No hay pastilla para este dolor. Ni terapia. Ni remedio. No es dolor, es vacío, es pérdida inapelable. No hay descanso tampoco. Los recuerdos dulces se hacen amargos. Y duelen. Y no importa que pase el tiempo, como me decían. Si acaso lo acrecienta, porque estoy más lejos de la dicha. Quizás no es bueno haber sido tan feliz. No lo sé. Hace tiempo que ya no sé nada.
La Economía de los Datos
-
Por Isaac Baley (UPF, CREI, BSE, CEPR) Vivimos en una era donde los datos
no solo acompañan nuestra actividad económica, sino que se han convertido
en el m...
Hace 4 horas