Escucho el adagietto de la quinta sinfonía de Mahler y mi vida desfila ante mis ojos. No es gran cosa mi vida, un pobre conjunto de banalidades, si exceptuamos el único amor. El peso de sentir, decía Pessoa, y eso es lo que me abruma mientras oigo las cuerdas in crescendo. No me dicen nada y me dicen todo. Tadzio; ¿o se llamaba Tesio? Ahora es fácil averiguarlo, pero no merece la pena, ¿para qué? No tengo nada en común con ese muchacho, pero la música nos une.
El apagón de España: lecciones para un futuro energético resiliente
-
Por Elisa Trujillo-Baute Vaya susto nos llevamos hace unos días con ese
apagón a nivel nacional, ¿verdad? Todavía resuenan las conversaciones sobre
la frag...
Hace 8 horas
No hay comentarios:
Publicar un comentario