No hay pastilla para este dolor. Ni terapia. Ni remedio. No es dolor, es vacío, es pérdida inapelable. No hay descanso tampoco. Los recuerdos dulces se hacen amargos. Y duelen. Y no importa que pase el tiempo, como me decían. Si acaso lo acrecienta, porque estoy más lejos de la dicha. Quizás no es bueno haber sido tan feliz. No lo sé. Hace tiempo que ya no sé nada.
Un frío antiguo
-
Las piedras permanecen casi incólumes, sólo se aprecian unas breves
lesiones provocadas por la razón malentendida: unos capiteles
desorientados, column...
Hace 18 horas
