jueves, 2 de junio de 2011

Mariconadas blogueras (V): Los premios


Seguimos con esta inagotable serie dedicada a las mariconadas blogueras, todas esas chorradas que hacemos los blogueinómanos llevados por nuestra vanidad -el que esté libre de pecado es el más maricón de todos-, y que vistas desde fuera causarían sonrojo al más pintado, nunca mejor dicho. La entrada de hoy va dedicada a los llamados "premios", esos galardones que cuelgan de algunos blogs a modo de trofeo, y que revisten las más diversas formas y colores. Un premio que se precie debe tener al menos dos corazones o, en su defecto, un buen manojo de rosas bien encarnadas. Se trata de llenar de colores la página del premiado, que tiene una obligación ineludible de colgarlo en su blog, cualquiera le hace un feo a la entidad premiante. Estos premiadores son tremendamente magnánimos, y basta con que se les haga en su blog un comentario mínimamente halagador, o a veces ni eso, para que le encasqueten a uno el premio de marras, que a ver dónde lo cuelga luego sin que haya el consabido cachondeíto de los amigotes. Además de las flores, corazoncitos y demás parafernalia rosácea se hace mucho uso de elfos, hadas, gnomos y demás criaturas sacadas del universo de Tolkien, y también manos, muchas manos entrelazadas, como dando a entender la fraternidad que genera el mundo de los blogs. Las mariposas de vivos colores son también muy socorridas, así como las plumas estilográficas y los libros abiertos por la mitad. Uno de cada dos premios tiene la imagen de una mujer envuelta en paños vaporosos, con una expresión arrebatada, no se sabe muy bien si mística u orgiástica, y con una larga y sedosa melena o, en su defecto, unos cabellos rizados del color de la caoba.

Que los premios son una mariconada, no creo que nadie lo dude. Ahora bien, también hay que tener en cuenta la persona que te los da. Resulta que hoy mismo, una de mis mejores amigas blogueras, con la que me carteo a traves de los chops casi desde que abrí el blog, la entrañable y simpatiquísima Liliana, ha tenido a bien -¿cómo has podido hacerme esto, ingrata?- concederme un premio. No es de los más desesperados, ésa es la verdad, pues no aparecen flores, trasgos ni corazones, pero es un premio al fin y al cabo, con lo que yo he rajado de ellos. Lo podéis ver en lugar preferente de mi blog, pero -¡ojo!- ahí estará unos días, después lo pasaré a los sótanos del cuaderno, que uno tiene su reputación, y sabe que le leen escritores y poetas tan serios que al ver una mariconada huirían despavoridos de mi blog ante una ofensa tal a sus elevadas narices blogueras -¿Pero de qué hablas, JM, si te hartas de escribir entradas guarras?-. Es verdad, a estas alturas el personal me tiene calado, mi reputación literaria está perdida, nunca tendré credibilidad escribiendo un ensayo sobre la evolución de la poesía áulica en la corte de los Austrias. Queda, pues, plantado el premio como un pino piñonero, a la espera de ser trasplantado a un sitio más discreto.

¡Gracias, anyway, Liliana de mis bloguerías!

13 comentarios:

L.N.J. dijo...

Hola artista, a mi me han dado varios pero agradeciendo el detalle he dicho que no me gusta ponerlos. Pero soy peor que tú, jeje, porque tampoco me gusta guardarlos.
Y mira que las personas que lo dan, como en este caso tu compañera Liliana, te quiere mucho. Pero es que somos así o asá, yo que sé...

besos.

La de la ventana dijo...

Jajaja.. Qué bueno, Ridao. Suscribo todo lo que dices. Por suerte, a mí nunca me han dado uno, porque me vería obligada a declinarlo cordial pero firmemente. No me gustan nada, es más, un blog en los que vea colgados un puñado de rosas y algún pajarillo encerrado en un corazón rojo baja enteros instantáneamente en mi estima.

José Miguel Ridao dijo...

Yo soy como tú, Lourdes, pero en este blog Liliana tiene bula, es como su casa. Una y no más...

No me tientes, Teresa, que te endiño uno rápidamente, con la luna rielando con el mar de fondo y una paseante glamourosa y vaporosa. Ya he visto que te lo pasaste de miedo en Cannes. Suerte la tuya.

Dos besos.

Liliana G. dijo...

Jajajajajaja Perdón Ridado, si supieras lo que disfruté mi "maldad" no te das una idea. Hubiera querido ser una mosca para verte la cara, más aún cuando te dejé dicho que llevaba rosas y puntillas.
Y te diré algo, pasé un buen rato para "armar" tu galardón, pues es la primera vez que meto mano en este tipo de cosas.

Bueno, has salido airoso de la prueba, como no podía ser de otra manera, por algo sos el "Maestro", ya no hace falta que lo guardes unos días, mandalo a la papelera cuando quieras. Quedamos amigos José Miguel, como siempre.

Yo personalmente, soy incapaz de negarme a recibir tamañas mariconadas blogueras y cuelgo cuanto me endosen (no por el premio sino por la persona), algunos verdaderamente mortificantes, jajajaja. Claro que una semana y se van de paseo al fondo del blog.

Gracias por tu humor y por tu paciencia, Ridao

Mil besos.

José Miguel Ridao dijo...

¡Cómo! Ése se queda ahí como mínimo hasta el domingo, con lo que te lo has currado. Y el que se piense que me he pasado a las huestes cursilongas, que me borre del roller, que se lo tendrá merecido.

Mil besos mil.

Liliana G. dijo...

¡Esos son amigos! Tante grazie!!

Besotes.

Dyhego dijo...

Monsieur RIDAO:
¡A nadie le amarga un... iba a decir pepino, en qué estaré yo pensando..., a nadie le amarga un premio!
Lo más difícil de un premio es dar las gracias y saludar:
se lo dedico a mi mamá, (ojos llorosos y eso); a todos ustedes (presenten armar, arrrrrr); a mis hijos (cara con sonrisa gilipollesca) y en ese plan...
Salu2 premia2.

José Miguel Ridao dijo...

Grazie tante, Liliana.

Yo para eso valgo, Dyhego. Si te digo la verdad, a mí lo que me echa para atrás es salir en una foto. Por mí que no existieran las cámaras, ni los vídeos.

Abrazos ocultos.

Dyhego dijo...

¿Por qué crees que no publico ninguna foto mía?
Salu2.

José Miguel Ridao dijo...

Y eso que somos guapo, Dyhego. Si es que a modestos no nos gana nadie...

José M. Martínez dijo...

José Miguel, no sé si has escrito esta entrada por la sugerencia que te hice hace tiempo. En cualquier caso es brillante y creo que te voy a dar un premio en mi blog. Otra sugerencia, si no la has llevado a cabo ya. Los títulos de algunos blogs (quizá empezando por el mío) son también una mariconada. A ver cuándo les dedicas otra entrada. Y te doy otro premio. Saludos.

José Miguel Ridao dijo...

¡Te has equivocado de entrada, macho! Menuda mariconada. Sí que pensé en tu sugerencia, aunque ha pasado tiempo. Pues ahora que lo dices, lo de los títulos es verdad, ya me has dado otra idea.

Seguiremos desenmascarando mariconadas.

José Miguel Ridao dijo...

¡Glup! El fallo ha sido mío...