jueves, 6 de mayo de 2010

En tor bebe

No sé por qué me he estado acordando hoy de los zapatazos que le largó un periodista iraquí al entonces presidente de los Estados Unidos George Bush. Se me quedó grabada la cara de concentración del tejano para eludir los proyectiles pedestres. ¡Qué agilidad! ¡Qué instinto felino! Ahí estaba el tío, atento al enemigo, presto a esquivar sus ataques, más seguro de sí mismo que nunca. Vean, vean...



Y acto seguido me he imaginado a alguien que yo me sé en el lugar de Bush. Me apuesto lo que sea a que habría recibido los zapatazos en los morros mismamente. En tor bebe, vamos. Pero, eso sí, se habría levantado airoso con una sonrisa bobalicona.

Y es que yo pienso que un buen político debe tener ante todo unos cojones bien puestos, y a partir de ahí ya podrá gustarnos más o menos. Pero si faltan los cojones... así nos luce el pelo.

13 comentarios:

Torcuato dijo...

Ya se conoce el dicho: Zapatero a tus zapatazos.

Alejandro Muñoz dijo...

Mismamente.

eres_mi_cruz dijo...

con el Manic Miner...
el Sock and Awe! siempre fue uno de mis juegos favoritos...

Dyhego dijo...

¡Eso, eso! El primer requisito para presentarse a las elecciones es pasar una revisión testicular, avalada (y "ovalada") por la Miembra Bibiana. Por cierto, dado que las gónadas no son perfectamente simétricas, ¿qué dirá ante este fenómeno que se resiste a la igualdad paritaria la susodicha miembra Bibiana?
Salu2 escrotiles

Liliana G. dijo...

Los zapatazos a Bush, fueron de antología, aún hoy los sigo disfrutando. En cuanto a esos "otros" que por las Españas lo debieran recibir, me causó muchísima gracia eso de que le darían en pleno morro, ya que trasladándonos a las Argentinas, si por aquí le dieran a "otras", con la cantidad de botox que ostenta en dicho lugar, haría que su morro repeliera el zapatazo y lo lanzara en contra del agresor, de rebote. Jajajajajaja

Pero... ¡Qué ganas de probar suerte! :)

Besotes, Ridao.

Rocío. dijo...

Pozí,para ser político hay que estar preparado para todo,y tener siempre la sonrisa profiden puesta,yo si alguna vez estoy en la política( dios no lo quiera),y me tiran un zapatazo,vamos me da seguro.

Muñoz Escasso dijo...

Ridao, yo creo que los reflejos de Bush están desarrollados de tanto conducir borracho, es mi humilde opinión...y que bien estaba él en su rancho poniéndose ciego en vez de ponerse a dirigir a los USA.Zapatero es mu tonto, tan tonto que reniega de vallisoletaneidad, pero Bush no es ejmplo de nada, Ridao.Nuestro Bambi tiene sonrisa de pelele, pero George mirada de subnormal.
Su hermano habrá encontrado ya la República Española en el mapa?

José Miguel Ridao dijo...

... y a tus zapatazos, Torcuato.

... y mayormente, Álex.

Genial, eresmicruz. El juego es acojonante. Gracias.

Hombre, Dyhego. Yo creo que las miembras deben ante todo tener un par de melones. ¿No crees?

Abrazos meloneros.

José Miguel Ridao dijo...

El nuestro no tiene botox, Liliana, pero no le hace falta. Puedes probar suerte en el enlace de eresmicruz. Sólo imagínate la cara de la susodicha en lugar de Bush.

No te metas en eso, Rocío, por favor.

Yo no defiendo a Bush, Escasso, y menos a su hermano, pero hay que verlos en su entorno. En USA los políticos nunca son profesionales, tienen méritos anteriores, por muy discutibles que sean. Y le echan huevos a la cosa, porque si no los largan. Aquí tenemos lo que tenemos...

Abrazos.

Muñoz Escasso dijo...

Joer Ridao, esto daba pa mucho y muy aburrido...Los méritos de Bush, lo de la testiculina y tal, que diría Luis Aragonés.
Qué pereza chacho...

Bea. dijo...

No os metais con Bush es el mejor presidente que ha existido , y ya podría Zapatero aprender de el aunque bien lejos le queda en todo.
Rocío a ti nunca te daría un zapatazo estás preparada para todo hasta para la política , un beso no te enfades conmigo no olvides que soy tu pija favorita.

Mery dijo...

ZP es una espinita taaaan gorda que casi no hay calificativos aptos para definirlo.
Bien dicho
Un beso

José Miguel Ridao dijo...

Pero pereza, Escasso.

Bea, no te pelees con Rocío, mujer.

Y tú que lo digas, Mery.

Abrazos.