Era un alma ingenuamente honrada, una conciencia tan angosta, que se asustaba si oía hablar de millones que no fuesen los de la Hacienda. Las cifras muy altas, no siendo las del presupuesto del Estado, le producían un estremecimiento convulsivo; y si en el Ministerio se preparaba algún proyecto relacionado con fuertes empresas industriales o bancarias, se le subía a la boca, sin poderlo remediar, la palabra chanchullo [...] Para él la Propiedad, la Industria, el consumo mismo, eran organismos o instrumentos de defraudación, algo de disolvente y revolucionario que tenía por objeto disputar sus inmortales derechos a la única entidad dueña y propietaria de todo, la Nación.
Benito Pérez Galdós: Miau
Son muchos los que piensan que en la actualidad el Estado interviene demasiado en la vida de los ciudadanos, tanto en aspectos civiles como económicos. La corriente liberal de pensamiento económico, nacida en el Reino Unido a finales del siglo XVIII, tuvo unos ilustres continuadores en la escuela neoclásica de finales del XIX, y, a pesar de la irrupción en la ciencia económica del pensamiento keynesiano, básicamente intervencionista, a partir del final de la Segunda Guerra mundial, la figura de Milton Friedman, al frente de la escuela de Chicago, le dio buena réplica en los años 70. Hoy en día el debate continúa, y, si bien es cierto que con la crisis actual la mayoría de gobiernos están adoptando medidas de corte keynesiano, las voces liberales siguen haciéndose oír, reivindicando la figura de economistas como Friedich von Hayek, cuya obra trasciende el ámbito de la Economía y abarca el conjunto de las ciencias sociales.
Después de esta improvisada y sintética lección de historia del pensamiento económico, volvamos a la cita de Galdós. El gran escritor canario escribe esta obra en 1888, cuando en gran parte de Europa la Revolución Industrial era un hecho, y las teorías liberales se abrían paso. Entretanto, en España el Estado era un gigante que todo lo devoraba, la única posibilidad de colocarse medianamente bien en la época era como funcionario, y las cesantías eran el pan nuestro de cada día. La iniciativa privada se puede decir que no existía, salvo el comercio minorista. Las palabras de Pantoja, jefe de negociado, son sin duda exageradas, pues Galdós hizo en esta obra una crítica despiadada del sistema, pero ilustran una situación de atraso crónico. Cien años después, la aspiración de buena parte de los españoles sigue siendo aprobar unas oposiciones, y volvemos los ojos desesperados al Estado para que nos libre de la crisis y aleje el fantasma griego, como si nada dependiera de nosotros.
12 comentarios:
"Son muchos los que piensan que en la actualidad el Estado interviene demasiado en la vida de los ciudadanos..."
¡Qué va, poeta! Por desgracia no somos tantos.
Un abrazo
¿Y que decir de la Escuela de Salamanca y los escolásticos unos cuantos siglos anteriores, mal patriota y calvorota?
Estoy con Er Tato, aquí to er mundo mundial quiere una oposición y a vivir del "Estao", Ridao, Bacalao.
Monsieur RIDAO:
Es cierto que el Estado quiere controlarlo todo, todo y todo y que los empresarios son vistos como chupasangres explotadores, pero de ahí a meterse (otra vez más) con los funcionarios...
Los funcionarios pasan unas oposiciones y si no cumplen es porque su inmediato superior no cumple y de todos modos, lo que nadie sabe es la cantidad de puestos que hay de libre designación por parte de los políticos. esos sí que chupan y chupan y chupan y chupan sin oposiciones, sin trabajar ni na de na.
Lo que sí es sangrante es la situación de los autónomos, ésos sí que están explotados y chupados por las administraciones.
Salu2
Nada ha cambiado desde "Miau", salvo las cesantías, pero ésas siguen ahí en el caso de los puestos de libre designación, que se van cuando se va el benefactor que les puso a la sopa boba. Es España, somos así y me temo que no cambiaremos nunca.
ni los cesantes, ridao...
porque dime tú a mí, dónde se recoloca a la panda de berzotas que salen de la política tras las elecciones... que no han hecho otra cosa en su vida, criaturitas...
(te enlazo un artículo reciente sobre el tema)
¿Cómo que no, Tato, si sois una plaga? Pues no me estoy releyendo y parezco uno de vosotros? Tú haz una encuesta ahora que se cierra el plazo de la declaración de la Renta, y después me cuentas.
Ésos eran cascarones de huevo, NGG, mucho escribir en Salamanca y nadie les hacía caso. En cuanto a los escolásticos, ahora están muy de moda con la crisis y el papel de los bancos. A más de uno escucho (y leo) que parecen el mismísimo Santo Tomás anatemizando la usura.
Hombre, Dyhego, que esta vez no me estaba metiendo con los funcionarios. Galdós los mete a todos en el mismo saco: probos funcionarios, enchufados, sinvergüenzas...
Teresa y eresmicruz: yo veo que lo de las cesantías en realidad ya no existen, pues todos estos sinvergüenzas suelen encontrar cobijo en otro lado, aunque veremos cuando la Junta de Andalucía cambie de dueño... De momento están tratando de regularizar lo irregularizable.
Abrazos.
"Viene todo esto para señalar que si el partido que más cargos públicos y personal de confianza ha perdido se dedica a prácticas corporativas tendentes a recolocarlos, perderá dos veces las elecciones: una en votos ya emitidos y otra en los futuros votantes que volverán a castigarlo y por un motivo recurrente, el disgusto con sus hábitos". Interesante, eresmicruz, pero no lo veo claro.
Ahí te quería ver yo, Ridao.
A la hora de apoquinar, todos liberales. A la hora de poner la mano, todos marxistas.
Leyendo el otro día el trabajo escolar ése que han hecho los del 15M, me entró la risa floja cuando les leía quejarse en la página 3 de que el poder constituyente -¿sabrán estos que tanto hablan de soberanía qué sea eso del poder constituyente?-, no hubiera permitido a la iniciativa legislativa popular modificar la Constitución, las leyes orgánicas ¡¡o el sistema tributario!!? ¿Te imaginas al pueblo, en vivo y en directo, legislando sobre nuestro sistema tributario, decidiendo cuánto, cuándo y quienes pagan? Si es que...
Saludos
Llevas más razón que un santo en tu entrada, Tato. Me dan pánico las revoluciones, y lo único que me tranquiliza es que estos tíos son unos pringaos. Al hablar tienen cosas de jacobinos, pero se les va la fuerza por la boca. Menos mal...
Hay que ver, que a los liberales les confunden con anarquistas, y a los keynesianos poco menos que con comunistas. ¡País de incultos y radicales...!
Un abrazo moderado (como habrás podido comprobar por mi discurso, sólo tú y yo nos salvamos de la quema).
Bueno, tú te libras porque además de keynesiano, eres un poeta y un cachondo mental, valga la redundancia.
Algunos keynesianos -catedráticos de economía para más inri-, dicen cosas como éstas -atención al tercer párrafo, en relación con las 4 primeras páginas de esto-, o como éstas, impulsadas por otra profesora universitaria de economía y miembra de la Comisión de Economía de la acamapada de Sol. Y después no quieres que os confundan con comunistas...
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Un abrazo, indignado, pero con rigor... mortis ;-P
Joder, Tato, qué de enlaces, te vas a parecer a eresmicruz, estaba haciendo la ronda de respuestas, pero para ti no tengo tiempo ahora, macho, que estoy con los cuatro churumbeles y la parienta trabajando, luego te doy caña.
┌П┐(◉_◉)┌П┐
y otra vez: ┌П┐(◉_◉)┌П┐
Que digan esas gilipolleces los indignados vale, que para eso muchos de ellos son gilipollas y analfabetos económicos, pero que lo diga una profesora de economía aplicada o ese tal Navarro es más gordo, vaya planteamiento simplista de la situación, como si fuera posible aumentar el gasto público y la cobertura social con la que está cayendo. ¿De dónde coño se saca el dinero? Y eso de presentar a los "capitalistas" como los malos de la película me suena a revolución fascisto-comunistoide. Pero vamos, que éstos no son keynesianos ni na, son carajotes. ¡Si Keynes levantara la cabeza!
Esta vez te perdono el ┌П┐(◉_◉)┌П┐
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