No hay pastilla para este dolor. Ni terapia. Ni remedio. No es dolor, es vacío, es pérdida inapelable. No hay descanso tampoco. Los recuerdos dulces se hacen amargos. Y duelen. Y no importa que pase el tiempo, como me decían. Si acaso lo acrecienta, porque estoy más lejos de la dicha. Quizás no es bueno haber sido tan feliz. No lo sé. Hace tiempo que ya no sé nada.
LA TEORÍA LITERARIA DEL JUGUETE ROTO
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*Que la vida iba en serio uno lo empieza a comprender más tarde…*
Jaime Gil de Biedma.
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Hay un cuento terrible del escritor ita...
Hace 10 horas
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