jueves, 7 de julio de 2011

De leches y otros brebajes


No se me ocurre un alimento más universal que la leche, y no me refiero a la materna, sino a la de vaca. Con pocos meses de vida, y después de haber sido convenientemente amamantados (los más afortunados), se nos comienza a suministrar nuestra dosis diaria de este nutriente, que ya no nos abandonará en toda nuestra vida. Primero será en forma de polvo, disuelto en el agua para hacer los biberones, y en cuanto nuestro aparato digestivo está listo se nos pasa, para el alivio de los bolsillos de nuestros papás, al ubicuo tetrabrik, esa ubre paralelepípeda que se ha enseñoreado de nuestros frigoríficos. Cada vez que abro el mío me encuentro cartones de todos los colores, que ocupan por completo la bandeja de la puerta: leche entera, leche desnatada (la semidesnatada la hemos desechado por su poca personalidad, ni chicha ni limoná), leche entera sin lactosa, leche desnatada sin lactosa, leche condensada... ¿alguien da más? Pero, ¿se puede llamar leche a un brebaje que no contiene lactosa? ¿Acaso leche y lactosa no comparten la misma raíz etimológica? Llamémosla, pues, "preparado lácteo", para no entrar en conflicto con los puristas ni con el Ministerio de Sanidad. ¿Y cómo le quitan la lactosa a la leche? Misterios de la tecnología. Más importante aún: ¿por qué se le quita la lactosa? Pues es muy sencillo: somos humanos, no bovinos, luego la leche de vaca no ha sido diseñada para alimentarnos. En consecuencia, su ingesta da origen a los más variados trastornos gástricos, ignorados por los que los sufren, que nunca imaginarían que la leche es un veneno para sus sufridos estómagos, pero así es, que me lo ha dicho un médico especialista en aparato digestivo. Y claro, las empresas, que son más listas que el hambre, y si no fuera por ellas no podríamos comprar las porquerías que compramos en los supermercados, se han apresurado a quitar a la leche la lactosa, como antes le quitaron la nata, la textura, el sabor, el color, porque... ¿qué tiene que ver la leche que antes comprábamos en cántaras con el aguachirle que sale del tapón del tetrabrik? Esa leche era densa, fragante, de un blanco natural, y no ese blanco desnaturalizado de la leche desnatada, que parece horchata de chufa. Claro que al parecer ello era un foco peligrosísimo de los más diversos y fieros gérmenes y bacterias, que nadaban en círculo por los bordes de la cántara prestos a saltar a la garganta de los incautos compradores, que no sabían el caldo de cultivo que estaban bebiendo, cuando creían que tomaban leche.

Benditos sean los conservantes, los aglutinantes, los emulgentes, los colorantes, los estabilizantes, los aromas, los potenciadores del sabor... milagros de la ingeniería nutritiva que nos libran de las enfermedades y nos protegen de la salvaje naturaleza de los alimentos vírgenes. Pobres antepasados nuestros, que tomaban leche directamente de la ubre de la vaca, igual que hacía Pedro el de Heidi con sus cabras. Qué hábitos tan poco saludables. ¡Viva el progreso! ¡Viva la ministra de sanidad! ¡Vivan los E-122, los benzoatos sódicos, los edulcorantes cancerígenos! Si no fuera por tantos avances alimentarios, ¿cómo podríamos vivir sanos y seguros?

11 comentarios:

mujer prevenida vale por dos dijo...

La base de mi dieta es la leche; por la mañana, por la tarde, por la noche... desde que nací... cuando escucho eso de que me va a sentar mal, me dan ganas de contarles de que se hace el chope con olivas y el jamon york barato... (la comida del perro) ciertos quesos... o que los anuncios de zumo se paracen a la realidad lo que un huevo a una castaña!
(todo esto te lo cuento mientras me tomo mi leche con nescuik...)
Un abrazo Ridao!!!!!!!

Liliana G. dijo...

Doy más, José Miguel, te faltó la leche rica en calcio, la leche pasteurizada, la homoneneizada, la Ultra Alta Temperatura (¿?), la refrigerada, la BioSalud Senior, la Enteral y la Junior... ¡Por favor, esto es un asquito!

Recuerdo (ojo, yo era muuuuy pequeña) la leche PURA, recién ordeñada, una verdadera delicia y no me agarré jamás ninguna peste. Ahora, prácticamente no puedo consumir ninguna de las nombradas anteriormente, me hacen daño.

Un besote gigante.


(Es verdad, tengo una fuerza arrolladora, que sabe uno de dónde vino, jajajajaja)

Liliana G. dijo...

P.S.: Me rectifico, creo que vino, justamente, de mi alegría y buen humor.

Rafael Hidalgo dijo...

¿Y simplemente hervirla?

No cogé ventaja, ¡miarma! dijo...

Ridao, te falta el tetra de ¡Eres la leche!
En otro orden de cosas, ¿estás haciendo méritos para presentarte a Hermano Mayor de la Hermandad del Rocio de Alajar?, es que como das tantos ¡vivas! mismamente pareces un rociero cualquiera.
Un abrazo

Alejandro Muñoz dijo...

Gracias a esos avances sabemos que viviremos más que nuestros antepasados, pero con el coste de que ya sabemos de qué vamos a morir.
Sí se me ocurre otras más: leche de crecimiento. En la puerta de mi nevera hay entera con calcio, de crecimiento Max y semidesnatada sin lactosa. No está mal, tres tipos de leches para cuatro personas. ¡Es la leche!

La de la ventana dijo...

Para un vaso que me bebo al día (250 ml.), he decidido que paso de idioteces dietéticas, y he vuelto a los orígenes: compro la leche en una de esas máquinas de leche fresca pasteurizada en las que te sirves un litro o medio, y menuda diferencia. Nada que ver.

José Miguel Ridao dijo...

MPVX2: Di que sí, y el Nesquik mucho mejor que el Colacao, que no tiene gluten.

Eso es, Liliana, la alegría es la fuente de tu fuerza, tienes superpoderes. Eres una campeona.

Así se hacía antes, Rafael. Ahora la hierves y queda agüichi.

Rafael 2: en Alájar no van al Rocío, son la hermandad matriz de la Reina de los Ángeles, casi na...

Déjate de mariconadas, Álex, yo te traigo de Alájar leche de cabra sin tratar para tu pequeñuelo.

Es lo mejor que has hecho, Teresa. Voy a tener que imitarte.

Abrazos y besos.

L.N.J. dijo...

Soy alérgica a la lactosa, todo lo tomo de soja.

El paladar se acostumbra a todo, el hambre no entiende de gustos, ni de teorías, envases o marcas. Tampoco de cambios ni evoluciones.

Los caprichos son otra cosa, estos entienden de todo.

Besitos.

Rocío. dijo...

Pos a mi la única leche que me gusta es la caliente,y no digo na mas,que an luego to se sabe.
Ridaoooo,me voy de vacances,pa Alemania,llevo en la maleta unos kilos de pepinos,si desde Alajar,oyes gritos lástimeros,ya sabes por donde los estoy metiendo,ale,pa que hablen de los pepinos malagueños,y si oyes gritos de otra clase,es que lo estoy pasando mu bien.Un beso pa todos.

José Miguel Ridao dijo...

A mis hijos les pasa igual, Lourdes, pero... ¡antes no había tantas intolerancias raras!

Hija, Rocío, te veo demasiado recatada. Espabílate, que así no mojas en Alemania. ¡Felices vacaciones!

Besos.