Soy incapaz de escribir durante más de un día en el mismo tono, tratando de los mismos asuntos y tocando los mismos palos. Mi escritura salta de la introspección a la denuncia; de la poesía esperanzada a los versos de soledad; de las crónicas de actualidad a los episodios de humor más o menos chusco. Sé que en cierto modo esa variedad juega en mi contra, pues se tiende a encasillar a los autores para ponderar sus excelencias, mientras que a los diletantes se les tacha de incosistentes, arribistas que abarcan todos los estilos sin cultivar ninguno con maestría. Sirva este pequeño manifiesto como tímida queja y tributo a mi nunca olvidada vanidad, fiel acompañante de mi devenir por esta selva de las letras.
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Oigo quejarse en la barra de un bar a un anciano que dice que a la salida del banco le han robado la cartilla con quinientos euros, y uno no sabe si le han robado el dinero que sacó o la cartilla donde estaba apuntada esa cantidad, en la creencia de que al desaparecer esa cifra impresa en el papel, voló con ella el dinero que representaba.
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Y digo esto al hilo de una anécdota que me contó hace tiempo un empleado de banca, que aseguraba que los jubilados tenían la costumbre, al recibir su pensión, de acudir al banco con su cartilla reclamando el dinero, contarlo meticulosamente y volver a entregarlo al cajero una vez comprobada la autenticidad del ingreso.
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La única forma de ignorar a un enemigo es no pensar en él; precisamente por eso, se delata quien expresa esto mismo en voz alta.
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La humildad de una persona es inversamente proporcional al poder que atesora.
4 comentarios:
¡Diletante, incosistente, arribista!
Pero a mí me encantan tus poemas, tus apuntes, tus reflexiones... y hasta tus guarrerías.
¡Toma chute a tu vanidad! Y lo peor es que lo digo en serio. ¿Me estaré amariconando? ;-P
Por hoy, ya está bien de abrazos.
Es que cuentas en tu primer párrafo, ya lo decía mi madre en "vulgata":
EL MAESTRO LIENDRE, DE NÁ SABE Y DE TÓ ENTIENDE...
Discrepo de la última: los peores sátrapas suelen ser los que apenas ostentan un mínimo de poder y lo emplean como monarcas absolutistas (el paradigma del sargento chusquero).
Saludos.
Ahí, ahí, Tato, tú lo has cogido, he escrito esta entrada para que me halaguen, y me vaya de vacaciones contento. Eres un moustro, a pesar de ser liberal.
Ya había oído esta expresión, Paco. Yo soy de una categoría superior: el maestro piojo.
Sí, Sombras, pero el poder es un concepto relativo: ellos de creen investidos de un poder enorme, y por eso son tan cabrones. Pero vamos, que es verdad, mucho peor un sargento chusquero que un general.
Abrazos.
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