domingo, 9 de marzo de 2025

Siempre vuelve (2011)



Ha llegado otra vez a permear mi cuerpo
con dientes transparentes cortantes como el hielo,
y yo no puedo huir, tampoco quiero huir.

- ¿No te acuerdas de mí? Éramos uña y carne.
Yo no quería dejarte, y tú me traicionaste
con aquellos acordes, y te perdí de vista.

No sé para qué ha vuelto, si ya no soy el mismo.
Ahora tengo casa, y he vivido en la sierra,
y cuando el sol asoma por detrás de la Peña
a veces me emociono y lloro como un niño;
y la felicidad tiene nombre de pájaro,
y el timbre de las risas resuena en mis oídos
en las mañanas límpidas, que duelen de tan blancas;
y cuando alguna nube asoma por el cielo
ya no la temo, no; admiro su blancura
y acaricio su lomo con la mirada nueva
que entonces no tenía, porque yo estaba preso;
y cuando el cielo rompe con furia de tormenta
no tengo ningún miedo, me empapo de esa lluvia,
la misma lluvia limpia que antes era negra;
y cuando por la noche admiro el firmamento
renacen las estrellas que se me habían muerto
despacio, sin saberlo, como se muere un padre.

- Tú no me has olvidado; y ahora estoy aquí
contigo de nuevo, para que no estés solo.

Y era ella quien hablaba, con esa voz oscura;
era ella, de vuelta, y nunca se había ido,
aunque yo me engañaba mirando hacia delante
con ojos muy abiertos, prendados de tu luz
que todo lo inundaba en baños de alegría.

[…]