martes, 19 de noviembre de 2013

De traducciones, higueras y peces de Babel



Estoy leyendo en su versión original en inglés un interesante ensayo de David Bellos sobre la traducción. Su título: Is That a Fish in Your Ear?: Translation and the Meaning of Everything. En español se ha traducido como Un pez en la higuera. Una historia fabulosa de la traducción. Mal empezamos. Uno de los axiomas que se proponen es que a efectos de comunicación lo inefable es irrelevante, precisamente porque no se puede transmitir, y en consecuencia todo lo que pueda ser expresado en un lenguaje lo puede ser también en otro, incluyendo la poesía, de la que son muchos los que afirman que es intraducible, y en todo caso da lugar a un poema nuevo. Estamos de acuerdo con la sutil disquisición del autor, pero lo que ya no se ve tan claro es la posibilidad de transmitir esa idea, ese mensaje, de una manera fidedigna. En las instrucciones de una lavadora la labor es mucho más sencilla que en un poema, donde el traductor debe ser él mismo un poeta para producir ese efecto milagroso de comunicación que no desvirtúe el original, ni para mal ni, ojo, tampoco para bien, pues no son pocos los casos de traducciones de poemas más brillantes que su fuente, lo que no sé si es loable desde el punto de vista utilitario de la labor de la traducción. No hay que irse muy lejos para comprobar un ejemplo de lo que digo: el propio título del ensayo en inglés, Is That a Fish in Your Ear, hace referencia al serial británico de ciencia ficción The Hitchhiker's Guide to the Galaxy, emitido originalmente por BBC Radio en los años 70 y convertido posteriormente en cómic, libros, series de TV e incluso película. En el mundo anglosajón goza de enorme éxito, y en él aparece el llamado Pez de Babel, descrito en Wikipedia en estos términos: "The Babel fish is small, yellow, leech-like, and probably the oddest thing in the universe. It feeds on brain wave energy, absorbing all unconscious frequencies and then excreting telepathically a matrix formed from the conscious frequencies and nerve signals picked up from the speech centres of the brain, the practical upshot of which is that if you stick one in your ear, you can instantly understand anything said to you in any form of language: the speech you hear decodes the brain wave matrix." En definitiva, un pez que se introduce en tu oído y hace de traductor simultáneo, de modo que se puede entender cualquier palabra que nos digan, por muy extraño que sea el lenguaje. Evidentemente, en el mundo de habla hispana no tenemos la referencia cultural de este intrépido pececillo, por lo que una traducción literal como Es un pez eso que tienes en el oído? no cumpliría con el objetivo de comunicación. Se ha optado por lo del pez en la higuera, pero, francamente, no veo la relación con el mensaje del título original. Se podría haber puesto como título el contenido de la presente entrada, pero me temo que los editores no habrían tragado. Entonces, ¿qué traducción hay para ese título? ¿No sería un título "intraducible"? Me gustaría que Mr. Bellos contestara a esta pregunta, aunque fuera en arameo.

4 comentarios:

Dyhego dijo...

Monsieur Ridao:
Estoy totalmente a favor de la traducción y del doblaje de las películas.
Leer a mi Murakami en japonés sería una gozada, pero no sé japonés. Entender lo que dice Marilyn Monroe en La tentación vive arriba debe ser una experiencia sensitiva, pero no sé inglés.
Que el traductor y el doblador sean buenos y hagan un trabajo concienzudo, con eso me basta.

Salu2 trauci2.

Premio: ""¡Agarrámela, que me meo!

MAAG dijo...

¡En la torre de Babel! funcionaría al menos en México; un título que llama a Babel y a la traducción que linda entre la permanencia, creación o el desastre (¡en la torre!, diríamos en México).

Paco dijo...

Y la portada del libro, qué, ehn?

José Miguel Ridao dijo...

Muy mal, Dyhego, ¿qué hace usted que no estudia japonés? Menudo fan de pacotilla de Murakami...

MAAG: desde luego, mejor título que el de la higuera. Mejor "En la torre", sin Babel, que es demasiado obvio.

Paco: la portada es genial, hay que reconocerlo. No tiene nada que ver con el libro, pero es genial.

Abrazos amurakamados.