viernes, 3 de junio de 2011

Poor little swallow



A la memoria de Carmen Salas-White

Mi relación con los idiomas, y especialmente con el idioma inglés, siempre ha sido idílica. Desde pequeño me ha fascinado la posibilidad de comunicarme y, sobre todo, leer en una lengua distinta a la mía. Ello me abría a un mundo más amplio si cabe que el de la rica lengua española. Leer en su idioma original a los grandes autores de la literatura siempre me ha supuesto un placer que justificaba con creces el esfuerzo que debía hacer, aunque inevitablemente se me escapaba (y se me sigue escapando) el sentido de muchas expresiones, que sólo alguien que haya mamado la lengua puede abarcar. Siempre digo que una de mis asignaturas pendientes es alcanzar un nivel suficiente en alemán como para entender medianamente bien textos en este idioma; la lengua alemana me parece que tiene una posibilidades de expresión y unos matices que superan a las otras lenguas europeas. Volviendo al inglés, recuerdo con cariño las clases particulares que recibía desde niño de una señora escocesa que vivía justo en el piso de debajo del nuestro. Se llamaba Carmen, y contaba unas historias maravillosas de su vida de joven: su padre había sido una persona importante, y había conocido la alta sociedad británica de la época de posguerra. En las clases que me daba nos dedicábamos básicamente a conversar, y a ella debo el poder expresarme correctamente de palabra, algo que perfeccioné posteriormente en Inglaterra. Además de la conversación, muchas veces leíamos cuentos, que a mí se me antojaban mágicos, seguramente porque estaban en inglés. Uno que recuerdo nítidamente se refería a una pobre golondrina que cuando llegaba el frío no emigraba, y acababa muriendo. Desde entonces la palabra "swallow", golondrina en inglés, siempre me recuerda a la infancia, y como apenas la uso ni la leo ha mantenido un fuerte poder evocador. Hoy se me ha venido a la cabeza, no sé por qué, y he compuesto este modesto poema en mi blog en inglés. Quiero que sirva de homenaje a esta mujer, ya fallecida, que siempre me mostró un especial cariño, incomprendida en la comunidad donde vivió la última mitad de su vida, británica hasta la médula en un mundo que le era ajeno. Deseo que mi pobre golondrina llegue volando hasta ella, donde quiera que esté.

11 comentarios:

Dyhego dijo...

Monsieur RIDAO:
Cuando los políticos, pedagogos y demás agoreros hablan de la situación del aprendizaje de idiomas en España siempre se olvidan de lo que tú mencionas: tenías motivaciones para aprender otro idioma: comunicarte y leer a los grandes autores.
Salu2 golondrineros

Paco Principiante dijo...

Una vez estuve a punto de matricularme en la Escuela Oficial de Idiomas en Alemán. Precisamente por eso: Me dio por leer algo de Heidegger en español, y no me enteraba ni del Nodo. Es curioso como en general entendía cada palabra por separado, pero luego juntas dejaban de tener sentido (por supuesto, para mi). Así que me dijeron que era porque no lo leía en alemán. Al final todo se quedó en un intento. Como las miles y miles de cosas que me pasan en la vida.
Auf Wiedersehen.

José Miguel Ridao dijo...

Eso es verdad, Dyhego, pero yo voy más allá: creo que debería intentarse una inmersión en el idioma durante las clases, hablando sólo en el idioma que se enseña. A fuerza de oír, los chavales aprenderán, digo yo, aunque sea sacrificando algo de gramática. No sé, es como lo veo, tampoco me dedico a esto como tú, que sabes de verdad el plan que hay.

Paco: yo estudié dos años en el Instituto de idiomas pero no fue suficiente. Quizá fuera muy joven, ahora estaría más motivado y en disposición de aprender más rápido, creo. Yo también he oído que para entender a los filósofos alemanes hay que saber alemán.

Dos abrazos.

Dyhego dijo...

Monsieur RIDAO:
Yo tampoco sé nada ni entiendo nada porque ¿cómo te explicas que un alumno que escucha todos los días desde hace años "je m'appelle Diego" siga diciendo "ye me apeyé Juan" (así, pronunciado tal cual, con su yé y todo y su acento agudo). ¿?
Salu2.

José Miguel Ridao dijo...

Sí, pero en otros países como Holanda un alumno igual de burro que él pero en versión holandesa, que ve desde pequeño los dibujitos animados en inglés y cuyo profesor de inglés sólo le habla en inglés dice cafrerías en inglés, el tío. ????

Dyhego dijo...

Monsieur RIDAO:
No estoy de acuerdo. La última moda lingüística es decir que si los españoles no hablamos idiomas es porque las películas y los dibujos animados están doblados.
Un niño español desde que nace oye casi más inglés que español y ya ves...
No pretendo echar balones fuera, echando la culpa a los demás, como la tía Cornelia, pero falla el interés.
Salu2.

José Miguel Ridao dijo...

Sí, pero vas a Holanda, a Finlandia, a Dinamarca... y las fruteras y los niñatos te hablan en inglés. Dicen gilipolleces, pero en inglés. ¿Es que los niños de aquí son más brutos que ellos, o tienen menos motivación? Perplejo estoy ??????

Mery dijo...

Tuviste mucha suerte de practicar inglés desde niño, desde luego.
Y tu querida profesora estará bien orgullosa de ti y de tus altos vuelos.
Un beso

PD: la palabra swallow me parece igual de bonita que golondrina.

José Miguel Ridao dijo...

Sí, es verdad, y no es frecuente en inglés una palabra con tanta resonancia.

Besos.

Blimunda dijo...

He visto como volaba esa golondrina y he leído tu poema en inglés. Todavía no lo comprendo bien (el inglés) pero he comenzado a estudiarlo porque las traducciones que encuentro de Emily Dickinson no me gustan, me parecen muy forzadas y algunas demasiado libres, de modo que se distancian de lo que ella es.

Gracias por tu swallow.

José Miguel Ridao dijo...

Pues gracias a ti por tu visita, y ánimo con el inglés, que merece la pena. Dickinson es grande, pero las traducciones siempre pierden.

Un abrazo.