Las galas del difunto
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¿Quién me iba a decir a mí, que cuando murió Franco tenía solo dieciséis
meses, que medio siglo más tarde el Presidente del Gobierno, no contento
con da...
Hace 4 horas
El cuaderno de José Miguel Ridao
7 comentarios:
Salu2 sevillanos, monsieur Ridao.
Virgilio jamás participó, que se sepa, en ninguna batalla. Pessoa no vivió ni la vida de Caeiro ni la de Álvaro de Campos (por ejemplo, no sabía conducir, aunque AdeC sí; recuérdese "Al volante del Chevrolet..."). No consta que Dante recorriese de veras el otro mundo (ni siquiera que lo haya). Shakespeare..., et sic de caeteris. No es imprescindible limitarse a la propia experiencia. Podemos por tanto sentir, y expresar con autenticidad, lo que no hemos vivido ni "conocemos de primera mano". Es cuestión, pienso, de amplitud de espíritu, y sobre todo de talento.
Ya he visto tu foto, Dyhego, y me alegro de que te esté gustando la ciudad, a pesar de la lluvia.
No creas que no he pensado en Pessoa, Pedrete, pero él sentía plenamente lo que escribía, y a eso me refiero: eso es lo que da autenticidad a una obra, no es necesario tener una vida ajetreada, pero sí una corriente interna fecunda, plena.
Abrazos.
Dicho así, me apunto, claro. Amplitud de espíritu y talento, dije yo; ¿no vendrá a ser lo mismo?
Ese mismo mecanismo interno que a veces no te deja dormir.
Un abrazo, José Miguel.
De lo que se siente no, por amor de Dios. Vade retro.
Lo mismo es, Pedrete.
Paco: ...y otras veces hace que desees no despertarte nunca.
Bueno, Antonio, se puede disfrazar un poco ese sentimiento.
Abrazos.
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