miércoles, 14 de octubre de 2015

La lengua del poeta


Hace un tiempo, leyendo un ensayo de Eliot anoté esta reflexión, no sé si literal: "La poesía no debe ser social nunca. El poeta se debe ceñir a su propia lengua".

Y es ahí justo donde radica la grandeza: en el interior. Quien hace de su arte una mera exhibición podrá tener admiradores, pero su obra no pasará de unos vistosos fuegos de artificio. Quien bucea muy profundo sin preocuparse de lo que pasa fuera, y además tiene la suerte de albergar un tesoro escondido, y aún le quedan fuerzas para sacarlo fuera arrastrándolo, como hizo Cervantes con su Quijote durante tantos años, ése sí que es un gigante. Homero, Dante, Shakespeare, Owen, Pound y algunos otros locos que nos hablan una lengua de ultratumba que no es social, ni lo pretende, porque tienen vocación universal.

3 comentarios:

Dyhego dijo...

Social, urbana, campestre o montañera, la poesía debe salir del corazón (qué cursi)- Las "nanas de la cebolla" de Miguel Hernández pueden ser calificadas de "poesís social", pero va ás allá. Si solo fuera una denuncia y nohubiera algo más, sería como un anuncio de Cáritas.
Vamos, digo yo, que no sé na de na.

Juan Carlos Téllez Gracia dijo...

Creo que quien escribe de verdad, en el fondo siempre lo hace sobre lo mismo, siempre lo hace sobre sí mismo, todo está empapado de sí mismo, de su visión, de su alma, de su propia lengua perfumada con su propio estilo.

Salud.

Blimunda dijo...

Querido José Miguel Ridao, encuentro muy acertada su reflexión aunque creo que no debería de emplear esa expresión tan grande de "nunca", me da yuyu, la verdad.
Y que conste que me apasiona la Dickinson, por ejemplo.

Reciba mis más cordiales saludos.