Leo en el último número de la revista National Geographic un magnífico artículo sobre uno de los últimos lugares en África donde las tribus mantienen tradiciones y formas de vida ancestrales, a salvo hasta hace bien poco de las colonizaciones europeas y del llamado “progreso”. Practican ritos donde el dolor y la muerte están muy presentes: ataques salvajes, venganzas de sangre, muerte a recién nacidos para matar el mingi (la mala suerte)... Dependen del escaso ganado y de las cosechas de sorgo tras las crecidas del río Omo, igual que sucedía hace milenios en el Nilo.
En la década de los 80 y 90 del siglo pasado las lanzas fueron sustituyéndose por rifles automáticos. El gobierno etíope ha empezado a introducir programas de modernización; se está escolarizando a los niños de las tribus. Algunos van a la universidad, y empiezan a asumir la justicia occidental para aplicarla en sus pueblos y sustituir las cadenas de venganza que atraviesan generaciones. Se está construyendo una presa inmensa aguas arriba. Es el fin de una vida ancestral, lo que nosotros llamamos barbarie, y que ha imperado el 99,99% del tiempo que el hombre lleva presente en la tierra.
El mito del buen salvaje es una falacia, pero nuestra civilización es muy reciente; apenas un segundo en la historia del hombre. Nos creemos que hemos evolucionado, tratamos de hacer que la vida sea más "justa", pero el juego de la vida y la muerte es imparable. Muchos de los ritos africanos ancestrales no son crueles, sino en cierto modo "naturales". Son, eso sí, implacables, como implacable es la ley del más fuerte, que los humanos modernos tratan de violar. Hay mucha hipocresía en nuestra sociedad occidental; mucho cerrar los ojos ante la evidencia; mucho predicar y poco hacer; mucho esfuerzo inútil, y también muchas intenciones loables, difíciles de llevar a la práctica, pues chocan contra la esencia íntima del hombre. Quizá nuestra civilización no sea más que otra forma de barbarie.
Anton Bruckner
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*Anton Bruckner. Caricatura de Pablo Morales de los Ríos *
Parece que actualmente Anton Bruckner (1824-1896) no está muy de moda.
Tiene detractores y es...
Hace 4 horas
13 comentarios:
No tengo dudas sobre esa rotunda frase final.
Abrazos.
Sin duda, nos camuflamos en la civilización pero nada más.
Interesante tu entrada, interesantela rflexión, gracias.
Saludos.
¿Quizá? Lo es Ridao, lo es. En otras palabras, el "hombre civilizado", a través de su modernidad, hace que las muertes ancestrales se transformen en muertes modernas, la globalización también abarca este aspecto, es que no hay vida sin muerte y no hay negocio sin muerte. Es así que lo ritual se transforma en una salvaje predación cultural y humana a escala.
¿Alguien duda de que esto sea una barbarie?
Esta vez, el tema me subleva y si no fuera que recién llego de trabajar y hace más de 24 hs. que estoy despierta, mi filípica ocuparía una página o más. Te salvaste, José Miguel, planto aquí...
Besos enojados con la civilización.
Puesw mire usted que se me vino a la mente aquella cancion de Roberto Carlos "yo quisiera ser civilizado como los animales".
Como la energia... nada cambia, solo se transforma.
Besos señor Ridao.
Despues de tantos años de Historia de la Humanidad, lo de buen salvaje suena un poco raro. ¿no crees amigo Ridao?
Jooo que díficil Ridao. HOy no puedo decir nada...
Gran post.
Besos.
Pd.: ¿Has leído eso del osito de peluche que dice: "tocame el mondongo, mindango" ?...jijijij... Si fabricara juguetes ¡fabricaria hoy mismo uno¡ jejejeje
Perdón...es ¡cógeme el mandongo, mondingo....ufff..
Más besos
Pues hombre, Jm, yo de momento prefiero vivir en occidente, en España, a pesar de todo... y "ellos" (muchos ellos del sur...) parece que también quieren y si pueden se vienen (los que pueden). Lo de que todo sistema es igual -dentro de que el hombre si lo es- me parece una falacia. Hay sistemas que han demostrado ser mejores o menos malos al menos, prolongar la vida de las personas, hacerla de mejor calidad, para las mujeres, por ejemplo, para los niños también. Y desde luego hay gente que hace mucho por los demás, allí y aquí, no todo el mundo es igual, para nada.
Desde el desacuerdo total casi ;-) te mando un abrazo.
Aurora
Se evoluciona en otras dimensiones,pero la ira, la agresividad, el territorio, la envidia, codicia...sigue siendo la misma, apenas evoluciona...incluso diria que si lo hace es a peor por la ausencia de honor en nuestros actos. Buena entrada
Sin esta nuestra civilización, muchas personas que al nacer calificamos de "subnormales" no tendrían ninguna oportunidad de vivir... Hasta hace apenas 60 años, se las "liquidaba" de una forma "terapéutica".
Ahora mismo tengo mediada una obra de una residencia destinada a que vivan lo mejor posible los días que les dé la vida sin que nadie se los acorte...
Solo por ellos, merecen la pena nuestros avances para no matar la "mala suerte".
Un abrazo.
Yo tampoco, Juanma.
Gracias a ti, Susana.
Te veo enojadamente lúcida, Liliana. Eso muy pocos lo logran, y es señal de inteligencia.
Lo suyo sería que se transformara para bien, Maile, pero lo veo complicado.
Abrazos.
Coincido plenamente contigo, Naranjito. Por eso digo que lo del buen salvaje es una falacia. Lo que planteo es que nosotros no parece que seamos "buenos civilizados". Vamos, que no hemos avanzado mucho en este aspecto.
Lo he leído, mangeles, y lo de mandongo me desconcierta. debe ser una variante de mondongo. Y la otra palabra debería ser mandinga...
Aurora: yo no me refiero a la dialéctica norte-sur, pobreza-riqueza. Precisamente el que vengan en patera a España significa que han perdido sus raíces, se han "contaminado" de nuestra civilización y ya no hay marcha atrás a los tiempos tribales. ¿Cuándo ha sido mejor la vida para estos pueblos bárbaros, antes o después de la colonización? Ahí veo yo que está la clave del asunto. Por otro lado, desde luego que hay gente que hace mucho por cambiar esta inercia, y los admiro profundamente, pero no sé si su esfuerzo será suficiente. Hace falta la implicación de mucha más gente, que de verdad tengan esos valores, y el alma humana tiene muchas sombras.
Abrazos reflexivos.
Tus pesimistas conclusiones me hacen pensar, César. Me temo que es como dices.
No te digo que no, Alegre, pero en términos globales ha habido retroceso, y la barbarie sigue ahí. Esos avances que tú citas son la luz de la esperanza a la que hay que agarrarse.
Abrazos últimos.
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