viernes, 16 de agosto de 2013

George Moore y la modernidad



Desde hace un tiempo estoy decidido a dejarme llevar en mis lecturas por las recomendaciones de gente de fiar, que generalmente se refieren a libros cuyos autores llevan muertos al menos medio siglo. Es el caso de Cyril Connolly y su lista de cien libros clave del movimiento moderno, todo un filón, con la ventaja de que se pueden encontrar muchos de ellos gratis (y legalmente) en internet, por ejemplo en la página del proyecto Gutenberg. Acabo de terminar Memoirs of my Dead Life, de George Moore, una verdadera delicia. Se trata de un libro inclasificable, dividido en trece capítulos a modo de relatos independientes, pero que en realidad no son capítulos, ni relatos propiamente dichos, sino pinceladas trazadas de modo magistral por el escritor irlandés referidas a sus propias experiencias vitales, sus viajes, su modo de entender la estética, la poesía, la vida en definitiva, y todo ello en una prosa evocadora, trufada de una rara belleza. Estamos ante la obra de un hombre culto, refinado y, sobre todo, inteligente, que muchas veces nos hace sonreír y casi siempre nos mueve a la reflexión: “Mirth is enchanting only when the source of it is the intelligence. Vacuous laughter is the most tiresome of things” (La risa es encantadora sólo cuando nace de la inteligencia. Las carcajadas vacías son la cosa más tediosa). A Moore debo la observación más aguda sobre la utilidad de la religión para el hombre moderno:  “Some fruits are better dried than fresh; religion is such a one, and religion, when nothing is left of it but the pleasant, familiar  habit, may be defended, for were it not for our habits life would be unrecorded, it would be all on the flat, as we would say if we were talking about a picture without perspective” (Algunas frutas son mucho mejores desecadas que frescas; la religion es una de ellas, y, cuando no queda más que el hábito agradable y familiar, puede ser defendida, porque si no fuera por nuestros hábitos no quedaría registro de la vida, todo resultaría plano, como diríamos al hablar de un cuadro sin perspectiva”. O esta observación sobre la naturaleza y el amor: “Birds understand love better than all animals, except man”. Todo el libro es una sucesión de impresiones profundas, un alarde de inteligencia sencillo y sin complejos, un reto a la moral victoriana que crucificó a Moore por su atrevimiento, pero que nos llega hoy fresco, mucho más moderno que las obras de nuestros contemporáneos.

Imagen: Retrato de George Moore por Edouard Manet (1879).

3 comentarios:

Dyhego dijo...

Ya veo que aprovecha usté el verano, monsieur Ridao.
Salu2 a la espera de que se prodigue usté un poco más.

Dyhego dijo...

He mirado en Amazón kindle pero no hay nada del hombre éste en español, así que, me quedaré con los párrafos que has traducido.
Salu2, Monsieur Ridao.

José Miguel Ridao dijo...

Aprovecho más bien poco, Dyhego, pero bueno...

El libro de Moore está traducido al español, pero descatalogado. Es una edición argentina del 49. Se puede comprar en Iberlibro, pero hay taaaantas cosas en que gastar el pooooco dinero que tenemos...

Un abrazo pródigo.