martes, 19 de julio de 2011

Apuntes (118): Poesía desnuda


No cambian las personas: cambia el tiempo que éstas habitan.


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Es precisa la nostalgia para desnudar a la poesía.

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Recuerdo una ocasión en que me sentí abrumado por el ruido de la ciudad, las preocupaciones estériles, la conversación de los necios y la vorágine del tiempo, y entonces cerré los ojos unos minutos, y sentí una paz desconocida. Cuando volví a abrir los ojos, todo lo que antes era horrible se había convertido en poesía, tomé papel y bolígrafo y retraté esos instantes poéticos dentro del fragor cotidiano, para que nunca se me olvidaran, para recordar que la paz y la belleza está dentro de mí, y que ahí fuera sólo hay sentidos, contingecias lejanas que me recuerdan que estoy vivo.

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Al final del largo viaje, y tras pasar penalidades sin cuento, llegó por fin a su hogar, pero no había nadie esperándole. Pensó que había pasado tanto tiempo que ya no se acordarían de él, y todos habían abandonado el hogar, seguros de no volver a verle. Entonces sintió de golpe toda la soledad que guardaba en su ser, y que hasta entonces había permanecido agazapada en su esperanza. Cayó desplomado en el piso, los recuerdos fueron escapando de su cuerpo, y murió vacío de ilusiones.

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Como ya dijo Juan Ramón, la poesía pura debe estar desnuda, despojada de todo lo superfluo, y esto incluye las pequeñas miserias y rencillas en las que muchos de los llamados poetas gastan buena parte de sus fuerzas. En todo caso, no estorba el ser consciente de la propia grandeza, lo cual no es ni mucho menos vanidad, pues el que es grande no necesita que se lo digan. Otra cosa distinta es que el poeta en cuestión sea grande de verdad.

7 comentarios:

Rocío. dijo...

Que bien escribes,Ridao,tu eres poesía.
Un beso alemán,( menos mal que no estoy en Francia).

L.N.J. dijo...

Pues a mí me dicen que me desnudo demasiado cuando escribo. Ya sea poesía, relato...
Quizás escribir un sentimiento, emoción, una locura o una pequeña historia con bufanda no sea lo mio.
Suelo gustar, las verdaderas críticas me las dicen en privado.

* * *

José Miguel ¿por qué no cambian las personas y sí el tiempo que habitan?.

Ese viaje del que hablas es glorioso, deberíamos aprender a que las ilusiones, a veces, son vanas. Aunque en parte, de ellas se vive.

Me gustó mucho tu desnudez, has sido fuerte y frágil a la vez, sensible, sincero y con una belleza literaria exquisita.

Besos.

Dyhego dijo...

Monsieur RIDAO:
Es reconfortante que alguien te espere tras pasar penalidades.
Salu2.

José Miguel Ridao dijo...

Gracias, Rocío, digo yo que también tendrán su aquél los besos alemanes.

Gracias, Lourdes. Digo eso porque la misma persona, según las circunstancias de su vida futura, cambiará de un modo o de otro, o no cambiará, si es que esto fuera posible. Es el tiempo el que cambia y nos maneja.

Pues sí, Dyhego, que se lo digan a Ulises...

Abrazos odiseicos.

Mery dijo...

Si, JRJ gritaba a los cuatro vientos : la transparencia, Señor, la transparencia.
Talmente.
¡Hala! buenas noches otra vez

El alegre "opinador" dijo...

Impresionantes apuntes... El cuarto me ha conmovido profundamente. Enorme microrrelato.
Un saludo.

José Miguel Ridao dijo...

Talmente, Mery, una fuente de inspiración, Juan Ramón.

Muchas gracias, Alegre.

Beso y abrazo.