En los años 70 España era un país de tipos morenos, bajitos y generalmente cabreados, que miraba con asombro y mal contenida envidia a los gigantones rubiancos que venían del norte a visitar nuestras playas o a llevárselo calentito jugando al fútbol: una especie de dioses suecos, daneses o alemanes que parecían salidos del Walhalla y que proclamaban sin complejos las excelencias de la raza aria, que por comparación con la carpetovetónica parecía ciertamente superior, al menos en robustez y buena presencia. Ahora, como todo el mundo sabe, hemos puesto las cosas en su sitio demostrando que con una buena alimentación mantenida durante generaciones somos capaces de generar atletas y campeones, más incluso que cualquier país europeo. Uno de los primeros futbolistas rubios que recuerdo es Günter Netzer, que fichó por el Madrid en la época del apogeo del fútbol alemán, cuando ganaron su mundial del 74 con ese equipazo liderado por Beckenbauer. Venía del mítico Borussia Mönchengladbach, que sólo el nombre del equipo ya daba miedo, y posaba con este desparpajo:
Pero hete aquí que con el tiempo unas razas mejoran y otras no tanto, y el otro día me topé con la imagen de Netzer, que ahora es un comentarista deportivo en la televisión:
Sí que cambia la gente, y el caso es que me recuerda a alguien, no sé, no sé, carambirurí, carambirurá, vaaya careeetooo... ¡¡Eso es, el Fary!!
Para que vean en qué queda la raza aria: el nibelungo de antaño es ahora el Fary alemán.
11 comentarios:
Monsieur Ridao:
El torito bravo descalzo con botines tiene que ser la releche en alemán...
Gutenmorguen.
Salu2.
José Miguel, llevo un rato partiéndome de risa... ¡Es cierto! ¡De Sigfrido al Fary, que en paz descanse! Sic transit gloria mundi.
Un saludo :)
bueno, bueno. Si es que en pasando el tiempo, todos calvos!
Y me pregunto yo, nuestro bajito y cabreado Fary, Dios lo tenga en su Gloria, ¿será ahora -donde quiera que esté- un rubio nibelungos?
¡Mecangüenla! ¡Qué cabrón el tiempo, cómo nos pone en nuestro sitio!
Si el Fary levantara la cabeza, lo mismo se marcaba un pasodoble. O embestía como un torito bravo.
Abrazo.
El montaje no da para el juego de las siete diferencias. Yo solo veo una, el color de la corbata.
Genial, José Miguel; los años es lo que tienen, que no perdonan ni a los hermosos bárbaros del norte, y al final, al final, igualaditos en la decrepitud todos.
Un abrazo, Javier.
Entonces, pa que yo me entere, si la imagen de los deportistas arios es la de nuestro grandioso y querido Fary, las míticas valkirias teutonas (ojo, he dicho te u tonas)¿se parecen a la Merkel?
!Que disgusto!
Un saludo
Dyhego: ...y con botas de tacos jugando en el Mönchengladbach, no te digo ya.
Antonio: fue un placer conocerte ayer.
Anónimo: que me lo digan a mí.
hassprin: quién sabe. A ver si alguien se anima a hacer un montaje, aunque me temo que el viaje inverso es más difícil.
Elías: se te echó de menos en la tertulia. El Fary se descojona seguro, y le da una colleja a Netzer.
Álex: la has clavao.
Javier: ¡qué bien verte por aquí! Ahí tenemos a la Merkel, un poné.
Naranjito: las valquirias teutonas serían entonces unas verduleras con los brazos en jarras. Vamos, que pierden todo el glamour...
Abrazos a discreción, que hay muchos amigos que hace tiempo que no saludaba.
No tiene tú malage ni ná...
Si es que me lo ha puesto a huevo, Paco.
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