le aplicaron a ellos.

Italia se aproxima peligrosamente a la línea roja.

La famosa prima de riesgo está a merced de los mercados, y no tiene por qué responder a la situación real de las economías que solicitan financiación.

Estamos envueltos en una espiral especulativa que amenaza seriamente con la expulsión del euro de al menos cinco países, lo que sin duda generará pobreza durante un tiempo indeterminado.

No deja de ser triste que la especulación acabe con un proyecto tan consolidado como el euro.

No hay que negar el problema estructural del proyecto euro: la tremenda desigualdad entre distintas economías

El sistema económico capitalista no parece que esté en peligro: las grandes economías están saliendo de la crisis.

En el futuro inmediato las marejadas se fabricarán en China.

jueves, 14 de junio de 2012

Trogloditas

Comen los trogloditas serpientes, lagartos y otros reptiles semejantes: tienen un idioma a ningún otro parecido, aunque puede decirse que en vez de hablar chillan a manera de murciélagos.
Herodoto: Los nueve libros de la historia, tomo 4.

La humildad y miseria del troglodita me trajeron a la memoria la imagen de Argos, el viejo perro moribundo de la Odisea, y así le puse el nombre de Argos y traté de enseñárselo.
J.L. Borges: El inmortal.
Cuando era joven visité el pueblo legendario de los trogloditas. Para llegar a ellos recorrí tres veces la distancia entre la playa y el otro lado del océano; después crucé un desierto y al final, en unas rocas lejanas, divisé unos huecos excavados en la pared de la montaña. Como era de día no había nadie en las bocas de las cuevas, pero yo sabía que estaban dentro, porque oía un murmullo de dientes y gruñidos. Me senté al pie de un tronco muerto y esperé que oscureciera. Antes de la puesta de sol empezaron a salir de sus agujeros. Iban todos desnudos, con el pelo largo, enmarañado, el cuerpo lleno de tierra amarilla, curtido por el sol. No había mujeres ni niños entre ellos, y parecieron no darse cuenta de mi presencia. Me fijé mejor y vi que estaban ciegos: sus ojos eran blancos, y giraban en sus órbitas como si pudieran sentir el viento y el calor que subía de la tierra. Yo me acerqué. Tenía miedo, pero podía más la atracción del secreto primitivo. Al avanzar hacia ellos me abrieron paso con indiferencia. Miraban hacia delante, y permanecían mudos. Algunos se sentaron, y otros comenzaron a moverse en círculo. Les hablé, pero no parecieron oírme. Yo estaba abrumado por tanto silencio, y me sentía como si el Creador acabara de pasar por allí. Entré en sus moradas, y a través de la penumbra pude ver montañas de huesos apilados. Habían conservado la huella de todas las generaciones que les habían precedido. Muchos trogloditas eran comidos por los Garamantes, pero ellos se apareaban con las mujeres Atlantes y después robaban sus hijos. Todo esto lo supe al cabo de los años, porque entonces no entendía su lenguaje. El tiempo que pasé allí me alimenté de lagartos, como ellos, y hube de comerlos crudos, pues nunca vi fuego en sus viviendas. Su dura piel los hacía insensibles al frío de las noches, y el fresco de las cuevas los protegía de los rayos de sol. Yo, sin embargo, padecí de frío y de calor, y como todos los huecos estaban ocupados hube de acomodarme a la entrada de uno de ellos, después de ver que su ocupante me toleraba. Jamás vi un acto de violencia entre los trogloditas; permanecían horas y horas sentados, dentro o fuera de sus cuevas, y a veces emitían unos gritos muy agudos, tanto que apenas podían oírse. Poco a poco me fui acostumbrando a esos sonidos, y al cabo de los meses comencé a comprender su significado. Para entonces yo me había acostumbrado a permanecer también sentado día y noche, y perdí la facultad de dormir. Los trogloditas me contaban por turno la historia de su pueblo, que se perdía en los confines del tiempo. Supe que uno de ellos era su rey, y él podía nombrar a todos sus antecesores, durante horas y horas. Como los huesos no cabían en su cueva habían sido llevados lejos, a una gruta sagrada con una bóveda inmensa. También supe que el pueblo de los trogloditas siempre tiene el mismo número de hombres. Cuando muere uno de ellos roban un niño ya crecido a una mujer atlante, que ha sido previamente fecundada por el muerto. La sangre troglodita es impura, y por eso viven dentro de agujeros y no se dejan ver.

Un día abandoné mi cautiverio voluntario, no sabía cuántos años habían pasado, porque los trogloditas no miden el tiempo. Al cruzarme con el primer viajero huyó despavorido, y así hicieron todos, por lo que aprendí a caminar de noche y ocultarme de día. Poco a poco fui recobrando la noción de mi pasado, y me corté el pelo con una cuchilla oxidada que encontré en el camino. A medida que dejaba el desierto los lagartos comenzaron a escasear, y empecé a comer las hortalizas que encontraba por el campo. Una noche vi una fogata solitaria y su visión me llenó de emoción. Al acercarme vi unos restos de carnero. Los asé y comí como no lo había hecho en muchos años. Crucé tres mares y volví a mi patria una mañana de invierno. La playa estaba solitaria. Yo me tiré al suelo boca abajo y comí la arena mojada, llorando de zozobra. Después caminé a lo largo de la orilla varios meses, y me alejé para siempre del pasado. No volví al país de los trogloditas, pero todas las noches de mi vida he vuelto a pasar frío junto a ellos.

Y Dios creó el antipoema


Un viejo sapo se caló las antiparras
con cuidado de no llenarlas de barro
y entonó una salmodia nauseabunda.
Catorce días y diez noches duraron los fastos.
Uno, que dicho sea de paso no está para gilipolleces,
cogió recado de escribir y constató la farsa
rasgando con esmero los cuatro últimos versos.
Después, muy despacito,
estampó el obsceno sapo a modo de sello.
Aún gotea la hiel viscosa
por la pantalla de mi nuevo iPad.

miércoles, 13 de junio de 2012

Rato & Friends, al banquillo


Pasan los años, los meses y los días de esta crisis y todo sigue como al principio: nadie es responsable de nada. Nuestra pobre economía maltrecha, heredera de palacios de ladrillo, cae sacudida por una tormenta inevitable, que nadie ha podido prever. Como mucho se levantan voces críticas sobre una gestión poco afortunada, una medida concreta de política económica que se ha revelado inútil o dañina. Sin embargo, todos sabemos que hay culpables. La concentración más grave de delitos, aparte de los numerosos casos de corrupción que alcanzan incluso a la cúpula del poder judicial y que no están siendo convenientemente tratados, debemos situarla en el sistema bancario. La caída de entidades de proporciones enormes como CAM o, más recientemente, Bankia, debería sentar en el banquillo a sus máximos responsables. Me centraré en el caso de Bankia, tan reciente como escandaloso. Es inadmisible que su máximo responsable, Rodrigo Rato, no haya sido aún encausado. La única explicación de que no se haya dado ese paso es el veto político, pues es algo que no interesa a ningún partido: todos tienen casos parecidos en sus filas. Tanto él como sus colaboradores estrechos deberían asumir ahora el alto grado de responsabilidad que soportaban, y que iba incluido con creces en sus sueldos millonarios. Quién mejor que Rato sabía la ruina que era Cajamadrid antes de sacar a bolsa a Bankia. No hace falta ser doctor en leyes para concluir que ello es causa de procesamiento, por estafa, robo o como quiera llamarse a los que acudieron a la suscripción de acciones, sin hablar del perjuicio a los depositantes, que está siendo soportado por todos los españoles en su conjunto como precio por rescates millonarios y recortes más drásticos. Y no vale que el señor Rato  diga que el "Gobierno" le obligó: el gobierno no es nadie, ni hay una orden firmada por ninguno de sus miembros, de modo, Rodriguito, que TÚ tienes que responder por ello, y si se demuestra que eres culpable se te deberían quitar los muchos millones de euros que has cobrado de Bankia y mandarte al talego una temporada, con esa cara que pones de no haber roto un plato. A lo mejor así el resto de banqueros chorizos, viendo a un ex ministro enchironado, se lo pensaba dos veces antes de timar a los pequeños ahorradores y accionistas, al pueblo que les ha hecho ricos y que se desangra lentamente.

martes, 12 de junio de 2012

Apuntes (165): De soledades


Del único libro que he leído -y sólo a medias- de Philip Roth, American Pastoral, me quedó como imagen imborrable el retrato que hace de la sociedad norteamericana. Cómo un jubilado divorciado y con una hija que vive a mil kilómetros de distancia, usa sus ahorros para ir a vivir solo a un complejo residencial de lujo pensado para la tercera edad, y cuando enferma acude gracias a su seguro médico a un prestigioso hospital privado donde le diagnostican una grave enfermedad cardiaca que requiere cirugía. Para no alarmar a su hija no le dice nada, y el día señalado llega a una fría sala de espera que comparte con dos o tres personas más, igualmente solas. Fue su última visión: no sobrevivió al quirófano.


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También pinta Roth en ese libro a un personaje, "Swede" Levov, prototipo de todos los valores positivos americanos: atlético, inteligente, bien parecido, la figura local en el deporte, ídolo de todas, y también de todos, pero que al cabo del tiempo, cuando vuelve a aparecer ya adulto, rico y triunfador, se revela como un ser desgraciado incapaz de reaccionar ante el más mínimo dilema, un producto hecho a medida de la sociedad en la que vive, prisionero de su propio éxito sin sustancia.
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Aquí en España, y sospecho que también en Italia, en Portugal, en Grecia y en Irlanda, tendremos otros problemas, pero la soledad no ha desembarcado aún, al menos en la misma medida que en los países anglosajones. Basta pasear por ciudades como Sevilla, en el barrio de Triana, o en muchos pueblos del sur donde la gente vive literalmente en la calle y se respiran vapores de guisos suculentos de donde lo mismo comen tres que treinta, para confortarnos hasta cierto punto pensando en que por muy mal que vengan las cosas nunca estaremos solos, y las hambres de la posguerra están tan lejos que parece imposible volver a ellas. Y lo mejor: no suenan los tambores de guerra, que son los que siempre han anunciado las peores calamidades.

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La imagen más patente de la soledad es la de esa viejecita británica estrafalaria que pasea cuatro perrillos vestidos con un jersey y atados de una correa.

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La radio puso palabras a la soledad; la televisión mostró a los dueños de esas voces, y con Internet pudimos hablar con ellos. Pero no dejan de ser unos extraños, unos espejos fríos que nos devuelven nuestra zozobra.

lunes, 11 de junio de 2012

Economía andurrialera (IX): El "rescate"


Voy a dedicar el capítulo de Barrio Sésamo financiero de hoy a la noticia que nos ha amargado el fin de semana (y lo que le queda por amargarnos): el famoso rescate —tararí, taríiiiii— que han realizado los intrépidos ministros de finanzas de la Unión Europea a los bancos españoles. Veamos en primer lugar la cuestión terminológica. Para nuestro ínclito presidente y su fiel chihuahua Guindito de la Calzada, no se trata de un rescate, sino de un "préstamo en condiciones muy favorables". Vamos, que es como si voy yo ahora mismo al banco para pedirle un préstamo para "sanear" mi economía (llámese financiar el agujero negro de mi bolsillo) y el director me recibe en su despacho para explicarme las ventajosas condiciones en que me concede el dinero. Pues bien: un mojón muy grande para el Gobierno: se trata de un rescate en toda regla. Bailout, en inglés, como dice The Economist en un artículo donde se cachondean de Rajoy retratándolo como un irresponsable que dice que tiene controlada la situación y después se va al fútbol. Es un rescate porque han puesto a nuestra disposición 100.000 millones de euros para cubrir el agujero bancario. Va dirigido a los bancos, pero es el Estado el que solicita el préstamo y se compromete a devolverlo. Esto tiene dos consecuencias lógicas: dicho préstamo aumentará la deuda pública y los intereses devengados aumentarán el déficit.

Una vez que ha quedado claro que se trata de un rescate, vamos al turrón: ¿qué consecuencias tiene para el país? ( a los bancos ya sabemos que les viene de puta madre). Muy sencillo: los "rescatadores" nos tienen cogidos por los huevos, y van a remover Roma con Santiago (o Fráncfort con Estrasburgo) para que les paguemos. Del mismo modo en que si no devolvemos a un ditero un capital que nos ha prestado secuestra a nuestro hijo y va mandándonos dedos cortados por correo, esta gente, ya que saben que si secuestran a Guindito no vamos a soltar un pavo (es más, hasta pagaríamos por que se lo quedaran), nos obligarán a reducir nuestro déficit a rajatabla, y eso significa que habrá mas recortes por cojones, y ahora no se andarán con chiquitas: meterán mano a las pensiones, subida de impuestos, prestaciones sociales... Y si no pagamos nos embargan (i.e. nos echan del euro), perspectiva nada apetecible, ya que volveríamos a un pasado digamos que poco próspero.

Resumiendo: tenemos un gobierno de tíos mierdas: con lo que criticaron al anterior equipo (que eran otros mierdas) no reconocen la situación, miran para otro lado, están faltos de carisma, dan la sensación de ser unos peleles y en el extranjero se cachondearían de nosotros si no fuera por la pasta que debemos. A esto nos ha llevado un sistema bancario podrido, algo que se sabía desde hace tiempo pero que se ha ocultado. Las consecuencias a corto y medio plazo del rescate van a ser dolorosas; no parece que vayan a crear empleo, sino más bien a destruirlo, y todo para salvar a los bancos de mierda. Lo peor es que no hay más cojones. Se saldrá de esto, claro está, y espero que sea para bien, porque la mierda de economía especulativa que teníamos sólo conduce a la horterada y al despilfarro. Entre tanto, esperemos que las necesidades básicas queden cubiertas: con esto y una mijita de inquietudes se puede conseguir la felicidad.

jueves, 7 de junio de 2012

Hitler en las aulas


La profesión docente es cada vez más una labor de resistencia pasiva, un luchar contra corriente contra un cuerpo de inspectores que no son más que comisarios políticos camuflados. Y por si esto fuera poco, nuestro mayor enemigo en los últimos tiempos (aparte de los pedagogos, que son un mal endémico) es la burocracia. Papeles y papeles inundan los centros: programaciones, listados de alumnos, partes de faltas, informes individualizados, partes disciplinarios... Hasta para tirarse un peo hay que rellenar un papel. Como ilustración fidedigna de esta situación traigo un vídeo elaborado por un compañero anónimo que, aunque cambia el tiempo y el lugar, refleja el mismo drama cotidiano que sufrimos en las aulas.

Dramatis personae: Adolf Hitler: Inspector; Hermann Göring: Director del centro; Joachim von Ribbentrop: Vicedirector; Heinrich Himmler: Jefe de estudios; Adolf Eichmann: Jefe de estudios adjunto; Rodrigo Rato: Secretario; Joseph Goebbels: Orientador; Angela Merkel: Limpiadora. Claustro de profesores, alumnos y alumnas, conserjes y conserjas, personal administrativo. Dirección: El puto amo.

miércoles, 6 de junio de 2012

For president


Es lo que tiene enseñar economía en estos tiempos: que los alumnos están muy interesados y algunas veces te tienes te reír, como hoy, que en un trabajo que he mandado sobre medidas de política económica para paliar la crisis he hecho la siguiente pregunta:

— A partir de los criterios de equidad y eficiencia indica y razona el tipo de acción que diseñarías en el campo de la educación.

Y va un moustro y me responde:

— En la educación se les dejaría a los funcionarios con el sueldo que tienen desde un principio, y no se lo bajaría sin antes haber llegado a un acuerdo entre ambas partes.

¡Entrañable! De diez, por supuesto.

Es la confianza, estúpido


Las noticias que van saliendo día a día en los medios de comunicación sobre el déficit público, la evolución  de la bolsa y, sobre todo, la prima de riesgo del bono español respecto al alemán, se consideran un indicador muy exacto de la coyuntura económica. Se ha llegado al punto de que un cambio significativo en el período de unos días ha encendido todas las luces de alarma en Europa, y se ha especulado (y se especula) muy seriamente sobre la necesidad de una intervención. Nadie duda que la economía española está mal, y la prueba más palpable es el agujero de Bankia, que ha levantado la liebre de algo que se conocía hace mucho tiempo: a saber, que gran parte de los bancos españoles tienen un alto porcentaje de activos ficticios en forma de préstamos incobrables e inmuebles contabilizados muy por encima de su valor real sin haber dotado las correspondientes provisiones. Seguramente algunos de ellos están en situación de quiebra técnica, y sólo son sostenidos por el apoyo del gobierno en forma de inyecciones de liquidez que no se merecen, pero que al mismo tiempo son necesarias para nuestra economía. Pero no quería hablar hoy de eso, sino de las posibilidades que tiene España de salir adelante. Tomaremos la prima de riesgo como principal indicador para los países europeos de nuestra situación. Este indicador se mueve al fin y al cabo por el mismo mecanismo que la bolsa, que no es otro que la ley de la oferta y la demanda, factores a los que en este caso se une una variable de importancia fundamental: la percepción del riesgo-país. Evidentemente, la caída de Bankia ha presionado al alza la prima, y esto es algo que entra dentro de lo natural, pero después hay otros condicionantes, como por ejemplo determinadas decisiones del gobierno español, rumores sobre una posible intervención, desavenencias políticas, declaraciones de un presidente de Gobierno o de un ministro e incluso intereses espurios de otros países de la zona euro, principalmente Alemania y Francia, que zarandean la prima en un corto espacio de tiempo hacia arriba o hacia abajo, cuando en realidad la situación del país apenas ha cambiado. Se puede dar el caso, y a punto estuvo de suceder la semana pasada, que una elevación repentina del interés de la deuda soberana propicie una intervención que seguramente no sería la medida más adecuada, ni para España ni para sus acreedores.

Seamos realistas: la coyuntura económica en España es la que es, independientemente de los indicadores que se utilicen para medirla. Y digo coyuntura, porque a medio plazo estos indicadores sí que son verdaderamente relevantes. Fiar el futuro de nuestra economía a una auditoría cortoplacista y miope me parece una insensatez. Nadie duda de la mala, acaso crítica, situación de nuestra economía, pero en ningún caso se trata de un muro insalvable. Traigo a colación el tan manido concepto de confianza, en donde a mi juicio está la clave. Consideremos el caso de una familia que con la crisis ha visto reducidos sus ingresos hasta un punto en que no son capaces de pagar su hipoteca. El banco tiene dos opciones: una es el embargo, lo que no es en absoluto deseable, pues se verá con un inmueble de un valor muy inferior a la deuda que tiene que cobrar y que además le será muy difícil vender. La otra es refinanciar la deuda. Pongamos por caso que esta familia paga una hipoteca de 900 euros a 20 años. Supongamos que no pueden pagar más de 200 euros. El banco, que confía en su cliente, podría ampliar el plazo de modo que la cuota baje hasta esa cantidad. A lo mejor sale un plazo de 100 años, pero eso no debe constituir ningún problema, pues en el momento en que la situación mejore a esta familia le interesaría volver al plazo anterior para evitar el pago de unos intereses tan grandes, aparte de soportar una hipoteca de tres generaciones. Pues bien: los inversores son nuestro banco, y nosotros, como clientes, debemos convencerles de que, aunque actualmente no podamos amortizar deuda, e incluso tengamos que endeudarnos más, estamos poniendo las bases para que la situación cambie, y de ningún modo caeremos en el impago. Nuestros "bancos" no tienen más remedio que creernos. Pueden mandarnos a esos siniestros señores de negro, pero las consecuencias de una intromisión de ese calibre en un país como España son imprevisibles. También pueden creer en nuestra palabra, y para eso no basta con llenarla de promesas, sino que hay que ir cumpliéndolas. Si las cosas marchan por ese camino la prima de riesgo dejará de asustarnos cada vez que abrimos el periódico, pero para ello es necesaria una condición indispensable: que todos nosotros, ya que estamos subidos en el mismo barco, rememos hacia el mismo lado, o bien icemos las velas y soplemos todos a la vez. En ese caso aflorará esa palabra mágica, confianza, que tan fácil es de nombrar como difícil de conseguir.

P.S. Y para el que no sepa qué es la prima de riesgo, esta explicación resulta sencillita de entender, por lo cachonda.

martes, 5 de junio de 2012

Robert Frost: Fire and ice


Unos dicen que el mundo acabará en el fuego,
y otros dicen que en el hielo.
Por lo que yo he probado del deseo
me inclino por los que prefieren fuego.
Pero si hubiera de morir dos veces,
creo que conozco bien lo que es el odio
para decir que en destrucción el hielo
también es poderoso
y bastaría con él solo.



Some say the world will end in fire,
Some say in ice.
From what I've tasted of desire
I hold with those who favor fire.
But if it had to perish twice,
I think I know enough of hate
To say that for destruction ice
Is also greatAnd would suffice.

lunes, 4 de junio de 2012

Si Unamuno levantara la cabeza...


Últimamente estoy rumiando no entrar al trapo sobre la actualidad económica y política que nos envuelve con tintes tan lúgubres, porque considero que me está perjudicando a mí y a mi escritura. Me desintoxicaré, pues, aunque gradualmente, no vaya a ser que me dé un jamacuco. La indignación nuestra de todos los días se refiere hoy a la noticia del comienzo de la selectividad, donde se recalca que este año los alumnos tendrán que sacar al menos un 5,5 (en lugar de un 5) si quieren beca. Ya la semana pasada el "magnífico" rector de mi ilustre universidad nos envió a todos un correo asegurando que "Los rectores no podemos admitir las propuestas del RD en las actuales circunstancias, porque atentan directamente a la igualdad de oportunidades, especialmente en un contexto de depresión económica". También nos enlazaba el documento de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), firmado por estos "magníficos" y "magníficas" entes pensantes (ignoro si acudieron en Audi, en Vespa, con chófer o con choferesa tipo oteliña), que ratifica la decisión: "Con respecto al proyecto de Real Decreto por el que se establecen los umbrales de renta y patrimonio familiar y las cuantías de las becas para el curso 2012-2013, los rectores han informado desfavorablemente sobre este punto". Pues bien, yo, y como yo creo que muchos más, informo muy desfavorablemente sobre esta decisión de nuestros "magníficos" rectores, a los que sospecho que si Unamuno se los echara a la cara les diría palabras menos amables de las que dirigió a Millán Astray. De modo que con la que está cayendo estos "m... mierdas" se oponen a que se suba la nota de 5 a 5,5 y sea necesario superar el 100% de los créditos. ¡A dónde hemos llegado! Quisiera que los que no sois docentes vierais el nivel académico que tienen los alumnos que sacan un 5,5. ¡Pero si es que la beca no la merecen ni los del 7! Aunque claro, ellos no tienen la culpa -lo digo en serio-; desde pequeños se les ha criado en la cultura del todo es gratis, las palabras esfuerzo y sacrificio hace tiempo que perdieron su significado. Quien de verdad vale para estudiar sale adelante como salía en mis tiempos, en que la beca se la daban al que realmente no tenía recursos, con nota de sobresaliente. Estamos criando una generación de vagos, las becas van destinadas a pagar las botellonas y los coches tuneados, y sé de lo que me hablo, y estos señores rectores se oponen a una medida que a todas luces se queda corta, incluso en los tiempos que corren. Desde luego, visto lo visto, y si tenemos que juntar esfuerzos, lo llevamos claro. Mi único consuelo es que, por los comentarios que leo en prensa, la opinión pública de todos los signos políticos está claramente en contra del comunicado de los rectores. Lo de siempre: los que nos gobiernan son mil veces peores que los gobernados. ¡País...! ¡Región...! ¡Provincia...!

domingo, 3 de junio de 2012

Una antigualla


¡Pues no estaba yo leyendo hace un rato un libro: Azorín, edición de Austral, disfrutando como un enano, y cada vez que tenía que pasar página me sorprendía deslizando mi dedo índice de derecha a izquierda sobre lo que yo, animal de costumbres, pensaba que era una pantalla táctil...! ¡Y no se pasaba la página! Al final tenía que usar los dos dedazos para poder seguir leyendo en ese formato obsoleto. ¡Puafff!

P.S. Se me olvidaba decir que la sensación de tocar el papel con el dedo creyendo que era la pantalla fue sumamente desagradable, tan rugoso, yo que esperaba un suave cristal.

P.P.S. Todo lo que cuento es verídico, porlagloraimimadre.

sábado, 2 de junio de 2012

Apuntes (164): Speer, Jesse Owens y el Hitler de los calentadores




Leyendo las memorias de Albert Speer, arquitecto oficial y ministro del III Reich, se me desmontan algunas ideas preconcebidas que tenía sobre Hitler. Una es su nivel de actividad, que yo creía febril, pero al parecer pasaba largos períodos de descanso, hacía perder el tiempo a sus colaboradores, redactaba sus discursos en el último momento y se dedicaba a revisar planos de sus obras megalómanas e incluso a diseñarlos, seguramente para satisfacer su vocación frustrada de arquitecto.

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Y como anécdota, si es que se puede considerar así, es conocida la rabia que le causaron al Führer las victorias del atleta norteamericano de raza negra Jesse Owens en las olimpiadas de Berlín del 36, delante de toda la plana mayor nazi. Yo pensaba que se debía a la puesta en evidencia de la pretendida superioridad de la raza aria, pero Speer nos sorprende: resulta que la ira de Hitler se debió a que pensaba que la raza negra es mucho más atlética y es imposible superarla, ya que se trata de seres más primitivos, digamos que más cercanos a los monos. Él reclamaba que el Comité Olímpico debería haber prohibido la participación a los negros, para eliminar tamaña injusticia.

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Al leer a Speer es inevitable reflexionar sobre lo que fue la Alemania nazi. Él era una persona "normal" (si es que se puede aplicar a alguien este concepto). Arquitecto joven, de una familia bien situada, brillante, sin trabajo en medio de la tremenda depresión que se dio en Alemania durante la República de Weimar. Desencantado, se afilia al partido, como otros tantos, los caminos del azar le llevan a entablar contacto con Hitler, que inmediatamente queda seducido por su brillantez como arquitecto. Un encadenamiento de circunstancias le lleva a ocupar el puesto de arquitecto principal del Reich antes de la guerra. Proyecta junto al Führer obras megalómanas: avenidas kilométricas con una anchura de más de cien metros; una sala de reuniones rematada con una cúpula de 250 m de diámetro y a 220 m de altura, donde cabrían varias basílicas de San Pedro, una nueva Cancillería con un despacho para el Führer de 960 m 2, al que se llegaba tras franquear unas puertas de cinco metros de altura y recorrer una galería de 150 m de largo... Por si nos quedaba alguna duda, Hitler había perdido hacía tiempo la chaveta, quién sabe si nada más nacer, igual que Göring, que se hizo construir una mansión fastuosa. Lo raro es que un tipo como Speer le siguiera el juego. Cuando su padre septuagenario, también arquitecto —igual que su abuelo e incluso el hijo de Speer, del mismo nombre, un arquitecto hoy en activo muy laureado,—,  fue llamado a ver los proyectos, reaccionó con gran sentido común, y reprochó a su hijo que se había vuelto loco. Speer lo reconoce veinte años después, se asombra ante la ostentosidad de su obra, él que aspiraba a la sencillez del mundo dorio. Pero el III Reich no era por entonces más que un montón de cenizas, y sólo la compañía de Rudolf Hess y un puñado de antiguos camaradas en Spandau le recordaba que aquello fue real, demasiado real.

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Y a pesar de lo normal que se nos presenta este hombre, lo diferente que se ve de los demás en las fotografías, con ese aire de intelectual y de buena persona, por mucho que dijera en Nüremberg, él, quizá la persona más cercana a Hitler, ministro de Armamentos del Reich, tuvo forzosamente que tener noticia de la Solución Final.

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No sé si la frivolidad es de muy buen gusto en una entrada como ésta, pero no puedo resistirme a contar la anécdota de un "chapuzas" que vino a mi casa hace años para reparar la caldera de gas. Le pregunté por la calidad del aparato, marca Chaffoteaux, y el hombre se deshizo en elogios, lo mejor del mercado, una maravilla, y como ya no sabía qué más añadir, para que no me cupiera duda de lo afortunado que era, me dijo: —Para que usted lo entienda: Es el Hitler de los calentadores.

viernes, 1 de junio de 2012

Emily Dickinson: "Hope" is the thing with feathers


La esperanza es esa cosa emplumada
que se posa en el alma,
y entona su melodía sin palabras,
y nunca deja de cantar,

Y se oye, dulcísima, en la ventisca;
e inclemente ha de ser la tempestad
que pueda confundir al pajarito
que a tantos da calor.

La he oído en las tierras más frías,
y en los mares más extraños;
pero nunca, ni en lo más extremo,
me pidió una sola migaja.




"Hope" is the thing with feathers
That perches in the soul,
And sings the tune without the words,
And never stops at all,

And sweetest in the gale is heard;
And sore must be the storm
That could abash the little bird
That kept so many warm.

I ’ve heard it in the chillest land,
And on the strangest sea;
Yet, never, in extremity,
It asked a crumb of me.