domingo, 29 de septiembre de 2024

Brucia la terra


Gran parte de la fascinación que nos produce la saga de El Padrino proviene del contraste entre la dura vida de la familia en Nueva York y el retrato idealizado que se hace de Sicilia, con su cultura y tradiciones milenarias, donde llega Michael por primera vez huyendo del crimen que ha cometido y encuentra un mundo que ahonda en sus raíces. Es en el Corleone de sus ancestros donde se enamora, por primera y única vez en su vida, de una Apollonia que para él encarnaba toda la belleza y autenticidad de la tierra. Sabemos que esta historia de amor tiene un terrible epílogo, y Michael nunca volvió a ser feliz. En la tercera parte, ya envejecido, rememora con emoción a los sones de una canción siciliana aquellos días de vino y rosas, bajo la mirada inexpresiva del nuevo consigliere.

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