Voy dando respuesta poco a poco a los acertijos del otro día.
Si el Gobierno (tendría que ser el europeo) retirara de la circulación los billetes de 500 euros, más conocidos como
binladen, en un tiempo prudencial, digamos tres meses, sin lugar a dudas el dinero negro afloraría, o, dicho de otro modo, los cientos de millones de
binladen que hay en circulación, que han usado nuestro país como refugio predilecto, deberían salir de sus escondrijos con sus manos en alto o bien quemarse a lo bonzo. Se me ocurren varias consecuencias de esta medida, tan fáci de implantar que causa muchas sospechas sobre la voluntad política de acabar con el dinero negro (el mero lanzamiento de billetes con un valor facial tan alto ya es de por sí muy sospechoso).
- En los tres meses previos a su extinción, los
binladen empezarían a circular repentinamente en manos de gentes que hasta la fecha no los habían catado. A cambio, las bolsas de muchos ciudadanos aparentemente honrados se llenarían mucho en volumen con billetes de 50 euros saliendo por las costuras, si bien por alguna oscura razón el valor global de la bolsa se vería reducido.
- Se produciría un incremento aún mayor del que se registra actualmente de la suerte de ciudadanos pudientes en numerosos juegos de azar. Prácticamente no quedarían décimos de lotería en manos de los menesterosos, aunque este hecho no les causaría ninguna tristeza.
- Se agotarían los coches de lujo (y de no lujo) en los concesionarios. También se agotarían los yates, aunque aquí iban a caer todos como moscas, si es que los señores inspectores de Hacienda así lo estimaran oportuno (igual que pasaría en los coches de lujo).
- La droga y la prostitución sufrirían un duro varapalo, aunque se recuperarían a medida que los billetes más pequeños empezaran a adquirir tintes negruzcos.
- El dinero negro de origen no delictivo seguiría circulando prácticamente en su totalidad, por lo que el daño a las economías domésticas no sería grande.
- El sector del lujo conocería unos meses de auge, pero después caería en picado, sobre todo los vendedores de anillacos y pulserazas de oro.
- El descenso en la cantidad de dinero en circulación debería ser contrarrestado por el Banco Central Europeo, para no incurrir en un descenso de la actividad.
En fin, yo veo más ventajas que inconvenientes, no sé vosotros, sobre todo después de haber soltado mi último
binladen a cierto tapicero trapacero y trapichero.
7 comentarios:
Monsieur Ridao:
Una vez vi uno... y ya no me acuerdo ni de lo que llevaba dibujado...
500 salu2.
(au revoir, sin "e")
¡Es verdad! Claro, uno se cree que todas las palabras francesas acaban en "e".
Gracié muché.
Jopé, voy a ir sacando mis fajos de la caja fuerte, ya que andas dando ideas.
;-). ;-)
Aun así te va a ser imposible colocarlos todos, Mery. Yo me ofrezco a gestionarlo todo a través de mi blog, sin compromiso.
Vale, pero que no se entere nadie.
;-I
Obsérvese el detalle de que no hay sonrisa, lo que convierte el emoticon en un guiño de complicidad, y no de broma.
;-|
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