No hay pastilla para este dolor. Ni terapia. Ni remedio. No es dolor, es vacío, es pérdida inapelable. No hay descanso tampoco. Los recuerdos dulces se hacen amargos. Y duelen. Y no importa que pase el tiempo, como me decían. Si acaso lo acrecienta, porque estoy más lejos de la dicha. Quizás no es bueno haber sido tan feliz. No lo sé. Hace tiempo que ya no sé nada.
Revoluciones sin causa
-
Frau mit gelber Maske (mujer con máscara amarilla). 1917.
Max Pechstein (1881-1955)
Cada vez estoy más convencido de la inutilida...
Hace 2 días