viernes, 23 de agosto de 2013

Las cuentas de San Bartolomé (Alájar, 1865)


Estoy teniendo un verano de lo más lector. Mi último descubrimiento, en la bliblioteca de Alájar, es la magnífica monografía del profesor Manuel Moreno Alonso: La vida rural en la Sierra de Huelva: Alájar. Lo añejo del estudio, de finales de los 70, no empaña en absoluto su interés; se trata de un libro ampliamente documentado y escrito en un estilo ameno, accesible a todos los públicos, y que cualquier amante de la modesta historia de los pueblos serranos, en especial Alájar, leerá con deleite. Entre otras muchas perlas, hoy entresaco esta jugosa lista de gastos que aparece en el Libro de Cuentas de San Bartolomé, conservado en el Archivo Parroquial de Alájar, correspondiente a la romería del año 1865:
98 reales por decir la novena y la función religiosa el cura; 40 reales a los diáconos; 35 reales al sochantre; 25 reales al sacristán; 10 reales a los monaguillos; 120 por el sermón; 40 reales por el tamboril; 24 reales al albañil por levantar las goteras; 5 reales por la búsqueda del tamborilero en Galaroza; 17 reales a otro hombre que se mandó a Zalamea para traer el tamborilero; 2 reales por una vidriera para el retablo; 13 reales por tres arrobas y media de cal para el blanqueo de la ermita; 5 reales por escobas y aljofifas; 15 reales a un hombre por traer agua de aseo; 15 reales a un hombre, día y medio, trayendo agua para beber las gentes; 3 reales a dos mujeres durante tres días para el aseo y limpieza del Santuario; 50 reales por un refresco en la mayordomía.
 No me digan que no es curioso: 120 reales por un sermón, 15 reales a un hombre día y medio acarreando agua; 3 reales a dos mujeres por tres días limpiando. Igualito, igualito…

3 comentarios:

Dyhego dijo...

Por 120 reales declamo. Yo unos sermones que pondrían los pelos.de punta hasta al cerdito que lleva san Roque. Salu2, monsieur Ridao

Dyhego dijo...

Por 120 reales declamo. Yo unos sermones que pondrían los pelos.de punta hasta al cerdito que lleva san Roque. Salu2, monsieur Ridao

José Miguel Ridao dijo...

Y es que además era un capital, creo que una casa valía poco más de mil reales.

Si los curas comieran piedras del río...