miércoles, 12 de diciembre de 2012

Solo en casa


Cada respiración destapa una sinfonía de gatos encerrados. Decíamos ayer, decimos hoy, que uno es siempre el mismo, aunque el frío, la fiebre y unos demonios antiguos se instalen cada día en la cocina. No puede ser verdad tanta luz blanca. Ayer me despertaron unos niños jugando a la pelota en la terraza. Sonreían inocentes, sin miedo, pero al tocar la puerta con la mano se hicieron humo. No puedo recordar tu nombre, sé que te llaman miedo. Desidia es aún peor, o falta de futuro, de presente y de pasado.

7 comentarios:

Dyhego dijo...

Monsieur Ridao:
Llámalo vida, simplemente.
Salu2.

Alonso CM dijo...

Casi prefiero pasar miedo a lo que se expresa en el texto...
Sin coñas, un magnífico poema.

Un abrazo

Paco dijo...

¡Vive Dios!

Qué bien te ha sentado este barbecho.

José Miguel Ridao dijo...

Gracias a los tres. Lo cierto es que he pillado una bronquitis que hace que cada vez que respire salgan maullidos gatunos de mis entrañas.

Abrazooojojojoj...

Rocío. dijo...

Por fin has aparecío,Ridaooo,anda que no tiene tu rollo ni ná,ya iba yo air a Álajar a vé que te pasaba,como deje de escribí otra vez te mando a la guardia civil.
Un beso navideño.

pitusa dijo...

me alegro de que estés de nuevo en la brecha, después de casi un mes. Un abrazo

José Miguel Ridao dijo...

Vaya, Rocío, si lo sé aguanto un poco más y te invito a comer un jamoncito, que con lo de Bollywood no te dejaste ver.

¡¡Pitusa, qué sorpresa!! Nos acordamos mucho de Pitusina y de los pitusitos, espero que estén todos bien. Te he visto en el guasap, por ahí te voy a hablar.

Besos.