A Elías moro.
A criança que fui chora na estrada.El niño que fui llora en la calle. Allí quedó solo, en la estrada polvorienta. Le dijimos adiós y marchamos para siempre por un camino incierto. Llegó un día en que nos dimos cuenta de que le echábamos de menos, y volvimos la vista atrás para encontrar un océano de indiferencia entre la nada y el deseo. El niño que fuimos sigue allí, en cuclillas, escarbando la tierra con sus manos pequeñas, llorando lo que será. Todas las noches me reúno con él con los ojos cerrados, y vuelvo a oler a barro, a pantalones cortos, a felicidad ingenua y a carreras ciegas que hoy saben amargas.
Deixei-a ali quando vim ser quem sou;
Mas hoje, vendo que o que sou é nada,
Quero ir buscar quem fui onde ficou.
Fernando Pessoa
7 comentarios:
Un honor, Ridao.
¡Y esos versos de Pessoa!
Un fuerte abrazo.
Ridao, eran días azules.
¿Y qué ha hecho Elías para que le largues los versos del triste ese?
Ah, un libro. Entonces se lo tiene merecido.
Un abrazo.
El honor es mío al conocerte, Elías. ¡Qué grande, Pessoa!
Es verdad, Blimunda, ése era el color, o a lo mejor es que lo vemos así desde la distancia.
Pues claro, Fernando, y ojo con tus décimas, que te voy a largar un pessoazo que te vas a cagar.
Abraços.
Yo jugaba a las canicas, a la lima, a los cromos, a la pelota, al elástico...
Lo peor, es que lo echo de menos, será que lo recuerdo demasiado.
Un besito José Miguel.
Yo pasé del balón a quererme todos los días sin solución de continuidad.
Y hasta hoy, que sigo con catorce años en mi carnet de verdad.
Los mejores recuerdos de la infancia se los debo a los demás.Como casi todo en la vida.
Estás sembrado Ridao.Muy bello el poema de hoy.
¡La lima! Lo había olvidado, sí que lo pasábamos bien, cuando el suelo estaba un pelín enfangado. No sé cómo no se nos saltó un ojo.
Muchas gracias, Escasso. Yo debo esos recuerdos a las cámaras de fotos. Mi memoria es de regular para atrás.
Abrazos cosecheros.
Publicar un comentario