Escucho el adagietto de la quinta sinfonía de Mahler y mi vida desfila ante mis ojos. No es gran cosa mi vida, un pobre conjunto de banalidades, si exceptuamos el único amor. El peso de sentir, decía Pessoa, y eso es lo que me abruma mientras oigo las cuerdas in crescendo. No me dicen nada y me dicen todo. Tadzio; ¿o se llamaba Tesio? Ahora es fácil averiguarlo, pero no merece la pena, ¿para qué? No tengo nada en común con ese muchacho, pero la música nos une.
LA TEORÍA LITERARIA DEL JUGUETE ROTO
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*Que la vida iba en serio uno lo empieza a comprender más tarde…*
Jaime Gil de Biedma.
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Hay un cuento terrible del escritor ita...
Hace 10 horas
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