martes, 21 de agosto de 2012

Átropos



Después de la tempestad viene la ira de los guardianes del cielo. Una gorgona ha cruzado el horizonte cuando yo miraba, y he convertido en piedra sus serpientes venenosas. No me asustan tus cabellos de plata, ni temo a las furias desatadas tras mis pasos. Hace poco que vivía tranquilo en mi hogar; jamás oí hablar de los castigos de la antigua raza de los olvidados. No hay oráculo que venza a los poderes del hombre nuevo, ni inteligencia que supere a los antiguos mitos. Cada noche se hace tarde a la misma hora, y ya no sé cómo seguir engañando a los que no me escuchan. Una respuesta incandescente flota en el aire cada noche, y nadie se atreve a despertar la curiosidad de los antiguos dueños. La más joven de las parcas sigue hilando mi vida. Átropos espera con sus cabellos de plata. Sonríe al verme envuelta en su túnica dorada. Yo le devuelvo la sonrisa, quisiera poseer esas tijeras. No puedo temer lo que no es mío.  

2 comentarios:

Rafael Hidalgo dijo...

No es lo peor que corte nuestro hilo de la vida, sino el de aquellos a quienes amamos.

José Miguel Ridao dijo...

Ahí es donde hace daño, la muy parca.